2. Jabín.
Luego de los 80 años de paz que siguieron después que Aod quebrantó la opresión de los moabitas, los israelitas descuidaron su vida espiritual, y nuevamente abandonaron a su Dios. A fin de despertar a su pueblo, el Señor permitió que el gobernante cananeo que comandaba la fuerte cadena de fortificaciones en el norte de Palestina oprimiese a las tribus hebreas septentrionales durante 20 años. Se relata dos veces cómo fue quebrantado ese yugo opresor por Débora y Barac. En el cap. 4, la narración aparece en prosa, y en el cap. 5, en forma poética.
En el libro de Josué se menciona a un Jabín como rey de Hazor (Jos. 11: 1-9). Los israelitas tomaron en aquel momento la ciudad, pero es probable que los cananeos la hubiesen recuperado antes de que los israelitas pudieran consolidar su posición en esa zona. Otro Jabín, quizá nieto del rey aniquilado por Josué, llegó más tarde a dominar todas las fuerzas cananeas de la Palestina septentrional.
Sísara.
Desde este punto no se vuelve a oír más de Jabín, salvo una breve mención en el vers. 23. El rey le había encomendado la supervisión de sus ejércitos al capitán Sísara. Es posible que Sísara también hubiese sido rey que gobernaba la ciudad donde vivía. Haroset-goim estaba a unos 25 km de Meguido, en el lugar donde la llanura de Jezreel se angosta antes de salir a la llanura marítima de Acre. La llanura era un terreno muy apto para las maniobras de la formidable fuerza de 900 carros herrados (cap. 4: 3) que comandaba Sísara. En su estado de pecaminosa rebelión, los israelitas no pudieron resistir a ese temible enemigo, y pronto fueron derrotados y tuvieron que pagar tributo.
Haroset-goim.
Se la identifica con Tell 'Amr , a orillas del Cisón, frente a El-Harithiyeh .
4. Gobernaba.
Probablemente no como princesa, ni por autoridad civil que se le hubiese conferido, sino como profetisa que corregía abusos y hacía justicia.
Débora.
Este nombre significa literalmente, "abeja". De todos los jueces cuyas hazañas se registran en este libro, es la única de la cual se dice que tenía el don profético.
Lapidot.
Significa "antorchas", "destellos" o "relámpago". Algunos han pensado que la frase "mujer de Lapidot" debería traducirse "mujer de espíritu fogoso" o "ardiente", título bien aplicable a Débora por lo que se ve del relato que sigue.
5. Acostumbraba sentarse.
Se sentaba para juzgar. Su lugar preferido para oír los pleitos se hallaba debajo de un árbol que estaba entre Ramá y Bet-el (ver com. 1 Sam. 1:1). Este árbol parece haber estado cerca de la famosa "encina del llanto", debajo de la cual había sido enterrada Débora, ama de Rebeca (Gén. 35: 8). Este tipo de tribunal permitía que el pueblo se acercara hasta ella con facilidad, y "los hijos de Israel subían a ella a juicio" en ese lugar.
6. Cedes de Neftalí.
Quizá lo que es ahora Tell Qades , a 6,4 km al noroeste del lago de Huleh, en la alta Galilea. Cedes de Neftalí había sido una fortaleza cananea. El pintoresco sitio de Qades está hoy cubierto de ruinas.
Monte de Tabor.
Un monte prominente (de 588 m de altura), a muchos kilómetros al sur de Tell Qades , en el territorio de Isacar, a 8,8 km al este de Nazaret. Dominaba el camino principal que pasaba por el estrecho valle que llevaba desde la llanura de Esdraelón hasta la llanura del Jordán, donde este río sale del mar de Galilea. Por su ubicación era un lugar lógico para que se juntaran las tropas de las tribus del norte, y por su altura era fácil de defender contra los carros de Sísara. La cumbre, una plataforma rectangular que tenía 915 m de largo en dirección este-oeste, y 396 m en su parte más ancha, era un excelente campo para formar las tropas. Siglos después Antíoco Epífanes, y más tarde Josefo usaron esta meseta con el mismo propósito.
Neftalí y ... Zabulón.
El cap. 4 sólo menciona a estas dos tribus como participantes en la batalla. En el cap. 5, son seis las tribus que aparecen como combatientes. Probablemente de Neftalí y Zabulón vinieron la mayoría de las tropas, y sólo unos pocos guerreros de las otras tribus se hicieron presentes.
7. Cisón.
La marcha de Sísara desde su cuartel general en Haroset-goim hasta el monte Tabor, donde combatiría contra los israelitas, lo llevaba a lo largo del lecho parcialmente seco del Cisón. En este lugar el Señor prometió que sería derrotado. Era necesario que la victoria se efectuara en la llanura y no en el monte Tabor a fin de lograr la destrucción de los carros.
8. Si tú fueres conmigo.
Es probable que Barac se hubiese dado cuenta de que por sí solo no podría mantener el ánimo de los hebreos. La presencia de Débora serviría como una prueba de que la empresa era de Dios. Tal vez Barac quería que todos entendiesen que era ella, la profetisa, y no él, quien iniciaba la campaña militar. El hecho de que Barac hubiera seguido la dirección profética en esta empresa peligrosa es un encomio para él. También es digno de notarse que Débora no rehusó hacer lo que había mandado que otros hiciesen. Barac prefirió el papel más humilde del que ejecuta el mandato del Señor. Voluntariamente se retiró de la dirección y se puso bajo la autoridad de una mujer a quien Dios había animado e inspirado. Hoy también se necesitan hombres que estén dispuestos a obedecer la voz divina como lo hizo Barac.
Dios no se limita al sexo masculino cuando elige profetas. Se menciona a profetisas tanto en el AT como en NT (Exo. 15: 20,21; Núm. 12: 2; 2 Rey. 22: 12-20; Luc. 2: 36; Hech. 21: 9).
9. Mano de mujer.
Débora consintió en participar en la expedición militar, pero antes de dejar su hogar en el monte de Efraín para acompañar a Barac en el norte de Palestina, profetizó que la victoría que se iba a lograr no sería para la gloria de Barac sino de una mujer. No se refería a sí misma, sino a Jael (vers. 18-21), quien mataría a Sísara.
10. Y subió.
Esta frase significa "salir a la batalla".
11. Heber ceneo.
Este versículo explica la razón por la cual algunos ceneos vivían en esa zona septentrional cuando, según la declaración previa del autor (cap. 1: 16), se habían establecido en el sur de Palestina. Estos ceneos se habían separado del resto de la tribu y se habían establecido en la heredad de Zabulón y Neftalí. Uno de ellos, Heber, había ido a vivir en la lejana región septentrional de Cedes.
Hobab.
Ver com. Núm. 10: 29.
Valle.
Esta palabra hebrea significa "encina"; no, "valle"; "cerca de la Encina de Saanannim" (BJ); " "en el encinar de Besananim" (NC). Este lugar estaba próximo a Cedes, donde vivía Barac. Ver com. Jos. 19: 33.
12. Vinierón, pues, a Sísara las nuevas.
Algunos piensan que los ceneos, que mantenían buenas relaciones con su rey cananeo Jabín, habrían informado de las maniobras militares de Barac.
13. Sus carros.
Los 900 carros eran el total de los carros pertenecientes a todas las ciudades de la alianza cananea.
Cisón.
El río Cisón en sí, aunque muy corto, es el mayor río de esta parte de Palestina. Lo alimentan numerosos arroyuelos que recogen las aguas de los cerros vecinos y atraviesan la llanura de Esdraelón. Cerca del Tabor, un tributario corre desde el norte hasta unirse a la corriente principal cerca de Meguido. Es probable que Sísara dirigiera sus carros armados hasta este arroyo y cerca de allí acampó en la llanura, junto al río.
15. Jehová quebrantó a Sísara.
No se describe con precisión el método usado por Dios para lograr esto. El relato paralelo del cap. 5 afirma que el torrente de Cisón, en cuyas riberas había acampado el ejército cananeo, barrió a las tropas (cap. 5: 20, 21). Dios pudo haber enviado una repentina y torrencial lluvia poco después de la llegada del ejército de Sísara. Bajo tal lluvia el suelo arcilloso de la llanura pronto se habría convertido en un pegajoso barrial donde los carros de los cananeos no podían maniobrar. Uno de los que trabajó en la excavación de la antigua ciudad de Meguido, cerca de ese lugar, relata que en los días de lluvia era casi imposible salir, aun a caballo, por causa del barro.
Las aguas torrenciales contribuyeron a la derrota de los turcos en este mismo lugar en abril de 1799, cuando muchos de sus soldados fugitivos fueron arrastrados por el agua y se ahogaron. Durante la Primera Guerra Mundial, las tropas inglesas encontraron que aun un cuarto de hora de lluvia sobre ese suelo arcilloso hacía imposible realizar maniobras de caballería.
16. Barac siguió.
La línea de la retirada bajaba por el valle, porque en los cerros, a cada lado de ese valle, estaban las poblaciones hebreas. El valle se vuelve más estrecho cuando se aproxima al angosto desfiladero que lleva a Haroset-goim. Antes de que los cananeos pudiesen llegar de vuelta a su cuartel general en Haroset-goim, su ejército había quedado aniquilado. Ni uno vivió para llegar salvo hasta los muros de la ciudad.
Haroset-goim.
El cuartel general de los cananeos estaba en el extremo oriental de la llanura de Esdraelón, donde el Cisón pasa por las montañas para salir a la llanura marítima (ver com. vers. 2). El canto de Débora habla de la batalla que se riñó cerca de Taanac y Meguido (cap. 5: 19).
17. Ceneo.
El campamento de esta tribu quedaba muy al norte del escenario de batalla, tal vez a unos 40 ó 60 km. Es posible que hubieran transcurrido uno o dos días desde la batalla cuando el otrora orgulloso comandante militar, hambriento y exhausto, llegó a las tiendas de quienes consideraba sus amigos.
18. Jael.
Es posible que Heber estuviese ausente de su casa y que su esposa Jael estuviera cuidando el campamento. Quizá los siervos ya hubieran informado que el comandante del ejército de Jabín se acercaba a pie, y ya tuvieran noticia de la victoria hebrea. Puesto que había relaciones pacíficas entre los ceneos y los cananeos, era natural que Sísara esperase encontrar sustento y descanso entre los ceneos.
No tengas temor.
Estas palabras sugieren una probable sospecha de parte de Sísara. Jael intentó calmar ese temor.
Manta.
Sísara se acostó y Jael lo cubrió con algún tipo de manta o "cobertor" (BJ). La palabra traducida "manta" aparece sólo en este pasaje y se desconoce su sentido exacto. Sin embargo, el contexto indica que era algo con lo cual cubrir a una persona.
19. Te ruego me des.
Es una antigua costumbre oriental, común a todos los beduinos, que cualquiera que haya comido o bebido algo en la tienda sea acogido con paz en la casa. Un enemigo acérrimo podía descansar sin temor en la tienda de su adversario si había bebido con él. El pedido de Sísara mostraba su cautela y sospecha. Aunque exhausto, no se atrevió a dormir hasta que Jael le diera alguna garantía en cuanto a sus intenciones. Cuando Jael abrió el odre y le dio 332 leche a beber, el comandante creyó que podía dormir tranquilo.
21. Una estaca.
La estaca de madera que se clavaba en el suelo para asegurar las cuerdas que aseguraban la tienda. Jael tuvo que sentir muy intensas y diferentes emociones cuando tomó la afilada estaca y el pesado martillo que acostumbraba usar para levantar las tiendas. Hasta donde sepamos, no había ninguna ofensa personal de la cual vengarse, y es posible que su acción fuera impelida porque Sísara era el opresor del pueblo de Dios, con el cual se habían identificado ella y su familia.
22. Sísara yacía muerto.
No sabemos cuánto tiempo después de la muerte de Sísara llegaron persiguiéndolo Barac y algunos de sus hombres. Tal vez los pastores que habitaban los cerros habían observado al general que huía y habían informado a Barac y a sus hombres del rumbo que llevaba. El ansioso grupo de soldados de Barac llegó al campamento de Heber, y cuán atónitos deben haber quedado cuando Jael los llevó hasta su tienda y les mostró a su enemigo muerto. Este relato, pues, comienza con el valor de una mujer y termina con la misma nota.
23. Así abatió Dios.
El autor no atribuye la victoria de los israelitas ni a Barac, ni a Débora, ni a Jael, sino a Dios, cuyo poder había hecho posible que los hebreos derrotasen a sus enemigos.
24. Fue endureciéndose más y más.
La batalla del Cisón fue el comienzo de la liberación total de Israel del yugo cananeo. En las batallas subsiguientes los hebreos ejercieron una presión siempre mayor sobre el reino de Jabín, hasta que quebrantaron completamente el poder de este rey cananeo.
Luego de los 80 años de paz que siguieron después que Aod quebrantó la opresión de los moabitas, los israelitas descuidaron su vida espiritual, y nuevamente abandonaron a su Dios. A fin de despertar a su pueblo, el Señor permitió que el gobernante cananeo que comandaba la fuerte cadena de fortificaciones en el norte de Palestina oprimiese a las tribus hebreas septentrionales durante 20 años. Se relata dos veces cómo fue quebrantado ese yugo opresor por Débora y Barac. En el cap. 4, la narración aparece en prosa, y en el cap. 5, en forma poética.
En el libro de Josué se menciona a un Jabín como rey de Hazor (Jos. 11: 1-9). Los israelitas tomaron en aquel momento la ciudad, pero es probable que los cananeos la hubiesen recuperado antes de que los israelitas pudieran consolidar su posición en esa zona. Otro Jabín, quizá nieto del rey aniquilado por Josué, llegó más tarde a dominar todas las fuerzas cananeas de la Palestina septentrional.
Sísara.
Desde este punto no se vuelve a oír más de Jabín, salvo una breve mención en el vers. 23. El rey le había encomendado la supervisión de sus ejércitos al capitán Sísara. Es posible que Sísara también hubiese sido rey que gobernaba la ciudad donde vivía. Haroset-goim estaba a unos 25 km de Meguido, en el lugar donde la llanura de Jezreel se angosta antes de salir a la llanura marítima de Acre. La llanura era un terreno muy apto para las maniobras de la formidable fuerza de 900 carros herrados (cap. 4: 3) que comandaba Sísara. En su estado de pecaminosa rebelión, los israelitas no pudieron resistir a ese temible enemigo, y pronto fueron derrotados y tuvieron que pagar tributo.
Haroset-goim.
Se la identifica con Tell 'Amr , a orillas del Cisón, frente a El-Harithiyeh .
4. Gobernaba.
Probablemente no como princesa, ni por autoridad civil que se le hubiese conferido, sino como profetisa que corregía abusos y hacía justicia.
Débora.
Este nombre significa literalmente, "abeja". De todos los jueces cuyas hazañas se registran en este libro, es la única de la cual se dice que tenía el don profético.
Lapidot.
Significa "antorchas", "destellos" o "relámpago". Algunos han pensado que la frase "mujer de Lapidot" debería traducirse "mujer de espíritu fogoso" o "ardiente", título bien aplicable a Débora por lo que se ve del relato que sigue.
5. Acostumbraba sentarse.
Se sentaba para juzgar. Su lugar preferido para oír los pleitos se hallaba debajo de un árbol que estaba entre Ramá y Bet-el (ver com. 1 Sam. 1:1). Este árbol parece haber estado cerca de la famosa "encina del llanto", debajo de la cual había sido enterrada Débora, ama de Rebeca (Gén. 35: 8). Este tipo de tribunal permitía que el pueblo se acercara hasta ella con facilidad, y "los hijos de Israel subían a ella a juicio" en ese lugar.
6. Cedes de Neftalí.
Quizá lo que es ahora Tell Qades , a 6,4 km al noroeste del lago de Huleh, en la alta Galilea. Cedes de Neftalí había sido una fortaleza cananea. El pintoresco sitio de Qades está hoy cubierto de ruinas.
Monte de Tabor.
Un monte prominente (de 588 m de altura), a muchos kilómetros al sur de Tell Qades , en el territorio de Isacar, a 8,8 km al este de Nazaret. Dominaba el camino principal que pasaba por el estrecho valle que llevaba desde la llanura de Esdraelón hasta la llanura del Jordán, donde este río sale del mar de Galilea. Por su ubicación era un lugar lógico para que se juntaran las tropas de las tribus del norte, y por su altura era fácil de defender contra los carros de Sísara. La cumbre, una plataforma rectangular que tenía 915 m de largo en dirección este-oeste, y 396 m en su parte más ancha, era un excelente campo para formar las tropas. Siglos después Antíoco Epífanes, y más tarde Josefo usaron esta meseta con el mismo propósito.
Neftalí y ... Zabulón.
El cap. 4 sólo menciona a estas dos tribus como participantes en la batalla. En el cap. 5, son seis las tribus que aparecen como combatientes. Probablemente de Neftalí y Zabulón vinieron la mayoría de las tropas, y sólo unos pocos guerreros de las otras tribus se hicieron presentes.
7. Cisón.
La marcha de Sísara desde su cuartel general en Haroset-goim hasta el monte Tabor, donde combatiría contra los israelitas, lo llevaba a lo largo del lecho parcialmente seco del Cisón. En este lugar el Señor prometió que sería derrotado. Era necesario que la victoria se efectuara en la llanura y no en el monte Tabor a fin de lograr la destrucción de los carros.
8. Si tú fueres conmigo.
Es probable que Barac se hubiese dado cuenta de que por sí solo no podría mantener el ánimo de los hebreos. La presencia de Débora serviría como una prueba de que la empresa era de Dios. Tal vez Barac quería que todos entendiesen que era ella, la profetisa, y no él, quien iniciaba la campaña militar. El hecho de que Barac hubiera seguido la dirección profética en esta empresa peligrosa es un encomio para él. También es digno de notarse que Débora no rehusó hacer lo que había mandado que otros hiciesen. Barac prefirió el papel más humilde del que ejecuta el mandato del Señor. Voluntariamente se retiró de la dirección y se puso bajo la autoridad de una mujer a quien Dios había animado e inspirado. Hoy también se necesitan hombres que estén dispuestos a obedecer la voz divina como lo hizo Barac.
Dios no se limita al sexo masculino cuando elige profetas. Se menciona a profetisas tanto en el AT como en NT (Exo. 15: 20,21; Núm. 12: 2; 2 Rey. 22: 12-20; Luc. 2: 36; Hech. 21: 9).
9. Mano de mujer.
Débora consintió en participar en la expedición militar, pero antes de dejar su hogar en el monte de Efraín para acompañar a Barac en el norte de Palestina, profetizó que la victoría que se iba a lograr no sería para la gloria de Barac sino de una mujer. No se refería a sí misma, sino a Jael (vers. 18-21), quien mataría a Sísara.
10. Y subió.
Esta frase significa "salir a la batalla".
11. Heber ceneo.
Este versículo explica la razón por la cual algunos ceneos vivían en esa zona septentrional cuando, según la declaración previa del autor (cap. 1: 16), se habían establecido en el sur de Palestina. Estos ceneos se habían separado del resto de la tribu y se habían establecido en la heredad de Zabulón y Neftalí. Uno de ellos, Heber, había ido a vivir en la lejana región septentrional de Cedes.
Hobab.
Ver com. Núm. 10: 29.
Valle.
Esta palabra hebrea significa "encina"; no, "valle"; "cerca de la Encina de Saanannim" (BJ); " "en el encinar de Besananim" (NC). Este lugar estaba próximo a Cedes, donde vivía Barac. Ver com. Jos. 19: 33.
12. Vinierón, pues, a Sísara las nuevas.
Algunos piensan que los ceneos, que mantenían buenas relaciones con su rey cananeo Jabín, habrían informado de las maniobras militares de Barac.
13. Sus carros.
Los 900 carros eran el total de los carros pertenecientes a todas las ciudades de la alianza cananea.
Cisón.
El río Cisón en sí, aunque muy corto, es el mayor río de esta parte de Palestina. Lo alimentan numerosos arroyuelos que recogen las aguas de los cerros vecinos y atraviesan la llanura de Esdraelón. Cerca del Tabor, un tributario corre desde el norte hasta unirse a la corriente principal cerca de Meguido. Es probable que Sísara dirigiera sus carros armados hasta este arroyo y cerca de allí acampó en la llanura, junto al río.
15. Jehová quebrantó a Sísara.
No se describe con precisión el método usado por Dios para lograr esto. El relato paralelo del cap. 5 afirma que el torrente de Cisón, en cuyas riberas había acampado el ejército cananeo, barrió a las tropas (cap. 5: 20, 21). Dios pudo haber enviado una repentina y torrencial lluvia poco después de la llegada del ejército de Sísara. Bajo tal lluvia el suelo arcilloso de la llanura pronto se habría convertido en un pegajoso barrial donde los carros de los cananeos no podían maniobrar. Uno de los que trabajó en la excavación de la antigua ciudad de Meguido, cerca de ese lugar, relata que en los días de lluvia era casi imposible salir, aun a caballo, por causa del barro.
Las aguas torrenciales contribuyeron a la derrota de los turcos en este mismo lugar en abril de 1799, cuando muchos de sus soldados fugitivos fueron arrastrados por el agua y se ahogaron. Durante la Primera Guerra Mundial, las tropas inglesas encontraron que aun un cuarto de hora de lluvia sobre ese suelo arcilloso hacía imposible realizar maniobras de caballería.
16. Barac siguió.
La línea de la retirada bajaba por el valle, porque en los cerros, a cada lado de ese valle, estaban las poblaciones hebreas. El valle se vuelve más estrecho cuando se aproxima al angosto desfiladero que lleva a Haroset-goim. Antes de que los cananeos pudiesen llegar de vuelta a su cuartel general en Haroset-goim, su ejército había quedado aniquilado. Ni uno vivió para llegar salvo hasta los muros de la ciudad.
Haroset-goim.
El cuartel general de los cananeos estaba en el extremo oriental de la llanura de Esdraelón, donde el Cisón pasa por las montañas para salir a la llanura marítima (ver com. vers. 2). El canto de Débora habla de la batalla que se riñó cerca de Taanac y Meguido (cap. 5: 19).
17. Ceneo.
El campamento de esta tribu quedaba muy al norte del escenario de batalla, tal vez a unos 40 ó 60 km. Es posible que hubieran transcurrido uno o dos días desde la batalla cuando el otrora orgulloso comandante militar, hambriento y exhausto, llegó a las tiendas de quienes consideraba sus amigos.
18. Jael.
Es posible que Heber estuviese ausente de su casa y que su esposa Jael estuviera cuidando el campamento. Quizá los siervos ya hubieran informado que el comandante del ejército de Jabín se acercaba a pie, y ya tuvieran noticia de la victoria hebrea. Puesto que había relaciones pacíficas entre los ceneos y los cananeos, era natural que Sísara esperase encontrar sustento y descanso entre los ceneos.
No tengas temor.
Estas palabras sugieren una probable sospecha de parte de Sísara. Jael intentó calmar ese temor.
Manta.
Sísara se acostó y Jael lo cubrió con algún tipo de manta o "cobertor" (BJ). La palabra traducida "manta" aparece sólo en este pasaje y se desconoce su sentido exacto. Sin embargo, el contexto indica que era algo con lo cual cubrir a una persona.
19. Te ruego me des.
Es una antigua costumbre oriental, común a todos los beduinos, que cualquiera que haya comido o bebido algo en la tienda sea acogido con paz en la casa. Un enemigo acérrimo podía descansar sin temor en la tienda de su adversario si había bebido con él. El pedido de Sísara mostraba su cautela y sospecha. Aunque exhausto, no se atrevió a dormir hasta que Jael le diera alguna garantía en cuanto a sus intenciones. Cuando Jael abrió el odre y le dio 332 leche a beber, el comandante creyó que podía dormir tranquilo.
21. Una estaca.
La estaca de madera que se clavaba en el suelo para asegurar las cuerdas que aseguraban la tienda. Jael tuvo que sentir muy intensas y diferentes emociones cuando tomó la afilada estaca y el pesado martillo que acostumbraba usar para levantar las tiendas. Hasta donde sepamos, no había ninguna ofensa personal de la cual vengarse, y es posible que su acción fuera impelida porque Sísara era el opresor del pueblo de Dios, con el cual se habían identificado ella y su familia.
22. Sísara yacía muerto.
No sabemos cuánto tiempo después de la muerte de Sísara llegaron persiguiéndolo Barac y algunos de sus hombres. Tal vez los pastores que habitaban los cerros habían observado al general que huía y habían informado a Barac y a sus hombres del rumbo que llevaba. El ansioso grupo de soldados de Barac llegó al campamento de Heber, y cuán atónitos deben haber quedado cuando Jael los llevó hasta su tienda y les mostró a su enemigo muerto. Este relato, pues, comienza con el valor de una mujer y termina con la misma nota.
23. Así abatió Dios.
El autor no atribuye la victoria de los israelitas ni a Barac, ni a Débora, ni a Jael, sino a Dios, cuyo poder había hecho posible que los hebreos derrotasen a sus enemigos.
24. Fue endureciéndose más y más.
La batalla del Cisón fue el comienzo de la liberación total de Israel del yugo cananeo. En las batallas subsiguientes los hebreos ejercieron una presión siempre mayor sobre el reino de Jabín, hasta que quebrantaron completamente el poder de este rey cananeo.
CBA T2

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