Lección 11 | Domingo 8 de diciembre
EL PADRE CELESTIAL
El Evangelio de Juan está escrito desde el punto de vista de la narración bíblica global, empezando por nuestros orígenes. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gén. 1:1); lo que equivale a decir que, en el principio, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo crearon los Cielos y la Tierra. Ellos son la Fuente de todo lo que existe. Ellos crearon el universo, incluidos los seres que lo habitan.
En nuestro planeta hubo una creación especial de diversas formas de vida, y lo más especial de esa creación fue la humanidad. El propósito de Dios al crear a la humanidad era que viviéramos en amorosa armonía con él y entre nosotros.
Desafortunadamente, Lucifer trajo el pecado a este mundo. El pecado es, entre otras cosas, una interrupción de nuestra relación con Dios. Representa de forma distorsionada quién es Dios. Por eso, Dios el Hijo asumió nuestra naturaleza humana en la persona de Jesús para restaurar el conocimiento de Dios y traer la salvación a la humanidad.
Mientras estuvo aquí, Jesús sometió su vida al Padre y vivió en armonía con su orientación. Dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). “El Padre está en mí y yo en el Padre” (Juan 10:38). “Si no hago las obras de mi Padre, no me crean” (Juan 10:37).
¿Qué funciones del Padre describen los siguientes pasajes?
Jua 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Jua 6:57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Jua 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,
Jua 5:30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Jua 6:32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
Jua 14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Jua 14:24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Jua 6:45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.(C) Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
Jua 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Jua 16:23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Estos versículos presentan al Padre en estrecha relación con Jesucristo, su Hijo. El Padre tiene un contacto íntimo con nuestro mundo y una profunda participación en nuestra salvación. ¿Qué nos enseña esta verdad acerca del amor de Dios hacia nosotros?
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