1. Habló Jehová a Moisés.
Quizá poco después de la detención de la plaga, de modo que se pudieran dar más pasos para desarraigar completamente el espíritu de rebelión,
2. Habla a los hijos de Israel.
Dios todavía reconocía a Moisés como mediador entre él y su pueblo.
De ellos.
No como individuos, sino como representantes de cada tribu.
Doce varas.
Eran los símbolos oficiales de la autoridad tribal conferida a los príncipes. No se hace referencia a varas o ramas recién sacadas de los árboles. La misma palabra hebrea se usa para la vara de Judá (Gén. 38: 18) y para la vara de Moisés (Exo. 4: 2). Había 12 tribus además de los levitas; pero había también una vara para Aarón. Los comentadores no están de acuerdo en cuanto a si José era contado como una tribu, o separadamente como Efraín y Manasés, o si la vara de Aarón estaba además de las 12 de los príncipes tribales.
Escribirás.
Compárese con Eze. 37: 16. La escritura puede haber sido hecha con alguna clase de tinta, o quizá en forma de una incisión. Los nombres de los príncipes, uno para cada vara, fueron colocados en los cayados.
3. El nombre de Aarón.
Puesto que no había príncipe para representar a Leví, Moisés inscribió el nombre de Aarón en la vara de la tribu de Leví. Sólo Aarón debía retener el elevado cargo para el cual había sido asignado. Ningún otro, ni aun de la tribu de Leví, podía aspirar a ese cargo.
4. Delante del testimonio.
Evidentemente esto era en el lugar santísimo (ver Núm. 17:7-10; Heb. 9: 4).
Donde yo me manifestaré.
Literalmente, " "donde yo me encuentro con vosotros" ". El mismo lugar donde Dios había dicho que hablaría con Moisés (Exo. 25: 22) y, mediante él, con el pueblo.
5. Haré cesar.
Más murmuraciones contra Aarón habrían sido un abierto desafío a Jehová.
7. Delante de Jehová.
Literalmente, "en la presencia de Jehová".
8. El día siguiente.
Moisés tenía fe implícita en la acción inmediata del poder divino.
Tabernáculo del testimonio.
Es decir, el lugar santísimo (ver com. vers. 4).
Producido almendras.
Aquí estaba la evidencia del agrado de Dios. El cayado que había sido colocado allí para Aarón no podría haber recibido vida, no podría haber germinado, dado capullo, flor y fruto maduro si Dios no le hubiese impartido vida y un crecimiento milagroso. Nadie podía dudar de que se había realizado un milagro.
9. Lo vieron.
Es decir, examinaron las varas. Cada príncipe identificó su propio cayado. Era clara la evidencia.
10. Vuelve la vara de Aarón.
Literalmente, " "haz que regrese la vara de Aarón" ". Debía ser llevada de vuelta al lugar donde se había realizado el milagro (Heb. 9: 4).
A los hijos rebeldes.
Literalmente, " "contra los hijos de rebelión" " (ver 2 Sam. 7: 10; Isa. 30: 9).
Harás cesar sus quejas.
El pueblo se convencería de que oponerse a Moisés y a Aarón sería colocarse en oposición contra Dios.
Para que no mueran.
Como Dios lo había advertido (cap. 16: 21, 45). El rey Uzías no tuvo en cuenta el privilegio especial de la tribu sacerdotal, y fue herido con lepra mientras sostenía un incensario en la mano (2 Crón. 26: 19).
12. Hablaron a Moisés.
Un sentimiento adecuado de reverencia y temor entró en el corazón del pueblo y lo predispuso para acercarse a Moisés cómo el mediador elegido por Dios.
Somos muertos.
El pueblo se dio cuenta de que su seguridad futura dependía de obedecer la voluntad de Dios.
13. Se acercare al tabernáculo.
Cualquiera, es decir además de los sacerdotes (ver cap. 16: 40). Entonces comprendió el pueblo que el acceso a Jehová, el privilegio que había buscado mediante Coré (cap. 16: 3-5), sólo podía ser suyo por la mediación de los dirigentes asignados por Dios. Sin duda también recordó la maldición del cap. 14: 35, que "en este desierto serán consumidos, y ahí morirán".
Quizá poco después de la detención de la plaga, de modo que se pudieran dar más pasos para desarraigar completamente el espíritu de rebelión,
2. Habla a los hijos de Israel.
Dios todavía reconocía a Moisés como mediador entre él y su pueblo.
De ellos.
No como individuos, sino como representantes de cada tribu.
Doce varas.
Eran los símbolos oficiales de la autoridad tribal conferida a los príncipes. No se hace referencia a varas o ramas recién sacadas de los árboles. La misma palabra hebrea se usa para la vara de Judá (Gén. 38: 18) y para la vara de Moisés (Exo. 4: 2). Había 12 tribus además de los levitas; pero había también una vara para Aarón. Los comentadores no están de acuerdo en cuanto a si José era contado como una tribu, o separadamente como Efraín y Manasés, o si la vara de Aarón estaba además de las 12 de los príncipes tribales.
Escribirás.
Compárese con Eze. 37: 16. La escritura puede haber sido hecha con alguna clase de tinta, o quizá en forma de una incisión. Los nombres de los príncipes, uno para cada vara, fueron colocados en los cayados.
3. El nombre de Aarón.
Puesto que no había príncipe para representar a Leví, Moisés inscribió el nombre de Aarón en la vara de la tribu de Leví. Sólo Aarón debía retener el elevado cargo para el cual había sido asignado. Ningún otro, ni aun de la tribu de Leví, podía aspirar a ese cargo.
4. Delante del testimonio.
Evidentemente esto era en el lugar santísimo (ver Núm. 17:7-10; Heb. 9: 4).
Donde yo me manifestaré.
Literalmente, " "donde yo me encuentro con vosotros" ". El mismo lugar donde Dios había dicho que hablaría con Moisés (Exo. 25: 22) y, mediante él, con el pueblo.
5. Haré cesar.
Más murmuraciones contra Aarón habrían sido un abierto desafío a Jehová.
7. Delante de Jehová.
Literalmente, "en la presencia de Jehová".
8. El día siguiente.
Moisés tenía fe implícita en la acción inmediata del poder divino.
Tabernáculo del testimonio.
Es decir, el lugar santísimo (ver com. vers. 4).
Producido almendras.
Aquí estaba la evidencia del agrado de Dios. El cayado que había sido colocado allí para Aarón no podría haber recibido vida, no podría haber germinado, dado capullo, flor y fruto maduro si Dios no le hubiese impartido vida y un crecimiento milagroso. Nadie podía dudar de que se había realizado un milagro.
9. Lo vieron.
Es decir, examinaron las varas. Cada príncipe identificó su propio cayado. Era clara la evidencia.
10. Vuelve la vara de Aarón.
Literalmente, " "haz que regrese la vara de Aarón" ". Debía ser llevada de vuelta al lugar donde se había realizado el milagro (Heb. 9: 4).
A los hijos rebeldes.
Literalmente, " "contra los hijos de rebelión" " (ver 2 Sam. 7: 10; Isa. 30: 9).
Harás cesar sus quejas.
El pueblo se convencería de que oponerse a Moisés y a Aarón sería colocarse en oposición contra Dios.
Para que no mueran.
Como Dios lo había advertido (cap. 16: 21, 45). El rey Uzías no tuvo en cuenta el privilegio especial de la tribu sacerdotal, y fue herido con lepra mientras sostenía un incensario en la mano (2 Crón. 26: 19).
12. Hablaron a Moisés.
Un sentimiento adecuado de reverencia y temor entró en el corazón del pueblo y lo predispuso para acercarse a Moisés cómo el mediador elegido por Dios.
Somos muertos.
El pueblo se dio cuenta de que su seguridad futura dependía de obedecer la voluntad de Dios.
13. Se acercare al tabernáculo.
Cualquiera, es decir además de los sacerdotes (ver cap. 16: 40). Entonces comprendió el pueblo que el acceso a Jehová, el privilegio que había buscado mediante Coré (cap. 16: 3-5), sólo podía ser suyo por la mediación de los dirigentes asignados por Dios. Sin duda también recordó la maldición del cap. 14: 35, que "en este desierto serán consumidos, y ahí morirán".
CBA 1

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