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El pueblo de Dios es sellado - Sección Maestros - Lección 06

Lección 6- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO
El sábado enseñaré...

RESEÑA 
Texto clave: Apocalipsis 6:17.
 
Enfoque del estudio: Apocalipsis 7 responde la pregunta de Apocalipsis 6:17: ¿Quién podrá sostenerse en pie en la segunda venida de Jesús?

Introducción: Apocalipsis 7 revela la importancia de ser sellado para sobrevivir a las calamidades que acompañan la Segunda Venida. 
 
Temática de la lección:
 
I. El significado de los sellos y del sellamiento Los documentos son sellados para ocultar o validar su contenido. Las personas son selladas como señal de propiedad o de protección.
 
II. Efesios 4:30 y el Conflicto Cósmico En contexto, la aflicción del Espíritu es una versión localizada del Conflicto Cósmico.
 
III. El número 144.000 ¿es literal o simbólico? La lección interpreta que el número es simbólico. El tema III, segunda parte, respalda esta interpretación.
 
IV. Los 144.000 y la gran multitud ¿son dos grupos diferentes o dos formas de describir al mismo pueblo de Dios del tiempo del fin? La lección es ambigua en cuanto a la respuesta a esta pregunta. Ver el siguiente análisis de este tema en la sección “Comentario, segunda parte.
 
V. Romanos 3:19 al 24 y el significado de “sin mancha” (Apoc. 14:5) La lección hace referencia a Romanos 3 para contradecir una interpretación perfeccionista de que “sin mancha” implica perfección absoluta. Este argumento se desarrolla con mayor detalle a continuación. 
 
Aplicación a la vida: Se invita a los integrantes de la clase a reflexionar sobre el refrenamiento del mal por parte de Dios en el mundo actual, y en los significados de las imágenes militares de Apocalipsis 7:1 al 8 y el cántico nuevo que solo los 144.000 pueden entonar (Apoc. 14:3).

COMENTARIO

El capítulo 7 se inserta como un paréntesis entre el sexto sello (Apoc. 6:12-17) y el séptimo (8:1). El capítulo 6 termina en el momento en que los adversarios de Dios les piden a las rocas y las montañas que los oculten del rostro de Dios y de la ira del Cordero (vers. 15, 16). Finalmente concluye con una declaración conmovedora: “Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (vers. 17). El capítulo 7 responde esa pregunta con la aparición de dos grupos, los 144.000 (7:4-8) y la gran multitud (vers. 9-14). Para sobrevivir a las calamidades que acompañan a la Segunda Venida, es necesario ser sellados (vers. 1-3). El resultado final es un pueblo que se presenta irreprensible ante el Trono de Dios (14:5) y lo sirve en su Templo (vers. 15). El propósito de Apocalipsis 7 y 14, dentro de su contexto más amplio, es identificar cómo será el pueblo de Dios justo antes de la Segunda Venida.

Desarrollo de los temas principales de la Lección 6:

I. El significado de los sellos y del sellamiento 
 
En el mundo antiguo, los libros se sellaban principalmente por dos motivos: para ocultar su contenido (Isa. 29:11; Apoc. 10:4) o para validar los contenidos auténticos u oficiales (1 Rey. 21:8; Est. 8:8; Jer. 32:44). El propósito básico de sellar el libro de Apocalipsis 5 parece que es ocultarlo. El libro ya fue validado por estar en posesión de Dios. Romper los sellos y abrir el libro pondría su contenido a la vista.
 
Un uso más simbólico de la palabra sellamiento tenía que ver con las personas. Sellar a una persona podía ser una señal de propiedad (Efe. 1:13; 4:30; 2 Tim. 2:19; Apoc. 14:1) o una señal de protección (Eze. 9:4-6). En el judaísmo antiguo, el sellamiento se relacionaba con la circuncisión.
En el cristianismo del siglo II, el sellamiento estaba asociado con el bautismo. Por ende, el hecho de que Dios selle a las personas sería una señal de que pertenecen a Dios (2 Tim. 2:19; Apoc. 9:4) y de que Dios conoce a los que le pertenecen. En un sentido espiritual, el sellamiento ratifica la posición de una persona ante Dios. 
 
Pero el sellamiento de Apocalipsis 7 es diferente. Aquí los “siervos de nuestro Dios” (vers. 3; ya sellados en el primer sentido) son sellados como una protección contra las calamidades que acompañan al tiempo del fin (6:15-7:3). Ver el punto 1 de la sección “Aplicación a la vida”.

II. Efesios 4:30 y el Conflicto Cósmico
 
 
Teniendo en cuenta el análisis anterior, a algunos quizá les sorprenda que la lección haga referencia a Efesios 4:30 en el contexto de este sellamiento de protección en el tiempo del fin. El contexto de Efesios 4:30 es una lista de conductas morales que afligen al Espíritu (4:25- 5:2). Pero hay un elemento apocalíptico en esta lista de conductas.

Los creyentes no deben darle ningún “lugar al diablo” (4:27) sino que deben ser imitadores de Dios (5:1). Por lo tanto, la aflicción del Espíritu está dentro del contexto del conflicto cósmico entre Dios y Satanás. El creyente debe imitar el carácter de Dios (verdad, honestidad, lenguaje elegante y alentador, bondad, benignidad, perdón, amor, abnegación), en vez del carácter de Satanás (mentira, enojo, robo, lenguaje abusivo, amargura, insensibilidad, difamación, odio). Al igual que en el libro de Apocalipsis, las pequeñas batallas diarias relacionadas con la formación del carácter están ligadas al conflicto universal mucho mayor.

III. El número 144.000 ¿es literal o simbólico?  
 
Se prefiere una lectura simbólica del número.
 
a) La lista de las doce tribus no se encuentra de esta forma en ningún otro lado; no es una lista literal. Como prueba de ello, Judá aparece primero, en lugar de Rubén. José (padre de Efraín y Manasés) reemplaza a Efraín. La tribu de Dan no aparece en la lista, y se incluye a Leví (comparar con Núm. 1:5-15; 13:4-15). Tampoco figuran por orden de nacimiento (Gén. 49:3-28).
 
b) Apocalipsis 1:1 nos dice que el propósito del libro de Apocalipsis fue “manifestar” (esêmanen, en griego), a menudo traducido como “dar a conocer” [RVC]) en un lenguaje simbólico en referencia al futuro. Así que en Apocalipsis, la mejor manera de abordar el texto es tratar todo como un símbolo, a menos que sea obvio que se pretenda un significado literal.
 
c) Interpretar que las tribus son los descendientes literales de Jacob va en contra del hecho de que al menos diez de esas tribus prácticamente se perdieron en la historia. Algunos judíos aún pueden rastrear su linaje hasta Judá, Benjamín o Leví, pero no el resto.

IV. Los 144.000 y la gran multitud ¿son dos grupos diferentes o dos formas de describir al mismo pueblo de Dios del tiempo del fin?

Algunos creen que los dos grupos son diferentes; otros creen que son lo mismo. En esta lección, primero consideraremos dos argumentos a favor de que los dos grupos son lo mismo.

Los términos utilizados para el pueblo de Dios del tiempo del fin a menudo son intercambiables en Apocalipsis. Juan nunca ve a los 144.000 en el capítulo 7. Escucha el número (Apoc. 7:4), pero “después de esto”, cuando mira, ve a un grupo que nadie puede contar, una gran multitud (vers. 9). Este parece ser un patrón literario en Apocalipsis. Juan escucha una cosa (león) y luego ve lo contrario (cordero); pero las dos son formas diferentes de describir una misma realidad (Apoc. 5:5, 6; ver, además, 1:10-12; 17:1, 3).

Por otro lado, hay muchos que creen que los 144.000 y la gran multitud son dos grupos diferentes: el primero representaría al pueblo de Dios en el tiempo del fin y el segundo representaría al pueblo de Dios a través de todas las edades. Quienes apoyan esta postura gene- ralmente señalan las diferencias entre los grupos. Los 144.000 son un número tomado de las doce tribus de Israel que son vistas en la Tierra y que aparecen antes de que se liberen los cuatro vientos. En contraste, la gran multitud no puede ser contada, está compuesta por todas las naciones, se la ve delante del Trono y aparece después de la gran tribulación. Además, Apocalipsis 14:1 al 5 posteriormente distingue a los 144.000 de ese grupo.

V. Romanos 3:19 al 24 y el significado de “sin mancha” (Apoc. 14:5).

Romanos 3 deja en claro que nada que un ser humano pueda hacer lo justifica delante de Dios (Rom. 3:20). Todos pecaron y, por lo tanto, están destituidos de la gloria de Dios (vers. 23). El tiempo presente de “destituidos” (husterountai, en griego) significa que siempre necesitaremos un Salvador y el perdón que su sacrificio nos ha provisto. Eso cambiará recién cuando los pecados sean borrados y se nos dé el toque final de la inmortalidad. Por consiguiente, “sin mancha” no significa sin necesidad de perdón. Implica la clase de lealtad en la que uno preferiría morir antes que pecar. Los 144.000 confían en Jesús para conservar sus vestiduras limpias (Apoc. 7:14) y son inflexibles en su obediencia a aquel que los redimió (14:4, 5). Es la justicia de Jesús, a fin de cuentas.

APLICACIÓN A LA VIDA

1. Luego de reflexionar en Apocalipsis 7:1 al 3, ¿piensas que estamos viviendo en un tiempo en el que Dios está deteniendo las fuerzas del mal o que las está soltando? Si Dios es el que las detiene, ¿quién es el que está haciendo todo el daño? Cuando Dios juzga, ¿por qué lo hace? Algunas respuestas posibles: 
 
En muchos sentidos, los tiempos turbulentos de la actualidad transmiten la sensación de que todo se estuviera derrumbando. Por otro lado, en comparación con los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, las víctimas del terrorismo son bastante menores en su magnitud, y la mayoría de los vecindarios parecen razonablemente seguros. Entonces, se podría decir que todavía vivimos en una época de restricción. 
 
El dedo acusador indudablemente cae sobre Satanás por los males del mundo en el libro de Apocalipsis (Apoc. 9:11; 12:12). Él, no Dios, es el destructor. 
 
Cuando Dios juzga, el propósito generalmente no es destruir sino disciplinar a su pueblo (como en Apoc. 3:19; Heb. 12:5-7) o para librarlo del daño causado por las fuerzas del mal (20:7-10). Satanás es implacable en su afán de destruir. Si no fuera por la influencia restrictiva del Espíritu de Dios, las cosas serían mucho peores de lo que son ahora. El momento en que Dios realmente ejecuta su juicio final para destruir el pecado y a los pecadores se denomina “su extraña obra” (Isa. 28:21).

2. ¿Por qué hay tantas imágenes militares en la Biblia? Las imágenes militares también son comunes para la gente en la actualidad, dado que las noticias, las películas de acción y los thrillers de espionaje mantienen la actividad bélica en el centro de la consciencia de la gente. Dios se pone al nivel de la gente y utiliza un lenguaje familiar para ilustrar las verdades espirituales. En Apocalipsis, una observación cuidadosa nos dice que las batallas más importantes a menudo son una guerra de palabras y de ideas. La guerra en el cielo es entre Cristo y el “acusador de nuestros hermanos” (Apoc. 12:10, 11). Los que sobreviven a la batalla de Armagedón son los que velan espiritualmente (16:14-16). 

3. ¿Cuál es el significado del “cántico nuevo” de Apocalipsis 14:3? ¿Por qué nadie puede entonar esa canción, salvo los 144.000? Los 144.000 pasan por una experiencia única al vivir los acontecimientos del tiempo del fin que moldean el carácter (Apoc. 7:1-3; 14:1-5). Las tribulaciones del tiempo del fin desarrollarán en ellos un aprecio único por Cristo que no obtendrían de otro modo. Dios no desea las dificultades del tiempo del fin, pero las utiliza para fomentar en sus seguidores la semejanza con Cristo. De este modo, los creyentes del tiempo del fin podrán desempeñar un papel único en la eternidad (7:14, 15; ver el tema IV).

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