1. Nob.
Esta es la primera referencia a este lugar que aparece en las Escrituras. Sólo se lo menciona seis veces en todo el AT, cuatro de ellas en los caps. 21 y 22. En ninguna de ellas se da una relación clara con otros sitios bien conocidos. Sin embargo, en Neh. 11: 32 se menciona a Nob inmediatamente después de Anatot, un pueblo a unos 4 km al noreste de la zona del templo de Jerusalén. En la visión de Isaías acerca de las huestes asirias que se acercan a Jerusalén desde el norte, se menciona a Nob como que hubiera estado entre Anatot y Jerusalén (Isa. 10: 30-32). Pero en esa visión se mencionan otras dos ciudades entre Anatot y Nob. Se ve a los asirios alzando la mano contra el monte de Sion al llegar a Nob. El principal camino a Siquem pasa desde Jerusalén hacia el norte por el monte Scopus, desde donde se aprecia el último panorama de la ciudad. A la derecha de ese camino, cerca de la cima del monte Scopus, hay una meseta que algunos piensan que bien podría ser el lugar de Nob. Esta ubicación estaría casi a la mitad del camino de Jerusalén a Anatot. Otros piensan que Nob estaba en el monte de los Olivos. A Nob fue trasladado el tabernáculo cuando se lo sacó de Silo después de que los filisteos tomaron el arca. Hasta entonces todavía el arca estaba en casa de Abinadab, en Quiriat-jearim. Más tarde David llevó el arca a Jerusalén (2 Sam. 6: 2, 3). Debido a que el arca no estaba en ese tiempo en el tabernáculo, quizá los servicios se realizaban en una forma muy parecida a la empleada en los días de Cristo cuando estaba vacío el lugar santísimo del templo.
Ahimelec.
Ver com. 2 Sam. 8: 17.
Sacerdote.
Sin duda el sumo sacerdote a cargo del santuario. La presencia de los panes de la proposición (ver vers. 6) demuestra que el tabernáculo estaba entonces en Nob (ver PP 711, 712).
Se sorprendió.
Literalmente, "se estremeció". La ansiedad y el temor se reflejaban en el rostro de David. Ahimelec supo que algo andaba completamente mal. Todo el comportamiento de David era tan diferente de lo que había sido antes, que Ahimelec estaba perplejo sin saber qué hacer.
2. El rey me encomendó.
No hay duda de que David presentó ante Ahimelec un cuadro completamente distorsionado de los hechos. David estaba en gran peligro. Había estado tan abrumado por el reciente cariz de los acontecimientos que le resultaba difícil ver las pruebas de ese momento a la luz de las evidencias manifiestas de la forma en que Dios lo llamaba y de, su cuidado protector. Si huía a donde estaba Samuel, podría poner en peligro la vida de ese hombre venerable; si volvía a su hogar de Gabaa, su presencia podría acarrear la muerte de su esposa. Con toda sinceridad, su anhelo era consultar al Señor, y el único lugar en que pudo pensar era el tabernáculo que estaba en Nob. Puesto que Saúl había exigido al sacerdote que estuviera a su disposición en la guerra, es probable que David como "jefe de mil" (cap. 18: 13) previamente se hubiera detenido en Nob en procura de ayuda antes de proseguir con sus correrías.
Su problema consistía en hacer preguntas sin dar a Ahimelec un conocimiento verdadero de la situación. Que el sacerdote consultó por él a Jehová, es evidente por el relato de Doeg a Saúl (cap. 22: 10) y por el reconocimiento implícito de Ahimelec en cuanto a una completa ignorancia de dificultades entre Saúl y su yerno (cap. 22: 14, 15). La situación en Nob se complicó mucho para David debido a la presencia de Doeg. Parecía que todo estaba contra él. Necesitaba ayuda, y en el momento de la tentación le pareció que la única forma de conseguir ayuda y al mismo tiempo de proteger al sacerdote era hablar de tal manera que Ahimelec no supiera la razón de su llegada. Indudablemente David cometió una falta al recurrir al engaño (ver PP 711, 712).
El hecho de que la Biblia aquí no condene la duplicidad de David no se debe tomar como una justificación del acto. Las Escrituras requieren estricta veracidad.
Desde el punto de vista de las normas de los días de David, podría considerarse el disimulo como algo defendible. Se dice que entre la gente del Cercano Oriente era moneda corriente y todavía lo es en gran medida creer que no era un crimen decir una mentira para salvar una vida. Los gabaonitas recurrieron a una estratagema tal, y sin embargo les fue perdonada la vida (Jos. 9: 3- 18). Pero, aunque Dios aceptaba a los hombres mancillados con las costumbres de esos días, trataba de guiarlos a una norma más elevada. No los rechazaba ni los abandonaba por la práctica ocasional o quizá habitual de las costumbres de ese tiempo. El plan de Dios era efectuar finalmente una reforma en todos esos asuntos.
Aunque David no podía aducir ignorancia por su acto, Dios no lo abandonó. Quizá hubiera sido mejor que él hubiese ido a Samuel, quien conocía bien todo el asunto. Dios tenía mil formas para superar la dificultad. Si David le hubiese dicho la verdad a Ahimelec, el sacerdote habría estado prevenido y habría podido escapar de la mano asesina del rey (ver PP 711, 712).
Yo les señalé.
Gramaticalmente esta afirmación podría referirse a palabras de Saúl o de David. Quizá David había colocado a sus hombres cerca del camino oriental que iba de Gabaa a Belén para que vigilaran a los emisarios de Saúl mientras iban a Belén para capturarlo. Conocer los movimientos de los hombres de Saúl era de gran valor para David.
4. Pan sagrado.
Cada sábado se reemplazaban las 12 tortas del pan de la proposición. De acuerdo con las disposiciones levíticas, el pan viejo debía ser comido únicamente por los sacerdotes y tan sólo en el lugar santo (Lev. 24: 5-9).
De mujeres.
Hasta donde sepamos, no había nada en las disposiciones mosaicas que prohibiera que comieran el pan los que estaban ceremonialmente limpios. Algunos han observado que era costumbre en las naciones antiguas, aun en el caso de los sacerdotes paganos, mantenerse apartados de mujeres antes de realizar sus deberes oficiales, y es muy posible que los levitas también observaran esa costumbre. De acuerdo con la ley mosaica, ese tipo de relaciones hacía que una persona quedara ceremonialmente inmunda hasta la noche (Lev. 15: 16-18; cf. Exo. 19: 15). Quizá debido a la urgencia del asunto del rey, y porque David era el yerno y aparentemente el comisionado del rey, Ahimelec pasó por alto la letra de la ley considerando que David y sus hombres estaban ceremonialmente limpios.
El pan de la proposición, literalmente "pan de la presencia" (BJ), simbolizaba a Cristo, el Pan vivo (Juan 6: 28-51). Todo el alimento del hombre, tanto espiritual como temporal, se recibe tan sólo por la mediación de Cristo. Tanto el maná como el pan de la proposición daban testimonio de que " "no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre" " (Deut. 8: 3). Desde el punto de vista físico, cinco hogazas significaban poco para David y sus hombres. Pero si Ahimelec "consultó por él a Jehová" y les dio también "provisiones" , como testificó Doeg (1 Sam. 22: 10), tuvo más valor la visita al sacerdote. También es posible que si David pensó en el significado del pan que había conseguido, esto pudo haberle ayudado a darse cuenta nuevamente de la verdad que la presencia de Dios estaría con él doquiera fuese. David iba a necesitar una seguridad tal en los años de pruebas que le aguardaban.
6. Panes calientes.
Algunos señalan esto como una evidencia de que David visitó el tabernáculo en día sábado, pero el registro tan sólo dice que los panes habían sido quitados cuando fueron reemplazados con pan caliente.
7.
Doeg, edomita.
Quizá uno de los rehenes o esclavos traídos por Saúl de su guerra contra Edom (cap. 14: 47).
Detenido.
Doeg había abrazado la religión hebrea y estaba en el tabernáculo pagando sus votos (PP 711). No se conocen los antecedentes de esos votos. Es evidente que había cometido algunas faltas que merecieron el reproche de Ahimelec, pues esa acción del sacerdote fue una de las razones principales para que Doeg después se convirtiera en delator de Ahimelec (PP 715).
8. Lanza o espada.
Viendo a Doeg, David comprendió que había salido de Gabaa con tanta prisa que no había tenido tiempo para tomar arma alguna a fin de protegerse en caso de ataque. Estando fuera de la ley, se 558 hallaba a merced de cualquiera que lo hallara.
9. La espada de Goliat.
Todo el armamento de Goliat se había convertido en propiedad personal de David. Es probable que previamente él hubiera presentado la espada en el tabernáculo como una ofrenda de gratitud para Dios. Bien comprendía David que el tabernáculo no era una armería, pero quizá pensando en la posibilidad de que la espada todavía estuviera allí, preguntó de pronto si el sacerdote no tenía un arma que pudiera prestarle.
Ninguna como ella.
Por el lugar de la espada en el tabernáculo y por la forma en que estaba envuelta, se podía saber que se la guardaba como un recordativo de una gran victoria providencialmente concedida a Israel. Parece que David se alegró ante la idea de conseguir esa espada, quizá no tanto por su valor militar sino porque sería un recordativo constante de la dirección protectora del Señor. Necesitaba de ese motivo de ánimo en ese momento.
10. Aquis.
Aquis es llamado Abimelec en el título [o sobrescrito] del Sal. 34. Aquis era un nombre filisteo, y Abimelec, un nombre semítico. David escribió ese salmo cuando fingió estar loco delante de los hombres de Filistea. Estando fuera de la ley, David no podía encontrar ayuda en Israel. Era algo bastante común que los proscritos de una nación recibieran protección de parte de los enemigos de esa nación. Gat no estaba lejos, quizá a menos de 50 km de Nob. Difícilmente Saúl pensaría en buscarlo allí. David conocía bien el país donde había ganado la dote para su esposa Mical. Si ganaba la confianza de Aquis, estaba seguro de que no se permitiría que Saúl lo tomara Preso.
La historia presenta muchos casos en los cuales los hijos de Dios han sido perseguidos por su propio pueblo y han recibido mucha ayuda de los que eran considerados enemigos. Por ejemplo, Sedequías apresó a Jeremías por su profecía (Jer. 32: 3), pero los conquistadores babilonios le mostraron misericordia (Jer. 40: 1-6). Las vicisitudes de David muestran extraños contrastes y raras paradojas. ¿Por qué permitió Dios que llegara a estar exiliado? ¿Qué lección había en que Dios un día le permitiera ser el yerno del rey y que mendigara pan al día siguiente?
11. Rey de la tierra.
Quizá esta conclusión no se debía a que los filisteos supieran del ungimiento de David, sino más bien a que era el que había aceptado el desfío de Goliat. Esto le había ganado reputación por igual, entre enemigos y amigos, de ser el héroe del día. Había demostrado ser el más firme defensor de Israel.
13. Se fingió loco.
Un segundo error para el cual no hay justificación (ver cap. 21: 2). Los resultados de esta experiencia indujeron a David a ver la necesidad de confiar más en Dios. Debido a esto su corazón se llenó de agradecimiento, y en su alabanza a Dios se sintió inspirado para componer el Salmo 34. Algunos creen que David compuso el Salmo 56 durante su primera visita al rey de Gat. Quizá más bien haya sido en la segunda visita de David, después de que Saúl lo persiguiera tan implacablemente como para poner en grave riesgo su misma vida (ver cap. 27).
En momentos de agudas pruebas y tentaciones personales, cuando los enemigos son exaltados y los amigos son humillados, cuando de todas maneras uno está privado del consejo y de la ayuda que necesita, hace bien repasar el relato de la forma en que David huyó de Saúl, su relación con Ahimelec y Doeg en Nob y su fuga a los enemigos de Israel en Gat, y entonces leer su inspirado canto de agradecimiento (Sal. 34) que se piensa fue compuesto en ese tiempo.
CBA T2
Esta es la primera referencia a este lugar que aparece en las Escrituras. Sólo se lo menciona seis veces en todo el AT, cuatro de ellas en los caps. 21 y 22. En ninguna de ellas se da una relación clara con otros sitios bien conocidos. Sin embargo, en Neh. 11: 32 se menciona a Nob inmediatamente después de Anatot, un pueblo a unos 4 km al noreste de la zona del templo de Jerusalén. En la visión de Isaías acerca de las huestes asirias que se acercan a Jerusalén desde el norte, se menciona a Nob como que hubiera estado entre Anatot y Jerusalén (Isa. 10: 30-32). Pero en esa visión se mencionan otras dos ciudades entre Anatot y Nob. Se ve a los asirios alzando la mano contra el monte de Sion al llegar a Nob. El principal camino a Siquem pasa desde Jerusalén hacia el norte por el monte Scopus, desde donde se aprecia el último panorama de la ciudad. A la derecha de ese camino, cerca de la cima del monte Scopus, hay una meseta que algunos piensan que bien podría ser el lugar de Nob. Esta ubicación estaría casi a la mitad del camino de Jerusalén a Anatot. Otros piensan que Nob estaba en el monte de los Olivos. A Nob fue trasladado el tabernáculo cuando se lo sacó de Silo después de que los filisteos tomaron el arca. Hasta entonces todavía el arca estaba en casa de Abinadab, en Quiriat-jearim. Más tarde David llevó el arca a Jerusalén (2 Sam. 6: 2, 3). Debido a que el arca no estaba en ese tiempo en el tabernáculo, quizá los servicios se realizaban en una forma muy parecida a la empleada en los días de Cristo cuando estaba vacío el lugar santísimo del templo.
Ahimelec.
Ver com. 2 Sam. 8: 17.
Sacerdote.
Sin duda el sumo sacerdote a cargo del santuario. La presencia de los panes de la proposición (ver vers. 6) demuestra que el tabernáculo estaba entonces en Nob (ver PP 711, 712).
Se sorprendió.
Literalmente, "se estremeció". La ansiedad y el temor se reflejaban en el rostro de David. Ahimelec supo que algo andaba completamente mal. Todo el comportamiento de David era tan diferente de lo que había sido antes, que Ahimelec estaba perplejo sin saber qué hacer.
2. El rey me encomendó.
No hay duda de que David presentó ante Ahimelec un cuadro completamente distorsionado de los hechos. David estaba en gran peligro. Había estado tan abrumado por el reciente cariz de los acontecimientos que le resultaba difícil ver las pruebas de ese momento a la luz de las evidencias manifiestas de la forma en que Dios lo llamaba y de, su cuidado protector. Si huía a donde estaba Samuel, podría poner en peligro la vida de ese hombre venerable; si volvía a su hogar de Gabaa, su presencia podría acarrear la muerte de su esposa. Con toda sinceridad, su anhelo era consultar al Señor, y el único lugar en que pudo pensar era el tabernáculo que estaba en Nob. Puesto que Saúl había exigido al sacerdote que estuviera a su disposición en la guerra, es probable que David como "jefe de mil" (cap. 18: 13) previamente se hubiera detenido en Nob en procura de ayuda antes de proseguir con sus correrías.
Su problema consistía en hacer preguntas sin dar a Ahimelec un conocimiento verdadero de la situación. Que el sacerdote consultó por él a Jehová, es evidente por el relato de Doeg a Saúl (cap. 22: 10) y por el reconocimiento implícito de Ahimelec en cuanto a una completa ignorancia de dificultades entre Saúl y su yerno (cap. 22: 14, 15). La situación en Nob se complicó mucho para David debido a la presencia de Doeg. Parecía que todo estaba contra él. Necesitaba ayuda, y en el momento de la tentación le pareció que la única forma de conseguir ayuda y al mismo tiempo de proteger al sacerdote era hablar de tal manera que Ahimelec no supiera la razón de su llegada. Indudablemente David cometió una falta al recurrir al engaño (ver PP 711, 712).
El hecho de que la Biblia aquí no condene la duplicidad de David no se debe tomar como una justificación del acto. Las Escrituras requieren estricta veracidad.
Desde el punto de vista de las normas de los días de David, podría considerarse el disimulo como algo defendible. Se dice que entre la gente del Cercano Oriente era moneda corriente y todavía lo es en gran medida creer que no era un crimen decir una mentira para salvar una vida. Los gabaonitas recurrieron a una estratagema tal, y sin embargo les fue perdonada la vida (Jos. 9: 3- 18). Pero, aunque Dios aceptaba a los hombres mancillados con las costumbres de esos días, trataba de guiarlos a una norma más elevada. No los rechazaba ni los abandonaba por la práctica ocasional o quizá habitual de las costumbres de ese tiempo. El plan de Dios era efectuar finalmente una reforma en todos esos asuntos.
Aunque David no podía aducir ignorancia por su acto, Dios no lo abandonó. Quizá hubiera sido mejor que él hubiese ido a Samuel, quien conocía bien todo el asunto. Dios tenía mil formas para superar la dificultad. Si David le hubiese dicho la verdad a Ahimelec, el sacerdote habría estado prevenido y habría podido escapar de la mano asesina del rey (ver PP 711, 712).
Yo les señalé.
Gramaticalmente esta afirmación podría referirse a palabras de Saúl o de David. Quizá David había colocado a sus hombres cerca del camino oriental que iba de Gabaa a Belén para que vigilaran a los emisarios de Saúl mientras iban a Belén para capturarlo. Conocer los movimientos de los hombres de Saúl era de gran valor para David.
4. Pan sagrado.
Cada sábado se reemplazaban las 12 tortas del pan de la proposición. De acuerdo con las disposiciones levíticas, el pan viejo debía ser comido únicamente por los sacerdotes y tan sólo en el lugar santo (Lev. 24: 5-9).
De mujeres.
Hasta donde sepamos, no había nada en las disposiciones mosaicas que prohibiera que comieran el pan los que estaban ceremonialmente limpios. Algunos han observado que era costumbre en las naciones antiguas, aun en el caso de los sacerdotes paganos, mantenerse apartados de mujeres antes de realizar sus deberes oficiales, y es muy posible que los levitas también observaran esa costumbre. De acuerdo con la ley mosaica, ese tipo de relaciones hacía que una persona quedara ceremonialmente inmunda hasta la noche (Lev. 15: 16-18; cf. Exo. 19: 15). Quizá debido a la urgencia del asunto del rey, y porque David era el yerno y aparentemente el comisionado del rey, Ahimelec pasó por alto la letra de la ley considerando que David y sus hombres estaban ceremonialmente limpios.
El pan de la proposición, literalmente "pan de la presencia" (BJ), simbolizaba a Cristo, el Pan vivo (Juan 6: 28-51). Todo el alimento del hombre, tanto espiritual como temporal, se recibe tan sólo por la mediación de Cristo. Tanto el maná como el pan de la proposición daban testimonio de que " "no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre" " (Deut. 8: 3). Desde el punto de vista físico, cinco hogazas significaban poco para David y sus hombres. Pero si Ahimelec "consultó por él a Jehová" y les dio también "provisiones" , como testificó Doeg (1 Sam. 22: 10), tuvo más valor la visita al sacerdote. También es posible que si David pensó en el significado del pan que había conseguido, esto pudo haberle ayudado a darse cuenta nuevamente de la verdad que la presencia de Dios estaría con él doquiera fuese. David iba a necesitar una seguridad tal en los años de pruebas que le aguardaban.
6. Panes calientes.
Algunos señalan esto como una evidencia de que David visitó el tabernáculo en día sábado, pero el registro tan sólo dice que los panes habían sido quitados cuando fueron reemplazados con pan caliente.
7.
Doeg, edomita.
Quizá uno de los rehenes o esclavos traídos por Saúl de su guerra contra Edom (cap. 14: 47).
Detenido.
Doeg había abrazado la religión hebrea y estaba en el tabernáculo pagando sus votos (PP 711). No se conocen los antecedentes de esos votos. Es evidente que había cometido algunas faltas que merecieron el reproche de Ahimelec, pues esa acción del sacerdote fue una de las razones principales para que Doeg después se convirtiera en delator de Ahimelec (PP 715).
8. Lanza o espada.
Viendo a Doeg, David comprendió que había salido de Gabaa con tanta prisa que no había tenido tiempo para tomar arma alguna a fin de protegerse en caso de ataque. Estando fuera de la ley, se 558 hallaba a merced de cualquiera que lo hallara.
9. La espada de Goliat.
Todo el armamento de Goliat se había convertido en propiedad personal de David. Es probable que previamente él hubiera presentado la espada en el tabernáculo como una ofrenda de gratitud para Dios. Bien comprendía David que el tabernáculo no era una armería, pero quizá pensando en la posibilidad de que la espada todavía estuviera allí, preguntó de pronto si el sacerdote no tenía un arma que pudiera prestarle.
Ninguna como ella.
Por el lugar de la espada en el tabernáculo y por la forma en que estaba envuelta, se podía saber que se la guardaba como un recordativo de una gran victoria providencialmente concedida a Israel. Parece que David se alegró ante la idea de conseguir esa espada, quizá no tanto por su valor militar sino porque sería un recordativo constante de la dirección protectora del Señor. Necesitaba de ese motivo de ánimo en ese momento.
10. Aquis.
Aquis es llamado Abimelec en el título [o sobrescrito] del Sal. 34. Aquis era un nombre filisteo, y Abimelec, un nombre semítico. David escribió ese salmo cuando fingió estar loco delante de los hombres de Filistea. Estando fuera de la ley, David no podía encontrar ayuda en Israel. Era algo bastante común que los proscritos de una nación recibieran protección de parte de los enemigos de esa nación. Gat no estaba lejos, quizá a menos de 50 km de Nob. Difícilmente Saúl pensaría en buscarlo allí. David conocía bien el país donde había ganado la dote para su esposa Mical. Si ganaba la confianza de Aquis, estaba seguro de que no se permitiría que Saúl lo tomara Preso.
La historia presenta muchos casos en los cuales los hijos de Dios han sido perseguidos por su propio pueblo y han recibido mucha ayuda de los que eran considerados enemigos. Por ejemplo, Sedequías apresó a Jeremías por su profecía (Jer. 32: 3), pero los conquistadores babilonios le mostraron misericordia (Jer. 40: 1-6). Las vicisitudes de David muestran extraños contrastes y raras paradojas. ¿Por qué permitió Dios que llegara a estar exiliado? ¿Qué lección había en que Dios un día le permitiera ser el yerno del rey y que mendigara pan al día siguiente?
11. Rey de la tierra.
Quizá esta conclusión no se debía a que los filisteos supieran del ungimiento de David, sino más bien a que era el que había aceptado el desfío de Goliat. Esto le había ganado reputación por igual, entre enemigos y amigos, de ser el héroe del día. Había demostrado ser el más firme defensor de Israel.
13. Se fingió loco.
Un segundo error para el cual no hay justificación (ver cap. 21: 2). Los resultados de esta experiencia indujeron a David a ver la necesidad de confiar más en Dios. Debido a esto su corazón se llenó de agradecimiento, y en su alabanza a Dios se sintió inspirado para componer el Salmo 34. Algunos creen que David compuso el Salmo 56 durante su primera visita al rey de Gat. Quizá más bien haya sido en la segunda visita de David, después de que Saúl lo persiguiera tan implacablemente como para poner en grave riesgo su misma vida (ver cap. 27).
En momentos de agudas pruebas y tentaciones personales, cuando los enemigos son exaltados y los amigos son humillados, cuando de todas maneras uno está privado del consejo y de la ayuda que necesita, hace bien repasar el relato de la forma en que David huyó de Saúl, su relación con Ahimelec y Doeg en Nob y su fuga a los enemigos de Israel en Gat, y entonces leer su inspirado canto de agradecimiento (Sal. 34) que se piensa fue compuesto en ese tiempo.
CBA T2

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