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CBA Primer Libro de Samuel CAPÍTULO 20

Comentario Bíblico Adventista 
1 Samuel Capítulo 20
1. David huyó.
Evidentemente a Gabaa para consultar con Jonatán. Es difícil que David, se hubiera atrevido a volver a ese lugar mientras Saúl estuviera allí, pero bajo el poder coercitivo del Espíritu, Saúl permaneció en Ramá la mayor parte del día y de la noche (ver cap. 19: 23, 24). La demora le dio una oportunidad a David para encontrar a Jonatán y enterarse del parecer de Saúl. No se menciona que David visitara a su esposa en ese tiempo. Estaba seguro de que Jonatán callaría, pero no estaba demasiado seguro de Mical. Véase el mapa de la pág. 556.

Mi maldad.
"Mi falta" (BJ). Las dos palabras "maldad" (o mejor "falta" [BJ]) y "pecado" no son sinónimos redundantes. La palabra 'awon , traducida "maldad" (mejor "falta") proviene de la raíz 'awah , "tener una mente perversa". 'Awon con frecuencia abarca la falta y el castigo del pecado. La palabra jatta'ah , traducida "pecado", viene de la raíz jatta' , "errar al blanco". David preguntaba: ¿Cual es mi falta y en qué he sido perverso en mi proceder para con el rey o para con el reino? ¿No he trabajado para Saúl en condiciones dificilísimas? ¿No he prestado un valiente servicio a Israel luchando contra sus enemigos? ¿Acaso mis motivos y deseos no han sido siempre proporcionar éxito a mi amado pueblo? Donde he herrado al blanco y fallado mi proposito?

2. De ninguna manera.
Heb. jalilah , palabra usada como una exclamación de aversión, una protesta. Parece que Jonatán estaba seguro de que el proceder de su padre se debía a su enajenación mental. Aseguró a David que Saúl no haría nada en secreto, como resultó evidente cuando habló a Jonatán y a sus siervos en cuanto a matar a David (cap. 19: 1). Jonatán ya había podido razonar con Saúl y aquietarlo, y estaba seguro de que ahora había una solución para el problema. Pero después de ver la conducta de Saúl en las viviendas de los estudiantes en Ramá, David no estaba convencido.

3. David volvió a jurar.
Es decir, afirmó con un juramento que sabía de qué hablaba. David llamó la atención de Jonatán al hecho de que Saúl conocía la íntima amistad de ellos, y aunque Jonatán había podido razonar con su padre en lo pasado, ahora David temía que Saúl prosiguiera con sus malos planes tan secretamente como para no hablar del asunto con nadie, y mucho menos con su propio hijo. Quizá Jonatán no había visto a su padre inmediatamente antes de lo que sucedió en Ramá, y no sabía de su súbito empeoramiento.

Paso.
Heb. peÑa´ . Esta palabra aparece sólo aquí en el AT. Su uso en la frase es una ilustración de una expresión familiar comparable con nuestros modismos modernos. Tales expresiones añaden color a la narración y testifican de la autenticidad del relato.

David había dispuesto de unas pocas horas para reponerse de su temor, y entonces pudo pensar con claridad y trazar planes sensatos. Demostró características de verdadero dirigente cuando bosquejó su plan a fin de conseguir la información necesaria para determinar acciones futuras.

5. Nueva luna.
Los judíos, como muchas de las naciones que los circundaban, observaban un calendario lunar, en el cual el primer día del mes comenzaba con la noche en la que aparecía la creciente de la luna nueva. El primer día del mes, llamado "nueva luna", era un día de fiesta especial que incluía ofrendas (Núm. 28: 11-15) y se tocaban trompetas al ofrecerse ofrendas y sacrificios (Núm. 10: 10). Tales fiestas en ese tiempo eran un asunto tribal y de la comunidad, y debía esperarse que David, como yerno de Saúl, estuviera presente. La narración no da el nombre del mes. Sin embargo, puesto que había una fiesta tal en Belén llamada "el sacrificio anual" (1 Sam. 20: 6), es posible que ésta fuera una fiesta anual, lo más probable la del año nuevo, que caía en el 1er día del mes 7º, Tishri, entre septiembre y octubre, como ocurre en el calendario judío moderno (ver pág. 112). Una reunión tal había sido autorizada en el lugar de reunión central de todas las tribus (Deut. 12: 5-16). En los días de Elí se celebraba en Silo. Más tarde, en los días de los reyes, se celebró en Jerusalén. Después de que se trasladó el arca de Silo, muy probablemente cada distrito realizaba su propia reunión. De ese modo, la misma clase de fiesta podría haberse celebrado en Belén como se celebró en Gabaa.

6. Todos los de su familia.
Mejor, "todos los de su clan". Israel estaba dividido en 12 tribus, pero esas tribus también estaban subdivididas en clanes o familias (ver Exo. 6: 14-30). En las tribus de Benjamín y Judá un clan podía reunirse en Gabaa y otro en Belén.

Algunos han puesto en duda la integridad de David al pedir a Jonatán que le dijera a Saúl de su propósito de visitar su hogar, pues creen que David no tenía plan alguno de ir a Belén. Un examen cuidadoso del contexto no confirma esto. Con frecuencia los relatos bíblicos omiten muchos detalles que -si hubieran sido dados- aclararían el cuadro. El breve relato aquí presentado da la impresión de que todo el incidente fue una mera fábula para sondear a Saúl. Pero lo que Jonatán afirmó a su padre (vers. 28, 29) claramente implica que los dos amigos habían estudiado bien el asunto, y que dijeron más de lo que se ha registrado. Parece evidente que David había hecho planes para ver a sus hermanos, y probablemente realizó una breve visita a Belén (ver PP 708-710). Pero antes de que Saúl pudiera hacerlo buscar, volvió y se ocultó en el campo a fin de esperar la información de Jonatán en cuanto al proceder de Saúl.

8. Si hay.
David se daba cuenta de que su situación no se debía a ningún pecado de su parte. Si un peso de culpabilidad se hubiese añadido al baldón de ser tratado como un enemigo político y a la desdicha de ser fugitivo, la carga habría sido casi insoportable. La seguridad de su inocencia sostuvo a David en esta hora de prueba.

Una conciencia limpia puede compensar cualquier pérdida en este mundo. Los que envidian a los impíos que se complacen en los placeres del pecado, debieran recordar que esos placeres se pagan con horas de remordimiento y de aversión propia. Muchos que han bebido de las fuentes contaminadas de la tierra darían todo lo que tienen si tan sólo pudieran deshacer el pasado y limpiar así la inmunda mancha de su vida. Por otro lado, quienes pueden mirar a Dios y a sus prójimos con una conciencia libre de culpa son los más felices del mundo. Quizá dispongan de pocas ventajas materiales, pero retienen un tesoro que no puede comprar toda la riqueza del mundo (ver 1 Ped. 3: 13-17).

9. Ha determinado mal.
Intimamente Jonatán creía que David estaba equivocado en sus conclusiones acerca de los propósitos de Saúl. Parecía tener confianza en que tan sólo la enajenación mental de Saúl era el factor que, a veces, lo hacía proceder como un demonio. Podría haber estado en completo desacuerdo con David, pero puesto que esta experiencia afectaba a David en una forma personal, estuvo dispuesto a acatar el método de su amigo para determinar los propósitos de Saúl. El futuro revelaría la verdad y, después de todo, no había perjuicio alguno en seguir el método de David. ¡Qué actitud tan noble tuvo Jonatán!

Hay una valiosa lección en esta experiencia. Los hombres no proceden del mismo linaje ni del mismo ambiente y, por lo tanto, no enfocan los problemas de la vida de la misma manera. Cada uno cree que su propio método individual es el correcto. Con frecuencia, el resultado crea diferencias de opiniones, contradicciones y recriminaciones. Se intercambian palabras ásperas que separan familias, amigos y aun a seres que se aman. Se acrecienta el egoísmo y el orgullo mantiene la posición adoptada, sea sostenible o no. Este capítulo presenta un contraste notable entre las formas en que Saúl y Jonatán afrontaron tales situaciones. En su impaciente tiranía e intolerancia, Saúl creyó que él debía estar primero y que lo que decía era correcto y final. Cualquiera que no concordara con él debía ser eliminado, sin tener en cuenta los medios que se emplearan. Sin embargo, su mismo hijo enfocaba la vida desde un ángulo enteramente diferente. ¿Por qué existía esa diferencia entre padre e hijo cuando ambos habían participado, en gran medida, del mismo ambiente y de la misma preparación? ¿Iluminó Dios una vida y no la otra? ¿Nació Saúl para el mal y su hijo, por contraste, para poseer nobles rasgos de carácter? ¿Estaba obligado el pueblo a aceptar a Saúl con todas sus excentricidades y a tolerar toda su agresividad y sus procederes tiránicos?

La solución para estas preguntas se halla en las palabras de Pablo: "Sois esclavos de aquel a quien obedecéis" (Rom. 6: 16). Movido por su libre elección, el hombre da su servicio, sus pensamientos y su perspectiva de la vida a uno de estos dos amos; dos caudillos que representan normas diametralmente opuestas. Quizá Saúl sirvió a su propio yo durante toda su primera juventud. Quizá siendo niño fue un problema en la casa de su padre o un "matón" entre sus compañeros; sin embargo -al igual que Judas-, era un caudillo nato. Si esto es verdad, es fácil comprender la ansiedad de su padre cuando Saúl se ausentó de su casa mientras buscaba las asnas. Con todo, cuando Saúl fue ungido hubo una amplia demostración de que Dios lo aceptaba a pesar de sus faltas, y que le dio un corazón nuevo (cap. 10: 6, 9). Pero Saúl rehusó caminar en la luz del cielo. Por contraste, Jonatán, el hijo de Saúl, eligió seguir otros intereses ajenos al yo. Desde temprano en la vida, Jonatán -mediante una entrega hecha con oración ante las providencias manifiestas de Dios- gradualmente había desarrollado las normas que rigieron su existencia. Su enfoque de la vida lo indujo a aceptar con gozo la sugestión de David. Esta experiencia, junto con otras, puede haber estado en la mente de David cuando cantó más tarde: " "¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!" " (Sal. 133: 1).

13. Esté contigo Jehová.
Estando en el campo, Jonatán se ligó con David mediante un solemne juramento, que no lo abandonaría, sucediera lo que sucediese. Si las noticias eran buenas, como él esperaba que lo fueran, no abandonaría a David. Por el contrario, si las noticias fueran malas, le notificaría la verdad y oraría a Dios para que lo bendijera mientras huyese para salvar la vida. Jonatán había estado convencido de la presencia de Dios con su padre cuando Saúl asumió las pesadas responsabilidades del reino. Pero desde que conoció a David recibió la impresión celestial de que el Señor también había preparado un destino excelso para David, y que ese destino se cumpliría a pesar de la maldad de Saúl para con él. Al proceder así, Jonatán demostró verdadera magnanimidad.

15. De mi casa.
Por nacimiento Jonatán pertenecía a la casa que había jurado enemistad a David. Sin embargo, reconoció el propósito de Dios de confiar el liderazgo de Israel a su cuñado. Por su propia voluntad, Jonatán eligió identificarse con la casa que Dios había indicado que reemplazaría a la decadente familia en la que él había nacido. En el corazón de Jonatán el plan de Dios predominó sobre los vínculos familiares. Eso no se debió a su deseo de seguridad personal, sino a que entendió que filialmente la verdad debía triunfar.

Para siempre.

Heb. ´ad-´olam . Literalmente, "hasta una edad". La duración de la edad debe ser determinada por la idea con la cual se la asocia. En este caso, el lapso sería el período de la existencia simultánea de las dos casas. Para comprobar que la expresión "para siempre" no significa necesariamente perpetuidad, ver com. Exo. 21: 6.

16. Hizo Jonatán pacto.
Es difícil traducir el hebreo de este versículo. El Códice B de la LXX dice: "Y si tú no lo haces, cuando el Señor haga desaparecer cortando a los enemigos de David cada uno de la faz de la tierra, si sucediese que el nombre de Jonatán fuera descubierto por la casa de David, entonces el Señor busque a los enemigos de David". La BJ reza: " "Que no sea exterminado Jonatán con la casa de Saúl; de lo contrario, que Yahvéh pida cuentas a David" " . Y añade en nota de pie de página: "Vers. 14-16; texto muy corrompido, restaurado con la ayuda del griego".

23. Entre nosotros dos.
Naturalmente, Jonatán esperaba buenas noticias. Si no era así, confiaba en que el Señor de alguna manera llevaría a cabo sus propósitos. Estaba seguro de que el mismo Dios que le había concedido horas tan preciosas de comunión con David continuaría velando sobre ambos.

26. No está limpio.
Con todas sus malas características, es evidente que Saúl respetaba las formas. Entendía que cualquier impureza ceremonial sería una razon suficiente para que David se abstuviera de una fiesta especial de esa naturaleza (ver Lev. 15: 1; 1 Sam. 21: 3-5; etc.). Sin embargo, en ese momento lo que más le preocupaba no era la forma del servicio sino el paradero de un joven que se había atrevido a recibir los aplausos del pueblo que lo había ensalzado por encima del rey.

27. El segundo día.
Si tan sólo hubiera sido una cuestión de impureza, David podría haberse lavado y haber estado limpio a la caída de la tarde, pudiendo así haber estado presente el segundo día. Cuando Saúl descubrió que estaba ausente, desenmascaró sus verdaderos sentimientos al preguntarle a su hijo acerca del "hijo de Isaí". El odio que le inspiraba David era tan grande que quizá sus palabras distaron mucho de ser bondadosas (ver vers. 31). Dos veces David se había librado de sus manos asesinas; estaba resuelto a que eso no sucedería otra vez.

28. Le dejase ir.
Ver com. vers. 6.

30. La perversa y rebelde.
Se ha sugerido que al omitir la palabra "mujer", y al usar en hebreo los dos adjetivos en el género femenino, Saúl añadía insulto sobre insulto al rehusar proferir la palabra "mujer" o "madre". Estaba tan enojado que sólo empleó los calificativos. Una de las peores ofensas a que se recurre en el Oriente es expresar insultos dirigidos a la madre de alguien.

31. Ni tú estarás firme.
Saúl tenía el propósito de afianzar su dinastía a cualquier precio, usando medios correctos o erróneos. Con este proceder, el rey de Israel estaba siguiendo el ejemplo de los reyes vecinos que se mantenían por la fuerza en el trono y luchaban hasta morir por mantener sus dinastías. Saúl rehusaba reconocer a Dios como el gobernante supremo de Israel.

34. Dolor a causa de David.
Esta experiencia fue una desilusión que sacudió a Jonatán. Le era sumamente penoso su manifiesto rompimiento con su padre. Su decisión de compartir la suerte del "hijo de Isaí" estaba siendo puesta a prueba, pero rehusó apartarse de lo correcto. Al igual que Moisés, que dio la espalda al trono de Egipto, Jonatán eligió " "antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado" " (Heb. 11: 25). Conocía por experiencia la verdad que más tarde presentó Cristo: " "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí" " (Mat. 10: 37).

35. Un muchacho pequeño.
Al hacerse acompañar por el "muchacho" y llevar arco y saetas, Jonatán ocultaba el propósito de su salida al campo. Sólo podía suponerse que salía de caza o para tirar al blanco.

38. Date prisa.
Compárese con el vers. 22. Estas palabras fueron añadidas para que David quedara impresionado con la suma gravedad de la situación.

41. David lloró más.
Literalmente, "David engrandeció o hizo grande". Es dudoso el significado exacto de esta cláusula. En nota de pie de página, la BJ, ed. 1967, comenta: "Texto inseguro". La LXX da la idea de llorar durante mucho tiempo hasta un grado sumo. Algunos han entendido las palabras literalmente en el sentido de que David "se hizo grande", o "se fortaleció" para las vicisitudes que le esperaban.

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