JESUS COMO EL MAESTRO DE MAESTROS Había una vez una escuela que era muy buena y tenía un grupo de docentes extraordinario. 1 Uno de ellos, el maestro de sexto grado, era el epítome de los buenos maestros, por dondequiera que se lo viera. Era inmaculadamente organizado. La sala de este maestro siempre se ponía como ejemplo en la escuela. Era como si ahí se hubieran inventadQ las carteleras de exhibición, ya que cada semana había una cartelera nueva y creativa decorando la pared. La alfombra siempre lucía impecablemente limpia y un rayón de lápiz en un escritorio o en la pared no sobrevivía más de cinco minutos. Los otros maestros en la escuela envidiaban en silencio el control perfecto que este maestro parecía tener sobre todo lo relacionado con el aula de sexto grado. Los planes de lecciones diarias, los planes de lecciones semanales y los planes de lecciones anuales con objetivos de comportamiento detallados siempre estaban en el escritorio del director antes del comienzo del año...