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Mostrando las entradas etiquetadas como La gran esperanza

La gran Esperanza - 11 LA VICTORIA DEL AMOR

Contenido 1. El asalto final contra Dios 2. La sentencia es pronunciada contra los rebeldes 3. Satanás derrotado 4. Muerte violenta de los impíos 5. Recordativos de la crucifixión 6. El triunfo del amor de Dios Al final de los mil años, Cristo regresa a la Tierra acompañado por los redimidos y una comitiva de ángeles. Él pide a los impíos que se levanten para recibir su castigo. Ellos obedecen, en número tan incontable como las arenas del mar, mostrando las huellas de la enfermedad y la muerte. ¡Qué contraste con los que fueron levantados en la primera resurrección!  Todas las miradas se concentran en la gloria del Hijo de Dios. A una voz, la hueste de los impíos exclama: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (S. Mateo 23:39). No es el amor lo que los inspira a proferir esta exclamación, sino que es la fuerza de la verdad la que los obliga a pronunciar estas palabras con labios reticentes. Los impíos salen de sus tumbas con la misma enemistad hacia Cristo y co

La gran Esperanza - 10 EL GRAN RESCATE

Contenido 1. El día del Señor 2. Aparece el Rey de Reyes 3. En la Ciudad Santa 4. Los dos Adanes se reúnen 5. Los redimidos en la gloria Cuando la protección de las leyes humanas les sea negada a los que honran la ley de Dios, habrá en diferentes países un movimiento simultáneo con el propósito de destruirlos. Cuando el tiempo señalado por el decreto esté cerca, el pueblo conspirará para asestar, en una determinada noche, un golpe decisivo que silenciará a los disidentes y a los réprobos. El pueblo de Dios –algunos en las celdas de las cárceles, algunos en los bosques y las montañas– ruega por la protección divina. Hombres armados, instigados por los malos ángeles, se están preparando para la obra de muerte. Ahora, en la hora de máxima gravedad, Dios se interpone: “Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra Pascua, y alegría de corazón, como el que va... al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su br

La gran Esperanza - Destrucción De Jerusalén

Destrucción De Jerusalén Todas las predicciones dadas por Cristo con relación a la destrucción de Jerusalén se cumplieron al pie de la letra. Aparecieron señales y milagros. Durante siete años, un hombre estuvo recorriendo las calles de Jerusalén, declarando las desgracias que vendrían. Este extraño personaje fue apresado y azotado, pero ante el insulto y los maltratos solamente contestaba: “¡Ay de Jerusalén!” Finalmente fue asesinado durante el sitio de la ciudad que él predijo.1 Ni un solo cristiano pereció en la destrucción de Jerusalén. Después de que los romanos hubieron rodeado la ciudad bajo Cestio, inesperadamente abandonaron el sitio cuando todo parecía favorable para el ataque. El general romano retiró sus fuerzas sin la menor razón aparente. La señal prometida había sido dada a los cristianos que esperaban (S. Lucas 21:20, 21). Los sucesos se desarrollaron de tal manera que ni los judíos ni los romanos impidieran la huida de los cristianos. Ante la retirad

La gran Esperanza - 09 ESPERANZA REAL

Contenido 1. El terremoto que hizo temblar al mundo 2. El oscurecimiento del sol y la luna 3. La luna como sangre 4. El llamado a despertar 5. Un mensaje dado por hombres humildes La promesa de que Cristo vendrá por segunda vez para completar la gran obra de la redención es la nota tónica de las Sagradas Escrituras. Desde el Edén, los hijos de la fe han esperado la venida del Prometido, que les traería de nuevo el paraíso perdido. Enoc, en la séptima generación descendiente de los que habitaron en el Edén, y quien por tres siglos caminó con Dios, declaró: “He aquí que viene el Señor, con las huestes innumerables de sus santos ángeles, para ejecutar juicio sobre todos” (S. Judas 14, 15, VM). Job, en la noche de su aflicción, exclamó: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo... en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro” (Job 19:25-27).  Los poetas y los profetas de la Biblia se han espaciado en la venida