Viernes 4 de octubre | Lección 1 PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Jesús no le había dado seguridad alguna de ayuda divina. El hombre podría haberse detenido a dudar, y haber perdido su única oportunidad de sanar. Pero creyó en la palabra de Cristo, y al obrar de acuerdo con ella recibió fuerza. “Por medio de la misma fe podemos recibir curación espiritual. El pecado nos separó de la vida de Dios. Nuestra alma está paralizada. Por nosotros mismos somos tan incapaces de vivir una vida santa como aquel lisiado lo era de caminar. Son muchos los que comprenden su impotencia y anhelan esa vida espiritual que los pondría en armonía con Dios; y luchan en vano para obtenerla. En su desesperación, claman: ‘¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?’ Alcen la mirada esas almas que luchan presa de la desesperación. El Salvador se inclina hacia el adquirido por su sangre, diciendo con inefable ternura y compasión: ‘¿Quieres ser sano?’ Él los invita a levantarse llenos de salud y