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CBA LIBRO DE JUAN CAPÍTULO 13

CBA Evangelio de Juan Capítulo 13
1.Antes de la fiesta.

[ Lavamiento de los pies de los discípulos, Juan 13: 1-20 = Luc. 22: 24-30. Comentario principal: Lucas y Juan.] Este acontecimiento ocurrió en relación con la cena pascual, el jueves de noche de la semana de la pasión. Se tratan los aspectos cronológicos de esta cena en la primera Nota Adicional de Mat. 26.

Su hora había llegado.

Anteriormente en su ministerio, Jesús había declarado que su hora no había llegado todavía (ver com. cap. 2: 4). Ahora había llegado la hora de la crisis.

Esa noche sería entregado a traición en manos de sus enemigos, y antes de que pasara el día judío, que empezaba con la puesta del sol, Jesús descansaría en la tumba de José.

Pasase de este mundo.

Jesús había venido de Dios (ver com. cap. 1: 1, 14), había sido enviado al mundo (ver com. cap. 3: 17), pero no debía permanecer en este mundo (cap. 16: 7). Después de completar su obra en la tierra, volvería a su Padre. Jesús hizo resaltar repetidas veces estos hechos (ver p. 870).

Los suyos.

Aquí se trata particularmente de los discípulos y no de la nación judía, como en el cap. 1: 11.

En el mundo.

Sus discípulos estaban "en el mundo", pero no eran "del" mundo (cap. 17: 11-16).

Hasta el fin.

Gr. eis télos , cuya traducción en 1 Tes. 2: 16 es "hasta el extremo". El mismo significado podría aplicarse aquí, aunque la traducción literal "hasta el fin" también corresponde con el contexto.

2. Cuando cenaban.

La evidencia textual se inclina (cf. p. 147) por este texto antes que por la variante "acabada la cena". Reuniendo la información dada por los diversos escritores de los Evangelios se llega a la conclusión de que lo correcto es "cuando cenaban". Sin embargo, el lavamiento de los pies quizá ocurrió al comienzo de la cena pascual (cf. DTG 601-602; ver com. Luc. 22: 24). Los escritores de los Evangelios no consignan todos los detalles de lo que sucedió durante la última cena. Por lo tanto, no se puede saber con certeza en qué momento durante el rito pascual (ver com. Mat. 26: 21) -si es que Jesús siguió minuciosamente en esta ocasión el ritual acostumbrado- fue instaurada la Cena del Señor (cf. DTG 609).

Que le entregase.

Ver com. Mat. 26: 14; cf. Luc. 22: 3.

3. Todas las cosas.

Es decir, todas las que tienen que ver con el plan de salvación (Juan 17: 2; Heb. 2: 8; ver com. Mat. 11: 27; Juan 3: 35).

Había salido de Dios.

Sin duda, se menciona este hecho para mostrar que en el momento en que Jesús lavaba los polvorientos pies de sus discípulos, estaba plenamente consciente de su divinidad. Este acto fue, pues, una demostración suprema de su humildad.

A Dios iba.

Ver com. vers. 1.

4. Se levantó de la cena.

La costumbre era estar reclinado sobre un sofá durante la comida (ver com. Mar. 2: 15). 1004

Se quitó su manto.

La vestimenta externa podría haber estorbado sus movimientos. Ver com. Mat. 5: 40.

Se la ciñó.

El propósito de estos actos y de los que los siguieron puede inferirse del relato de Lucas en cuanto a la contienda por la supremacía entre los discípulos (ver com. Luc. 22: 24). Jesús tenía el propósito de dar un ejemplo de servicio humilde y abnegado. Esperaba que esa demostración práctica impresionara a sus discípulos como no podría hacerlo un mero precepto.

5. Lavar los pies de los discípulos.

De acuerdo con la costumbre judía, que se remontaba quizá hasta los días de Jesús, lavar los pies del amo era uno de los deberes de un esclavo extranjero, pero no se esperaba que lo cumpliera un esclavo judío. Sin embargo, era un servicio que debía prestar la esposa al esposo y los hijos a su padre. (Ver Strack y Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament, t. 2, p. 557.) Se consideraba, pues, como un acto servil. Como en ocasión de la última cena no estaba presente ningún siervo, uno de los discípulos debería haberse encargado de la tarea, pero ninguno estuvo dispuesto a hacerla.

6. ¿Tú me lavas los pies?

En griego el énfasis recae en el pronombre "tú" y en mou ("de mí"). "¿ Tú lavas mis pies?" Algunos comentadores sugieren que Pedro puede haber levantado las piernas cuando pronunció estas palabras. Ese acto habría estado en armonía con su naturaleza impulsiva (Mat. 16: 22; Juan 13: 37; ver com. Mar. 2: 15).

7. Lo que yo hago.

En griego el énfasis está en los pronombres "yo" y "tú": "Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora". El significado pleno de lo que hacía Jesús no sería comprendido sino hasta más tarde. Entre tanto, Jesús le pidió a Pedro que tuviera fe y que se sometiera humildemente a la voluntad del Maestro.

8. No me lavarás los pies jamás.

En griego esta negativa se expresa en forma muy categórica. Esos violentos estallidos son característicos de la forma de hablar de Pedro (ver com. vers. 6). Sus palabras reflejaban confianza propia y no humilde sumisión. No esperó saber lo que Jesús le iba a enseñar.

No tendrás parte conmigo.

En vista del significado simbólico de lo que Jesús estaba haciendo, sólo así Pedro podría tener parte con Cristo (ver com. vers. 12, 15). Además, el espíritu independiente y la altivez de Pedro no concordaban con el carácter de los que disfrutan de comunión espiritual con su Señor en esta vida y que albergan la esperanza de disfrutar de comunión eterna con él en el mundo venidero.

9. No sólo mis pies.

Otro de los impetuosos estallidos característicos de Pedro. Comprendiendo que al no hacer caso a su Maestro afrontaba la perspectiva de separarse de él, Pedro se entregó inmediatamente, pero -como era característico en él- aun ahora procuró darle otro consejo a su Maestro. Todavía no comprendía el significado del acto.

10. Lavado.

Gr. lóuÇ , "lavar" o "bañar". LóuÇ se usa cuando se trata de lavar todo el cuerpo (Hech. 9: 37 y en la LXX Exo. 2: 5; 29: 4; Lev. 14: 8-9; etc.). Cuando se lava sólo una parte del cuerpo generalmente se usa la palabra níptÇ , como sucede posteriormente en este versículo y en Mat. 6: 17; 15: 2; etc. Jesús quizá aquí se refiere a la costumbre de bañarse antes de asistir a un banquete. Cuando llegaban los invitados, lo único que necesitaban era que se les lavara los pies. Teniendo esto en cuenta, es evidente la lección espiritual. Los discípulos habían recibido limpieza espiritual en el " "manantial abierto para la casa de David... para la purificación del pecado y de la inmundicia" " (Zac. 13: 1). No habían incurrido en una apostasía como para que necesitaran ser limpiados por completo de nuevo. Sin embargo, sus vidas no habían estado sin pecado. Con frecuencia, se habían rendido ante las insinuaciones de Satanás. El lavamiento sólo tenía significado porque representaba la eliminación del pecado mediante un sincero arrepentimiento y confesión.

Los pies.

Unos pocos MSS omiten la frase sino los pies". De esa manera, el pasaje se lee así: "El que se ha bañado, no necesita lavarse" " (BJ). Sin embargo, la evidencia textual (cf. p. 147) favorece el texto que aparece en la RVR.

Aunque no todos.

La referencia es a Judas que nunca se había entregado plenamente a Cristo.

11. Porque sabía.

Jesús había sabido esto "desde el principio" (cap. 6: 64).

Quién le iba a entregar.

Literalmente "el entregador". En el griego aparece la acción como si ya se estuviera realizando, como lo era en realidad (ver com. Mat. 26: 14; cf. DTG 601).

12. Tomó su manto.

Ver com. vers. 4.

¿Sabéis?

Ya habían sido impresionados 1005 con una parte del significado del acto. El ejemplo de servicio abnegado de Jesús había humillado el orgullo de ellos, pero el pleno significado espiritual del servicio todavía había de serles revelado.

13. Me llamáis.

Es decir, es vuestra costumbre llamarme.

Maestro.

Gr. didáskalos, "el que enseña" (ver com. cap. 1: 38).

Señor.

Gr. kúrios, término usado tanto para los hombres (Mat. 6: 24; etc.) como para la Deidad (Mat. 1: 22; etc.). Lo más común era que kúrios significara sólo un título común que expresaba respeto, correspondiente a "señor", como se usa en castellano. Posteriormente, y quizá a veces antes de la ascensión de Jesús (Juan 20: 28), la palabra también se usó en su sentido más pleno, para referirse a la deidad de Jesús (Hech. 10: 36; Rom. 14: 8; etc.). Se hace referencia aquí a los dos títulos, sin duda para hacer resaltar que aunque Jesús había realizado esa tarea servil, todavía era Maestro y Señor. El servicio no había disminuido su dignidad (ver com. Juan 4: 11).

14. Debéis.

Gr. oféilÇ , estar obligado. OféilÇ se ha traducido como "tener una deuda" (Mat. 18: 28) y "tener un deber" (Luc. 17: 10; Rom. 15: 27). El ejemplo de humilde servicio de Cristo debía ser imitado por sus seguidores. El servicio que se les demandaba era un ministerio de amor que se olvida del yo y coloca los intereses y las conveniencias propias después del bien de los de otros.

15. Ejemplo.

Jesús estaba haciendo más que dar un ejemplo de servicio. Estaba instituyendo un rito que debía ser observado por sus seguidores hasta el fin del tiempo, un rito que debía hacer recordar vívidamente las lecciones del servicio original. El rito tiene un significado triple: (1) Simboliza la limpieza del pecado. El bautismo simboliza la limpieza original del pecado. La limpieza de las contaminaciones que posteriormente se han acumulado está simbolizada por el rito del lavamiento de los pies. Como en el caso del bautismo, el rito no tiene significado alguno a menos que el participante, por medio del arrepentimiento y de la conversión, haya renunciado al pecado en su vida. En el acto de lavar los pies no hay ningún mérito. El servicio adquiere significado sólo cuando ha habido la debida preparación. (2) Simboliza una renovada consagración al servicio. El que participa y se inclina para lavar los pies de sus hermanos indica así que está dispuesto a ocuparse en el servicio del Maestro, sin importarle cuán humilde sea ese servicio. (3) Simboliza el espíritu de compañerismo cristiano. El rito es, pues, un servicio preparatorio adecuado para participar en la Cena del Señor. Se estudia más ampliamente este tema en DTG 598-607.

16. De cierto.

Ver com. Mat. 5: 18; Juan 1: 51.

El siervo.

O "esclavo".

No es mayor.

Si no era denigrante que el Maestro realizara una tarea servil, ciertamente el siervo, o esclavo, no debía sentir menoscabada su dignidad al hacerlo (cf. com. Luc. 6: 40; ver Mat. 10: 24; Luc. 22: 27).

17. Si sabéis.

El conocimiento de su deber coloca al hombre bajo la responsabilidad de realizarlo. Una persona no es responsable de las cosas que ignora, por supuesto, siempre que su ignorancia no sea voluntaria (Juan 9: 41; 15: 22; Rom. 5: 13; Sant. 4: 17).

Bienaventurados.

Gr. makários (ver com. Mat. 5: 3).

Si las hiciereis.

El hacer no está divorciado del profesar (Mat. 7: 21; Luc. 6: 46; 12: 47; Rom. 2: 13; Sant. 1: 25).

18. No hablo de todos vosotros.

Las palabras de bienaventuranza pronunciadas en el vers. 17 no se aplicaban a todo el grupo. Estaba excluido Judas, el traidor.

Yo sé.

Jesús conocía el carácter de cada uno de sus discípulos, y desde el principio sabía que Judas lo traicionaría (cap. 6: 64). En cuanto a las razones por las cuales se le dio un lugar entre los doce, ver com. Mar. 3: 19.

Elegido.

Cf. cap. 6: 70.

Para que se cumpla.

La profecía no había decretado que Judas traicionara a su Señor. La presciencia divina tan sólo había previsto lo que sucedería (ver com. cap. 12: 39).

El que come pan.

Una cita del Sal. 41: 9 (ver allí el comentario).

19. Antes que suceda.

Si Jesús no les hubiese dicho de antemano a los discípulos que judas desertaría, podrían haber llegado a la conclusión de que el Maestro cometió un error de apreciación cuando permitió que Judas fuera uno de los doce. La elección de Judas no fue una idea de Jesús, sino de los mismos discípulos (ver com. Mar. 3: 19). El cumplimiento de la profecía demuestra la validez del que pronunció la predicción.

Yo soy.

Ver com. cap. 8: 24.

20. Me recibe.

Ver com. Mat. 10: 40.

21. Se conmovió.

[ Se revela quién es el traidor, 1006 Juan 13:21-30 = Mat. 26:21-25 = Mar. 14:18b-21 = Luc. 22:21-23. Comentario principal: Mateo y Juan.] Ver com. cap. 12: 27.

De cierto.

Ver com. Mat. 5: 18; Juan 1: 51.

Me va a entregar.

El anuncio es más específico que el de los vers. 18-19. Cf. Mat. 26: 21; Mar. 14: 18.

22. Dudando.

Gr. aporéÇ , "no saber", "estar perplejo" , como en 2 Cor. 4: 8. Los discípulos estaban perplejos porque no podían comprender cómo uno de su grupo traicionaría a Jesús.

Al cual Jesús amaba.

La forma favorita de Juan para nombrarse a sí mismo (cf. cap. 19: 26; 20: 2; 21: 7, 20). La palabra correspondiente a "amaba" es filéÇ en el cap. 20: 2, mientras que en los otros pasajes se usa agapáÇ (ver com. cap. 11: 5).

23. Estaba recostado al lado de Jesús.

"Sobre el pecho de Jesús" (VM). Esta traducción refleja mejor lo que dice el griego. En com. Mar. 2: 15 hay un estudio de la costumbre de estar recostados en los banquetes. Los participantes estaban reclinados sobre sofás especiales para la ocasión, y se apoyaban en su brazo izquierdo. El hecho de que Juan hiciera descansar su cabeza sobre el pecho de Jesús demuestra que estaba a la derecha del Maestro. La famosa pintura de Leonardo da Vinci, La última cena, no representa correctamente la forma en que los participantes se recostaban.

24. Hizo señas.

Algunos han sugerido que Pedro ocupaba el lugar a la izquierda de Jesús. Sin embargo, si ése hubiese sido su lugar, le hubiera sido difícil hacerle señas a Juan. Más verosímil es la suposición que Judas ocupaba el lugar importante (cf. DTG 600).

26. Pan mojado.

"El bocado" (BJ). Gr. psÇmíon, "pedacito", "bocado", quizá de pan, aunque algunos piensan que aquí se refiere a hierbas amargas, una parte de las cuales -de acuerdo con el ritual de la pascua- debía mojarse en la salsa que servía de condimento, o jaroseth (ver com. Mat. 26: 21, 23).

Judas Iscariote.

Ver com. Mar. 3: 19.

Hijo de Simón.

Ver com. cap. 6: 71.

27. Satanás.

Este es el único lugar en el cual Juan usa este nombre. En otros lugares, el apóstol llama "el diablo" a Satanás (cap. 8: 44; 13: 2). En lo que respecta al significado del nombre "Satanás" , ver com. Job 1: 6; Zac. 3: 1; Mat. 4: 1.

Entró en él.

Es decir, tomó completa posesión de él. Hasta aquí todavía había habido oportunidad para que Judas se arrepintiera, pero en este momento pasó el límite.

Hazlo más pronto.

Si Jesús, el verdadero Cordero pascual, debía ser muerto en el día en que eran sacrificados los corderos pascuales (ver la primera Nota Adicional de Mat. 26), no le quedaba mucho tiempo a Judas para cometer su cobarde acción.

28. Entendió.

"Se enteró", "supo" o "reconoció". Habían estado tratando el tema de la traición, pero no necesariamente debían relacionar la declaración de Jesús con Judas (vers. 27) como traidor. Sin embargo, Judas mismo entendió lo que Jesús quiso decir.

29. Bolsa.

Gr. glÇssókomon, "caja de dinero" (ver com. cap. 12: 6). Judas era el tesorero del grupo.

Para la fiesta.

Los discípulos ya habían provisto lo necesario para su propia cena pascual. Sin embargo, todavía estaban por delante la pascua y la fiesta de los panes sin levadura (o ázimos). Algunos que procuran establecer el día de la fiesta regular de la pascua, han argumentado que habría sido imposible que Judas comprara provisiones en un día de fiesta. No tiene validez este argumento. Los Judíos permitían que se comprara alimentos en ese día, siempre que las transacciones no se realizaran en la forma usual. Esto se aclara en la Mishnah: "Uno no debe afilar un cuchillo en una Fiesta, pero uno puede frotarlo sobre otro cuchillo [para afilarlo]. Un hombre no debe decirle a un carnicero: "Pésame el valor de un denario de carne", pero él mata [el animal] y lo comparte entre ellos. Un hombre puede decir [en una fiesta] a un vecino: 'Lléname este vaso', pero no en una medida. R. Judah dice: 'Si fuera un vaso para medir, no debe llenarlo'. Se cuenta de Abba Saúl b. Batnith que solía llenar sus medidas en la víspera de una Fiesta y las daba a sus clientes en la Fiesta. Abba Saúl dice: 'El solía hacerlo así también durante los días intermediarios de una Fiesta, en razón de la claridad de la medida'; pero los Sabios dicen: 'También solía hacerlo así en un día común con el propósito de achicar las medidas'. Un hombre puede ir a un almacenero de quien es cliente regular y decirle: 'Dame [tantos] huevos y nueces', y dar el número; pues ésta es la forma en que un dueño de casa cuenta en su propia casa" (Bezah 3. 7-8).

A los pobres.

La ocasión era apropiada para ayudar con dinero a los pobres, los que, de otra manera, quizá no podrían disponer 1007 de corderos pascuales para la fiesta.

30. Luego salió.

Judas entendió el significado de lo que decía Jesús (ver DTG 611). Sabía que el Maestro leía sus propósitos. Su decisión de no quebrantarse hizo que cruzara la línea demarcatoria de su tiempo de gracia personal (ver com. vers. 27). La traición fue resultado de su propia decisión (ver com. cap. 3: 18-19).

Era ya de noche.

Literalmente, era noche (1 Cor. 11: 23), pues la cena pascual debía comerse después de la puesta del sol. De acuerdo con la Mishnah, la ofrenda de la pascua debía ser comida sólo durante esa noche y antes de la medianoche ( Zebahim 5. 8). Pero quizá Juan quiso expresar más que eso. Era noche espiritual para Judas, quien se retiró de la presencia de la "luz del mundo" (Juan 8: 12), para ser poseído y guiado por el príncipe de las tinieblas (cf. Luc. 22: 53; ver Nota Adicional com. Mar. 1).

31. Es glorificado.

[Consejos finales, Juan 13: 31 a 14: 31.] La salida de Judas fue la señal de que se aproximaban la traición cometida contra el Hijo del hombre y su muerte. Jesús sería glorificado en los acontecimientos que pronto ocurrirían (cap. 7: 39; 12: 16, 23-24). Este discurso (cap. 13: 31 a 14: 31) fue presentado en el aposento alto antes de que fueran al monte de los Olivos (ver cap. 14: 31; cf. DTG 626-627).

Hijo del Hombre.

Ver com. Mat. 1: 1; Mar. 2: 10.

Dios es glorificado.

El Padre y el Hijo colaboraban en estrecha armonía para la salvación del mundo (ver com. cap. 10: 30). La gloria del uno era la gloria del otro.

33. Hijitos.

Gr. tekníon . Este diminutivo cariñoso sólo aparece aquí en el Evangelio de Juan, pero es frecuente en 1 Juan (cap. 2: 1, 12, 28; 3: 7, 18; 4: 4; 5: 21). Una expresión similar ("mis hijos") era frecuente en los labios de los maestros Judíos cuando se dirigían a sus alumnos (ver el Talmud Ta'anith 21a; Baba Bathra 60b).

Un poco.

Cf. cap. 7: 33.

Dije a los judíos.

Cf. cap. 8: 21.

Vosotros no podéis ir.

Ver com. cap. 8: 22.

34. Mandamiento nuevo.

El mandamiento de amar no era nuevo en sí mismo. Pertenecía a las instrucciones dadas por el Señor mediante Moisés (Lev. 19: 18). La orden se encuentra también en la Mishnah: "Sé tú de los discípulos de Aarón, amante de la paz y que sigue la paz, [sé tú] uno que ama a sus prójimos y los lleva cerca de la Torah" ( Aboth 1. 12). El mandamiento era nuevo en el sentido de que se había dado una nueva demostración de amor que se ordenó a los discípulos que imitaran. Mediante una revelación del carácter de su Padre, Jesús había presentado ante los hombres un nuevo concepto del amor de Dios. El nuevo mandamiento ordenaba a los hombres que preservaran la misma relación mutua que Jesús había cultivado con ellos y con la humanidad en general. El mandamiento antiguo ordenaba a los hombres que amaran a su prójimo como a sí mismos, pero el nuevo los instaba a amar como Jesús había amado. En realidad, el nuevo era más difícil que el antiguo, pero se daba abundantemente la gracia para poderlo cumplir.

Améis.

Gr. agapáÇ ; ver com. Mat. 5: 43-44. El tiempo verbal griego indica acción continuada: "que sigáis amándoos".

35. En esto.

Los seguidores de los grandes maestros reflejan las características de sus maestros. El amor era uno de los principales atributos de Jesús. La vida de Jesús había sido una demostración práctica del amor en acción. Si los discípulos manifestaban esa misma clase de amor, eso demostraría su íntima relación y comunión con su Maestro. Es el amor y no la profesión de fe lo que destaca a un cristiano.

Tuviereis amor.

O "continuarais teniendo amor". Son evidencias del discipulado las manifestaciones de amor constantes y fervientes, y no los brotes de caridad aislados y espasmódicos. Pablo define esta clase de amor en 1 Cor. 13. La actitud que allí se estudia es la misma que se presenta aquí.

36. ¿A dónde vas?

[Jesús anuncia la negación de Pedro. Juan 13: 36-38 = Mat. 26: 31-35 = Mar. 14: 27-31 = Luc. 22: 31-34.] El comentario de Pedro parece eludir el tema del nuevo mandamiento. Quizá sus requisitos le resultaban entonces demasiado rígidos. Sin embargo, estaba interesado en lo que

Jesús había dicho en cuanto a que se iría. No entendió la naturaleza de ese alejamiento (vers. 37), como tampoco los fariseos la habían entendido antes (cap. 7: 35; 8: 22).

Me seguirás después.

El pasaje probablemente tiene una doble aplicación: (1) Que Pedro seguiría a Jesús en la muerte. En ese momento, el discípulo no estaba preparado para eso, como quedó demostrado claramente por los sucesos posteriores (Mat. 26: 56, 69-75). Sin embargo. más tarde fue crucificado 1008 por su fe (Juan 21: 18-19; cf. HAp 428-429). (2) Seguiría a Jesús en su ascensión al cielo. Para esto, Pedro tendría que esperar hasta el regreso de su Señor al fin de los siglos (cap. 14: 1-3). Quizá esta ambigüedad en la afirmación fue hecha a propósito.

37. ¿Por qué no?

En cuanto a la impaciencia característica de Pedro, ver com. Mar. 3: 16. Su impulsivo lealtad era, indudablemente, sincera en el momento cuando hablaba, pero resultó ser sumamente débil cuando fue puesta a prueba. Bien podría haber meditado Pedro en la parábola de la construcción de una torre y en la de un rey que va a la guerra (ver com. Luc. 14: 27-33).

Mi vida pondré.

Unos 35 años más tarde, en la ciudad de Roma, Pedro dio su vida por su Maestro. Por su propio pedido fue crucificado cabeza abajo (ver HAp 428-429; com. Mat. 26: 35).


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