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CBA CARTA DE SANTIAGO Capítulo 5

CBA: Epístola de Santiago Capítulo 5
1. ¡Vamos ahora!

El claro reproche anterior (cap. 4: 13) está dirigido a los que se afanan por ser ricos sin pensar en el plan de Dios para su vida. Aquí Santiago está reprochando a los que han alcanzado su meta material y ya son ricos.

Ricos.

El contexto inmediato implica que los "ricos" son ejemplos notables de quienes tienen muchas oportunidades para hacer el bien, pero evitan hacerlo. Estos "ricos" pueden ser o no miembros de la iglesia. Santiago presenta la condición de los "ricos" en su debida perspectiva para que no los envidien los miembros de la iglesia que sufren necesidades por faltarles ropas y estar afligidos por la pobreza. Hay posesiones más duraderas y de más valor que las riquezas materiales. Esta condenación de los ricos es adecuada después de haber tratado la forma en que se deja a Dios cuando se va en procura de placeres terrenales (cap. 4). Compárese esto con el 554 concepto que Cristo tenía de las riquezas (ver com. Luc. 6: 24).

Aullad.

Gr. ololúzo, "aullar", "gritar".

Miserias.

Gr. talaiporía, "sufrimiento", "desgracia", "miseria".

Vendrán.

Literalmente "sobrevienen". Sin duda un presente con carácter de futuro como en Juan 14: 3 (ver el comentario respectivo). El apóstol se refiere a la inseguridad que siempre rodea a la acumulación de riquezas, y también a las crecientes tensiones que habrá a medida que se acerquen los últimos días de la historia del mundo (ver com. 3,7).

2. Riquezas.

Un término general que quizá incluye ropas, oro y plata; sin embargo, si el participio "podridas" debe entenderse literalmente, estas "riquezas" se referirían al producto de los campos y los rebaños, a cereales, frutas, vino, aceite y otros comestibles que se almacenaron hasta que se echaron a perder. El rico insensato de la parábola de Cristo tenía la mayor parte de su riqueza en productos agrícolas (ver com. Luc. 12: 16 - 20). Con frecuencia estas "riquezas" fomentan la complacencia propia y son adquiridas a expensas de los derechos de otros (ver Sant. 5: 4). El rico inconverso "no es rico para con Dios", a pesar de todas sus riquezas terrenales (ver com. Luc. 12: 21).

Ropas.

Demostrar riqueza mediante la acumulación de ropas costosas era más común en las tierras bíblicas entonces que en los países occidentales hoy, porque las modas cambiaban muy poco. Pero los vestidos costosos en todas partes son una señal de riqueza.

Comidas de polilla.

Ver com. Mat. 6: 19 - 20.

3. Enmohecidos.

O "corroídos". El autor compara lo mejor de las riquezas terrenales con hierro herrumbrado e inservible.

Moho.

"Herrumbre" " (BJ). El deslustre del oro y la plata de las riquezas del opulento, demuestra que no se han usado desde hace largo tiempo. Compárese con el caso del hombre de la parábola de los talentos que ocultó en la tierra su único talento (ver com. Mat. 25: 25 - 30).

Testificará.

Esta herrumbre que indica que no se han usado las posesiones, será una clara evidencia contra los "ricos" en el día del juicio. Su dinero ha sido egoístamente acumulado cuando podrían haberlo usado para servir a Dios y al hombre. La destrucción de sus tesoros presagia su condenación inminente. En la época del AT la gente a menudo escondía su dinero en un lugar secreto que consideraban seguro (ver Isa. 45: 3), pues no había bancos donde se pudieran depositar los fondos.

Devorará

O "consumirá". Esta "herrumbre" implica la destrucción de las posesiones materiales y también del cuerpo y del alma.

Como fuego.

Es posible relacionar estas palabras con la oración que sigue, de esta manera: "Puesto que habéis atesorado fuego para los postreros días". "Fuego" se referiría aquí al castigo final que Dios hará caer sobre todos los impíos. "Herrumbre" figuradamente representa los tesoros inútiles que los impíos prefirieron antes que las riquezas celestiales. Lo que ha sido sólo "herrumbre" se consumirá en el "fuego" del día final.

El fuego del día final aguarda a todos los que se afanan por adquirir posesiones materiales; por lo tanto, "los días postreros" corresponden con el día del juicio final. Compárese con la traducción literal de Rom. 2: 5: "Estás atesorando ira para ti mismo para el día de la ira".

Habéis acumulado tesoros.

Los avaros atesoran mediante sus actos de egoísmo una plena medida de castigo, que Dios hará caer sobre ellos en el día del juicio. Los "ricos" piensan que aseguran su futuro mediante la acumulación de riquezas materiales, pero al hacerlo descuidan lo que los haría "ricos para con Dios" " (Luc. 12: 21). Cada ser humano, rico o pobre, recibirá lo que merece y ha ganado (ver com. Mat. 16: 27; Luc. 6: 35; 1Cor. 3: 8; Apoc. 22: 11). La retribución que los impíos ricos han atesorado será el "fuego" de la ira de Dios (Apoc. 20: 15; 21:8).

Para los días postreros.

O "en los últimos días". Ver com. 2 Tim. 3: 1. Las afirmaciones de nuestro Señor acerca de la acumulación de riquezas (ver com. Mat. 6: 24 - 34; Luc. 12: 13-34; etc.) revelan que la condición descrita en Sant. 5: 1- 6 prevalecía en los días del NT. Lo mismo sucedió en los tiempos del AT (Isa. 5: 8; Amós 2: 6 - 8; Miq. 2: 1- 3; etc.). La codicia siempre induce a la opresión, y siempre será así. Pero como sucede con la violencia y la injusticia de las cuales habla Pablo en 2 Tim. 3: 1-5 (ver el comentario respectivo; cf. Sant. 5: 7), la codicia y la opresión llegarán a su punto máximo en los días inmediatamente antes de 'la venida del Señor". En 'los días postreros' los impíos recibirán con seguridad la retribución que han estado atesorando.

4. He aquí.

Santiago describe vívidamente el método con el cual muchos de los "ricos" han reunido sus fortunas. Los fraudes o la demora en el pago de los salarios se prohiben específicamente en el AT (ver com. Deut. 24: 14 - 15). Los ricos piensan que están atesorando "oro", cuando en realidad están atesorando "fuego" para sí mismos en el día del juicio (ver com. Sant. 5: 3).

Clama.

En sentido figurado, como la sangre de Abel (ver com. Gén. 4: 10), los pecados de Sodoma y Gomorra (Gén. 18: 20; 19: 13) y las almas de los mártires debajo del altar (Apoc. 6: 9 - 10). Ninguna injusticia escapa de la atención del Dios omnisapiente.

Jornal.

"Salario" (BJ).

Obreros.

Aquellos por cuyo esfuerzo los ricos se han enriquecido.

Cosechado.

Representa cualquier clase de servicio por el cual se paga un salario.

Por engaño no les ha sido pagado.

El texto griego implica que los salarios han sido retenidos y continúan siéndolo.

Por vosotros.

Se condena así todo esfuerzo por aprovecharse del trabajo ajeno, ya sea por fraude público o mediante el pago de salarios ínfimos.

Los clamores.

Junto con el clamor inaudible del fraude se hallan los reclamos personales de los que han sido oprimidos, y como resultado están angustiados.

Señor de los ejércitos.

Ver Com. Jer. 7: 3; Rom. 9: 29. El Dios omnipotente no pasará por alto el clamor que pide justicia, y se asegura a los obreros oprimidos que llegará el día cuando prevalecerá Injusticia y se repararán los daños que hayan sufrido (ver Luc. 16: 19 - 25).

5. Vivido en deleites.

Gr. trufáo, "vivir desordenadamente", "llevar una vida de libertinaje". Las riquezas amasadas a expensas de los pobres se despilfarran en la búsqueda de placeres (ver com. cap. 3: 15; 4: 3).

Sobre la tierra.

Esta tierra es el centro de sus anhelos; pero el verdadero cristiano pone su corazón en el cielo (ver Col. 3: 1- 2).

Sido disolutos.

"Os habéis entregado a los placeres" " (BJ).

Engordado vuestros corazones.

"Hartado vuestros corazones" (BJ). El propósito de una vida disoluta es complacer cada deseo o cada capricho (cf. Luc. 12: 19). El egoísmo fomentado es embriagante, y los que lo fomentan nunca se sienten satisfechos.

Como.

La evidencia textual establece (cf. p.10) la omisión de esta palabra. La omiten la BJ y BA.

En día de matanza.

El día del ajuste de cuentas se aproxima para todos, buenos o malos (ver com. 2 Cor. 5: 10). Una vida alimentada con la complacencia propia es como una oveja que es engordada para el matadero (cf. Sant. 5: 3). En el AT esta frase es sinónimo de "día de juicio" " (ver Jer. 12: 3; 25: 34).

6. Condenado.

Como ha sucedido en todos los siglos, con frecuencia la riqueza de los poderosos distorsiona decididamente los procedimientos de la justicia. Esto era lamentablemente cierto en los tiempos bíblicos (cf. com. cap. 2: 6).

Justo.

Desde el asesinato de Abel (Gén. 4: 8) hasta el fin del tiempo, la mano de los opresores egoístas ha infligido desgracias a los inocentes, y a veces hasta la muerte.

Hace resistencia.

Gr. antitásso, "oponerse", "ofrecer resistencia". El testimonio de esos justos "condenados" y maltratados se presentará en el día del Juicio Como una terrible condenación contra todos los opresores. Los justos oprimidos no pueden resistir la tiranía de los ricos, y sólo se les hará justicia cuando Dios intervenga para defender su causa. Entonces se les hará justicia, serán compensados y sus injustos opresores serán destruidos (cf. vers. 3, 5).

7. Por tanto.

Algunos pueden estar en peligro de dar un traspié espiritual porque observan la prosperidad material de los impíos (cf Sal. 73: 2 - 3). Otros pueden desanimarse debido a la opresión incesante de los ricos (Sant. 2: 6; 5: 6). Pero la certidumbre del juicio venidero y la vindicación de los justos (ver coro. Rom. 2: 6) constituyen una poderosa razón para que se renueve su ánimo.

Tened paciencia.

En vista de la vindicación final de los justos cuando vuelva Cristo, Santiago insta a sus hermanos en la fe a tener paciencia frente a las provocaciones y a no desanimarse. La perspectiva de la brevedad de las dificultades terrenales comparadas con el gozo perdurable de la vida eterna, ha sido siempre un motivo de ánimo para los rectos de corazón.

Venida.

Gr. parousía, "presencia", "llegada" " (ver com. Mat. 24: 3). Pablo describe el advenimiento de Cristo como "la esperanza bienaventurada" (Tito 2: 13). En ese día serán recompensados los justos (Luc. 14: 14).

Labrador.

O "agricultor". Compárese con la analogía de Cristo que compara el fin del 556 mundo con una cosecha (ver com. Mat. 13: 30; 24: 32).

Precioso.

Es decir, amado, valioso.

Paciencia.

El agricultor siembra la semilla, y lo único que puede hacer después es esperar con paciencia que crezca. El cristiano debe esperar que se presenten dificultades y pruebas así como el agricultor sabe que habrá dificultades y pruebas en su trabajo.

Reciba.

Puede referirse al "fruto" que recibe la lluvia, o al agricultor que considera la lluvia como una condición de Dios.

La lluvia temprana y la tardía.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de la palabra "lluvia"; sin embargo, indudablemente se entendía "lluvia" " (ver Jer. 5 - 4; Ose. 6: 3; Joel 2: 23; com. Deut. 11: 14). El agricultor debía ser paciente al esperar ambas lluvias, pues si faltaba una no habría cosecha.

8. También.

Esta admonición se basa en la ilustración del vers. 7. Si los hombres están dispuestos a aceptar el método de Dios para sembrar, cultivar y cosechar, también deben estar listos a someterse a la conducción divina para que se complete la cosecha espiritual del mundo (Mat. 13: 39).

Afirmad.

Gr. sterizo, "asegurar", "establecer", "sostener". Dios fortalece el corazón (1 Tes. 3: 13), pero nos pide que cooperemos con él en esa obra.

Venida.

Ver com. vers. 7.

Se acerca.

Gr. eggízo, "acercarse", "estar cerca". Aunque Jesús dijo que nadie conoce ,el día y la hora' de su segundo advenimiento, estimula a los cristianos a comprender el significado de los tiempos para saber cuándo se acerca su venida (ver com. Mat. 24: 36). Cristo amonesta a sus discípulos a que estudiaran siempre preparados para su regreso, y los cristianos consagrados de todos los siglos han atesorado la esperanza de que el advenimiento ya estuviera próximo en sus días. Ver Nota Adicional de Rom. 13.

9. Quejéis.

Gr. stenazo, "gemir", "suspirar". Un gemido "contra otros" sería una murmuración, algo reprimida, de impaciencia o de condenación.

Unos contra otros.

Después de exhortar a sus lectores a tener paciencia para soportar las injusticias de los ricos opresores (vers. 7), el apóstol los aconseja a ser pacientes el uno con el otro. Los cristianos que sobrellevan con valor las injusticias más graves, a veces se impacientan ante los problemas menores que aparecen en la iglesia. Los cristianos deben ser reanimados por sus hermanos cuando sufren aflicciones.

Condenados.

Gr. kríno, 'juzgar'. Ver com. Rom. 2: l; cf. Mat. 7: 1 - 5. Quejarse y criticar es una falta tan grave como la condenación directa, y revela un espíritu carente de amor y contencioso.

Juez.

O el Señor Jesús (cf. Fil. 4: 5; Sant. 5: 8). El Padre ha confiado a su Hijo el juicio de este mundo (ver com. Juan 5: 22, 27; Hech.10: 42).

Está delante.

El texto griego implica que el Señor estaba a la puerta en ese mismo momento (cf. Sant. 5: 8; ver com. Mat. 24: 33). Santiago destaca la inminencia del advenimiento y que los tiempos exigen que el carácter esté preparado para el encuentro con el Señor. No hay tiempo para buscar faltas en otros.

10. Tomad como ejemplo.

O como modelo.

Aflicción.

Gn kakopatheia, "sufrimiento", 'desgracia", "aflicción".

Paciencia.

Cf vers. 7. Así como el ejemplo del sufrimiento de los profetas debe impedir nuestro desánimo, el ejemplo de su paciencia también debe animarnos a ser pacientes.

Profetas.

Cf. Mat. 5: 12; Heb. 11: 1 a 12: 11. El valor inmutable de otros, que soportaron fielmente estando en medio de padecimientos similares, reanima a los que los siguen. Además, si los mejores hombres son afligidos, otros buenos hombres pueden esperar que les sucederá lo mismo (cf. Mat. 10: 24 - 25; Juan 16: 33).

En nombre del Señor.

Es decir, por autoridad de él y representándolo (ver com. Hech. 3: 16). Santiago y sus lectores creían que el AT consiste de mensajes dados a los profetas por Dios (ver com. 2 Tim. 3: 16; 2 Ped. 1: 20 - 21).

11. Tenemos por bienaventurados.

Gr. makarízo, "declarar feliz", "llamar bendito". Makárioi, adjetivo plural, da comienzo a cada una de las bienaventuranzas (ver com. Mat. 5: 3).

Sufren.

El griego dice "han sufrido"; indica que sufrieron en el pasado y siguen sufriendo ahora. Una inmutable fidelidad en medio de los problemas de la vida (ver com. cap. 1: 3), revela una lealtad indivisa a Dios y se convierte en requisito para la vida eterna (ver com. Mat. 10: 22; 24: 13). Cuando los miembros de la iglesia son llamados ha sufrir 557 penalidades, pueden reclamar la misma bienaventuranza.

Job.

Pocos han sido llamados a demostrar su fe en circunstancias más terribles. Es evidente que el autor de la epístola consideraba a Job como un personaje histórico y no alegórico.

Fin.

Gr. télos, "designio", "propósito meta". Se insta a los miembros de la iglesia a considerar el propósito y el resultado de las Pruebas satánicas infligidas a Job. El Señor permitió que Satanás lo afligiera para que el esplendor de su fe puesta a prueba, vindicara la valoración que Dios había hecho de ese siervo suyo. Dios nunca desechó a Job, y cuando éste demostró su fidelidad, Dios lo recompensó con creces (ver com. Job 42: 12, 16). Aquellos a quienes dirigía Santiago sus observaciones quizá estaban en peligro de creer que sus aflicciones eran una señal del desagrado de Dios. Si habían perdido todo por seguir a Cristo, serían recompensados en el mundo venidero (ver com. Mat. 19: 29).

Muy misericordioso.

O "magnánimo".

Compasivo.

Santiago anima a cada miembro de iglesia a hacer frente a las aflicciones de la vida con valor y paciencia, porque finalmente Dios los recompensará.

12. Sobre todo.

Santiago llega al clímax de su razonamiento en los vers. 1 - 11. Cf. com. Mat. 5: 33 - 37.

No juréis.

Ver com. Mat. 5: 34 - 37.

Sí sea sí.

Cuando las palabras de un hombre son siempre verdaderas como sus hechos lo demuestran, no tendrá por qué tratar de probar sus afirmaciones con juramentos. Los rabinos decían: "El Santo, bendito sea él, dijo a Israel: 'No imaginéis que se os permite jurar por mi nombre aun cuando sea verdad' " (Midrash Rabbah, Núm. 30: 2 - 16).

Condenación.

Gr. krisis "juicio". " Ver com. vers. 9; cf Exo. 20: 7.

13. Afligido.

Gr. kakopatheo, "sufrir desgracia" " (cf. vers. 14). Santiago menciona a menudo que es inevitable hacer frente a dificultades y problemas en esta vida (cap. 1: 2,12; 14; 2: 6,15; 3: 14 - 16; 4: 7; 5:6).

Haga oración.

La oración es la respuesta adecuada, en vez de murmurar en medio de la aflicción (vers. 7) o de prorrumpir en juramentos (vers. 12). La oración equilibra y permite ver con claridad tanto en el sufrimiento como en el gozo. El Señor espera que recurramos a él cuando estemos en la adversidad (ver com. Sal. 50: 15; Heb. 4: 16).

¿Está alguno alegre?

O "¿está alguno gozoso?" El plan de Dios es que los miembros de iglesia vivan vidas serenas y gozosas (ver Prov 15: 13, 15; Hech. 27: 22, 25). En medio de los problemas de la vida, los cristianos pueden estar seguros de la gracia y del consuelo de Dios que los sostienen.

Cante alabanzas.

Gr. psállo, " "tocar instrumento de cuerdas", "cantar un himno de alabanza" " (ver com. Efe. 5: 1 g; Col. 3: 16). Dios es la fuente de todo gozo, y recordar este hecho impide que una persona caiga en el desaliento. Tanto en el pesar como en el gozo, la oración y la alabanza harán que siempre tengamos en cuenta el cuidado amante de Dios.

14. Enfermo.

Que padece dolencia física. En el vers. 13 la referencia es a aflicciones y penalidades de orden general.

Llame.

Se insta al enfermo a tomar la iniciativa para pedir que se hagan oraciones especiales por él.

Ancianos.

Gn presbúteros (ver com. Hech 11: 30).

Oren.

Aunque debemos "orar siempre, no desmayar" (ver com. Luc. 18: 1), debiéramos sentir una necesidad mayor de oración cuando estamos enfermos. Con frecuencia la esperanza y la confianza se debilitan e medio de la aflicción física. Por eso, Cristo quiere que sus siervos impartan su bálsamo sanador y su amor reconfortante. La oración genuina es una manifestación del esfuerzo humano para comprender el plan de Dios para cooperar con ese plan (ver com. Mat 6: 8; Luc. 11: 9).

Ungiéndole.

Gr. aléifo, "ungir", "untar" (cf. Mar. 6: 13, donde aléifo también se usa e el caso de ungir "con aceite a muchos enfermos").

Es evidente que la iglesia primitiva no atribuía ninguna eficacia sacramental a la ceremonia del ungimiento, aunque posteriormente la iglesia empleó lo que se suponía que era "óleo santo", con el propósito de curar los enfermos. Alrededor del siglo VIII ya Se utilizaba este pasaje de las Escrituras como fundamento para la práctica de lo que los católicos llaman extremaunción, el último rito de la Iglesia Católica para los moribundos. Concilio de Trento, en su 14.ª sesión, e 1551, declaró oficialmente que Santiago enseña aquí la eficacia sacramental del aceite.

Nombre del Señor.

Los hombres no so sino instrumentos; los milagros de la curación y del perdón de los pecados se efectúan en el nombre de Jesucristo (ver Mar. 16: 17; com. Hech. 3: 16). El servicio completo, incluso la aplicación del aceite y la plegaria que se eleva, deben efectuarse en armonía con la voluntad del Señor.

La oración que se ofrece, no importa cuál sea su propósito, es algo serio pues significa que una persona desea sinceramente cooperar con Dios y obedecer sus mandamientos. La falta de completa sinceridad invalida cualquier oración (ver com. Sal. 66: 18). Por lo tanto, el enfermo no puede esperar la bendición de Dios a menos que tenga el sincero propósito de abandonar las prácticas que, por lo menos en parte, puedan haberle causado su enfermedad, y vivir en adelante en armonía con las leyes de Dios y de la salud.

Además, los pedidos deben hacerse de acuerdo con la voluntad de Dios, pues nadie sabe qué es lo mejor para otro (ver com. Rom. 8: 26). En la vida, algunas de las lecciones más necesarias y preciosas se aprenden en el crisol del sufrimiento (cf. Heb. 2: 10). Por lo tanto podría ser que, aunque Dios no causa el sufrimiento (ver com. Sant. 1: 13), tal vez pudiera considerar que lo mejor es que continúe por algún tiempo (ver MC 175). Por lo tanto, la oración por el enfermo debe elevarse con confianza y sumisión, ejerciendo una tranquila fe en un sabio Padre celestial, que sabe qué es lo mejor y que nunca comete error. Por lo tanto, cada pedido hecho en oración cristiana, presentado con inteligencia, incluye este sumiso pensamiento: "Hágase tu voluntad" (ver com. Mat. 6: 10; Sant. 4: 15; cf. MC 174176).

15. Oración de fe.

Ver com. cap. 1: 6. La falta de fe es un obstáculo para la recuperación de la salud (ver com. Mar. 6: 5), como lo es para la salvación (ver com. Efe. 2: 8). Un hombre de fe confía en la sabiduría y en el amor de Dios, y procura "comprender su propósito [de Dios] y realizarlo" (MC 176). Por lo tanto, la oración de fe es la que ofrece la persona que se distingue por su fe.

Salvará.

Gr. sózó , "rescatar de la destrucción", "sanar", "salvar". En el NT se registran casos de una súbita y milagrosa recuperación de la salud (Mat. 9: 22; Mar. 6: 56; Hech 3: 7; 14: 8-10). Sin embargo, es bueno recordar que no toda persona que ha tenido fe verdadera ha sido sanada (ver com. 2 Cor. 12: 7-10; cf. MC 176). Por eso, puede entenderse que Santiago esté diciendo: "La oración de fe sanará al enfermo, si el Señor estima que es lo mejor para él". La restauración de la salud como respuesta a la oración puede ser inmediata, o ser un proceso gradual. Puede producirse directamente por un acto divino que trasciende al conocimiento limitado que tiene el hombre de las leyes naturales, o puede producirse indirectamente -y más gradualmente- mediante la conducción divina en la aplicación de tratamientos médicos. Este último proceso es una respuesta tan válida a la oración como el primero, y es ciertamente, como el otro, una manifestación del amor, la sabiduría y el poder del Señor. El cristiano maduro reconoce que Dios no hace por una persona lo que ésta puede hacer por sí misma o lo que otros pueden hacer a favor de ella. El cristiano maduro comprende que el amor y la sabiduría de Dios no intervienen, como regia general, en forma sobrenatural en lo que puede hacerse por medios naturales o mediante la aplicación inteligente de principios científicos conocidos.

Pecados.

En forma más específica, pecados que, por lo menos en parte, hayan podido causar la enfermedad (ver com. Mar. 2: 5). La oración, para ser sincera, debe estar acompañada por la confesión de los pecados conocidos y por el propósito sincero y sin ninguna reserva de poner la vida en armonía con la voluntad de Dios. Cuando así se hace, las transgresiones anteriores de los principios conocidos del sano vivir, son generosamente perdonadas debido a la misericordia divina y a la determinación del enfermo de vivir desde allí en adelante en armonía con los sanos principios de salud (ver com. 1 Juan 1: 9). Dios fomentaría el pecado si restaurara físicamente a un hombre sin que éste estuviera firmemente dispuesto a abandonar las prácticas perjudiciales y pecaminosas (ver MC 173).

16. Confesaos.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "confesaos, por lo tanto". El requisito básico para que haya una fe sincera en la oración, es una conciencia clara. Las faltas cometidas en secreto deben confesarse solamente a Dios. Los pecados en que se hallen implicados otros, también deben ser confesados a los que han sido perjudicados. Una conciencia culpable es una barrera que impide confiar plenamente en Dios, y desvirtuará la oración.

Ofensas

Si bien algunos MSS tardíos usan la palabra paráptoma , "falta", "error" (ver com. Rom. 1 l: 1 l), la evidencia textual establece 559 (cf. p. 10) el texto "pecados" ( hamartía ; ver com. 1 Juan 3:4). Algunos han sugerido que paráptoma se refiere a faltas menos graves que hamartía ; pero la diferencia esencial entre ambas palabras parece más bien radicar en lo que representan -una "caída" o un ,"extravíos"-, y no un grado de maldad. Sin embargo, con la probable excepción de hamartía en este versículo, siempre se usa este vocablo en el NT para indicar ofensas que sólo Dios puede perdonar (cf. Mar. 2: 7), mientras que paráptoma puede también referirse a aquellas faltas que pueden perdonar nuestros prójimos (cf. Mat. 6: 15). Los enfermos son aquí los que deben confesar sus pecados, y por eso algunos sostienen que Santiago enseña que deben hacerlo en presencia de "los ancianos de la iglesia" (vers. 14) que se han reunido para orar por ellos. La confesión es un requisito previo de la oración que busca o pide curación. Las Escrituras claramente enseñan que los pecados deben ser confesados únicamente a Dios (1 Juan 1:9; etc.), y que sólo tenemos un "mediador" para los pecados entre Dios y el hombre: Jesucristo (1 Tim. 2:5). El es nuestro abogado "con el Padre" (1 Juan 2: l). Sin embargo, cuando una falta o un pecado afecta a otro ser humano -lo cual casi siempre ocurre- debe buscarse el perdón del afectado.

Orad.

Además de servir para reanimarnos, la oración compartida aumenta nuestra capacidad para recibir las bendiciones que Dios desea concedernos.

Para que.

Después de que el enfermo ha confesado todo pecado y ha examinado su corazón para determinar la sinceridad de su fe (ver com. cap. 1:6), entonces puede pedirse la curación divina. Sólo cuando se han cumplido estas condiciones es que Dios está dispuesto a conceder la curación, si ése es su plan.

Oración.

Gr. déésis , "petición", "súplica".

Eficaz.

"Ferviente" (BJ); "fervorosa" " (NC); es decir, hecha con fervor.

Justo.

La oración no depende del talento, el conocimiento, la jerarquía, la riqueza o el cargo, sino de la relación que el que ora tiene con Dios. Este no está libre de todo error, pues ni aun Elías (ver com. vers. 17) era perfecto. Pero es "justo" porque no se aferra a un pecado conocido (ver com. Sal. 66:18); es "justo" porque mantiene un pleno compañerismo y una activa comunión con Dios, como lo hacía Elías.

Puede mucho.

Gr. isjúó , "ser fuerte", "tener poder". La oración, como medio de cooperación con la voluntad de Dios (ver com. Luc. 11: 9), contribuye en mucho a fortalecer la paciencia cristiana y a desarrollar el carácter cuando brota de labios puros y fieles al Señor.

17. Elías.

Ver com. 1 Rey 17: 1.

Hombre.

Cualquier ser humano sin ninguna ventaja sobre los lectores de Santiago. Aunque Elías no murió porque así lo dispuso Dios, hizo frente a la vida como cualquier otro hombre.

Pasiones semejantes.

Gr. homoiopathés , "de sentimientos iguales", "de la misma naturaleza". Pablo y Bernabé aseguraron a la gente de Listra que eran homoiopathés , es decir, iguales a ellos (Hech. 14: 15). Elías no estuvo libre de las pruebas de la vida a las que se enfrentan todos los seres humanos, y a veces fue afectado por las debilidades humanas (ver com. 1 Rey. 19: 4). Por lo tanto, el éxito de la oración de Elías no fue el resultado de ninguna cualidad sobrehumana, sino de la gracia de Dios. Jesús fue tentado como lo son todos los humanos (ver com. Heb. 4: 15), y "como humano, la oración fue para él una necesidad y un privilegio" (CC 93).

Oró fervientemente.

Ver com. 1 Rey. 17: l; 18: 42; cf. com. Sant. 5: 16.

Lloviese.

Ver com. 1 Rey. 17: l. Su oración no era motivada por ningún resentimiento que albergara contra Acab, sino se basaba en el juicio de Dios contra toda la nación debido al culto a Baal.

Tierra.

O el país gobernado por Acab.

Tres años y seis meses.

En cuanto a la duración del hambre, ver com. 1 Rey. 18: 1 (cf. Luc. 4: 25).

18. Otra vez oró.

Esta oración y la anterior fueron motivadas por un fervoroso deseo de rescatar a sus compatriotas de su terrible idolatría. Cuando alcanzó su meta y reconocieron que Jehová es el verdadero Dios, Elías oró en su favor (ver com. 1 Rey. 18: 42-44). Amaba a la gente, pero odiaba sus pecados.

El cielo dio lluvia.

El registro sagrado dice "una gran lluvia" (1 Rey. 18: 45).

19. Hermanos, si alguno.

Santiago concluye su epístola de amonestación e instrucción demostrando su solícito interés por la salvación de cada uno de sus lectores. La nota dominante de la Epístola de Santiago ha sido la tierna preocupación del apóstol por el bienestar eterno de sus amados hermanos (cap. 1: 2; 2: 1; 3: 1, 10; 4: 11; 5: 7, 10, 12).

Extraviado.

Gr. planáo , "desviarse", "vagar". Los miembros de la iglesia pueden extraviarse doctrinalmente aceptando el error, o pueden abandonar los principios de la conducta cristiana cayendo en prácticas pecaminosas, o pueden descarriarse al ser atraídos por los característicos apetitos humanos (ver com. cap. 1: 14-15).

Verdad.

Es decir, la norma de vida y pensamiento como se revela en Jesucristo (ver Juan 14: 6; com. Juan 8: 32).

Hace volver.

"Convierte" " (BJ). Atraer con amor a los que se han descarriado y afirmarlos en la fe, es una responsabilidad que incumbe no sólo a los ancianos de la iglesia sino a cada cristiano. Por el ejercicio de la misericordia en la confesión de las ofensas "unos a otros" y mediante la oración del uno por el otro (ver com. vers. 16), muchas horas de debilidad y duda pueden ser iluminadas con esperanza y fortaleza. Nadie vive para sí, y a veces todos necesitamos la ayuda de la mano tranquilizadora de un hermano con quien podamos compartir nuestros problemas y que nos infunda valor.

20. Sepa.

O por haberlo realmente experimentado. El "gozo" del cielo es compartido por el ganador de almas cuando "un pecador.. se arrepiente" " (ver com. Luc. 15: 7).

Haga volver.

Ver com. vers. 19. Sólo Dios convierte al pecador; los seres humanos son sus instrumentos en esa obra celestial. Son muchas las formas como el cristiano puede hacer que los pensamientos de los hombres se vuelvan a Dios. El argumento más poderoso para inducir a los pecadores a volverse a Dios es la pureza y la paz del cristiano.

Muerte.

Es decir, muerte eterna. El castigo de la muerte eterna aguarda a todos los que permanecen en sus pecados (ver com. Rom. 6: 23). Rescatar a un pecador de la muerte eterna es muchísimo más glorioso que rescatarlo de la muerte física (ver Dan. 12: 3). El deseo de rescatar a los hombres que de otra manera habrían perecido eternamente, impulsó a Jesús a venir a esta tierra. El mismo interés por sus prójimos motivará al cristiano genuino.

Cubrirá.

Gr. kalúpt , "cubrir", "velar" . (ver com. Sal. 32: 1). Cf. 1 Ped. 4: 8.

Cuando un hombre se convierte, sus pecados son cubiertos y son echados "en lo profundo del mar" (ver com. Miq. 7: 19). Santiago concluye su majestuosa exhortación a sus hermanos cristianos con la nota del mensaje del NT: son posibles el rescate del hombre de sus pecados y su restauración a la estatura plena de Jesucristo por medio del poder y la gracia de nuestro amado Salvador.

CBA T7




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