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CBA CARTA A LOS FILIPENSES Capitulo 2


CBA Filipenses Capítulo 2
1.
Si hay.

En el pensamiento de Pablo no hay división de capítulos. Continúa el tema que comenzó en el cap. 1, particularmente en el vers. 27, donde recurre al sentido de ciudadanía cristiana de sus conversos. Ahora amplía ese tema y se concentra en el desarrollo de la unidad y la humildad del cristiano, y al hacerlo descubre su propia alma entre tanto que revela la apasionada intensidad de su preocupación por los filipenses, la altura y la profundidad de su comprensión de la naturaleza y el sacrificio de Cristo, las excelsas normas que tiene para sus hijos espirituales, sus generosas opiniones acerca de sus fieles colaboradores y su completa entrega a la causa del Evangelio. Este capítulo merece un cuidadoso estudio, sirviendo como guía el análisis ya hecho.

La iglesia de Filipos había proporcionado mucho gozo al apóstol (ver com. cap. 1: 3-4); sin embargo, parece que peligraba la unidad de sus miembros, que se habían introducido

disensiones en sus filas, y que Pablo estaba tan preocupado por esos peligros que dedicó una gran parte de su carta a exhortarles a esforzarse por lograr una unidad completa (cf. cap. l: 15-18,27; 2: 2-4,14; 3: 2; 4: 2). La medida del calibre espiritual de ellos puede apreciarse por el hecho de que Pablo no basa su exhortación en la lealtad personal de ellos hacia él como su padre espiritual, sino en su amor a Cristo como su Redentor.

El cuádruple uso de la conjunción "si" en este versículo, no significa duda en cuanto a la verdad de las premisas de Pablo. La construcción del texto griego muestra que él daba por sentado que sus suposiciones eran verdaderas; podría traducirse "puesto que".

Consolación.

Gr. paráklèsis, "exhortación" , "estímulo" , "consuelo" (ver com. Hech. 9: 31l; Rom. 12: 8; 15: 4). "Estímulo" parece concordar mejor con el contexto.

En Cristo.

El fundamento de la exhortación del apóstol era la experiencia de los filipenses en Cristo, incentivo que deriva de estudiar e imitar su vida modelo (cf. 1 Cor 12: 12,27; Efe. 4: 15-16).

Consuelo.

Gr. paramúthion, sinónimo de paráklèsis (ver "consolación").

De amor.

Quizá Pablo quiere decir: si vuestro amor por Cristo ejerce algún poder estimulante sobre vuestras mentes.

Comunión.

Gr. koinonía (ver com. cap. 1: 5), aquí "asociación íntima".

Del Espíritu.

Estas palabras son paralelas con "consolación en Cristo", y se refieren a la acostumbrada sumisión de los filipenses al control del Espíritu.

Afecto entrañable.

En el griego dice sólo "entrañas". En la antigüedad se entendía que el asiento de las emociones estaba en las vísceras; hoy diríamos el corazón. Esta figura representa las emociones tiernas y cálidas del afecto humano (ver com. Jer. 4: 19).

Misericordia.

En griego se usa el plural de oiktirmós, "misericordia", en paralelismo con "entrañas". Con el uso del plural Pablo podría estar llamando la atención a los actos individuales de misericordia, que demuestran la presencia de un afecto genuino.

2.
Completad mi gozo.

El apóstol ya tenía gozo (cap. 1: 4), y sólo faltaba que fuera pleno o completo (cf. Juan 3: 29; 15: 11; 17: 13). Los filipenses debían completarlo permitiendo que la exhortación de Pablo fuera eficaz en ellos, y fomentando y demostrando las virtudes a las cuales los exhortaba.

Sintiendo lo mismo.

O "teniendo todos el mismo pensar" (NC). La concordia que les pide es definida en las tres frases siguientes.

El mismo amor.

El amor mutuo hace que los pensamientos sean parecidos y que haya una acción unida (cf. Juan 13: 35; Col. 1: 4; 1 Tes. 3: 12; 2 Tes. 1: 3).

Unánimes.

Gr. súmpsujos, "armonioso" , "apacible" , "unido" . Este vocablo griego deriva de sun , "con" "junto con" y psujè , "alma" , o "espíritu" . "Un mismo espíritu" " (BJ). "Unidos en espíritu" " (BA).

Sintiendo una misma cosa.

Literalmente "pensando una misma cosa". Pablo reconoce la necesidad de que los hijos de Dios demuestren que los que están en armonía con Dios pueden vivir en mutua armonía. Pocas cosas contradicen más la profesión cristiana de fe que la incapacidad de vivir y trabajar armoniosamente con otros cristianos. Cuando aceptamos a Cristo nos convertimos en miembros de su cuerpo. Para realizar el mayor bien posible, el cuerpo debe funcionar como una unidad (cf. com. 1 Cor. 12: 12-27). La obra de Dios prosperará si el pueblo de Dios se une y trabaja armoniosamente (TM 489-490; 3JT 243-247; 8T 183).

3.
Contienda.

Gr. erithéia, "egoísmo" , "ambición egoísta" , "rivalidad" " (BJ), "partidarismo".

Vanagloria.

Gr. kenodoxía, "orgullo vacío", "estima propia infundada", "engreimiento". Este vocablo griego deriva de kenós , "vacío", y dóxa, "opinión". Ningún bien permanente se logrará por medio de un trabajo hecho con el espíritu que aquí describe Pablo. No debemos trazar planes ni ir en pos de meta alguna, si somos impulsados por ambiciones egoístas o un deseo de superar a otros. Si estos motivos están presentes nada puede agradar a Dios, ni aunque su fin sea bueno en sí mismo.

Humildad.

Gr. tapeinofrosúnè , "humildad", "modestia", de tapeinós, "humilde", "modesto" y fronéò , "pensar"; por lo tanto, tener una opinión humilde de uno mismo. Los escritores seculares usan este sustantivo en sentido despectivo, y Pablo lo utiliza en Col. 2: 18, 23 para referirse a la humildad simulada; pero en Hech. 20: 19; Efe. 4: 2; Col. 3: 12 tiene el significado cristiano especial de "humildad mental". El cristianismo ha ensalzado la humildad hasta un nuevo nivel: como uno de los rasgos más atrayentes del carácter. El que es verdaderamente humilde no se jacta de su humildad; sencillamente se autoestima equilibradamente en su relación con Dios y con el plan de salvación.

Estimando.

Del verbo griego hègéomai , "considerarse", lo que incluye una apreciación de los hechos.

Superiores.

Cf. com. Rom. 12: 10. La humildad Fija la vista en la excelencia ajena y se juzga desde ese punto de vista. El hombre verdaderamente humilde es sensible a sus propios defectos, pero se da cuenta de que no ve con la misma claridad los defectos de otros. Es natural que aquellos que comprenden debidamente sus propios defectos, esperen que los otros no tengan esos defectos y que sus corazones sean más puros; por lo tanto son inducidos a creer que los otros merecen mayor respeto que ellos. Un hombre verdaderamente piadoso siempre es humilde y desea que los otros sean preferidos en los cargos y honores. Eso no significa que no ve los defectos de otros cuando son manifiestos; pero será humilde y discreto. Esta virtud cristiana rechaza la ambición por los cargos y ayuda a sentir contentamiento no importa qué determine la providencia divina (cf. com. Fil. 4: 11-12).

4.
Mirando.

Del verbo griego skopéò , "mirar atentamente" " (ver com. Rom. 16: 17).

Lo suyo propio.

Pablo insta a los cristianos a que no sean egoístas, a que no permitan que su atención esté completamente absorbida por lo que les interesa a ellos o a sus familias. El apóstol les pide que demuestren un tierno cuidado por la felicidad de todo el grupo y que con abnegada solicitud tengan en cuenta el bienestar de otros. Nadie está en libertad de vivir únicamente para sí mismo o para no tener en cuenta las necesidades de otros.

También.

Pablo da a entender con este adverbio que los cristianos deben prestar la debida atención a sus propios asuntos y también a las necesidades de otros.

Lo de los otros.

Esto no significa que uno debe ocuparse indebidamente de los asuntos ajenos como lo hacen los entremetidos (cf. 2 Tes. 3: 11; 1 Tim. 5: 13; 1 Ped. 4: 15), sino que no debe pasarse por alto el bienestar de otros. El consejo de Pablo tiene el propósito de eliminar el estrecho espíritu de egoísmo y fomentar una bondadosa consideración por la felicidad de nuestros prójimos.

El cristiano tiene una responsabilidad particular por el bienestar espiritual de otros. Si 160 un hombre está espiritualmente ciego y no desea ir al Maestro, no es entremetimiento tratar de conducirlo al Salvador, así como no lo es advertir a una persona, en una noche oscura, que hay un precipicio peligroso en el camino o despertarla de su sueño para decirle que su casa está incendiándose. Si no se le ha advertido que se aproxima el retorno del Salvador, no es una interferencia indebida hablarle de ese acontecimiento próximo. No hay ningún entremetimiento en hablarle del glorioso cielo que puede ser suyo, así como no lo sería decirle que hay una mina de oro en su propiedad. Se hace por el propio interés de esa persona, y a un verdadero amigo te corresponde enseñarle o recordarle esas cosas. La única información que tiene el mundo acerca de la vida futura debe recibirla de la iglesia. Todo el que ama a Cristo amará suficientemente a sus prójimos como para instruirlos, conducirlos al Salvador y ayudarles en su preparación para el próximo regreso del Maestro.

5.
Haya... este sentir.

Mejor, "esto pensad" o "así pensad". En los vers. 1-4 el apóstol presenta la necesidad de la unidad y de la humildad abnegada; ahora indica cómo se puede cubrir esa necesidad.

En vosotros.

O "entre vosotros" " (BJ).

Cristo Jesús.

En cuanto al significado de este título, ver com. Mat.1: 1. En el NT generalmente se usa el nombre "Jesucristo"; pero Pablo emplea con frecuencia la otra forma, especialmente en esta epístola (cap. 3: 3, 8, 12, 14; 4: 7, 19, 2l). Al hacerlo posiblemente quiere destacar el elemento divino (Cristo) antes del elemento humano (Jesús) en la naturaleza divino-humana del Salvador. Para Pablo toda la vida espiritual se centra en Cristo, y cuando desea inculcar lecciones de humildad y unidad no puede encontrar un mejor método que presentar en forma resumida el relato de la actuación de su Maestro, como el ejemplo supremo de las virtudes que desea que posean los filipenses. La sublime descripción que sigue (cap. 2: 6-8) no se ocupa conscientemente de la teología en un sentido estrictamente académico, sino que manifiesta la comprensión inspirada e íntima de la obra redentora de Cristo que tenía el apóstol, quien la emplea para ilustrar su enseñanza y para estimular a sus conversos a que imiten al Salvador. Cristo abandonó una gloria inefable, se cubrió con la forma humana más humilde y se ocupó de las cosas más modestas para que los hombres pudieran ser salvos. Los cristianos deben moldear sus vidas en armonía con este gran ejemplo.

6.
Siendo.

Del verbo griego hupárjò , que con frecuencia significa "ser" " o " "existir" " (Luc. 9: 48; 16: 14; Rom. 4: 19; 1 Cor. 7: 26; etc.). Ver t. V, pp. 874-875, 894.

Forma.

Gr. morfé, que aquí denota todas las características esenciales y los atributos de Dios. Morfé representa en este sentido la manera en que las cualidades eternas de Dios se han manifestado. Cualquier forma que esa manifestación hubiera podido tomar fue poseída por Cristo, quien de esa manera existió como uno con Dios. Esto coloca a Cristo en igualdad con el Padre y muy por encima de todo otro poder. Pablo lo destaca para describir más vívidamente las profundidades de la humillación voluntaria de Cristo.

Estimó.

Del verbo griego hègéomai (ver com. vers. 3). El apóstol ha tratado de la condición de Cristo -de igualdad con Dios-, y ahora expone el pensar de Cristo para dar una visión interior de la mente del Salvador y así capacitar a los filipenses para que procuren imitar ese modo de pensar. El razonamiento de Pablo se presenta en forma muy condensada. En una frase muestra que Cristo era consciente de su igualdad con Dios, y sin embargo resolvió abandonar la gloria inherente a esa altísima condición para llevar a cabo su compasivo propósito de salvar a la humanidad perdida.

Ser igual.

Es decir, continuar existiendo en igualdad con Dios. La frase establece definidamente el lugar de Cristo en relación con Dios. El Hijo es colocado junto al Padre, en pie de igualdad y en ninguna forma inferior (ver t. V, pp. 874-876, 894; com. Col. 2: 9). Pero Pablo presenta esta posición sólo para demostrar la voluntad de Cristo a renunciar a ella en bien de la salvación del hombre.

Cosa a que aferrarse.

"No retuvo ávidamente" " (BJ). Esta frase corresponde en el texto griego con el sustantivo harpagmós, "usurpación" , "robo" , "cosa que retener" , "algo de que apoderarse" , "premio" . Harpagmós deriva de harpázò , "aferrarse" , "pretender ávidamente algo para uno" , "arrebatar" . " "No consideró como una presa arrebatada el ser al igual de Dios" " (BC).

7.
Se despojó a sí mismo.

Literalmente "se vació a sí mismo". Ese vaciamiento o anonadamiento fue voluntario (ver com. Juan 10: 17-18). No era posible que Cristo retuviera 161 todos los rasgos característicos de la divinidad y al mismo tiempo ocurriera la encarnación. La forma en que se efectuó ese vaciamiento se detalla en el resto de Fil. 2: 7 y en el vers. 8. Ver t. V, p. 895.

Tomando.

La construcción griega muestra que las frases siguientes son la explicación de la frase "se vació a sí mismo".

Forma de siervo.

Pablo contrasta la "forma de Dios" con la "forma de siervo", y destaca la enorme diferencia que hay entre esas dos condiciones. La palabra morfé es la que se traduce como "forma" aquí y en el vers. 6. La palabra que se traduce "siervo" es dóulos , que más bien se refiere a un esclavo (ver com. Rom. 1: 1); por lo tanto, el apóstol está diciendo que Cristo se vació a sí mismo y asumió los atributos esenciales de un esclavo. Así como la característica principal de un esclavo era la obediencia total, que obedecía dócilmente, así también el Hijo, como hombre, se comprometió a obedecer al Padre (cf. com. Heb. 5: 8). No se aferró a una soberanía divina, sino que se dedicó a servir, lo que llegó a ser la pasión dominante de su vida (Mat. 20: 28). Toda su vida estuvo subordinada a la voluntad de su Padre, y así deben estarlo, nuestras vidas. La vida de Cristo llegó a ser en esa forma el sencillo cumplimiento de la voluntad de Dios (DMJ 17-19; DTG 178). Supera a la comprensión humana el saber cómo pudo realizarse todo esto; es una parte del gran "misterio de la piedad" " (1 Tim. 3: 16). Pero sí podemos ver claramente cuán pequeño es cualquier sacrificio de Aquel a quien profesamos seguir. Nosotros, que somos tan inferiores a Cristo, ¿nos preocuparemos tanto por nuestra frágil reputación que nos resulte difícil o imposible rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios? Cuando compartamos el verdadero espíritu de Cristo, cuando él more en nosotros y vivamos la vida del Hijo de Dios, se habrá cumplido en nosotros el propósito de la admonición de Pablo presentada en los versículos precedentes. Entonces seremos semejantes a Cristo.

Hecho.

Del verbo ginomai, "llegar a ser" , que se usa en contraste con huparjö , "existir" " (vers. 6). Cristo era Dios, pero se convirtió en hombre.

Semejante.

"Debía ser en todo semejante a sus hermanos" " (Heb. 2: 17). Era un hombre completo y, sin embargo, era también divino. Cuando los hombres contemplaban al Hijo encarnado veían a Alguien semejante a ellos mismos (ver t. V, pp. 879-880,894-895).

Nuestra creencia en la divinidad de Cristo en ninguna forma debe debilitar nuestra creencia en su completa naturaleza humana. Si Cristo no fue absolutamente hombre, deja de ser el modelo de lo que los seres humanos pueden alcanzar; si su divinidad modificó en lo más mínimo su humanidad, entonces deja de ser nuestro ejemplo.

Hombres.

Se usa la forma plural quizá para destacar que Jesús debía representar a toda la raza humana, y no sólo a un hombre.

8.
Estando.

Es decir, estuvo entre los hombres en forma humana.

Condición de hombre.

Gr. sjèma, vocablo que destaca la apariencia o forma externa. Según todas las apariencias externas, Cristo era un hombre, y así fue considerado por aquellos con quienes vivió en la tierra (cf. Isa. 53: 2-3; Mat. 13: 55).

De hombre.

Como su apariencia exterior lo denotaba, era un ser humano, y lo era en el más completo sentido de la expresión. Pero al mismo tiempo, era algo más que eso; era Dios tanto como hombre: misteriosa combinación de las dos naturalezas, la humana y la divina, hecha posible por la encarnación.

Se humilló.

Del verbo griego tapeinóò , "abatir", "humillar", vocablo relacionado con tapeinofrosúnè (ver com. vers. 3). No es igual a "se vació a sí mismo" (vers. 7), pero es parte de ese vaciamiento y muestra una de las formas en que se manifestó ese autovaciarse o anonadamiento. La forma final de esa humillación voluntaria se presenta en el resto del versículo.

Haciéndose.

Mejor "habiéndose hecho", lo que demuestra que el acto supremo de humillación propia culminó cuando Cristo se sometió voluntariamente a la muerte.

Obediente.

Es decir, a Dios. Ver com. Rom. 5: 18-19; Heb. 5: 8.

Hasta la muerte.

La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda una humillación el hecho de que Hasta la muerte. La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda alguna una humillación el hecho de que Dios se hiciera hombre, y que después -siendo hombre- muriera una muerte oprobiosa en la cruz. Así como Isaac se había sometido voluntariamente a su padre cuando se le dijo que él era la víctima que sería colocada sobre el altar, así también Cristo -quien podría haber rehuido la cruz- se sometió voluntariamente a morir por los seres humanos pecadores.

La obediencia de Cristo fue de la misma naturaleza como debe ser la nuestra. "En la carne" (Rom. 8: 3) fue donde Cristo consintió en obedecer. Era hombre, sometido a los mismos deseos de conservar su vida como lo somos nosotros. Fue tentado por Satanás, pero lo venció por el poder del Espíritu Santo, y así también podemos vencer nosotros. No ejerció en favor de él ningún poder que nosotros no podamos emplear. Ver com. Heb. 4: 15; DTG 94, 677, 683.

Muerte de cruz.

El énfasis se halla no sólo en el hecho de que Cristo murió sino en la clase de muerte que sufrió. Era una muerte que implicaba una gran vergüenza e intenso sufrimiento. La crucifixión la aplicaban los romanos a los esclavos, a los no romanos y a los más viles criminales. Era una muerte sobre la cual la ley de Moisés había pronunciado una maldición (Deut. 21: 23; Gál. 3: 13), y hasta los gentiles la consideraban como el más vil y cruel de todos los castigos. El mensaje de Cristo crucificado era un tropiezo para los judíos y una necedad para los griegos (1 Cor. 1: 23).

A Pablo puede haberle llamado la atención el contraste entre su propio caso y el de Jesús. El apóstol estaba encarcelado, pero legalmente no podía ser sometido a la humillación de morir en una cruz porque un ciudadano romano no debía ser torturado (ver Cicerón, Contra Verres i. 5. 13). Tampoco podían serlo los filipenses, pues eran ciudadanos de una colonia romana. De manera que la cruz -la máxima profundidad de la humillación voluntaria de Cristo- produciría un profundo efecto en los lectores de Pablo y destacaría en forma indeleble la magnitud del ejemplo que les había dejado su Salvador. Bien sabía Pablo que si aquellos a quienes escribía podían captar el asombroso sacrificio que Jesús había hecho por ellos, no habría lugar para el egoísmo en sus vidas (cf. HAp 267-268).

9.
Por lo cual.

No es que Cristo hubiera recibido una recompensa debido a su humillación, sino que en la disposición divina el ensalzamiento sigue naturalmente a la humillación (Mat. 23: 12; Luc. 14: 11; 18: 14). La experiencia de Cristo demuestra la veracidad de sus palabras.

Dios también.

Para estimular a sus lectores a la humildad, Pablo se ha ocupado del papel de Cristo en la redención. El apóstol ahora presenta al Padre dentro del cuadro.

Le exaltó.

Gr. huperupsóò , "exaltar o ensalzar a lo máximo", "elevar a la majestad suprema". Este verbo deriva de hupér , "encima", "arriba" o "más allá de", y hupsóò , "elevar", "ensalzar". Como Cristo se despojó de sí mismo (vers. 7), Dios pudo ensalzarle hasta un nivel aún más glorioso que el que disfrutaba previamente a su encarnación. El Hijo tenía antes una gloria plena, pero su humillación voluntaria acrecentó la gloria que tenía junto al Padre antes de que existiera el mundo (Juan 17: 5). Como Dios-hombre vivió una perfecta vida terrenal, venció al adversario y ganó la salvación para la humanidad. Un triunfo tal ciertamente añadía un inestimable peso de gloria eterna al Hijo de Dios. Pablo usa el verbo en pasado para indicar que ese ensalzamiento ya había ocurrido. En el más pleno sentido de la palabra, ocurrió en la ascensión, cuando el Salvador volvió a los atrios celestiales y recibió la adoración que le correspondía (cf. DTG 774). Ver t. V, p. 896.

Le dio.

Gr. jarízomai (ver com. cap. 1: 29). El Padre, como Gobernante supremo, tiene derecho de conferir honores al Hijo que tan fielmente cumplió los planes de ambos.

Un nombre.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "el Nombre" (BJ, BC, BA). La opinión está dividida en cuanto a la identidad de este "nombre". Algunos afirman que se refiere a "dignidad" o "gloria" y no a un título específico, y apoyan su opinión con referencias del AT donde se alaba el nombre de Dios (Sal. 29: 2; 34: 3; 54: 6; etc.). Otros creen que Pablo usa "el nombre" en su sentido hebreo como una referencia al nombre inefable que los judíos reverentes no pronunciaban: Yahweh (ver t. 1, pp. 179-182), conocido en la LXX y en el NT como Kúrios , "Señor", e introducido por Pablo en Fil. 2: 11. Otros entienden que el nombre es "Jesús", apoyados en el vers. 10, pues creen que este amado nombre humano (ver com. Mat. 1: 1) ganó un honor y significado que no se podían suponer antes de la ascensión. Otros interpretan que "el nombre" es una referencia a una combinación divino-humana presente en "Jesucristo", y usada por el apóstol en Fil. 2: 11 (ver com. Mat. 1: 1). Es imposible tener una certidumbre absoluta en cuanto a la identidad de "el nombre".

Sobre todo nombre.

Ver com. Hech. 4: 12; Efe. 1: 2l; Heb. 1: 3-4. A Cristo no se le puede dar un título más excelso ni una mayor categoría. Es reconocido como Señor de todo (cf. Apoc. 17: 14; 19: 16).

10.
En el nombre.

Cf. com. Hech. 3: 16.

De Jesús.

Quizá se refiera al nombre mencionado en el vers. 9.

Toda rodilla.

Pablo emplea ahora pensamientos tomados de Isa. 45: 23 aplicándolos a la adoración final y universal del Salvador (cf. com. Rom. 14: 11). Estas palabras aún no se han cumplido, pero con seguridad llegará el día cuando toda criatura reconocerá el señorío de Cristo (cf. Apoc. 5: 11-14). Esto sucederá únicamente cuando termine el gran conflicto, cuando todos, incluso Satanás y sus seguidores, se postrarán a los pies de Jesús y reconocerán que los caminos del Señor han sido justos y rectos (CS 724-728).

Los que están en los cielos, y en la tierra.

Esta frase podría referirse a todas las cosas creadas, o a todos los seres inteligentes en las esferas mencionadas. En favor del primer punto de vista se ha presentado la forma como Pablo habla de la creación en Rom. 8: 19-22. También se ha hecho referencia a pasajes del AT en los cuales se presenta a toda la naturaleza alabando a Dios (Sal. 65: 13; 148). En favor del segundo punto de vista está el uso que hace Pablo de las palabras "rodilla" y "lengua" (Fil. 2: 10-11), las cuales -a menos que sean tomadas en sentido figurado- se refieren a seres animados. Cf. com. Apoc. 5: 13.

Debajo de la tierra.

Las expresiones correlativas "en los cielos", "en la tierra" y "debajo de la tierra" se basan en una expresión hebrea que denota toda la creación (ver com. Exo. 20: 4). "Debajo de la tierra" podría referirse al reino figurado de los muertos (ver com. Isa. 14: 9-10, 15-16).

11.
Confiese.

Del verbo griego exomologéÇ , "confesar públicamente" (Apoc. 3:5), "confesar de corazón" (Mat. 3:6), o "agradecer" (Mat. 11: 25). Es lógico que aquí se aplique el primer significado, pero los otros también están implicados en la confesión final de la soberanía de Cristo.

Jesucristo es el Señor.

El apóstol de nuevo usa el doble nombre que abarca la naturaleza humana y divina del Redentor, y declara que Aquel que dejó el cielo para asumir la forma de siervo finalmente será declarado Señor. En cuanto a otras declaraciones del NT acerca de Jesucristo como el Señor, ver com. Hech. 2:36; Rom. 10: 9; 1 Cor. 8: 6; 12: 3. Una clara comprensión del señorío de Cristo puede aumentar la confianza que se manifiesta en la vida del cristiano.

Para gloria de Dios.

Estas palabras están gramaticalmente relacionadas con "toda lengua confiese" (vers. 11), es decir que la confesión universal de que Jesucristo es el Señor proporciona gloria a Dios. Pero podemos ver en las palabras una referencia a la pasión suprema de toda la vida del Salvador: vivió para la gloria de Dios, para que toda la creación diera al Padre la honra debida a su nombre (ver com. Juan 12: 28; 13: 31; 17: 1; 1 Cor. 15: 24, 28). Sus seguidores deben vivir con el mismo propósito. Este versículo nos lleva al clímax de la breve presentación que hace Pablo de los principios que rigen la humildad y el ensalzamiento. Primero (vers. 1-4), advierte que no debe haber ensalzamiento. Primero (vers. 1-4), advierte que no debe haber ensalzamiento propio ni contiendas entre los filipenses. Segundo (vers. 5-8), presenta a Cristo como el modelo de humildad. Tercero (vers. 9-11), muestra que Aquel que se humilló ha sido ensalzado a una gloria mayor que aquella de la cual se desprendió para su encarnación. El apóstol tiene el propósito de que sus lectores aprendan que Dios puede ensalzar sólo a los que humildemente le han servido en esta tierra. Como el siervo no es mayor que su Señor (Juan 13:16), nuestro servicio debe ser rendido con un espíritu similar al de Cristo.

12.
Por tanto.

O "así pues" (BJ); "así que" (NC, BA). Los vers. 12-16 y 5-11 están estrechamente vinculados. El apóstol deduce otras lecciones del ejemplo de Cristo, además de la humildad.

Amados míos.

Estas afectuosas palabras no son un artificio de Pablo. Su genuino amor por sus conversos reluce a lo largo de todas sus epístolas (cf. Rom. 12:19; 1 Cor. 4:14; etc.).

Obedecido.

Aquí se establece un nexo con los vers. 5-11. Una de las manifestaciones de la humildad de Cristo fue su obediencia (vers. 8). Los filipenses habían sido obedientes en lo pasado, pero Pablo deseaba que se compenetraran aún más del espíritu de su Maestro, y confiaba que el ejemplo de Cristo los animaría a una obediencia más fiel.

No como en mi presencia.

Según el texto griego, esta frase no se refiere a "obedecido", sino a "ocupaos". El apóstol deseaba que los creyentes fueran espiritualmente diligentes no sólo frente a la inspiración de su presencia corporal sino también cuando estuviera ausente, y que entonces fueran aún más diligentes. 164

Ocupaos.

Del verbo griego katergázomai (ver com. Rom. 5:3), que se usa aquí con el sentido de "cumplir", "ocuparse en", "trabajar". Esta instrucción no apoya la idea de la salvación por las obras, pues somos salvados por gracia, mediante la fe (ver com. Rom. 3:20-22, 24, 28; Efe. 2:8). Pero esta gracia nos induce a hacer buenas obras (ver com. Rom. 6:11-16); por lo tanto, tales obras son el fruto de la gracia que ha efectuado nuestra salvación (Rom. 6:18; cf. 2 Cor. 6: 1). Muchos son atraídos a la vida cristiana, pero no están dispuestos a hacer frente a las condiciones por las cuales puede ser suya la recompensa del cristiano. Si pudiesen ganar la salvación sin esfuerzos de su parte estarían más que felices de recibir todo lo que el Señor pudiera darles. Pero las Escrituras enseñan que cada uno debe cooperar con la voluntad y el poder de Dios. Cada uno debe esforzarse para "entrar" (Luc. 13: 24), despojarse "del viejo hombre" (Col. 3: 9), dejar "todo peso" y correr "con paciencia" (Heb. 12: 1), resistir "al diablo" (Sant. 4: 7) y perseverar "hasta el fin" (Mat. 24:13). La salvación no se alcanza por medio de las obras, pero debemos ocuparnos de ella; proviene únicamente de la mediación de Cristo, pero se adquiere mediante la cooperación personal con Cristo. Por más que reconozcamos nuestra completa dependencia de los méritos, la obra y el poder de Cristo, debemos también estar conscientes de nuestra obligación personal de vivir diariamente, por la gracia de Dios, una vida en armonía con los principios del cielo (HAp 384). Ver com. Rom. 3:31.

Vuestra salvación.

Pablo no estaba presente para ayudar personalmente a los creyentes de Filipos; ellos debían ocuparse de sus propias necesidades espirituales. La salvación es algo individual. Ningún amigo humano, ningún pastor, ni aun un apóstol puede efectuarla por otro. Si "estuviesen en medio de ella " [de la tierra] " Noé, Daniel y Job... no librarían a hijo ni a hija; ellos por su propia justicia librarían solamente sus propias vidas" " (Eze. 14:20).

Temor y temblor.

Cf. 1 Cor. 2: 3; 2 Cor. 7: 15; Efe. 6: 5. Pablo no se refiere a un terror servil, sino a una prudente desconfianza propia. El cristiano debe temer, no sea que su voluntad no esté continuamente rendida ante Cristo, o que los rasgos carnales de su carácter predominen en su vida. Debe temer a la confianza en su propia fortaleza, a apartar su mano de la mano de Cristo, o a intentar caminar solo por la senda cristiana (PVGM 125). Este temor induce a estar vigilante contra la tentación (1 Ped. 1: 17; 5: 8), a humillar la mente (Rom. 11:20), a tener cuidado de no caer (1 Cor. 10: 12); pero sobre todo lleva a entregarse momento tras momento a Cristo, el único que puede proporcionar la victoria.

13.
Porque.

Ahora el apóstol evita ser entendido mal, explicando que Dios es soberano en la salvación del hombre.

Dios es el que.

La frase entera dice literalmente: "Dios es quien está obrando" o "dando energía"; el énfasis se hace claramente sobre "Dios".

Produce.

Gr. energéÇ, "producir poder", "dar energía", lo que generalmente significa que la operación es eficaz. No es la misma palabra que se usa para "ocupaos" (de katergázomai ) en el vers. 12 (ver comentario respectivo). EnergéÇ se emplea con frecuencia para referirse a la obra de Dios en la vida del cristiano (1 Cor. 12: 6, 11; Gál. 2: 8; Efe. 1: 11, 20). El apóstol está destacando el hecho de que el poder para la salvación viene de Dios, y que ese poder obra en nosotros para cumplir su propósito misericordioso.

Así el querer como el hacer.

La relación de igualdad "así... como", muestra que Dios proporciona tanto el estímulo para nuestra determinación inicial de aceptar la salvación como el poder para que esa decisión nuestra sea eficaz. Esto no significa que somos seres completamente pasivos, sometidos únicamente a la disposición de Dios, sino que él nos proporciona el estímulo que despierta nuestro deseo de ser salvados, que nos capacita para hacer la decisión de alcanzar la salvación y nos proporciona la energía para hacer eficaz esa decisión, de modo que la salvación se efectúe en nuestra vida. Por lo tanto, la redención es presentada como una obra de cooperación entre Dios y el hombre, en la que el primero proporciona todos los poderes necesarios para que el hombre los utilice.

Buena voluntad.

Gr. eudokía (ver com. Rom. 10: 1). Dios anhela la salvación del hombre. Ha hecho todo lo que el poder divino puede hacer para que sea posible. Su "buena voluntad" es que los hombres se salven. Nadie desea nuestra redención más intensamente que el Padre.

14.
Todo.

Pablo ahora aplica su enseñanza a los aspectos prácticos de la vida. En vista del 165 anhelo de Dios por la salvación del hombre, los filipenses pueden dedicarse al cumplimiento de su salvación con un espíritu alegre y confiado, sabiendo que Dios proporcionará la fortaleza necesaria.

Murmuraciones.

Gr. goggusmós, palabra onomatopéyica que sugiere el murmullo que produce un murmurador (ver com. Hech. 6: 1). Se usa en la LXX para referirse a las quejas de Israel en el desierto. El apóstol parece que tuvo en cuenta a los israelitas, pues en Fil. 2: 15 cita a Moisés (ver com. Deut. 32:5). El verbo goggúzÇ , "murmurar", se usa con frecuencia en el NT (Mat. 20: 11; Luc. 5: 30; Juan 6: 41, 43, 61).

Contiendas.

Gr. dialogismós (ver com. Rom. 1: 21). Las murmuraciones producen contiendas. Se insta a los filipenses a no quejarse de la forma en que Dios los dirige ni a dudar de los métodos divinos, pues Dios se propone redimirlos. La obediencia debe ser alegre y voluntaria, o de lo contrario tiene poco valor. El espíritu paciente y humilde del cristiano frente a la persecución o su respuesta a la orden de un superior, indica su disposición a someterse a la disciplina superior que procede del Señor.

15.
Para que seáis.

O "para que lleguéis a ser"; es decir, en el proceso de ocuparse de su propia salvación sin murmuraciones ni contiendas, llegarían a ser irreprensibles.

Irreprensibles.

O exentos de censura, seguramente de Dios y quizá de los hombres.

Sencillos.

Ver com. Rom. 16: 19. Este adjetivo, que describe la condición íntima del corazón del cristiano, complementa a "irreprensibles", que se refiere al concepto de otros en cuanto al cristiano.

Hijos.

Gr. téknon, "niño", que contrasta con huiós, "hijo" (ver com. Rom. 8:14). Al usar la palabra téknon, Pablo parece recalcar la dependencia y la inocencia del niño, a pesar del ambiente en el cual vive.

Sin mancha.

Gr. ámemptos, "sin tacha" (BJ, BA, BC). Pablo anhelaba que sus conversos poseyeran una reputación sin mancha alguna, pues sabía que el buen nombre de Dios en el mundo depende en parte de la reputación de sus hijos.

Generación.

Se refiere a todos los que viven en una determinada época (cf. com. Mat. 23: 36).

Maligna y perversa.

Posiblemente sea una alusión a Deut. 32: 5. Ver com. Mat, 17: 17; Hech. 2: 40.

Luminares.

Gr. fÇst'r, "lumbrera". Se emplea en la LXX para referirse a los cuerpos celestes (Gén. 1:14, 16). Aunque el crecimiento cristiano de los filipenses no era completo, sus vidas debían iluminar el oscuro mundo en el cual vivían (ver com. Mat. 5:14). Las palabras de Pablo son apropiadas para la última generación que vivirá en un tiempo cuando las tinieblas serán más densas que nunca antes (PVGM 340-341). Los hijos de Dios deben entonces levantarse y resplandecer con un brillo especial (ver com. Isa. 60: 1-2).

16.
Asidos.

"Exhibiendo la palabra de vida" (BC). Hay dos posibles interpretaciones de la flexión del verbo: "exhibiendo", "llevando en alto" (NC), o "asidos". La primera sería una continuación del versículo previo, y entonces se ve a la iglesia presentando la palabra de vida como alguien que sostiene una antorcha para que alumbre en la oscuridad. Cuando los cristianos muestran lo que la Palabra ha hecho en sus vidas y hablan al mundo con claridad y sencillez, la presentan a otros como el camino de la vida y de la luz.

La vida es luz. Cristo es la vida (Juan 1:4; 6:48; 14:6) y la luz (Juan 8:12; 9:5; 12:46), y la fuente de ambas. Sus seguidores también son luz, pero es una luz reflejada (ver com. Mat. 5:14). La esencia del Evangelio es luz (Efe. 5:8). Así como el pensamiento se expresa en palabras, la luz de la verdad se expresa en la vida.

El cristiano puede presentar la Palabra de vida a los no cristianos, pero no puede hacer que la acepten. Cada uno debe estar dispuesto a aceptarla por sí mismo. Nadie puede participar de la Palabra por otro, así como nadie puede ingerir alimento para fortalecer a otro. La Palabra puede ser entendida y recibida en la vida por medio de la ayuda del Espíritu Santo. No importa quién presenta la Palabra de vida, lo que efectúa la transformación es el poder de Dios ministrando mediante la Palabra.

En segundo lugar, la palabra que se traduce "exhibiendo", "llevando", también puede tener el sentido de "asidos" (RVR), cuyo significado parece ser aquí preferible. La iglesia brillará únicamente si se aferra a la Palabra vivificante.

Palabra de vida.

Esta frase no aparece en ningún otro lugar de los escritos de Pablo. Ver com. Juan 6:68; Hech. 5:20; cf. 1 Juan 1:1. La Palabra de vida es el mensaje evangélico Conocer al Padre y al Hijo es vida eterna (Juan 17: 3). Primero llegamos a conocerlos mediante la palabra hablada (Rom. 10: 13-17; Juan 6: 63), y así tenemos acceso a la vida que sólo proviene de ellos. La vida espiritual se produce y se sostiene mediante el poder de la Palabra. Los seres humanos deben vivir "de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4: 4; DTG 354-355).

Día de Cristo.

Expresión peculiar de esta epístola. La forma usual es "día de Jesucristo" (ver com. cap. 1:6). Pablo siempre tenía en cuenta que el gran propósito de la vida se alcanzará en el día del regreso de Cristo a este mundo. Sabía que cualquier regocijo o gloria que pudiera disfrutar ahora, debido a la fragilidad humana, podría dejar de ser un verdadero regocijo en aquel día. Pero si podía gloriarse del resultado de sus labores en el día de Cristo, sabía que su gloriarse sería permanente. Pablo reconocía que ese día: sería el momento cuando la obra de cada hombre sería examinada (ver 1 Cor. 3:12-13; 4: 3-5; 2 Cor. 1: 14).

Yo pueda gloriarme.

Gr. eis káuj'ma emói, literalmente "para jactancia para mí". En cuanto a káuj'ma , ver com. cap. 1: 26. Pablo quería tener motivo para regocijarse por la vida consecuente de sus amigos filipenses (cf. com. 1 Tes. 2: 19-20).

Corrido en vano.

Esta frase, que recuerda las competencias en los estadios, ilustra los esfuerzos hechos por Pablo en sus actividades evangelísticas (cf. 1 Cor. 9: 24; Heb.12: 1). "En vano" significa "sin propósito", "sin resultado" (cf. 2 Cor. 6: 1; Gál. 2: 2; 1 Tes. 3: 5). El sentido de responsabilidad del apóstol por sus conversos era intenso. Su gran anhelo era que permanecieran fieles (HAp 168-169). No estaba contento con haber trabajado, sino que deseaba ver frutos eternos de su obra de sacrificio.

He trabajado.

Gr. kopiáÇ , "esforzarse", "trabajar duro", del sustantivo kópos, "esfuerzo agotador". Pablo describe con exactitud su arduo esfuerzo evangelístico (cf. 1 Cor.15: 10; Col. 1: 29; 1 Tes. 2: 19).

17.
Derramado en libación.

Gr. spéndÇ, "derramar una libación" (ver com. Núm. 15:4-9; 2 Tim. 4: 6; cf. Núm. 28: 7). Pablo veía a los filipenses como ofreciendo su fe a Dios, y contemplaba su vida como la libación derramada sobre el sacrificio. Estaba dispuesto a dar su sangre para acompañar el fiel testimonio de los filipenses, si eso contribuía a la promoción del Evangelio. El apóstol de los gentiles poseía el amor insuperable (Juan 15: 13); pero no creía que hubiera ninguna virtud particular en que diera su vida, excepto si así animaba a los filipenses a un mayor sacrificio abnegado, o si podía servir para que alguien investigara la fe a la cual él se aferraba tan tenazmente.

Sacrificio.

Gr. thusía, el "sacrificio", no el acto de sacrificar. Se hace referencia a la fe cristiana de los filipenses que, como sacerdotes cristianos (ver 1 Ped. 2:9), presentaban al Señor.

Servicio.

Gr. leitourgía, en el NT, "servicio público" (ver com. Luc. 1: 23).

Me gozo y regocijo.

Pablo quería unir su gozo al de los filipenses aun cuando su trabajo para otros le hiciera perder la vida. Cf. com. Rom. 8: 18.

18.
Asimismo.

Los filipenses también debían estar gozosos y regocijarse con Pablo. En vez de estar apesadumbrados ante la perspectiva de que el apóstol entregara su vida, él quería que sus amigos compartieran su gozo de que se le permitiera sacrificarse para beneficio de ellos y del Evangelio. La epístola destaca el gozo -no sólo como un privilegio sino como un deber- que deriva de la fe cristiana y demuestra su realidad.

19.
Espero.

Se da comienzo a un nuevo pensamiento (vers. 19-24). Pablo anuncia su intención de enviar a Timoteo a los filipenses como representante de él y ejemplo de ellos.

En el Señor Jesús.

El pensamiento del cristiano es dirigido por el Señor: su amor, esperanza, trabajo, todo se centra en el Señor (cf. com. Rom. 9: 1; Fil. 1:8; 2:24, 29; 3: 1).

Timoteo.

Ver com. Hech. 16:1-3; Fil. 2:20. Pablo había aconsejado a los creyentes de Filipos a ocuparse ellos mismos de su salvación (vers. 12), en vez de depender demasiado de maestros humanos. Además, trata de darles toda la ayuda que puede: espera enviarles a Timoteo.

De buen ánimo.

Pablo ya ha expresado alguna preocupación por la condición de los filipenses (cap. 1:27-30), pero no tiene ninguna duda real en cuanto a la situación de ellos. Parece estar confiado del buen informe que le traerá Timoteo cuando regrese. Compárese con su afectuosa preocupación por los cristianos de Corinto y de Tesalónica (2 Cor. 2:13; 7:6-7; 1 Tes. 3:1-9).

Al saber.

El apóstol no puede sentirse completamente satisfecho hasta que haya recibido el informe Personal de Timoteo. Hasta que éste no regrese no dejará de sentirse algo preocupado por la iglesia de Filipos.

Vuestro estado.

Literalmente "las cosas concernientes a vosotros".

20.
Del mismo ánimo.

O "de igual pensar", "de igual alma". Pablo quiere decir o que no tenía otro semejante a él mismo, o que no tenía otro que fuera igual a Timoteo. Timoteo era un segundo Pablo. Puesto que el apóstol no podía investigar personalmente la condición de la iglesia, el mejor sustituto sería un informe de Timoteo en cuanto a la condición espiritual de los filipenses.

Timoteo, que era hijo espiritual de Pablo (1 Tim. 1:2), reconocía esta relación y se comportaba de acuerdo con ella (1 Cor. 16: 10; Fil. 2: 22). El joven heredó de su padre espiritual sus intereses y su afecto. Por esa razón nadie podría haber cumplido mejor la tarea que se presentaba que el joven que estaba interesado genuinamente en el bienestar de aquellos que eran hijos espirituales de Pablo y, por lo tanto, hermanas y hermanos suyos en la fe. Hay escasez de hombres "del mismo ánimo" del apóstol -hombres de celo ferviente, espontáneo y abnegado-; pero hombres tales son los que necesita el Señor Jesús. Timoteo tenía los mismos sentimientos de Pablo porque ambos poseían la mente de Cristo. Tener la mente de Jesús capacitará de por sí a los hombres para que tengan éxito en conducir a la iglesia de Dios en los últimos días. La iglesia es el objeto supremo del amor de Dios y de su cuidado, y los que piensan como el Señor, ya sean laicos o dirigentes, tendrán la misma actitud y velarán con la misma solicitud por todos los miembros de la iglesia y por las actividades de ella. No podrán proceder de otra manera.

Se interese.

Gr. merimnáÇ, "estar ansioso" (ver com. Mat. 6:25). El interés al cual se refiere Pablo no es algo accidental.

21.
Todos.

Literalmente "los todos", es decir, todo el grupo de cristianos en torno de Pablo.

Buscan lo suyo propio.

En vista de la forma en que Pablo alaba a los filipenses (cap. 1:3-5), a Timoteo (cap. 2:19-22) y a Epafrodito (vers. 25-30), es sorprendente encontrar esta acusación escrita por él. Llama hermanos a los que estaban con él (cap. 4:21), pero parece que éstos no compartían su espíritu abnegado. Se ha sugerido aquí que se negaron a viajar a Filipos debido a los peligros, y que Pablo tuvo que enviar a Timoteo, de quien sólo con dificultad podía separarse. Quizá estaban ausentes Epafrodito (cap, 2:25-30) y Lucas, pues parece que ambos eran fielmente desinteresados.

De Cristo Jesús.

Con la frase "lo que es de Cristo Jesús" , Pablo se refiere a asuntos que conciernen al reino de Cristo, su gloria y nuestra salvación. El apóstol establece un contraste entre los que estaban dedicados a los intereses de la iglesia y los que se preocupaban principalmente por los suyos. Pablo y Timoteo estaban dedicados a una causa común: la salvación de los hijos extraviados de Dios; pero con pesar Pablo escribe que no todos los suyos pensaban así.

22.
Conocéis.

Parece que había habido bastante trato entre la iglesia de Filipos y el joven evangelista Timoteo, pues éste había estado con Pablo cuando fundó la iglesia (ver com. Hech. 16: 1,13; 17: 14). Es posible que hubiera visitado a Filipos, por lo menos dos veces, durante el tercer viaje misionero (Hech. 19: 22; 20: 3-6). Ahora Pablo lo había escogido para hacer otra visita.

Méritos.

"Probada virtud" (BJ); "probada fidelidad" (NC). Los filipenses sabían cómo el carácter de Timoteo había sido probado y aprobado, y estaban enterados de su adhesión a Pablo y su fidelidad en el servicio del Evangelio.

Como hijo a padre.

Parece que Pablo estaba por hablar de cómo Timoteo le había ayudado fiel y personalmente; pero con su característica humildad habla de Timoteo y de sí mismo como colaboradores en el servicio del Evangelio. Si juzgamos el carácter de Timoteo por las instrucciones que Pablo le da en 1 y 2 Timoteo (ver com. 1 Tim. 4:12), nos da la impresión de que Timoteo era suave y afectuoso, no dominante. Pablo puede haber sentido la necesidad de alabar con énfasis a su amigo (cf. com. 1 Cor. 16: 10).

23.
Así que.

Pablo vuelve a su pensamiento anterior: el de enviar a Timoteo como mensajero suyo a los filipenses (vers. 19).

Luego.

Gr. exaut's , "inmediatamente", "en el acto".

Cómo van.

Como Pablo tenía el plan de demorar la partida de Timoteo hasta que viera cómo se desarrollaban los acontecimientos, es posible que pensara que se avecinaba alguna crisis relacionada con su encarcelamiento. Puesto que en el versículo siguiente expresa su esperanza de visitar pronto a Filipos, puede haber pensado en su liberación, en cuyo caso Timoteo llevaría la alegre noticia a los creyentes macedonios.

24.
Confío.

Gr. péithÇ , "tener confianza", "esperar confiadamente", verbo diferente del que se traduce "espero" en el vers. 19. Allí Pablo tenía la esperanza; aquí la confianza; pero en ambos casos la fe está depositada "en el Señor" (ver com. vers. 19). Es evidente que el apóstol consideraba que era muy posible que pronto el Señor dirigiría los sucesos para que fuera liberado de la prisión.

25.
Mas.

Los vers. 25-30 tratan de Epafrodito, otro amigo de Pablo, bien conocido por la congregación de Filipos. Epafrodito había sido el portador de un obsequio de la iglesia para Pablo y había servido bien al apóstol durante su permanencia con él. Su regreso había sido pospuesto debido a una enfermedad.

Tuve por necesario.

En vista de la posible demora en enviar a Timoteo. El verbo en pasado parece sugerir, a primera vista, que Pablo ya había enviado a Epafrodito y que éste ya estaba en camino a Filipos, y que esta carta se escribió después de su partida. Pero las flexiones de los verbos "tuve por necesario" (vers. 25) y "envío" (vers. 28), sin duda representan el aoristo griego epistolar que se usa cuando el que escribe se pone en lugar de los lectores y sitúa sus afirmaciones en el tiempo que corresponde con ellos. Cuando la carta llegara a su destino, la acción representada por el verbo ya habría pasado. Por eso Pablo usa el pretérito aunque el suceso fuera futuro para él en el momento en que escribía. Por lo tanto puede deducirse que Epafrodito aún no había partido para Filipos y que era el portador de esta carta para los creyentes (HAp 382).

Epafrodito.

Nombre común en griego y en latín que significa "atractivo", "fascinante", "encantador", derivado del nombre de la diosa griega Afrodita. Epafrodito aparece en el NT sólo en esta epístola. Algunos han identificado a este Epafrodito con Epafras de Col. 1:7; 4:12; File. 23. Pero aunque Epafras es una abreviatura de un nombre más largo, no parece probable que se refiera a la misma persona. Epafrodito procedía de Filipos, Macedonia, mientras que Epafras era ministro en Colosas, Asia Menor, y probablemente oriundo de esa región.

Mi hermano.

El posesivo "mi" se aplica a los sustantivos "hermano", "colaborador" y "compañero de milicia". El primero lo designa como participante de la fe de Pablo; el segundo, como su compañero de misión y de ocupaciones; el tercero, como copartícipe de sus luchas y peligros; una gradación que va de una relación general a otra más definida. Por la entusiasta descripción de Pablo, es claro que Epafrodito participaba de actividades misioneras similares a las del apóstol. Como estaba en libertad podía realizar labores que Pablo no podía; por lo tanto puede haber sufrido peligros, y por eso merecía la descripción de "compañero de milicia" (cf. 1 Tim. 1: 18; 2 Tim. 2:3-4).

Vuestro.

Posesivo que contrasta con el "mi" anterior y destaca la doble relación de Epafrodito: con Pablo y con los filipenses.

Mensajero.

Gr. apóstolos (ver com. Rom. 1:1). Aquí la palabra sencillamente significa "mensajero" o "enviado" (BJ, NC). Originalmente Epafrodito había sido enviado desde Filipos con una misión especial: la de llevar ayuda para Pablo (ver com. Fil. 4:18).

Ministrador.

Gr. leitourgós (ver com. Rom. 13:6).

26.
Porque.

Este versículo presenta la razón de la decisión de Pablo de enviar a Epafrodito a Filipos: el fiel hermano anhelaba regresar a su lugar de origen para disipar la ansiedad que había en cuanto a su salud.

Tenía gran deseo.

Pablo alaba hábilmente a su mensajero ante los filipenses, destacando el afecto de Epafrodito hacia ellos.

Se angustió.

Gr. ad'monéÇ. Se han sugerido dos etimologías para este verbo: (1) a , "lejos de" , y d'mos, "gente", a veces con el sentido de gente de uno, o sea, la familia, por lo tanto, "lejos de su gente"; entonces una traducción libre sería: "estar nostálgico"; "os añora" (BJ). (2) De ad'mÇn, "angustiado", "perturbado", por lo tanto, "estar afligido". Ad'monéÇ se usa con este segundo sentido en Mat. 26:37 y Mar. 14:33 para describir el estado mental del Salvador en el Getsemaní, y se traduce como "estar triste" y "entristecerse". En el caso de Epafrodito, la ansiedad no se debía a él sino al dolor de sus amigos de Filipos. Sabía que habían oído de su enfermedad y que quizá creían que ya había muerto.

27.
Pues en verdad.

La última frase del vers. 26 había hecho parecer el caso como menos grave, y por eso Pablo presenta a sus lectores cuán grave había sido la enfermedad de su amigo.

A punto de morir.

No hay indicación en 169 cuanto a la causa o la naturaleza de la enfermedad.

Dios tuvo misericordia.

No se sugiere una curación instantánea, milagrosa, aunque Pablo había hecho muchas curaciones en años anteriores (ver com. Hech. 19: 11-12; 28: 8-9). El don de curación divina no estaba presente en cada caso, ni aun en las ocasiones cuando el sanador naturalmente habría deseado muchísimo usar ese don. Provenía de Dios y estaba bajo el dominio y la dirección de él (cf. com. 1 Cor. 12:9).

Tristeza sobre tristeza.

Quizá Pablo estaba pensando en su encarcelamiento como una tristeza. Si Epafrodito, que había llegado para socorrerlo en su prisión, moría, la "tristeza" de Pablo aumentaría en gran manera.

28.
Le envío.

Ver com. vers. 25.

Con mayor solicitud.

Mejor "me apresuro a enviarle" (BJ); "más prestamente" (NC).

De nuevo.

La construcción sintáctica griega favorece relacionar esta forma adverbial con "gocéis", que está después, y no con "verle".

Os gocéis.

El gozo común de los filipenses se había ensombrecido debido a las noticias de que su representante estaba gravemente enfermo, pero ahora podían recobrar su alegría. Su gozo disminuiría la tristeza de Pablo, pues si bien seguiría encarcelado, se aliviaría su preocupación por Epafrodito y la iglesia de Filipos.

Menos tristeza.

Pablo hallaría solaz y gozo debido al gozo de los creyentes de Filipos cuando vieran de nuevo a Epafrodito.

29.
Recibidle, pues.

Pablo enviaba a Epafrodito para que los creyentes pudieran regocijarse nuevamente (vers. 28), por lo que quería asegurarse del cumplimiento de ese propósito.

En el Señor.

Cf. com. Fil. 2:19; cf. Rom. 16:2. Pablo insta a los filipenses a considerar a Epafrodito como un don de Dios, como el siervo del Señor, y ahora restaurado a ellos por la misericordia de Dios.

Estima.

Mejor "honor". Este gran elogio dedicado a Epafrodito destaca un importante deber en cuanto al trato que debe darse a los que tienen un carácter noble. Es un deber cristiano respetar a los virtuosos y piadosos, y especialmente honrar a los que han sido fieles en la obra del Señor. Algunos han visto en el vers. 29 un indicio de desarmonía previa entre los filipenses y Epafrodito. Si así fue, Pablo ahora deseaba que se eliminara toda incomprensión.

30.
Obra de Cristo.

La bienvenida que debía darse a Epafrodito y el honor que le correspondía se basaban en su obra, pues ésta le había causado su grave enfermedad. Esa obra consistía en su atención personal a las necesidades de Pablo y no en una labor de evangelismo directo. El espíritu con que se cumple el servicio significa más para Dios que la clase de servicio (6T 439).

Exponiendo su vida.

Esta expresión da una idea de los peligros a los que se había expuesto Epafrodito por ayudar al apóstol.

Para suplir lo que faltaba.

No es una crítica para los filipenses sino más bien un elogio. Pablo reconoce que la distancia impedía que los creyentes prestaran toda la ayuda a que los movía su bondad, y acepta la ayuda de Epafrodito como si hubiera sido la de ellos. Puede haber un indicio de que la enfermedad de Epafrodito era el resultado del trabajo excesivo y no de la persecución. Quizá estaba enfermo debido a su largo y azaroso viaje.

Servicio.

Gr. leitourgía (ver com. vers. 17). Otra vez se sobreentiende que la dádiva de los filipenses, enviada con Epafrodito, tenía un significado religioso, pues lo que daban a Pablo era aceptado como si hubiera sido ofrenda a Cristo (cf. Mat. 25:35-40).

CBA T7




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