CAPÍTULO 12
Juicio sobre Babilonia
Uno de los siete ángeles con las copas de la ira de Dios invita a Juan a presenciar el juicio de Babilonia, "la gran prostituta" (Apoc. 17:1). El ángel afirma que la Babilonia prostituta "mora sobre muchas aguas" (vers. Ib). Jeremías 51:13 muestra que "muchas aguas" se refiere al río Eufrates. El ángel más tarde le explica a Juan que estas aguas simbolizan los poderes civiles, seculares, y políticos mundiales (Apoc. 17:15). Esa Babilonia -la unión, en el tiempo del fin, de las autoridades religiosas- que se describe sentada sobre los poderes mundiales ilustra que, en el tiempo del fin, estas dos entidades son diferentes; algo que no fue el caso en lo pasado. A lo largo de la historia, y particularmente en la Edad Media, los poderes políticos y la autoridad religiosa establecida iban de la mano. Las naciones eran gobernadas por poderes religioso-políticos. Apocalipsis 13:1 al 10 describe la iglesia medieval, dirigida por el Papado como un poder religioso-político que dominó al mundo occidental durante el período profético de 1.260 días. Pero, en el tiempo del fin, estas dos entidades permanecerán diferenciadas; no obstante, trabajarán juntas para un propósito común.
Así como la Babilonia antigua dependía del río Eufrates para su existencia, así la Babilonia del tiempo del fin dependerá de los poderes civiles, seculares y políticos mundiales para imponer sus planes y sus propósitos. Esta confederación religiosa del tiempo del fin formará una alianza que gobernará a los poderes del mundo. Estos poderes se pondrán al servicio del sistema religioso apóstata, y trabajarán contra Cristo y su pueblo fiel durante la crisis del tiempo del fin.
Se especifican dos grupos como seducidos por Babilonia en la crisis final. El primero comprende a "los reyes de la tierra", descritos como cometiendo adulterio con la Babilonia prostituta (Apoc. 17:2). Estos son los poderes políticos que gobiernan el mundo. En el Antiguo Testamento, se usa con frecuencia el lenguaje de la fornicación para describir a Israel alineándose con las naciones paganas (Isa. 1:21; Jer. 3:1-10; Eze. 16; 23). La relación adúltera entre "los reyes de la tierra" y la Babilonia prostituta simboliza una unión ilícita entre la confederación religiosa del tiempo del fin y los líderes políticos que gobiernan el mundo en la crisis final (Apoc. 17:2).
El segundo grupo mencionado son "los que moran en la tierra", que están espiritualmente ebrios con el vino de la inmoralidad de Babilonia (Apoc. 17:2, 8; cf. Apoc. 14:8). Esta es la población en general, no los líderes mundiales. Mientras los líderes mundiales cometen adulterio con la Babilonia prostituta, el resto de los habitantes de la Tierra están ebrios por sus enseñanzas y actividades engañosas, que los incitan a adorar a la bestia (Apoc. 14:8; 18:3). Cuando las personas están ebrias, no piensan sobriamente y se dan cuenta demasiado tarde de la naturaleza de sus malas decisiones y acciones.
Ambos grupos son igualmente engañados y se han puesto bajo el control de Babilonia para beneficio político y económico. Apocalipsis nos dice que el mundo estará otra vez unido en el tiempo del fin y que la religión dominará de la misma forma en que lo hizo durante la Edad Media. El tiempo vendrá cuando los habitantes del mundo se darán cuenta de sus malas elecciones y se volverán contra Babilonia; pero, de igual manera, será demasiado tarde.
La prostituta que cabalga sobre la bestia (17:3-6)
Se le dijo a Juan que la Babilonia prostituta está sentada sobre muchas aguas. Ahora él es llevado en visión al desierto, donde ve a una mujer sentada sobre una bestia escarlata (Apoc. 17:3). Mientras la prostituta representa la unión de religiones en el tiempo del fin, la bestia simboliza la confederación mundial de poderes políticos. La profecía declara que, al final del tiempo, los poderes políticos de la Tierra se unirán en servicio a la Babilonia del tiempo del fin. Babilonia, la mujer sentada sobre la bestia, usará su sistema religioso para dominar los poderes políticos durante la crisis del tiempo del fin.
Ella es descrita como vestida en forma extravagante en púrpura y escarlata, profusamente adornada con ornatos de oro y piedras preciosas. En su cabeza hay una inscripción: "Babilonia la grande, la madre de las rameras" (vers. 5). El color escarlata del vestido de la mujer corresponde al color escarlata de la bestia sobre la que está sentada (vers. 3, 4). El escarlata también es el color de la sangre y la opresión, que está conforme al carácter de este sistema religioso que está "[ebrio] con la sangre de los santos y con la sangre de los testigos de Jesús" (vers. 6). El púrpura era usado en las vestimentas reales (Juec. 8:26; Est. 8:15; Dan. 5:7) y se adecúa a la búsqueda de la prostituta del control del mundo.
El vestido de la mujer evoca la vestimenta del sumo sacerdote del Antiguo Testamento, que incluía púrpura, escarlata o carmesí y oro (Exo. 28:5, 6). La inscripción en su frente se parece a la inscripción "Santidad a Jehová" en la mitra del sumo sacerdote (vers. 36). También, la copa en su mano refleja la ofrenda de bebidas en el Santuario (Éxo. 30:9; Lev. 23:13). Su descripción es notablemente similar a la de la Nueva Jerusalén (Apoc. 21). Todo esto sugiere que la Babilonia de Apocalipsis 17 se refiere a un sistema religioso en el tiempo del fin más bien que a un poder político. Con su apariencia cristiana histórica, este sistema religioso del tiempo del fin llega a ser una herramienta poderosa para engañar y seducir al mundo a la apostasía durante la crisis final.
Aunque aparece en atavío religioso, Babilonia es una prostituta y la madre de prostitutas, que seduce al mundo a apartarse de Dios. Ella está ebria con la sangre de los santos que murieron por causa de su testimonio de Jesucristo (cf. Apoc. 6:9). Este sistema religioso, que hace que la gente esté ebria con sus falsas enseñanzas, está ella misma ebria con la sangre de los seguidores de Cristo. Esto vincula claramente la Babilonia del tiempo del fin con la bestia de Apocalipsis 13, que representa el cristianismo apóstata en la Europa occidental que fue conducido por el Papado y fue responsable de la muerte de millones de cristianos que fueron perseguidos por su fiel testimonio del evangelio. Sin embargo, viene el tiempo cuando Dios juzgará a esta "gran prostituta" y vengará "la sangre de sus siervos fieles de sus manos" (Apoc. 17:1; 19:2).
La bestia resucitada (17:6-8)
Como se estableció anteriormente, la Babilonia prostituta simboliza la unión de autoridades religiosas del tiempo del fin, y la bestia simboliza una unión política mundial. Estas dos son inseparables, porque la prostituta deriva su carácter y su poder de la bestia. Como la iglesia medieval usó el poder político para controlar la mente y las creencias de la gente, así Babilonia usará los poderes políticos que gobiernan al mundo en el tiempo del fin.
La bestia escarlata se identifica como la que "era, y no es, y está por venir del abismo" (Apoc. 17:8). La frase "era, y no es, y está por venir" es, primero, una parodia del nombre divino Yahvé -"el que era, y es, y viene"- en Apocalipsis 4:8 (cf Apoc. 1:4,8). Segundo, su fórmula tripartita muestra, además, que la bestia ha pasado por las tres fases de su existencia: pasado, presente y futuro.
Primero, la bestia "era"; existió en el pasado. Hay claros vínculos entre esta bestia escarlata y la bestia del mar de Apocalipsis 13 que se recuperó de su herida mortal. Ambas bestias están llenas de nombres de blasfemia, y tienen siete cabezas y diez cuernos (Apoc. 17:3, 7). Esto muestra que la fase "era" de la bestia se refiere a sus actividades durante el período profético de los 1.260 días (cf Apoc. 13:5). Entonces, con su herida de muerte, la bestia entró en su fase "no es" (vers. 3). En otras palabras, desapareció por un tiempo; sin embargo, sobrevivió.
La bestia vendrá a la vida otra vez con total furia satánica contra el fiel-pueblo de Dios durante el tiempo del fin (Apoc. 12:17). La resurrección de la bestia despertará la admiración de "los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo" (Apoc. 17:8b).
Esta bestia de Apocalipsis 17 es la bestia del mar de Apocalipsis 13, después de la curación de su herida mortal. Sobre esta bestia resucitada es que está sentada la Babilonia prostituta del tiempo del fin. Este sistema religioso del tiempo del fin es una continuación del poder religioso-político que oprimió al pueblo de Dios durante el período profético de 1.260 días. Apocalipsis deja claro que la religión una vez más dominará y controlará la política como lo hizo durante la Edad Media. Pero, hay una diferencia notable entre el período medieval y el tiempo del fin. Mientras que la bestia del mar, que representa la Edad Media, era un poder religioso-político, la bestia escarlata es un poder exclusivamente político. Los poderes religiosos y los políticos serán diferentes en el tiempo del fin.
Las siete cabezas de la bestia (17:9-11)
En este punto, el ángel hace un llamado a la sabiduría. La sabiduría aquí es la misma de la que se habla en conexión con el 666 como el número de la bestia (Apoc. 13:18). Esta sabiduría se refiere al discernimiento espiritual más que a una capacidad mental e intelectual brillantes: tal discernimiento es solo impartido por el Espíritu (Sant. 1:5). Solo por medio de esta sabiduría divinamente impartida el pueblo de Dios del tiempo del fin podrá reconocer el verdadero carácter de este poder satánico.
El ángel explica que la existencia y las actividades de la bestia se identifican con sus cabezas. A lo largo de la historia, la bestia ha gobernado y ha estado activa por medio de sus cabezas. El ángel explica a Juan que estas siete cabezas son "siete montes" que realmente simbolizan "siete reyes" (Apoc. 17:9, 10). Las aguas, los montes, la bestia y los reyes son símbolos usados para describir los poderes políticos que proporcionan apoyo a la Babilonia del tiempo del fin en su obra de perseguir al pueblo de Dios.
Los montes representan poderes o imperios mundiales (Jer. 51:25; Dan. 2:35). Así, los siete montes sobre los que Babilonia está sentada representan siete imperios sucesivos que dominaron el mundo a lo largo de la historia y por medio de los cuales Satanás ha trabajado para oponerse a Dios.1 Compartiendo los rasgos comunes del gobierno religioso-político y la coerción, estos imperios persiguieron y destruyeron al pueblo de Dios.
El ángel, además, le explica a Juan que cinco de esos imperios mundiales cayeron, uno es y el séptimo no estaba activo todavía durante el tiempo de Juan. Recuerden que el ángel le explica a Juan el significado de estos reinos desde su propia perspectiva de tiempo, no desde la nuestra. De esta manera, el "uno es" es el Imperio Romano del tiempo de Juan. Los cinco que han caído son, entonees, loi Imperios que gobernaron la Tierra y perjudicaron al pueblo de Dios antes del tiempo de Juan:
- Egipto fue el poder mundial que esclavizó y oprimió a Israel, y procuró destruirlo.
- Asiría destruyó y esparció las diez tribus de Israel.
- Babilonia destruyó Jerusalén y llevó a Judá al exilio.
- Persia casi aniquiló a los judíos en el tiempo de Ester.
- Grecia oprimió y trató de destruir a los judíos por medio de Antíoco IV Epífanes.
El séptimo reino, que "aún no Ka venido", era una manifestación todavía futura desde la perspectiva de Juan, que surgiría después de la caída del Imperio Romano. La mejor interpretación es que la séptima cabeza es la bestia del mar de Apocalipsis 13, que representa la iglesia medieval, encabezada por el Papado.
Se dice que el séptimo reino debía permanecer poco tiempo (Apoc. 17.10). En este caso, el adjetivo griego para "poco tiempo", es olígon, que significa "corto", o "pequeño". Es diferente de micrón, que se usa en Apocalipsis para indicar "una brevedad de tiempo" (ver Apoc. 6:11; 20:3). En contraste, olígon no indica longitud de tiempo; más bien, se usa en un sentido cualitativo. Por ejemplo, Apocalipsis 12:12 declara que, después de haber sido expulsado del cielo, Satanás se dio cuenta de que tenía "poco tiempo". Este "poco tiempo" no indica una longitud de tiempo, porque han pasado miles de años desde su expulsión del cielo. Más bien, indica que Satanás se dio cuenta de que su tiempo estaba limitado.
Que el séptimo reino debe permanecer por un tiempo corto no apunta a la longitud de su existencia; más bien, a que el destino de este reino está determinado por Dios ("deberá permanecer"; Apoc. 17:10), y vendrá a su fin. La herida mortal que recibió ocurrió durante la Revolución Francesa, en 1798.
La séptima cabeza reaparecerá como la octava cabeza y ejercerá poder político en la forma en que lo hizo durante la Edad Media. Es por medio de esta octava cabeza que actúa la bestia escarlata. Vivimos en la era de la séptima cabeza, y la octava cabeza con sus diez reinos unidos no tienen poder todavía. Aparecerá en el escenario mundial durante el tiempo del fin e impondrá su sistema religioso apóstata a los habitantes de la Tierra.
Los diez cuernos de la bestia (17:12,13)
El ángel explica que los diez cuernos de la bestia escarlata representan los diez reyes que recibirán dominio con la bestia durante el tiempo de la octava cabeza. El libro no explica exactamente quiénes son estos diez reyes. Como este pasaje tiene que ver con una profecía que todavía no se ha cumplido, solo el futuro revelará plenamente la identidad de estos poderes del tiempo del fin.
Todo lo que se puede saber de este texto es que los diez reyes (que significan reinos) conforman una poderosa confederación de naciones del mundo. Son poderes del tiempo del fin. Su número denota la totalidad de las naciones del mundo, que se unen bajo el control de la trinidad satánica. Evidentemente, son los poderes políticos gobernantes de los que se habla en Apocalipsis 17:2, que están involucrados en la relación adúltera con Babilonia. Estos poderes del mundo darán su lealtad a la bestia; algo que durará solo un tiempo corto, una hora en términos proféticos. La bestia los usará para imponer sus planes y sus propósitos.
La batalla de Armagedón (17:14-18)
En este punto, Apocalipsis una vez más describe brevemente la batalla de Armagedón, presentada en Apocalipsis 16:12 al 16, y concluida en Apocalipsis 19:11 al 21. Inducidos por Babilonia, los poderes políticos del mundo entero se empeñarán en guerra contra el Cordero (Apoc. 17:14). Esto muestra que la batalla final no es un conflicto militar en Oriente Medio entre judíos y varias naciones musulmanas. Más bien, es un choque espiritual entre la confederación de Satanás y la de Cristo con su pueblo fiel. La meta de Babilonia es derrotar a Cristo y destruir a su pueblo, pero Cristo triunfará sobre esta confederación religioso-política del tiempo del fin.
Dramáticamente, los diez cuernos y la bestia (los poderes políticos) de repente se vuelven contra la Babilonia prostituta (el falso sistema religioso). Los poderes políticos y seculares que permitieron que Babilonia dominara el mundo retiran su apoyo y, enfurecidos, se vuelven contra ella. Este retiro del apoyo de Babilonia se describe en la sexta plaga como el secamiento del río Eufrates (Apoc. 16:12). Como indica Apocalipsis 16, los poderes políticos engañados llegaron a desilusionarse por la impotencia de Babilonia de protegerlos de layplagas (ves. 10,11). Se sienten engañados y, llenos de antagonismo y hostilidad, la atacan y arruinan.
Juan emplea otra vez el lenguaje del Antiguo Testamento usado para los juicios que cayeron sobre la adúltera Jerusalén (Jer. 4:30; Eze. 16:35-41; 23:22-29). Los poderes políticos furiosos y desilusionados harán que la Babilonia prostituta quede "desolada y desnuda y comerán su carne y la quemarán con fuego" (Apoc. 17:16). Quemar con fuego fue el castigo de la hija del sumo sacerdote que estuvo involucrada en prostitución (Lev. 21:9), que es otra indicación de que la Babilonia prostituta denota un sistema religioso que una vez fue fiel a Dios pero que, en el tiempo del fin, se alejará de él y llegará a ser infiel.
La escena concluye con un recordativo de que Dios está en el control, y que los impíos no pueden ir más allá de lo que él les permite ir (Apoc. 17:17). Las acciones de los poderes políticos engañados llevan a cabo los juicios de Dios sobre Babilonia, y en última instancia concluyen los propósitos de Dios en la crisis del tiempo del fin.
Apocalipsis 18 continúa el tema de la destrucción de Babilonia del capítulo anterior. Este sistema religioso apóstata ha llenado su copa de abominaciones y está por recibir la copa del vino de la ira de Dios (Apoc. 16:19). En el capítulo 17, el juicio sobre este sistema religioso apóstata se describe en términos de la ejecución de la prostituta (de acuerdo con la ley mosaica); y en el capítulo 18, se describe como una rica ciudad comercial que se hunde en el mar.
Referencias
1 William G. Johnsson, "The Saints' End-Time Victory Over the Forces of Evil" en Sym-posium on Revelation —Book 2, ed. Frank B. Holbrook, Daniel and Revelation Com-mittee Series 7 (Silver Spring, Maryland: Bíblica! Research Institute, 1992), p. 17.
Comentarios
Publicar un comentario