1. Tú habla.
Pablo destaca el contraste entre el contenido y la forma de las enseñanzas de Tito en comparación con los falsos maestros de Creta (ver com. cap. 1:10-16). El apóstol bosqueja ahora las tres tareas que le correspondían a Tito: (1) organizar a los hermanos de Creta e informarlos acerca del gobierno de la iglesia (cap. 1:5-8); (2) refutar a los "habladores de vanidades y engañadores" (vers. 10) que estaban enseñando falsas doctrinas y rebajando el nivel moral de toda la iglesia con sus vidas impías (vers. 9-16); (3) comunicar con claridad y exactitud la verdad del Evangelio.
Sana doctrina.
Ver com. cap. 1:9.
2. Ancianos.
Gr. presbútes, "anciano", "venerable" ; cf 1 Tim. 5: l. Ver com. Hech. 11:30.
Sobrios.
Gr. nefálios, "abstemio de vino" " (ver com. 1 Tim. 3:2-3).
Serios.
Gr. semnós, "digno de honor", "graves" " (BC, NC). Ver 1 Tim. 3:8.
Prudentes.
Gr. sofron, "prudente"; "sensatos" (BJ). Ver com. 1 Tim. 3:2. Los varones mayores de la iglesia debían ser respetados por sus sabios consejos. Cuando uno es enseñado por Dios, un consejo tal no debe ser tomado livianamente.
Sanos en la fe.
Ver com. cap. l: 13.
Amor.
Ver com. 1 Cor. 13: l.
Paciencia.
Gr. hupomone, "aguante", "paciencia", "perseverancia" " (ver com. Rom. 5-3). Estas cualidades siempre deben mantenerse vivas. Los seres humanos pueden cansarse con el transcurso del tiempo y su fe contaminarse con tradiciones y supersticiones; su amor puede debilitarse y convertirse en un simple sentimiento, y su paciencia degenerar en un conformismo apático. La vida de Pablo fue una magnífica ilustración del ideal que aquí se expone: un modelo acabado para todos.
3. Ancianas.
Cf 1 Tim. 5:2. El cristianismo elevó la condición de la mujer a una altura desconocida hasta ese momento; pero esa nueva condición exigía una debida respuesta de las mujeres cristianas: debían cumplir el propósito original de Dios de ser modelos de ternura y dedicación. Las mujeres cristianas debían presentarse de ese modo como un dechado de pureza y dedicación al hogar y a los hijos, tanto para sus hijas como para sus vecinas paganas (cf. Tito 2:4).
Reverentes en su porte.
O "en conducta como personas sagradas". Es decir, tanto en su vestido como en su porte y conducta debían comportarse como quienes se ocupaban del servicio sagrado.
No calumniadoras.
Ver com. 2 Tim. 3:3.
No esclavas del vino.
Con más precisión, "no esclavizadas por mucho vino" . Ver com. 1 Tim. 3:8. No hacía mucho que se había establecido la iglesia de Creta, por eso las "ancianas" eran quienes habían vivido la mayor parte de su vida regidas por las normas y los hábitos de la sociedad pagana. Beber vino era común en la zona del Mediterráneo. Creta tiene todavía una gran producción de uvas. Después de una larga vida en tal costumbre, ser esclava del vino era la regia y no la excepción.
Maestras del bien.
En contraste con el esparcimiento de chismes, calumnias o "fábulas profanas y de viejas" " (1 Tim. 4:7).
4. Las mujeres jóvenes.
Las virtudes femeninas se transmiten mejor de una generación a otra mediante mujeres emocionalmente maduras, que han aprendido bien las lecciones de disciplina propia y piedad personal. Es una tragedia que las mujeres jóvenes asuman los deberes conyugales y maternales sin haber sido debidamente enseñadas por precepto y ejemplo en las responsabilidades de la femineidad cristiana.
Maridos.
La esposa sensata se da cuenta de que la armonía y la fortaleza del hogar dependen de su papel como colaboradora de su esposo, y no como su competidora.
Hijos.
Pablo destaca la ley básica que rige la seguridad de la familia y el desarrollo emotivo. Nada hay que equivalga a la contribución de una madre amante, que consecuente y desinteresadamente se entrega a cada hijo que cría. Los hijos no deben ser considerados como barreras para la felicidad de los adultos, ni como seres que automáticamente desarrollan virtudes nobles y dignas de respeto.
5. Prudentes.
Gr. sofron, "prudente", "con dominio propio"; "sensatas" " (BJ). El énfasis que Pablo pone frecuentemente sobre el adjetivo sofron en sus diversas formas, en sus cartas a Timoteo y Tito (1 Tim. 2:9, 15; 3:2; 2 Tim. 1:7; Tito 1:9; 2:2, 4-6, 12), refleja un esfuerzo cuidadoso para resolver un importante problema en la organización de la iglesia y en el desarrollo del carácter. El dominio propio significa victoria sobre el egoísmo. Los deseos personales deben ser subordinados al bien más amplio de la familia y de otros, y deberá hacerse frente a las frustraciones con valor y buen ánimo.
Cuidadosas de su casa.
Las madres que pasan gran parte de su tiempo fuera del hogar, a veces descuidan las responsabilidades familiares. Permitir que los hijos entren y salgan sin la vigilancia de los padres, o dejarlos al cuidado de extraños, no satisface la clara instrucción divina.
Buenas.
La descripción que hace Pablo de una mujer cristiana equivale al retrato clásico de la madre y esposa digna de Prov. 3 l: 1 O31.
Sujetas.
Ver com. Efe. 5:22; 1 Tim. 2:1 l.
Blasfemada.
Como los cristianos llevan el nombre de su Dios y afirman que lo representan, Pablo insta a que se examinen cuidadosamente los hábitos diarios por los cuales se juzga el poder de la religión. Muchos miembros de iglesia prefieren, como los paganos, cumplir con un ritual complicado en vez de vivir fielmente para Dios día tras día. El fiel cumplimiento de las tareas diarias constituye la primera responsabilidad de una mujer cristiana. Ningún deber para la iglesia, no importa cuán bien se cumpla, puede compensar la falta del debido cuidado a los hijos o la inmadurez de los sentimientos. Si los no cristianos en el tiempo de Tito veían que las mujeres cristianas no tenían más dominio y sentido de responsabilidad que las mujeres no cristianas, paganas, la causa del cristianismo sufría gran pérdida. Como los conceptos cristianos en cuanto al papel de la mujer en el hogar y en la iglesia eran más elevados, el mundo pagano se sentiría inclinado a examinar cuidadosamente los resultados de esa profesión de fe. La preocupación especial de Pablo era que la iglesia estuviera establecida sobre principios correctos, pues sabía que el tono moral y espiritual del hogar y de la comunidad es determinado en gran medida por sus mujeres.
6. Los jóvenes.
En contraste con "los ancianos" (vers. 2).
Prudentes.
Ver com. vers. 4-5. Tito era joven, y quizá podría tener más éxito al aconsejar a los de su misma edad.
7. Presentándote.
Los cristianos cretenses y sus vecinos paganos tenían derecho de esperar que el pastor cristiano ejemplificara fielmente los principios del cristianismo. Es muy probable que Tito se hubiera criado en un hogar pagano, quizá en la lujuriosa e impía ciudad de Antioquía. Había sido atraído al servicio del Maestro en la frescura de su juventud, y probado en el horno de los esfuerzos y las dificultades. Pablo le recuerda a Tito que su más eficaz inspiración para los creyentes de Creta dependería de su ejemplo de dominio propio y de su condición de disciplinado varón cristiano.
En todo.
Compárese con un consejo similar que se le da a Timoteo (ver com. 1 Tim. 4:12). El verdadero cristianismo incluye toda actividad de la que pueda ocuparse un hombre cuyo pensamiento está cautivo a la voluntad de Dios (2 Cor. 10:5).
Enseñanza. . . seriedad.
Mejor "en la enseñanza, incorruptibilidad". Cf. 2 Tim. 3: 10.
Integridad.
O "sanidad". Cf. vers. l.
Seriedad.
Gr. semnótes, "dignidad" " (ver com. 1 Tim. 2:2).
8. Sana.
Un énfasis frecuente en esta epístola (cap. 1:9, 13; 2:1-2, 8). La naturaleza humana está enferma debido al pecado; pero el Evangelio es la receta del cielo para eliminar la causa de la enfermedad y para que los seres humanos recuperen la salud física, mental y espiritual. Las falsas enseñanzas, como las panaceas de los curanderos, no curan la enfermedad sino que con frecuencia la complican. Pablo le recuerda a Tito que sus adversarios observarán atentamente su vida y sus palabras para encontrar algo contra él; pero si se cuidaba de hablar con precisión, con esmero y con oración, tendrían sus adversarios que avergonzarse. No tendrían motivo para criticarlo.
El adversario.
Ni "los habladores de vanidades y engañadores" (cap. l: 10), que estaban dentro de la iglesia, ni los paganos, debían tener base para criticar.
9. Siervos.
O "esclavos" (ver com. Juan 8:34).
Agraden en todo.
La conversión de los esclavos al cristianismo no debían transformarlos en obreros menos satisfactorios, sino que 378 su sombría desobediencia debía transformarse en alegre utilidad. En cuanto al consejo de Pablo acerca de los esclavos cristianos, ver com. Efe. 6:5-9; Col. 3:22 a 4: l; 1 Tim. 6:1-2.
10. Defraudando.
O "malversando", "desfalcando". Con frecuencia se confiaba a los esclavos el cumplimiento de ciertos deberes, además de las actividades propias de la casa o del campo. Algunos debían realizar actividades comerciales, para lo cual se les concedía mucha libertad. Eso les daba la oportunidad de robar. A veces se les daba una esmerada preparación como artistas o médicos para que trabajaran para sus amos. Por eso, en los días de Pablo un esclavo tenía muchas oportunidades para desfalcar a sus amos. Robar o malversar la propiedad del amo era tan frecuente en Creta, que muchas veces a los siervos se los llamaba ladrones. Los esclavos cristianos debían demostrar que estaban por encima de esas prácticas, siendo leales y honrados.
Fieles en todo.
Los esclavos cristianos debían ser completamente dignos de confianza en el servicio de sus amos terrenales.
Adornen.
Ver com. 1 Tim. 2:9. Pablo afirma que únicamente una vida semejante a la de Cristo puede representar debidamente al Evangelio ante el mundo. Hombres nuevos -no necesariamente métodos nuevos constituyen el plan de Dios para la promoción del Evangelio (ver com. i Tim. 4:16; 2 Ped. 3:12).
Doctrina de Dios.
Probablemente "doctrina acerca de Dios", la fuente de toda esperanza cristiana, pensamiento que Pablo desarrolla en los vers. 11 - 15.
11. Gracia.
Gr. járis (ver com. Juan l: 14; Rom. 1:7; 3:24; 1 Cor. 1:3). Los ancianos (Tito 2:2), las ancianas (vers. 3), las mujeres jóvenes (vers. 4), los jóvenes (vers. 6), Tito (vers. 7-8) y los esclavos (vers. 9-10), sólo podían cumplir con sus responsabilidades diarias mediante la gracia de Dios. La nota triunfal del Evangelio de Pablo es que los hombres y las mujeres alcanzan la victoria sobre el pecado: que una vida semejante a la de Cristo, que se manifestó una vez en carne y sangre, puede reproducirse en cada hombre o mujer movidos por el Espíritu. Toda orden de Dios va acompañada por su "gracia": el poder para cumplir los propósitos divinos (ver com. 2 Cor. 12:9; Heb. 13:9).
Se ha manifestado.
La "gracia", es decir el abundante amor redentor de Dios manifestado a los pecadores siempre ha estado a disposición de los hombres (ver com, Sal. 5 ]: 1 17; Nota Adicional de Sal. 36). Pero el plan de Dios para salvar a los hombres se hizo más claro con la venida de Jesús.
Todos los hombres.
Cf. Juan 1:9; 3:17; 1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9. A todos los hombres se les da suficiente oportunidad para que se salven; pero la tenaz negativa de muchos a aceptar la "gracia de Dios" da como resultado muerte eterna; por lo tanto, hasta este punto se desvirtúa el propósito de Dios y se menosprecia la dádiva de la salvación. Los cristianos deben representar debidamente los principios de una vida semejante a la de Cristo para que los incrédulos sean impresionados con la superioridad del cristianismo. Este es el tema del consejo de Pablo en este capítulo.
12. Enseñándonos.
Gr. Paidéuo, "educar", "instruir", usado con frecuencia para describir el proceso de criar un niño. La gracia salvadora no sólo ayuda a los hombres a eliminar las prácticas pecaminosas, sino que activamente desarrolla hábitos nuevos y deseables. Esta instrucción diaria que procede de Dios podría ser descrita como el proceso de la santificación (ver com. Rom. 6:19; 1 Tes. 4:3).
Deseos.
Los que sólo van tras los placeres de este mundo. Cf. 1 Juan 2:15-16. Este siglo. Ver com. 1 Tim. 6:17.
Sobria.
Gr. sofrónos, "sensatamente" (ver com. vers. 5). El cristiano genuino reconoce sus responsabilidades sociales Y sus deberes espirituales como hijo de Dios. La "gracia de Dios imparte suficiente poder para que los hombres puedan demostrar verdadero dominio propio (ver com. Efe. 4:13)
Piadosamente.
Gr. eusebos (ver com. 2 Tim.3:12).
13. Aguardando.
Gr. prosdíjomai, "esperar", "estar a la expectativa". Pablo añade un segundo incentivo a su exhortación a los miembros de la iglesia de Creta para que vivan como representantes de Jesucristo. Además de vivir una vida mejor, el cristiano es recompensado con la dádiva inconmesurable de la vida eterna; por lo tanto, la vida diaria debe estar en armonía con el anhelo que siente el cristiano por el pronto regreso de Jesús. Así como Simeón fue recompensado cuando contempló a Jesús (ver com. Luc. 2:25) porque "esperaba" (prosdéjomai), de la misma manera un gran número de cristianos 379 sentirán un día -encontrarán- su máximo gozo cuando sean testigos de la gloria de la segunda venida de Cristo.
Esperanza bienaventurada.
La esperanza del regreso de Cristo ha sido el gran incentivo de la fe cristiana durante casi 2.000 años. Ha reanimado el espíritu del creyente y fortalecido su valor en medio de todas las vicisitudes de la vida. Los oscuros momentos de desánimo, desilusión, o dolor propios de la condición humana son superados gloriosamente por la esperanza cristiana del segundo advenimiento.
Manifestación gloriosa.
O "aparición de la gloria" . En cuanto a epifáneia, "aparición visible" , ver com. 1 Tim. 6:14. La expresión "esperanza bienaventurada" está en aposición con "manifestación gloriosa", o "aparición de la gloria"; es decir, la aparición constituye la esperanza bienaventurada. La traducción "aparición de la gloria" sugiere que se manifestarán los atributos divinos de Cristo cuando vuelva a la tierra como Rey de reyes, rodeado por el glorioso esplendor de miríadas de ángeles celestiales.
Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Cf. 2 Tes. 2:8; 1 Tim. 6:14; 2 Tim. 4:1, 8. El texto griego de este pasaje es ambiguo. Por eso no se puede saber con exactitud si Pablo está hablando tanto del Padre como del Hijo, o sólo de Cristo. Muchos comentadores prefieren considerar que esta expresión se refiere sólo a Cristo. No hay ninguna dificultad si se interpreta así, pues Pablo atribuye a Jesús las prerrogativas de la Divinidad (ver com. Rom. 1:7- Fil. 2:6; Col. 2:9; 1 Tim. 1:1). En cuanto a la deidad de Cristo, ver t. V, p. 894. Hay una construcción griega similar en 2 Ped. l: l. El contexto de Pablo es la "manifestación" de Cristo en el segundo advenimiento, como Jesús lo prometió (ver com. Juan 14:1-3). Debido a estos dos grandiosos hechos aquí revelados: que Jesucristo es Dios en el más pleno sentido de la palabra, y que su regreso a este mundo constituye el gran clímax de la historia, este versículo ha sido un motivo excepcional de consuelo para los cristianos en todos los siglos.
14. Se dio a sí mismo.
Pablo describe la obra del Hijo de Dios al cumplir la misión de "Salvador" (vers. 13). El papel de Cristo como Salvador y Mediador de la humanidad perdida no le fue impuesto por la voluntad arbitraria del Padre. Cristo "se dio a sí mismo" como un sacrificio voluntario en favor de sus criaturas extraviadas (ver com. Juan 10:17-18; Hech. 3:15). Dios reveló su amor divino en la persona de Jesucristo. Aunque sus hijos e hijas sufren las consecuencias de la transgresión moral y física, Dios ha manifestado su amor al compartir con el hombre el dolor causado por el pecado. La entrega que hizo Cristo de sí mismo elimina toda duda acerca del supremo amor que Dios siente por los que desobedecen su voluntad. Desde el comienzo del pecado Dios ha sufrido el dolor de su amor no correspondido. La vida de Cristo en la tierra es causa suficiente para que lo alaben los redimidos por toda la eternidad. Los ángeles se sumen en silencioso asombro porque la obligación del hombre sólo consiste en aceptar el amor incomparable del Salvador y en regresar a la familia de Dios.
Redimirnos.
Gr. lutróo, "liberar-", "redimir", "rescatar". En cuanto al sustantivo afín lútron, ver com. Mat. 20:28. Cf. Sal. 130:8. El plan de Dios es restaurar en los perdidos la imagen original con que fueron creados. El pecado no debe ser pasado por alto, sino erradicado. El proceso de santificación consiste en que la gracia de Dios actúe en la voluntad humana plenamente entregada, de modo que cada vestigio de pecado pueda ser completamente eliminado de la vida (ver com. Rom. 3:24; 5: l; 6:19). Se necesita nada menos que el poder de Dios para liberar al ser humano del poder seductor del pecado y para que practique hábitos de rectitud. Debido a los hábitos pecaminosos profundamente arraigados en su vida, el único recurso del hombre para alcanzar una completa liberación, es aferrarse de la mano redentora de Dios. Sin embargo, aunque los mundos que giran en el espacio responden instantáneamente a las órdenes de Dios, el hombre -obra maestra de la creación- con frecuencia pone límites al poder y a los designios de Dios con su rebelde voluntad humana.
Iniquidad.
Gn anomía, "ilegalidad", "desacato a la ley".
Purificar.
Ver com. 1 ,Juan 1:7, 9; 3:3. Ningún ritual ni ninguna ceremonia judaica son suficientes para esto (cf. Hech. 15.-9). El resultado de haber sido rescatado el hombre del poder del pecado por la gracia de Dios, es una vida limpia de todo mal pensamiento y de todo hecho perverso.
Propio.
Gr. periousios, "escogido", es decir, por Dios y para sí mismo. La iglesia cristiana es 380 la sucesora de Israel como el agente especial de Dios para la comunicación del Evangelio (ver com, 1 Ped. 2:9). La misma misión, los mismos privilegios y las mismas responsabilidades que tuvo el Israel literal, se transfirieron al Israel espiritual (ver t. IV pp. 37-38).
Celoso.
Mientras la iglesia cristiana aguarda el segundo advenimiento, también cumple la misión que una vez se le encomendó a la nación judía: revelar por precepto y por ejemplo los principios del gobierno de Dios.
15. Habla.
Pablo presenta tres métodos para enseñar y conducir a las congregaciones cristianas: "habla, exhorta y reprende". Algunos miembros de la iglesia anhelan escuchar; otros necesitan, además, que se los exhorte y se les dé un consejo más directo; y hay otros más que, por diversas razones, necesitan una admonición más fuerte unida a pruebas incontrovertibles.
Autoridad.
La autoridad del ministro del Evangelio se basa definitivamente no en su cargo, sino sobre su misión divina y en la integridad de su ministerio.
Menosprecie.
Tito debía presentar su enseñanza con tanta persuasión, que sus oyentes honestamente no pudieran eludir lo que decía ni encontrar que sus argumentos eran ilógicos, pues esto haría que perdieran su confianza en él.
CBA T7
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