1. No reprendas.
O "no le reprendas con dureza" " (BJ, NC). Los cristianos nunca deben ser descorteses con nadie, y menos los más jóvenes con los de más edad. Como un ejemplo que podían imitar todos los miembros de la iglesia, se recuerda a Timoteo las muchas ocasiones específicas en que se pone a prueba la autenticidad de la experiencia cristiana de un individuo. Los diversos grupos que luego se enumeran, representan a las varias clases de personas que forman las congregaciones. Timoteo debía supervisar a otros, y también debía tener "cuidado" de ellos para que se salvara a sí "mismo" y a los que lo oyeran (ver com. cap. 4: 16).
Anciano.
Gr. presbíteros, "mayor" o "Anciano" " (ver com. Hech. 11: 30). El más elemental decoro reconoce que es moralmente apropiado que los jóvenes demuestren deferencia ante la edad y la experiencia. Sin tener en cuenta la corrección que pueda caracterizar a las ideas de un joven, es sumamente irrespetuoso que trate desconsideradamente a los que son mayores que él. Un proceder tal no demuestra que su cristianismo es genuino (ver com. Exo. 20: 12; Ley. 19: 32).
Exhórtale.
La edad avanzada no hace que termine automáticamente la necesidad de corrección; pero si la persona tiene la obligación de reprochar debe hacerlo demostrando sincero respeto y humildad.
Más jóvenes.
La admonición y la disciplina sólo son eficaces cuando se las emplea de una manera que esté por encima de toda crítica. Los que reciben el consejo que es necesario, no deben buscar motivos para rechazar a un joven dirigente impulsados por una actitud de superioridad altanera. Los miembros más jóvenes de la iglesia deben sentir el compañerismo de¡ dirigente joven, no su alarde de superioridad.
2. Ancianas.
Cada dirigente de la iglesia debe considerar a sus feligreses como Dios los considera, a saber, una unidad familiar. Este proceder debe impedir que el ministro demuestre cualquier tendencia a ser altanero, o arrogante, o a disciplinar con despotismo.
Las jovencitas.
La relación del ministro con las hermanas no sólo debe ser pura sino estar libre de toda posibilidad de tergiversaciones y sospechas. Los ministros jóvenes necesitan especialmente este consejo, pues de continuo se enfrentan a la tentación satánica de la impureza.
3. Honra.
Es decir, con ayuda material y también respetándolas. Jesús contrasta a los hijos que fielmente atienden las necesidades materiales de sus padres con los que "honran" a sus padres sólo de palabra (Mat. 15: 46). La sola compasión por las necesidades de las viudas no significa darles ayuda, ni demuestra un espíritu genuinamente cristiano (ver com. Sant. 1: 27).
Viudas que en verdad lo son.
En la iglesia siempre ha habido diferentes clases de viudas: (1) las que aún tienen el sostén material de sus hijos u otros parientes, vers. 4; (2) las que carecen completamente del sostén familiar, vers. 5; (3) las que viven en "placeres" y reciben ayuda material, pero no de parientes ni de la iglesia, vers. 6. Es obvio que sólo la segunda clase de viudas merece el sostén de la iglesia. La costumbre judía de socorrer a las viudas fue imitada por la iglesia cristiana (ver com. Exo. 22: 22; Hech. 6: 1; Sant. 1: 27).
4. Nietos.
El cuidado de una viuda recae en primer lugar sobre sus parientes cercanos. Si sus hijos o hijas también necesitan ayuda o han muerto, entonces la obligación recae sobre los descendientes que siguen.
Primero.
Es decir, la primera obligación del hombre es cuidar de sus padres.
Ser piadosos.
Gr. ensebéo, "proceder piadosamente", "vivir píamente". El sustantivo eusébeia se traduce "piedad" en 1 Tim. 2: 2; 3: 16; 4: 7-8-, 6:3, 5-6, 11; 2 Tim. 3: 5. La religión cristiana destaca nítidamente aquellos deberes que toda mujer u hombre maduros cumplirán fielmente. Profesar lealtad a Dios ignorando las necesidades de la familia, no es verdadera religión. Ni aun la actividad propia de la iglesia es aceptada por Dios como un sustituto por el deber primordial de cuidar a los padres o a los abuelos.
Recompensar.
Es decir, teniendo en cuenta el cuidado con que los padres criaron a sus hijos. Todo lo que un hijo haga por sus padres ancianos nunca recompensará plenamente ese cuidado. Pero este cuidado por los padres ancianos no debe hacerse sólo como un deber, sino con amor y gratitud.
Padres.
O "antepasados".
Lo bueno y.
La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC.
Agradable.
El sentido del deber, ya sea hacia los hombres o hacia Dios, demuestra el grado de piedad de los miembros de la iglesia. Dios es un ejemplo de Aquel que no pasaba por alto el desamparo y la pobreza ajena. Su amor no conoce límites mientras se esfuerza por atender las necesidades de sus criaturas. Por eso el cristiano abnegado que cuida fielmente de sus padres o abuelos, revela un atributo cristiano que agrada a Dios (ver com. cap. 2: 3).
5. En verdad es viuda.
Es decir, sin parientes cercanos y sin medios de sostén conocidos (ver com. vers. 3).
Ha quedado sola.
O sin hijos.
Espera en Dios.
La viuda que a continuación se describe no trata de llamar la atención para ganar la simpatía y la alabanza de la iglesia. Desde el comienzo de su viudez ha depositado su futuro en las manos de Dios, pues sabe que el amor divino solucionará sus problemas.
Noche y día.
Es decir, de noche y de día. Pablo no quiere decir que la oración continua debiera ser la principal ocupación de las viudas, sino que Dios es su constante compañía y su pronto consuelo.
6. Se entrega a los placeres.
O "vive disolutamente". Pablo no da ninguna admonición a la iglesia en cuanto a esta viuda, la que parecía bien sostenida quizá por sus nuevos admiradores. Evidentemente había cambiado la dignidad apropiada a su edad y profesión religiosa por la vida alegre de su nueva libertad.
Muerta.
Es decir, espiritualmente muerta en "delitos y pecados" " (ver com. Efe. 2: 1-5; Jud. 12; Apoc. 3: 1).
7. Manda.
Ver com. cap. 1: 3; 4: 11. Una parte de la admonición de Pablo era para Timoteo, y otra era para la edificación de toda la iglesia. Las enseñanzas ordenadas a Timoteo en esta epístola debían ser especialmente impartidas públicamente a toda la iglesia.
Estas cosas.
O sea la instrucción en cuanto al cuidado de las viudas (vers. 3-16).
Sean irreprensibles.
Se trata de las personas a quienes incumbía el debido cuidado de las viudas. Los hijos de las viudas y la iglesia en general debían presentar ante el mundo un programa irreprochable de solícita preocupación por sus viudas. La viuda que vivía en placeres indecorosos también debía reconsiderar su proceder para que no sufriera el reproche de la iglesia y del mundo.
8. No provee.
Algunos comentadores creen que esta frase incluye el sustento para los que estaban privados de protección mientras aún vivían aquellos de quienes dependían los ingresos del hogar. Otros piensan que Pablo se refiere al padre de familia que debía hacer alguna provisión material para los suyos, de modo que su muerte no fuera causa de penurias económicas para los sobrevivientes.
Los suyos.
Los relacionados de una u otra manera con el grupo familiar. En este contexto quizá se trate especialmente de las viudas. En los días de Pablo esto incluía a los siervos de la familia y a los parientes.
Los de su casa.
Además de las viudas, Pablo incluye en este amplio círculo de responsabilidad a todos los parientes necesitados de los cuales debían cuidar sus más allegados. Esta práctica merece la plena aprobación de la iglesia, pues todos deben pensar en el día cuando dependerán de otros si la muerte no interviene antes.
Ha negado la fe.
Las enseñanzas fundamentales de la iglesia cristiana acerca de la responsabilidad de una persona para con sus padres y otros familiares cercanos. La iglesia cristiana mantiene vigente la declaración del Sinaí: que los hijos deben "honrar" a sus padres (ver com. Exo. 20:12), que la verdadera religión ensalza y ennoblece los vínculos familiares comunes. Profesar una religión basada en el amor desinteresado y sin embargo ignorar las responsabilidades que se tiene con los padres, es una trágica inconsecuencia. Se manifiesta una falta de sinceridad en la profesión que se hace. Mientras Cristo colgaba de la cruz dio un ejemplo para todos los cristianos, pues con toda solicitud dispuso lo necesario para el cuidado de su madre (ver com. Juan 19:25-27).
Incrédulo.
Como no pocos paganos consideraban que tenían el deber de cuidar a sus padres ancianos, si un cristiano no entendía las necesidades de su familia llegaba a ser "peor que un incrédulo".
9. Sea puesta en la lista.
No nos resulta claro el propósito de esa "lista" especial de viudas, pero sí lo era en los días de Pablo. Ese no era el único grupo de las que "en verdad" eran viudas (vers. 3-5) pues es obvio que había viudas que habían quedado solas (vers. 5), sin hijos, que aún no habían cumplido 60 años de edad. El vers. 10 describe a las viudas especiales del vers. 9: que habían criado a sus hijos, lo cual levanta la pregunta: ¿por qué esos hijos no estaban cuidando a sus madres? Quizá ya no vivían, o posiblemente estaban incapacitados, o se negaban a cumplir con sus deberes filiales. Cualesquiera que hayan sido las circunstancias, las que "en verdad" eran viudas necesitaban ayuda especial.
Sesenta años.
Pablo aconsejaba que las viudas jóvenes se volvieran a casar (ver com. vers. 11- 14), lo cual indica que en este límite de edad era muy raro que se casaran otra vez las viudas que constituían el grupo especial. En otras palabras: su soledad se consideraba como algo permanente; por lo tanto, el hecho de que se esperara que continuaran solas indudablemente se basaba en la edad que tenían y no en algún voto que hubieran hecho, como algunos lo suponen.
Un solo marido.
Cf. cap. 3:2, 12. La viuda que era sostenida por la iglesia por estar en esa "lista" especial, debía tener antecedentes dignos; es decir, una viuda que había sido fiel esposa y madre.
10. Testimonio.
Una viuda de buen testimonio dentro y fuera del hogar era un requisito previo para cada viuda del grupo especial (vers. 9). Lo que sigue parece ser una especie de lista de cualidades necesarias para que la viuda pudiera pertenecer al grupo especial.
Buenas obras.
Ver com. cap. 2: 10. Pablo, como Jesús, pone mucho énfasis en los frutos de una fe cristiana genuina (ver com. Mat. 5:13-16; 7:16-20; 2 Cor. 9:8; Efe. 2: 10; 1 Tim. 3:7- Sant. 2:17-26).
Ha criado hijos.
Pablo especifica algunas de las "buenas obras" a las que se refiere. El texto griego implica que haber "criado hijos" era un requisito para las que eran registradas en ese grupo especial de viudas. Algunos sugieren que aquí se incluye el loable interés de una viuda hacia los hijos ajenos desamparados y su atención personal a los huérfanos.
Practicado la hospitalidad.
La hospitalidad da a entender que esta clase de viudas no estaban desprovistas de bienes materiales.
Lavado los pies de los santos.
La cortesía en tiempos de Pablo incluía lavar los pies de los huéspedes. Posiblemente se demostraba una distinción especial cuando la misma dueña de casa cumplía este requisito (cf. com. Luc. 7:44). Algunos entienden que se refiere a una fiel participación en el rito del lavamiento de los pies instituido por nuestro Señor (Juan 13:3-15), especialmente tratándose de los "santos".
Afligidos.
Ver com. Rom. 12:13.
Toda buena obra.
Las obras que se esperaba que hiciera una mujer consagrada.
11. Viudas más jóvenes.
Las menores de 60 años.
No admitas.
Ver com. cap. 4:7. Nótese que Pablo no sugiere que las viudas "jóvenes" necesitadas y sin hijos no debían recibir ayuda de la iglesia, sino que las "viudas más jóvenes" no debían estar en la "lista" especial, a quienes parece que se les concedía una ayuda permanente.
Se rebelan.
Actúan sin el dominio propio característico de las mujeres cristianas. Se deduce que las mujeres mayores de 60 años ya no eran afectadas por muchas de las tentaciones que acosaban a sus hermanas más jóvenes de la iglesia. Las que eran admitidas en ese grupo especial habían demostrado que eran dignas de un honor no común y del reconocimiento como madres en Israel.
Quieren casarse.
Este proceder no es esencialmente incorrecto, pues Pablo favorece un nuevo casamiento (ver com. vers. 14); pero es evidente que las viudas sólo tenían derecho a los privilegios concedidos al grupo especial cuando ya tenían una edad en la que no era probable que encontraran otro consorte. De modo que si esas viudas que habían sido admitidas en el grupo se iban a casar, era obvio que no debieran haber sido aceptadas y que no merecían el sostén que se les daba. Desde el principio, debería haberse seguido la instrucción presentada en el vers. 14.
12. Condenación.
Gr. kríma, "juicio", "condenación". Es claro que Pablo no condena un nuevo casamiento, sino que lo aconseja (ver com. 1 Cor. 7:28). Lo que dice aquí se aplica solo a ese grupo particular.
Primera fe.
Su fe anterior en Cristo que hacía de ellas mujeres fieles.
13. Y también.
Las viudas jóvenes a las que se ha hecho referencia, como ya no tenían la influencia restrictiva de los deberes hogareños no sabían qué hacer con su tiempo. Si la iglesia las hubiera aceptado en el grupo permanente de las viudas (vers. 9), se habrían fomentado la ociosidad y la frivolidad. Las viudas jóvenes podrían no haber sentido la saludable necesidad de sostenerse a sí mismas hasta donde les hubiera sido posible, si hubieran esperado que la iglesia las ayudara regularmente. Además, el comportamiento de las viudas jóvenes que se describe habría perjudicado a la iglesia.
Chismosas.
O "charlatanas" (BJ).
Entremetidas.
Esa clase de mujeres no son cristianas dignas de confianza ni útiles.
14. Viudas jóvenes.
El texto griego dice literalmente "las más jóvenes", pero se sobreentiende que se trata de las viudas.
Se casen.
Cf. 1 Cor. 7:28, 39. Este consejo de Pablo evitaría los peligros que acaba de mencionar, y también el peligro latente del ascetismo (ver com. 1 Tim. 4:3). Dios implantó el deseo del casamiento en el hombre y en la mujer, y hubiera sido una equivocación dar un consejo en contra de ese deseo natural. Cuando una mujer joven desea casarse y tiene en vista a un esposo adecuado, no debe haber una arbitraria disposición de la iglesia que se lo impida.
Gobiernen su casa.
Cf. Prov. 31:10-31. Ser de valor para su esposo en la obra de la vida de él y manejar los asuntos del hogar de tal manera que todos sus miembros disfruten de salud y gozo, es el elevado honor de una esposa y madre cristiana.
Ocasión.
O "pretexto"; en lenguaje militar, una base de operaciones desde la cual se inicia el ataque. Se presta mucha atención a las viudas jóvenes. Si se casaban bien otra vez y vivían correctamente, demostrarían fidelidad cristiana.
15. Se han apartado.
Una referencia a ejemplos reales de viudas jóvenes que habían tenido en poco las restricciones de la dignidad cristiana, por lo cual les correspondía la descripción de los vers. 6, 11-13.
Satanás.
Una personificación de una forma de vivir contraria a la representada por "Cristo" (vers. 11). Algunas viudas jóvenes que disfrutaban de su nueva libertad, descuidaban o ponían a un lado su anterior fidelidad a Cristo o "primera fe" (vers. 12), y su conducta no concordaba con la fe que profesaban. Sin embargo, Pablo no estaba a favor de requisitos que las obligaran a vivir sometidas a restricciones que no eran de Dios.
16. Algún creyente.
La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC.
Alguna creyente.
Pablo completa su enseñanza acerca del cuidado de las viudas. Presenta una situación muy probable: la de una creyente casada con un incrédulo, hija de una madre viuda o con una abuela. Era suya la responsabilidad de velar por su madre; no dependía de la iglesia. Su esposo incrédulo comprendería Injusticia de esta decisión porque se colocaba la responsabilidad donde realmente correspondía.
No sea gravada la iglesia.
La iglesia no debía hacerse cargo del cuidado que, en justicia, correspondía a los parientes (ver com. vers. 4).
En verdad son viudas.
Todas las viudas están incluidas en la instrucción de Pablo. Las que tenían hijos debían ser sostenidas por éstos; y las viudas sin hijos y aquellas cuyos hijos se negaban a cumplir con sus obligaciones, debían ser fielmente ayudadas y sostenidas por la iglesia sin importar su edad (ver com. vers. 3, 5).
17. Ancianos.
Los dirigentes de la congregación local (ver com. cap. 3: 1).
Gobiernan.
Ver com. cap. 3:4.
Doble.
Los dirigentes eficaces de la iglesia son dignos de "honor" por dos razones: (1) son mayores; (2) cumplen sus responsabilidades de una manera digna de alabanza. Algunos consideran que el "honor" al cual aquí se hace referencia incluye respeto por la edad y experiencia y también apoyo financiero.
Honor.
Algunos comentadores creen que este "honor" era una remuneración sustancial digna de los ancianos fieles. Se ha sugerido que podría ser una asignación "doble" de la ayuda que se daba a las viudas. Otros sostienen que el contexto explica la clase de "doble honor" como una medida mayor de respeto en concordancia con el cargo que desempeñaban.
Predicar.
Ver com. cap. 4:12.
Enseñar.
Ver com. cap. 4:16. Los ancianos "dignos de doble honor" sin duda no sólo administraban los asuntos de la iglesia sino que también enseñaban en público y privadamente.
18. La Escritura dice.
Compárese con el tema de Pablo en 1 Cor. 9:7-14 en cuanto a una justa remuneración para el ministerio. Pablo toma la Palabra de Dios como la autoridad final: los que dedican todo su tiempo al ministerio deben recibir un salario justo. Algunos comentadores piensan que Pablo no se refiere a sostén financiero sino al honor propio del cargo y de un servicio loable. El buey recibe alimento por su servicio, por lo tanto un anciano debe recibir el respeto y el honor dignos de su ministerio.
Salario.
Gr. misthós, "salario", "jornal". El hecho de que Pablo incluya la idea del pago por la obra que se hace, apoya firmemente la suposición de que el "honor" (vers. 17) equivale a un sostén financiero real (Luc. 10:7).
El apóstol se está refiriendo al principio contenido en el plan del Señor para el sostén del sacerdocio levítico (Núm. 18:21): que los que dedican al ministerio sagrado merecen el sostén material de aquellos a quienes sirven en los asuntos espirituales (ver HAp 270-271). Esta cita coloca las palabras de Jesús en el mismo nivel de las Escrituras del AT. Esta parece ser la primera vez en que las palabras del Señor se citan como "Escritura".
19. Anciano.
Ver com. vers. 17.
No admitas.
Debido al daño que podía sufrir la reputación de un dirigente cristiano debido a alguna acusación, Timoteo ni siquiera debía prestar oídos a ningún acusador a menos que pudiera presentar "dos o tres testigos" que respaldaran su acusación. Pablo no insta a que hubiera parcialidad alguna a favor de los que ocupaban un cargo y se portaban mal; lo único que deseaba era proteger a los fieles dirigentes contra algunos que quisieran perjudicar su influencia por medio de la calumnia.
Testigos.
Cuando el acusado se presentaba ante un tribunal autorizado, sus acusadores debían tener "dos o tres testigos" que apoyaran la acusación. La práctica judía protegía a las personas de las acusaciones apresuradas o malignas (ver com. Deut. 17:6; 19:15). La iglesia del NT adoptó esta costumbre judía para proteger a las personas (ver com. Mat. 18: 16); sin embargo, si se trataba de un "anciano" de la iglesia, Pablo recomienda evitar aun una audiencia pública, si al iniciarse la acusación el acusador no podía presentar el testimonio de "dos o tres testigos" dignos de confianza.
20. Persisten en pecar.
Es decir, los "ancia-. nos" " (ver com. vers. 19). Pablo no estaba dispuesto a excusar o encubrir el pecado de nadie.
Repréndelos.
Gr. elegí, "convencer de culpa o falta", entendiéndose que la acusación es verdadera y la evidencia es clara (ver com. Juan 8:46; 16:8). Es algo serio cuando un miembro de la iglesia acusa a otro de pecado; por lo tanto, cualquier acusación debe ser bien comprobada mediante testigos fidedignos antes de que se la haga pública. La Biblia aconseja a los cristianos a "reprender", pero siempre con la idea de "convencer de culpa", lo cual se puede hacer únicamente cuando se tiene una evidencia innegable. Este consejo prohibe acusaciones apresuradas mediante las cuales se daña la reputación 323 de personas inocentes y se debilita la confianza de ellas en los hermanos.
Todos.
Podría significar simplemente "todos" los otros ancianos, o referirse a "todos" los miembros de la congregación. Ambas posibilidades pueden ser correctas, pues Podrían tratarse de manera diferente diversas clases de faltas, desde una simple ineficiencia hasta una inmoralidad flagrante.
21. Te encarezco.
O "te conjuro" (BJ, BC, NC).
De Dios y del Señor Jesucristo.
Algunos creen que el texto griego sugiere la unidad de los Seres que aquí se mencionan. Así se destacaría la divinidad de Cristo (ver com. Juan 1:1-3; Tito 2:14). Todos los pensamientos y hechos están plenamente ante el Dios del cielo.
Sin prejuicios.
Las decisiones de la iglesia, emanadas de la investigación del pecado, especialmente entre los ancianos (vers. 19-20), no deben ser para agradar a los hombres sino para satisfacer la justicia de Dios. Aunque esto es siempre difícil, ningún dirigente de iglesia debe permitir que ni la amistad ni la enemistad afecten la justicia de una investigación cuando se trata de la averiguación de un pecado. Si en el ministerio faltan virtud e integridad, ¿qué podría entonces esperarse de los laicos?
Parcialidad.
Los ministros jóvenes como Timoteo a veces enfrentan dificultades cuando tratan de corregir a los que son mayores que ellos. Este deber, más el deseo natural del ministro joven de ser aceptado y apreciado, aumenta la importancia y pertinencia del consejo de Pablo contra los juicios previos y la parcialidad. Las decisiones de los dirigentes de la iglesia no deben tomarse con la intención de buscar favores de los influyentes o los ricos. Es necesario que prevalezca la justicia a pesar de las amistades personales que haya,
22. Las manos.
Pablo puede estarse refiriendo o a la apresurada ordenación de un hombre sin preparación ni experiencia (ver com ' cap. 3:6, 10), o a la rápida reinstalación de un anciano después de haber sido sometido a disciplina. Esta segunda probabilidad concuerda mejor con el contexto inmediato (ver cap. 5:20-21). La obra del anciano era muy sagrada e importante; no podía haber una admisión o readmisión precipitada de alguno que no hubiera demostrado su idoneidad. El candidato o anciano debía ser examinado detenidamente en cuanto a su capacidad moral y espiritual (ver cap. 3:1-7) antes de su ordenación.
Ni participes.
Si Timoteo se negaba a reconocer los pecados de sus ancianos, estaría apoyando el mal y, por lo tanto,; participando de su espíritu y sus consecuencias.
Consérvate puro.
El ministro, más que cualquier otro, debe permanecer limpio de indiscreciones morales. En el vers. 21 Pablo recuerda a Timoteo que ningún motivo -riqueza, prestigio o amistad personal- debía influir en su juicio en cuanto a los asuntos de la iglesia. El nombramiento o readmisión de los ancianos nunca debía basarse en consideraciones fuera de los principios correctos del cap. 3:1- 7
23. No bebas agua.
En la época de Pablo, como ahora, el agua estaba contaminada en muchos lugares; era peligroso tomarla y abundaban enfermedades como la disentería. Por esta razón a menudo se recomendaban otros medios para calmar la sed.
Vino.
Gr. óinos (ver cap. 3:8). Algunos comentadores piensan que Pablo está autorizando el consumo de vino fermentado con propósitos medicinales. Presentan el hecho de que el vino se ha usado con este fin a través de los siglos.
Otros sostienen que Pablo se refiere al jugo de uva no fermentado. Argumentan que Pablo no podía dar un consejo que no concuerda con las Escrituras, las cuales amonestan contra el consumo de bebidas intoxicantes (ver Prov. 20:1; 23:29-32; ST, 6 de septiembre, 1899).
De tu estómago.
El propósito del consejo de Pablo era que Timoteo debía ser físicamente apto para cumplir con las difíciles responsabilidades que le tocaba desempeñar como administrador de las iglesias en el Asia Menor La claridad mental y moral están estrechamente relacionadas con la capacidad física.
Frecuentes enfermedades. Es evidente que Timoteo se enfermaba con frecuencia. Un cuerpo azotado a menudo por las dolencias no es una buena propaganda para cualquier clase de reforma pro salud.
24. Se hacen patentes antes.
Gr. pródelos, "evidente", "que salta a la vista". Fuera de los vers. 24 y 25 esta palabra sólo reaparece en Heb. 7:14, donde se la ha traducido como "manifiesto". Este vocablo se usa en los papiros, siempre con ese sentido. Algunos consideran que en 1 Tim. 5:24-25 Pablo concluye su consejo acerca de las acusaciones contra los ancianos de la iglesia y sus pecados (vers. 19-20), y el examen de la vida y los antecedentes de los candidatos para desempeñar este cargo (vers. 22). Otros consideran que el apóstol se refiere a los pecados de los hombres en general. Según el primer punto de vista, la frase "antes que ellos vengan" significa que los pecados de los ancianos o de los candidatos a serio, "los conducen al juicio"; es decir, hacen que sea posible llegar a una decisión acerca de su idoneidad para el cargo. Según el segundo punto de vista, "antes que ellos vengan" significa que los pecados confesados han sido tratados previamente en forma judicial en el cielo, antes del gran día final del juicio, cuando Dios dará su pago a cada uno según sus obras y éstas aparezcan entonces en los registros del cielo (cf. 1JT 91).
Juicio.
Gr. krísis, "el acto de juzgar". Los que sostienen el primer punto de vista lo aplican al juicio de las cualidades de un anciano para que permanezca en su cargo, o para que sea nombrado como tal. Los que sostienen el segundo punto de vista lo aplican al gran juicio final.
Se les descubren después.
O "vienen después". Según el primer punto de vista, Pablo quiere decir que los pecados de algunos ancianos podrían no ser "manifiestos" cuando se hace la acusación contra ellos, o que los pecados de algunos candidatos para ser ancianos quizá no eran conocidos en el momento cuando eran nombrados. De acuerdo con el segundo punto de vista, los pecados no confesados acompañarán a los que no se hayan arrepentido cuando comparezcan delante de Dios en el gran juicio final.
25. Las buenas obras.
No importa lo que haga un hombre, sea bueno o malo, será recordado por los que son afectados personalmente por su proceder, el cual también permanece en la memoria de ese hombre; esto prepara su voluntad para la repetición del mismo acto. Lo bueno o lo malo llegan a ser un hábito, y los hombres revelan cada día lo que fueron su pensamiento y sus acciones en lo pasado.
Las que son de otra manera.
Es decir, las no buenas, o sea, las malas.
No pueden permanecer ocultas.
La verdad con el tiempo saldrá a la luz.
CBA T7
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