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Mostrando entradas de enero, 2023

Lección 5 | CÓMO AFRONTAR LAS DEUDAS | Administrar para el Señor... Hasta que él venga | Libro complementario

Lección 5: ENFRENTARSE A LA DEUDA El rico domina al pobre, y el prestatario es siervo [esclavo] del prestamista. -Proverbios 22:7 El malvado pide prestado y no lo devuelve. -Salmo 37:21 Dadas todas las tensiones de la vida en este momento de la gran controversia, el diablo complica aún más la vida animando a las personas y a las familias a gastar más de lo que ganan y a endeudarse. Los estudios demuestran que alrededor del 40% de las parejas que se divorcian señalan las dificultades financieras como uno de los principales factores de la disolución de su matrimonio. Aunque el endeudamiento parece ser una forma de vida en Occidente hoy en día, nunca debería ser la norma para los cristianos. La Biblia dice no a las deudas. En las Escrituras hay más de veintiséis referencias al endeudamiento, y todas son negativas. La Biblia no dice que sea pecado pedir dinero prestado, pero sí habla de las consecuencias de hacerlo. He aquí siete principios bíblicos sobre el endeudamiento: 1.

Lección 5 | CÓMO AFRONTAR LAS DEUDAS | Administrar para el Señor... Hasta que él venga | Sección maestros

Lección 5: CÓMO AFRONTAR LAS DEUDAS RESEÑA El hecho de que Dios advierta acerca de las deudas nos muestra que las deudas tienen implicaciones espirituales (Prov. 6:1-5; 22:7). Estar libre de deudas consiste en poner el Reino de Dios en primer lugar, y librarnos así del deseo de las cosas materiales (Mat. 6:33). En el Pacto divino, hay prosperidad y se les pone fin a las deudas (Deut. 28:1, 2). Sin embargo, para que estas promesas se materialicen, es necesario que sintamos amor por Dios, que se traduce en la obediencia a sus mandatos, a los votos tomados durante el bautismo, incluyendo la fidelidad en los diezmos y las ofrendas (Sal. 50:14, 15; Mal. 3:7-12). El acreedor se enseñorea del deudor (Prov. 22:7), pero, según Jesús, solo Dios debe ser nuestro Señor (Mar. 12:29). Por lo tanto, amando a Dios y no a las cosas del mundo (1 Juan 2:15), podemos vencer la lujuria y el orgullo de la vida, por la gracia de Cristo (1 Juan 2:16). No debemos conformarnos con esta época materia