1. Jehová habló.
Quizá Dios dio estas instrucciones a Josué por medio del sacerdote Eleazar, porque cuando Josué fue investido para este gran cometido, Dios mandó que Eleazar consultase al Señor por él. Josué y los hijos de Israel debían entrar y salir "por el dicho de él" (Núm. 27: 21).
2. Doce hombres.
Estos hombres ya habían sidoescogidos para la tarea (cap. 3: 12). El cap.4, vers. 4 claramente reconoce esta selección previa.
3. Del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes.
Literalmente, "de la estación [lugar donde se paran] de los pies de los sacerdotes". Las piedras debían tomarse de este lugar, a fin de que el monumento que se levantaría hiciese un impacto más vívido con el recuerdo, e hiciese reflexionar en el notable poder de Dios tan gloriosamente manifestado en favor de ellos.
4. El había designado.
Referencia a la designación registrada en el cap. 3, vers. 12, de un hombre de cada tribu, y una piedra para cada hombre (ver com. vers. 6).
6. ¿Qué significan estas piedras?
Dios sabía cuán pronto su pueblo olvidaría la forma grandiosa en que había efectuado su liberación, a menos que se dispusiera alguna medida para recordar ese gran acontecimiento. No se debía permitir que las generaciones futuras olvidasen la dirección de Dios. Así también hoy, "no tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido y sus enseñanzas en nuestra historia pasada" (3JT 443). Había 12 tribus y 12 piedras; así todos estaban representados. Se levantaron dos monumentos: uno en medio del río, y otro, de piedras sacadas del lecho del río, en el sitio de su primer campamento dentro de la tierra prometida. Estos monumentos al poder de Dios debían servir como recordativo de la feliz terminación del peregrinaje por el desierto. La murmuración, la rebelión y el chasco del desierto debían relegarse al pasado. En el mar Rojo, Israel fue bautizado "en Moisés" (1 Cor. 10: 2); en esta ocasión fueron, por así decirlo, bautizados en josué. Mediante estas demostraciones de su poder, entre otras cosas Dios procuraba confirmar la confianza del pueblo en los dirigentes designados (Jos. 3: 7; 4: 14).
9. En medio del Jordán.
Ha habido diferencia de opiniones en cuanto a si este pasaje debiera leerse " en medio del Jordán" o " " del medio del Jordán" " . La RVR y la BJ traducen el texto hebreo tal cual lo conocemos hoy. En siriaco dice "desde el medio del Jordán" , pero ningún otro manuscrito reza así. Las evidencias parecen apoyar la traducción de la RVR y de la BJ.
Hasta hoy.
Ver la introducción a Josué.
10. El pueblo se dio prisa.
Quizá algunos se apresuraron por temor de que en cualquier momento las aguas volviesen a correr. Otros pueden haber creído que una demora innecesaria de su parte no agradaría a Dios. Tal vez otros se apresuraron por el gran deseo que tenían de llegar a la tierra de Canaán. Algunos pueden haberse dado prisa sólo porque los otros se apresuraban, sin pensar ni saber por qué lo hacían ellos mismos.
12. Armados.
Ver com, cap. 1: 14.
13. Como cuarenta mil hombres.
En el último censo (Núm. 26) el total de hombres aptos para el servicio militar eran: Rubén, 43.730 (vers.7); Gad, 40.500 (vers. 18); Manasés, 52.700 (vers. 34), o sea 26.350 para completar a mitad exacta. De ese modo todos los guerreros de las dos tribus y media eran unos 110.580 hombres. Por lo tanto, se ve que dejaron a más de la mitad para proteger sus familias y sus moradas. No había en esto inconsecuencia con el espíritu del acuerdo al que habían llegado con Moisés.
Listos a la guerra.
Preparados o equipados para la guerra.
14. Le temieron.
Es decir, en el sentido de respeto y reverencia. Con esto Josué se granjeó el mismo respeto que se había ganado Moisés con el cruce del mar Rojo (Exo. 14: 31).
16. Del testimonio.
O "ley", es decir, los Diez Mandamientos que Moisés había colocado en el arca (Exo. 25: 21; Deut. 10: 2; ver com. Exo. 25:16). Aquí Dios hace resaltar que la ley es la base del pacto entre él y su pueblo. Esta es la ley que deseaba llevasen escrita en el corazón.
19. El día diez.
Es decir, cuatro días antes de la pascua. En este día debía escogerse el cordero pascual (Exo. 12: 3, 6).
Gilgal.
Ver com. cap. 5: 9.
20. Erigió.
Literalmente, "hizo erguirse". Probablemente estas piedras fueron colocadas sobre un fundamento de piedras o un montón de tierra de buena altura. Doce piedras de un tamaño tal como para ser llevadas sobre el hombro no hubiesen constituido un monumento muy visible a menos que se las levantara sobre una base tal.
22. Declararéis a vuestros hijos.
Dios ordenó que las grandes "maravillas" (cap. 3: 5) de las cuales Israel había sido testigo en ese día no se olvidasen pronto. Dios quería que siempre conservasen un vivo recuerdo de sus "memorables ... maravillas" (Sal. 111: 4), como un medio para asegurarse su lealtad. Hacía exactamente 40 años que habían cruzado el mar Rojo. Ahora estaban en primavera (ver com. cap. 3: 15), y aunque el río estaba crecido y su corriente era fuerte y profunda, Dios detuvo las aguas y cruzaron sin dificultad. Las preguntas de los hijos (cap. 4: 21) proporcionarían a los padres una oportunidad para relatar la historia del trato paciente de Dios con Israel en el desierto. La amonestación que Josué dio a los padres y a las madres de su época proporciona un modelo que harían bien en imitar los padres de hoy (LS 196).
24. Todos los pueblos.
Dios deseaba que su trato con Israel llegase a ser una lección objetiva para toda la humanidad. El pueblo de Israel no debía retener egoístamente para sí el conocimiento del verdadero Dios y de su poder para salvar. Este conocimiento debía extenderse por toda la tierra como resultado de la correcta educación de sus hijos (cf. vers. 22), quienes a su vez debían llegar a ser misioneros. Al aumentar el número y la influencia de los israelitas, toda la tierra aprendería del verdadero Dios y lo glorificaría. Pero Israel fracasó, y posteriormente Cristo dio esta misma comisión a sus discípulos (Mat. 28: 19, 20). Ahora Cristo " "nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" " (1 Cor. 5: 19). No debemos fracasar.
Quizá Dios dio estas instrucciones a Josué por medio del sacerdote Eleazar, porque cuando Josué fue investido para este gran cometido, Dios mandó que Eleazar consultase al Señor por él. Josué y los hijos de Israel debían entrar y salir "por el dicho de él" (Núm. 27: 21).
2. Doce hombres.
Estos hombres ya habían sidoescogidos para la tarea (cap. 3: 12). El cap.4, vers. 4 claramente reconoce esta selección previa.
3. Del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes.
Literalmente, "de la estación [lugar donde se paran] de los pies de los sacerdotes". Las piedras debían tomarse de este lugar, a fin de que el monumento que se levantaría hiciese un impacto más vívido con el recuerdo, e hiciese reflexionar en el notable poder de Dios tan gloriosamente manifestado en favor de ellos.
4. El había designado.
Referencia a la designación registrada en el cap. 3, vers. 12, de un hombre de cada tribu, y una piedra para cada hombre (ver com. vers. 6).
6. ¿Qué significan estas piedras?
Dios sabía cuán pronto su pueblo olvidaría la forma grandiosa en que había efectuado su liberación, a menos que se dispusiera alguna medida para recordar ese gran acontecimiento. No se debía permitir que las generaciones futuras olvidasen la dirección de Dios. Así también hoy, "no tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido y sus enseñanzas en nuestra historia pasada" (3JT 443). Había 12 tribus y 12 piedras; así todos estaban representados. Se levantaron dos monumentos: uno en medio del río, y otro, de piedras sacadas del lecho del río, en el sitio de su primer campamento dentro de la tierra prometida. Estos monumentos al poder de Dios debían servir como recordativo de la feliz terminación del peregrinaje por el desierto. La murmuración, la rebelión y el chasco del desierto debían relegarse al pasado. En el mar Rojo, Israel fue bautizado "en Moisés" (1 Cor. 10: 2); en esta ocasión fueron, por así decirlo, bautizados en josué. Mediante estas demostraciones de su poder, entre otras cosas Dios procuraba confirmar la confianza del pueblo en los dirigentes designados (Jos. 3: 7; 4: 14).
9. En medio del Jordán.
Ha habido diferencia de opiniones en cuanto a si este pasaje debiera leerse " en medio del Jordán" o " " del medio del Jordán" " . La RVR y la BJ traducen el texto hebreo tal cual lo conocemos hoy. En siriaco dice "desde el medio del Jordán" , pero ningún otro manuscrito reza así. Las evidencias parecen apoyar la traducción de la RVR y de la BJ.
Hasta hoy.
Ver la introducción a Josué.
10. El pueblo se dio prisa.
Quizá algunos se apresuraron por temor de que en cualquier momento las aguas volviesen a correr. Otros pueden haber creído que una demora innecesaria de su parte no agradaría a Dios. Tal vez otros se apresuraron por el gran deseo que tenían de llegar a la tierra de Canaán. Algunos pueden haberse dado prisa sólo porque los otros se apresuraban, sin pensar ni saber por qué lo hacían ellos mismos.
12. Armados.
Ver com, cap. 1: 14.
13. Como cuarenta mil hombres.
En el último censo (Núm. 26) el total de hombres aptos para el servicio militar eran: Rubén, 43.730 (vers.7); Gad, 40.500 (vers. 18); Manasés, 52.700 (vers. 34), o sea 26.350 para completar a mitad exacta. De ese modo todos los guerreros de las dos tribus y media eran unos 110.580 hombres. Por lo tanto, se ve que dejaron a más de la mitad para proteger sus familias y sus moradas. No había en esto inconsecuencia con el espíritu del acuerdo al que habían llegado con Moisés.
Listos a la guerra.
Preparados o equipados para la guerra.
14. Le temieron.
Es decir, en el sentido de respeto y reverencia. Con esto Josué se granjeó el mismo respeto que se había ganado Moisés con el cruce del mar Rojo (Exo. 14: 31).
16. Del testimonio.
O "ley", es decir, los Diez Mandamientos que Moisés había colocado en el arca (Exo. 25: 21; Deut. 10: 2; ver com. Exo. 25:16). Aquí Dios hace resaltar que la ley es la base del pacto entre él y su pueblo. Esta es la ley que deseaba llevasen escrita en el corazón.
19. El día diez.
Es decir, cuatro días antes de la pascua. En este día debía escogerse el cordero pascual (Exo. 12: 3, 6).
Gilgal.
Ver com. cap. 5: 9.
20. Erigió.
Literalmente, "hizo erguirse". Probablemente estas piedras fueron colocadas sobre un fundamento de piedras o un montón de tierra de buena altura. Doce piedras de un tamaño tal como para ser llevadas sobre el hombro no hubiesen constituido un monumento muy visible a menos que se las levantara sobre una base tal.
22. Declararéis a vuestros hijos.
Dios ordenó que las grandes "maravillas" (cap. 3: 5) de las cuales Israel había sido testigo en ese día no se olvidasen pronto. Dios quería que siempre conservasen un vivo recuerdo de sus "memorables ... maravillas" (Sal. 111: 4), como un medio para asegurarse su lealtad. Hacía exactamente 40 años que habían cruzado el mar Rojo. Ahora estaban en primavera (ver com. cap. 3: 15), y aunque el río estaba crecido y su corriente era fuerte y profunda, Dios detuvo las aguas y cruzaron sin dificultad. Las preguntas de los hijos (cap. 4: 21) proporcionarían a los padres una oportunidad para relatar la historia del trato paciente de Dios con Israel en el desierto. La amonestación que Josué dio a los padres y a las madres de su época proporciona un modelo que harían bien en imitar los padres de hoy (LS 196).
24. Todos los pueblos.
Dios deseaba que su trato con Israel llegase a ser una lección objetiva para toda la humanidad. El pueblo de Israel no debía retener egoístamente para sí el conocimiento del verdadero Dios y de su poder para salvar. Este conocimiento debía extenderse por toda la tierra como resultado de la correcta educación de sus hijos (cf. vers. 22), quienes a su vez debían llegar a ser misioneros. Al aumentar el número y la influencia de los israelitas, toda la tierra aprendería del verdadero Dios y lo glorificaría. Pero Israel fracasó, y posteriormente Cristo dio esta misma comisión a sus discípulos (Mat. 28: 19, 20). Ahora Cristo " "nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" " (1 Cor. 5: 19). No debemos fracasar.
CBA T2
Comentarios
Publicar un comentario