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CBA CARTA DE SANTIAGO Capítulo 3

CBA: Epístola de Santiago Capítulo 3
1. Hermanos míos.

Ver cap. 2:1, 5, 14; com. cap. 1:2. El apóstol continúa con los temas principales que comenzó en el cap. l. Insta a sus hermanos en la fe a cultivar el hábito de escuchar y estudiar la "palabra implantada" (ver com. cap. 1: 19, 21, 25). Esa práctica dará como resultado "mansedumbre" " (cap. 1:21), imparcialidad en el trato con los ricos y los pobres (cap. 2:1-13) y una fe genuina (cap. 2:15-26). Además, una debida comprensión de la meta de ser semejante a Cristo hará que se destaque la necesidad de dominar las palabras precipitadas (ver com. cap. l: 19, 26; 2:12). En el cap. 3 se presenta la responsabilidad de cada miembro de iglesia en cuanto a sus palabras apresuradas o mal escogidas (ver com. vers. 2-8). En este capítulo también se trata más ampliamente la inseparabilidad de la fe y las obras en la fe genuina que se manifiesta en un carácter semejante al de Cristo (ver com. vers. 9-18).

No os hagáis.

O "dejad de haceros".

Maestros.

Gr. didáskalos, "maestro", "docente". Para la buena marcha de la iglesia cristiana, el Espíritu Santo califica a ciertas personas para que sean sus maestros (ver com. Efe. 4:11).

Recibiremos.

El apóstol se incluye como maestro, y como uno que también está propenso a caer en los peligros o a cometer los errores propios de su elevada investidura. Con esto revela el espíritu de verdadera humildad que también trata de inculcar en sus hermanos.

Mayor condenación.

Es decir, un juicio más severo. Hay grados de responsabilidad en la iglesia del Señor, y los que se jactan de enseñar serán tenidos por responsables por su conducta personal y por su influencia sobre otros (ver com. Mat. 23:14). Se espera que el maestro conozca la voluntad de Dios más perfectamente que otros, y su conducta, por lo tanto, debe ser ejemplar.

2. Ofendemos.

Gr. ptáio "tropezar", "faltar al deber". Esta afirmación podría parafrasearse así: " "Todos los hombres cometen errores en muchas formas cada día" " (ver com. 1 Juan 1:8). La cruda realidad es que los "maestros" (Sant. 3:1) también "tropiezan", aunque deben tener un conocimiento mejor que otros; por lo tanto, Santiago quiere decir que sólo los mejores son los que deben procurar ser maestros.

En palabra.

Es decir, en su manera de hablar, o en el uso de la lengua (cf. cap. 1:26). El dominio de la lengua es algo muy difícil para los humanos (Mat. 5:37).

Perfecto.

Gr. téleios (ver com. Mat. 5:48). El que habla sólo lo que refleja pureza, honradez y bondad, ha alcanzado la meta de la semejanza a Cristo. Tal persona es el mejor maestro.

Capaz también.

Si se controla el miembro más difícil del cuerpo, es relativamente fácil dominar los otros.

Refrenar.

Ver com. cap. 1: 26. Las palabras de una persona revelan la tendencia natural de sus pensamientos. Si uno domina sus pensamientos hasta el punto de que sus palabras sean siempre semejantes a las de Cristo, "todo el cuerpo" estará bien dominado (ver com. Mat. 12:34-37).

3. He aquí.

La evidencia textual sugiere (cf. p. 10) un "si" condicional: "si ponemos".

Boca de los caballos.

El caballo es quizá el más indómito de los animales domesticados, pero sólo se necesita un pequeño aparejo en la boca para dominar todas sus acciones.

Obedezcan.

Así como un caballo indómito pone en peligro la vida de su jinete, también una lengua descontrolada arriesga toda la experiencia cristiana. La obediencia y el control son deseables para los hombres como lo son para los animales domesticados.

Todo su cuerpo.

Ver com. vers. 2.

4. Naves.

Las naves eran familiares para muchos de los lectores de Santiago, pues el mar Mediterráneo bañaba todo el sur del Imperio Romano,

Grandes.

Las naves antiguas parecían grandes a la gente de ese tiempo, aunque los navíos de hoy son mucho más grandes. Pablo viajó a Malta en un navío grande, pues llevaba 276 personas, lo que incluía tripulación y pasajeros (Hech. 27:37). Pero cualquier barco es muy grande si se compara con el timón que lo gobierna.

Impetuosos.

Gr. sklerós, "duro", "rígido", "obstinado". El caballo (vers. 3) tiene su propia e indómita voluntad y el barco es azotado por fuertes vientos; pero ambas fuerzas pueden ser dominadas por algo relativamente pequeño.

Timón.

El énfasis se pone en la pequeñez del indispensable timón.

El que las gobierna.

O "piloto" (BJ).

Quiere.

Gr. bóulomai, "querer", "tener intención", "proponerse". Aunque el timón guía el navío, el piloto es el que dirige el timón. Aunque la lengua puede, en cierto sentido, imprimir dirección a todo el cuerpo, ella es, a su vez, dirigida por la voluntad (cf. cap. 1:15).

5. Así también.

Santiago establece un paralelo entre la relativa pequeñez del freno y del timón, y el pequeño tamaño de la lengua. Destaca el potencial de este órgano, ya sea para bien o para mal.

Se jacta de grandes cosas.

La lengua puede inspirar grandes hechos, ya sean buenos o malos.

Bosque.

Un bosque puede ser muy extenso, pero eso no impide que sea destruido por una llama muy pequeña. Los asuntos más importantes de un individuo o de toda la iglesia, pueden peligrar por causa de las fuerzas que desate una sola lengua criticona.

6. Fuego.

Todo lo que se pueda decir del poder destructor de una pequeñísima llama también se puede aplicar al poder potencial de la lengua. Los miembros de la iglesia no sólo deben evitar las palabras que destruyen, sino también abstenerse de avivar las chispas destructoras que se dispersan de las palabras ajenas.

Mundo.

Gr. kósmos (ver com. Juan 1:9).

La lengua.

Es decir, la lengua llena de maledicencia.

Contamina.

Compárese esto con las palabras de Cristo: " "Lo que sale de: la boca, esto contamina al hombre" " (Mat. 15: 1 l; ver p. 516).

Todo el cuerpo.

Cf. vers. 2-3.

Rueda.

Simbólicamente el girar de una rueda sobre su eje.

Creación.

El transcurso de la vida de un individuo o de la iglesia, a menudo es incendiado por la ira y las palabras imprudentes.

Por el infierno.

Literalmente "por la gehenna" (BJ). Ver com. Mat. 5:22. La gehenna simboliza aquí todo lo que es malo y merece ser destruido. La "lengua" que destruye la armonía, la paz y la amistad, es movida por una voluntad regida por Satanás (ver coro. Mat. 13: 25-28).

7. Naturaleza.

U "orden", aquí del reino animal, en contraste con la "especie" humana.

Domada.

Mejor "subyugada" " (ver Mar. 5:4).

Naturaleza humana.

La "naturaleza" animal ha sido subyugada por el hombre, tal como fue el propósito original del Creador (Gén. 1:28).

8. Pero.

Santiago establece un agudo contraste entre las cuatro clases de animales (vers. 7) que han sido sometidos por el hombre y la lengua que el hombre no ha podido dominar.

Ningún hombre.

No significa que la lengua nunca pueda ser dominada, sino que la naturaleza humana pecadora carece de poder para dominarla. El hombre puede domar a los animales, pero no tiene poder para someter a su propia lengua. Este sometimiento sólo es posible por medio de la gracia divina. Santiago reconoce claramente la posibilidad de dominar la lengua (vers. 2), y declara que los seguidores de Cristo deben lograr la victoria sobre el habla indisciplinado (ver com. vers. 10).

Mal.

La lengua es un mal sólo cuando es regida por una mente movida por las fuerzas del mal. Cuando una persona no permite que el Espíritu Santo gobierne sus pensamientos y por lo tanto sus palabras, la lengua funciona como un instrumento del mal.

Que no puede ser refrenado.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "inquieto"; "turbulento" (BJ, BA, BC, NC).

Veneno mortal.

Es decir, que influye sobre la felicidad y la paz de la sociedad, así como el veneno actúa sobre el cuerpo humano. La confianza, la paz y la amistad se pierden inevitablemente debido a palabras precipitadas o imprudentes (cf. Sal. 140:3; Rom. 3:13).

9. Bendecimos.

Gr. eulogé, "hablar bien de", "alabar", "bendecir".

Dios.

La evidencia textual establece (cf. p. 10)el texto "Señor" en vez de "Dios".

Maldecimos.

La evidencia de que somos verdaderos cristianos se demuestra cuando bendecimos a nuestros enemigos (ver com. Mat. 5:44-45). Cristo no pronunció sobre Satanás "juicio de maldición" (Jud. 9). Las maldiciones proceden del odio y demuestran el espíritu de Satanás, "el acusador de nuestros hermanos" (Apoc. 12: 10). Santiago muestra que un hombre puede ser de "doble lengua" y también de "doble ánimo" (ver com. cap. 1:8).

Semejanza.

Gr. homóiosis, "imagen" " (BJ, BA, NC). Este versículo se refiere principalmente a la "imagen" de Dios en la cual fue creado el hombre (ver com. Gén. 1:26), imagen que aún existe en nosotros en cierta medida (ver 1 Cor. 11:7). Aunque esa imagen ha sido casi borrada por el pecado, Dios ha dispuesto lo necesario para que pueda ser restaurada.

10. De.

La primera oración del vers. 10 complementa el pensamiento del vers. 9.

Bendición y maldición.

La mezcla de bendición y maldición podría sugerir la falta de sinceridad en la bendición (cf. Prov. 18:2 l).

Hermanos míos.

Santiago echa mano de nuevo a la hermandad de los creyentes en Cristo y a la unidad que hay en la paternidad de Dios (vers. 9). Aunque algunos de los miembros de la iglesia a los cuales escribe Santiago, eran culpables de maldecir a los hombres mientras bendecían a Dios, el apóstol los seguía considerando con afecto.

No debe.

O "no es necesario que". El reproche está redactado en términos muy diplomáticos. Callar deliberadamente algo que queda tácitamente dicho, con frecuencia añade más énfasis y produce una respuesta positiva. A pesar de la dificultad de dominar la lengua, el Señor nos ayudará si le entregamos nuestra voluntad. En realidad, los pensamientos deben ser subyugados antes de que la lengua pueda ser dominada (ver com. 2 Cor. 10:5); pero para que el hombre pueda regir sus pensamientos, primero debe rendir su corazón a Dios (ver com. Sant. 1: 14).

11. ¿Acaso?

Esta pregunta retórica implica que se espera una respuesta negativa.

Fuente.

Gr.pgé, "manantial". Como el agua brota de la fuente así también las palabras del corazón (ver com. Prov. 4:23-24). Una fuente o manantial es inanimado, pero su fluir está regido por las leyes de la naturaleza. Del mismo modo los cristianos deben proceder en armonía con las leyes de su naturaleza renovada. El apóstol razona partiendo de lo que es imposible en la naturaleza y llegando hasta lo absurdo, pero que desgraciadamente se produce en la conducta humana.

Echa.

La fuente da sin cesar una misma clase de agua.

Amarga.

Es decir, salobre, de gusto acre. De ninguna fuente brota por la misma abertura agua dulce y salobre. Los que conocían Palestina pensarían en el contraste entre el agua del mar Muerto, cargada de minerales, y las aguas de los manantiales, dulces y útiles al hombre.

12. ¿Puede?

Evidentemente se espera una respuesta negativa.

Higuera.

Las higueras y las vertientes producen de acuerdo con sus respectivas naturalezas o especies. Nunca se espera otro resultado. Santiago está sugiriendo que las maldiciones y otros usos indebidos de la lengua indican claramente que una persona no es en realidad cristiana. No quiere decir que quien ha aceptado de veras a Cristo nunca cometerá un pecado (cf. vers. 2); lo que sí afirma es que el verdadero cristiano habitualmente no hablará en una forma no cristiana (ver com. vers. 10).

Vid.

Esta ilustración nos recuerda las que usó Cristo (Mat. 7:16). El propósito fundamental de Santiago no es contrastar lo bueno con lo malo, sino insistir en que un árbol debe dar frutos "según su género" (Gén. 1: 11- 12) y que, recíprocamente, la naturaleza del fruto inevitablemente testifica de la clase de árbol que lo produce (ver Mat. 7:20).

Así también.

La evidencia textual favorece (cf. p. 10) el siguiente texto para la última oración del vers. 12: "ni una fuente salada puede producir agua dulce". Santiago muestra que es imposible que el verdadero culto emane de un corazón malo. Sus conclusiones son especialmente aplicables a los maestros.

13. Sabio.

Santiago habla aquí de la sabiduría que es necesaria para vivir una vida piadosa (ver 1 Cor. 6:5; Efe. 5:15).

Muestre.

La sabiduría genuina se demuestra por medio de las obras correspondientes. El carácter de una persona se comprueba por el fruto que produce, como se hace destacar en el vers. 12.

Buena.

Gr. kalós, "bueno excelente", "digna de alabanza".

Conducta.

Cf. Efe. 2:3; ver Gál. 1: 13; 1 Tim. 4:12; Heb. 13:7; 1 Ped. 1: 15; com. Efe. 4:22.

Obras.

Es decir, obras de la fe.

Mansedumbre.

Gr. praútes, "amabilidad", "suavidad" (ver com. cap. 1:21). La falsa mansedumbre no es más que complacencia y falta de iniciativa. El sabio verdaderamente manso presenta sus convicciones y traza sus planes en una forma amable, pero firme. La suavidad de espíritu permite pensar con claridad y administrar con calma. El sabio e humilde delante de Dios, y esa experiencia 545 espiritual le impide ser arrogante e implacable con sus prójimos (cf. cap. 2:13). La posesión de un vasto conocimiento, por sí sola, no hace sabio a nadie. La "mansedumbre" de la conducta distingue al hombre educado como verdaderamente sabio.

14. Celos.

Gr. zelos, "celo" en sentido equivocado; "envidia" (BJ). Ver com. Juan 2:17. La moralidad de los "celos" depende del propósito que los motiva. Santiago habla de malos celos porque son "amargos". Esa clase de celos contrasta agudamente con la mansedumbre ya descrita (Sant. 3:13).

Contención.

Gr. erithéia, "partidarismo", "espíritu faccioso", "interés egoísta". Los hombres pueden sentirse intensamente celosos por promover sus propios intereses, pero pasando continuamente por alto los deseos de otros. "Sabia mansedumbre" es el requisito principal del cristiano.

Corazón.

Los celos y la contención pueden no manifestarse externamente, pero son como el agua amarga en una fuente (cf. vers. 11): un día fluirán en palabras o hechos. Santiago enseña tácitamente que siempre se necesita un cuidadoso examen de corazón.

No os jactéis.

O "dejad de jactaros". Los cristianos no deben jactarse de lo que han alcanzado personalmente ni de sus capacidades. Los que tienen espíritu partidista por lo general son agresivos en la búsqueda del apoyo de otros. Esa forma de jactancia revela una falta de verdadera sabiduría. Un espíritu servicial es la única base legítima para tener buen nombre.

Verdad.

Es decir, la verdad del Evangelio. El que profesa ser sabio, no debiera traicionar la verdad que enseña demostrando por su conducta que carece del espíritu de la verdad. La verdad cristiana es más que una proposición; es una forma de vida. Sólo tiene valor la teoría de la verdad cuando se manifiesta en una conducta que revela a Cristo, la personificación de la verdad (ver com. 1 Juan 2:6; cf. Juan 14:6; 3T 59).

15. Esta sabiduría.

O sea, la sabiduría de los que traicionan la verdad mediante un espíritu desprovisto de mansedumbre (ver com. vers. 13). Santiago reconoce dos clases de sabiduría, así como ha reconocido dos clases de fe (ver com. cap. 2:17). Como en el caso de una fe muerta, esta clase de sabiduría lo es sólo de nombre; es, en realidad, astucia, habilidad lógica y sutiles sofismas que se emplean por conveniencia propia.

No es ... de lo alto.

El conocimiento y la habilidad de liderazgo mal orientados no provienen de Dios, el cual es el autor de la verdadera sabiduría (DTG 190; ver com. cap. 1: 5). Dios no da sabiduría para ayudar a los que están empeñados en enconadas reyertas y manifiestan egoísmo (ver com. cap. 3:14).

Terrenal.

Esta pretendida sabiduría emana de principios y motivos terrenales, y se emplea para servir a propósitos semejantes. Sólo tiene en cuenta esta vida presente.

Animal.

Gr. psujikós, "no espiritual"; "natural" (BJ) (ver com. 1 Cor. 15:44). La sabiduría terrenal procura satisfacer los deseos y las tendencias que provienen de lo íntimo del hombre natural.

Diabólica.

"Demoníaca" (BJ, NC). Cf. cap. 2:19. A esta pretendida sabiduría no sólo le faltan las características de la sabiduría que es "de lo alto", sino que contiene elementos que son característicos de los demonios. Lucifer no se sintió satisfecho con la sabiduría que Dios le había dado (Eze. 28:17), y se constituyó en el jefe de los demonios. Ese espíritu de envidia lo indujo a sentir "celos amargos y contención" (cf. Sant. 3:14). Algunos ven en las tres palabras, "terrenal", "animal" y "diabólica" los tres enemigos espirituales del hombre: el mundo, la carne y el demonio.

16. Celos y contención.

Ver com. vers. 14.

Perturbación.

Gr. akatastasía, "tumulto", "inquietud". Cf. cap. i:8; 3:8. El egoísmo en la familia o en la iglesia siempre produce inestabilidad, lo que a su vez causa desventura y confusión. La sabiduría que no "es de lo alto" finalmente revelará su naturaleza mediante sus frutos.

Perversa.

Gr. fáulos, "inútil", "que no sirve para nada". Un programa cuya base es el egoísmo y que es promovido por un espíritu contencioso, fracasará finalmente debido a su propia debilidad. El pecado y el egoísmo nunca producen armonía.

17. Sabiduría.

Es decir, la verdadera sabiduría que Dios promete a todos los que sinceramente la piden (ver com. cap. 1:5).

Pura.

Gr. hagnós, "sin contaminación". Esta cualidad es la primera porque las siguientes proceden de la filosofía de una vida incontaminada, dada por Dios. Esta sabiduría está libre de principios, propósitos y metas "terrenales".

Pacífica.

Ver com. Mat. 5:9. El que es verdaderamente sabio procura evitar luchas y 546 contiendas; pero su deseo de paz no le impedirá presentar la verdad aunque eso le acarree dificultades. Jesús predijo que la proclamación de la verdad causaría luchas en el mundo (ver com. Mat. 10:34); pero esas contiendas son producidas por los que se oponen a la verdad, no por los que la presentan sabiamente. La pureza de vida y de doctrina jamás se debe sacrificar en un esfuerzo por asegurar la paz.

Amable.

Gr. epieikes, "razonable", "moderado"; "complaciente" (BJ). Ver 1 Tim. 3:3; Tito 3:2. La verdadera sabiduría es suave, perdonadora ante la afrenta y comprensiva con los errores ajenos. Hace que un hombre se convierta en un caballero cristiano.

Benigna.

Gr. eupeithes, "dócil", "fácil de persuadir", es decir, no es obstinada ni difícil de manejar.

Misericordia.

Ver com. cap. 2:13.

Buenos frutos.

Ver com. Mat. 7:17; 21:34; Gál. 5:22-23.

Sin incertidumbre.

O "firme"; "imparcial" " (BJ); es decir, no vacila en cuanto a la conducta que debe seguir. El cristiano no debe vacilar entre posiciones opuestas con el propósito de ganar alguna ventaja. El sabio no se avergüenza de su posición aunque sean muchos los que se le opongan.

Ni hipocresía.

Gr. anupókritos, "genuino", "sin disfraz".

18. Fruto.

Es decir, el producto o la recompensa de la conducta correcta (ver com. Prov. 11:30; Mat. 7:16).

Justicia.

O "bien hacer", "proceder correcto". Aquí se presenta a la justicia como productora de fruto (ver com. Mat. 3:8; PVGM 47-48).

Paz.

Un carácter correcto sólo lo adquieren los pacificadores. Es evidente que Santiago compara los resultados de los "celos y [la] contención", que sólo producen hechos indignos (ver com. vers. 16), con la recompensa de metas y métodos pacíficos.

Hacen la paz.

Los verdaderos cristianos reconcilian las diferencias en la familia y en la iglesia (ver com. Mat. 5:9). El que siembra semillas de paz se goza en los frutos de la paz en esta vida, y los disfrutará plenamente en la vida venidera, en el reino del "Dios de paz" (1 Tes. 5:23).

CBA T7


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