Ir al contenido principal

CBA - Primer Libro de Samuel Capítulo 1

CBA Primer Libro de Samuel Capítulo 1
1. Ramataim de Zofim.
Literalmente, "dos lugares altos de los guardianes", o "alturas gemelas de los zofitas". Esto indica ciudades gemelas o quizá dos secciones de la misma ciudad, pues en los caps. 1: 19 y 2: 11 se alude a Ramataim de Zofim simplemente como Ramá. No se conoce la ubicación de Ramá, ciudad de donde procedía Samuel. Al fin del capítulo, véase la nota adicional en que se trata el tema de las diversas ubicaciones posibles.

Elcana.
Literalmente, "a quien Dios ha comprado". Un levita (1 Crón. 6: 33-38; cf. vers. 22-28; PP 614) de la familia de Coat que vivía en la tribu de Efraín. Es interesante descubrir que Samuel era descendiente de Coré (1 Crón. 6: 33-38), que tan violentamente se opuso a la decisión del Señor de convertir en sacerdotes a los hijos de Aarón (ver Núm. 16). Esto es una evidencia de que los hijos no reciben castigos por los pecados de sus padres, sino que "cada uno morirá por su pecado" (Deut. 24: 16).

2. Dos mujeres.
El nombre Ana significa , "afabilidad". Penina significa "la de pelo abundante". En este período de la historia del mundo se consideraba legítima la poligamia, y Dios la permitía (ver com. Deut. 14: 26). Sin embargo, debido a restricciones financieras, tan solo las clases acomodadas y los reyes parecen haber practicado la pluralidad de casamientos. Los gobernantes procuraban asegurar la paz enviando una princesa al harén de otro monarca. Pero en vez de proporcionar paz, la práctica de la poligamia con frecuencia suscitaba complicaciones, celos y fracasos tanto para el harén real como para el hogar privado. En los tiempos del NT la poligamia descalificaba a un hombre para cualquier cargo religioso (1 Tim. 3: 2, 12).

3. Subía.
Puesto que vivía tan sólo a 19 km del tabernáculo de Silo, era natural que Elcana, siendo levita, asistiera regularmente a las tres fiestas anuales (ver com. Exo. 23: 14-17; Lev. 23: 2), y especialmente a la primera y más importante la pascua a principios de la primavera del hemisferio norte. Esa fiesta que simbolizaba la liberación de los israelitas de Egipto, también les hacía pensar anticipadamente en el gran Cordero pascual simbolizado Jesús, quien por medio de su sacrificio proporcionó el medio para redimir al hombre de la esclavitud espiritual (1 Cor. 5: 7). Aunque no se exigían sus servicios en el santuario, como muchos otros levitas durante el período de los jueces (Juec. 17: 8, 9), Elcana subía como un israelita común con sus sacrificios propios para animar a sus vecinos y para darles un buen ejemplo. Aunque vivía rodeado de un mal ambiente, es claro que mantenía en alto su espiritualidad. Aunque Ofni y Finees eran corruptos, Elcana era fiel en su culto y en ofrecer sus sacrificios. Así sucedió también en el caso de Ana y Simeón en los días de Cristo (Luc. 2: 25-38). Lo mismo debiera suceder en los tiempos modernos. Nuestra lealtad a Cristo no debe depender de las obras de otros.

Hijos de Elí.
El nepotismo- favoritismo con los parientes, concediéndoles cargos ya se encontraba, en este tiempo, firmemente arraigado en Israel. Mientras los levitas esparcidos en las diferentes tribus hacían frente a la amenaza de la falta de empleo, tres miembros de la familia de Elí -el padre y dos hijos- consiguieron su manera de vivir, sin tomar en cuenta que dos de ellos no estaban moralmente calificados para el cargo. Tal aberración injusta es un factor que siempre contribuye al descontento y a la revolución.

5. Una parte escogida.
Literalmente, "una porción de dos caras". Elcana hacía todo lo que podía en aras de la unidad, dando una "parte" a cada miembro de su familia. Para mostrar públicamente que no deseaba que Ana fuera estéril, le daba una parte doble como si hubiera tenido un hijo (ver PP 615).

6. La irritaba.
El proceder de Penina se debía, en parte, a la bien intencionada generosidad de Elcana. Así como sucedió con Satanás en el cielo, los celos debidos a las atenciones brindadas a otro -ya sea en el hogar o en otra parte- crean una malignidad burlona y exasperante que se manifiesta a cada paso en expresiones de ridículo. Tales mofas no sólo le quitaban el apetito a Ana, sino que también hacían que se abstuviera de participar de la fiesta. ¿Era porque se sentía indigna, como Aarón después de la muerte de sus hijos Nadab y Abiú? (Lev. 10: 19). ¿No necesitaba acaso todavía más las bendiciones espirituales de la fiesta en tales circunstancias? También podría hacerse la pregunta: ¿Cuánto de la bendición de la fiesta había recibido Penina puesto que se tomaba la libertad de mofarse de su compañera? Una situación tal era comparable a la que mencionó Cristo en el relato del fariseo y el publicano (Luc. 18: 10-14). Sin embargo, al igual que el publicano, Ana no pagaba con la misma moneda, sino que ocultaba su amargura y lloraba en silencio.

9. Se levantó Ana.
Ana no se había obstinado en su dolor y autocompasión, ni se malhumoraba cuando su esposo le dirigía la palabra, sino que manifestaba un encomiable espíritu de dominio propio. Buscaba refugio en el santuario.

11. Lo dedicaré a Jehová.
Al aceptar Ana la dádiva espiritual que Dios le daba por medio de la fiesta, se sintió impulsada a suplicar que se le concediera un don más tangible: un hijo, prometiendo al mismo tiempo devolverlo inmediatamente al Señor para ser consagrado a su santo servicio. Quizá Dios había esperado mucho tiempo que hubiera tal entrega. Podría haberle dado un hijo antes, pero ¿habría estado lista entonces ella para asumir esa responsabilidad?

La sabiduría mundana enseña que no es esencial la oración, y que para ella no puede haber una verdadera respuesta, porque ello violaría la ley natural, y que no puede haber milagros. Es parte del plan de Dios conceder, en respuesta a la oración de fe, lo que no prodigaría de otra manera (CS 579, 580). ¿Por qué? Porque es parte del plan del cielo que el hombre se entregue en forma voluntaria tan plenamente al henchimiento interior y a la obra externa del Espíritu Santo, como lo hizo Cristo cuando estuvo en la tierra. En lo que atañía a Dios, no era necesario que Abrahán esperara 25 años el cumplimiento del pacto divino. Cuando el patriarca llegó al punto en que pudo entrar plenamente en el plan que el cielo tenía para él, Dios convirtió todos los fracasos pasados en peldaños de bendiciones. Así sucedió en el caso de Ana.

Pero Dios no le habló mediante un ángel. 456 Usó el medio establecido del sacerdocio, aunque era imperfecto y necesitaba una reforma. Dios reconoció que el deseo natural de Ana de tener un hijo finalmente se había convertido en una pasión por consagrar el más precioso de los dones a Dios, y él respondió a su petición mediante Elí.

14. Ebria.
Elí, el guardián del santuario y la autoridad principal en ley y religión, juzgaba por indicios circunstanciales y no por los verdaderos sentimientos de los adoradores. Juzgó a Ana por el criterio de su propia experiencia con sus hijos. Sin embargo, no había llegado al punto desde donde no pudiera comprender la revelación de Dios que se iba manifestando. Mediante la experiencia de Ana, el Espíritu Santo le reveló que Dios tiene en cuenta los motivos del corazón.

16. No tengas.
Con tranquilo dominio propio y acicateada por un reproche tal, con toda suavidad y con respetuosa deferencia por el que estaba en un puesto de autoridad, Ana se refirió a sus dolores íntimos que habían provocado la falsa interpretación de Elí, y sin temor afirmó su inocencia. Era el mismo espíritu con el cual Cristo respondería a sus acusadores.

17. Ve en paz.
La paz sólo sobreviene cuando cesan las hostilidades, cuando hay una victoria o una entrega plenas. Cuando Ana hizo esa entrega al Señor, descubrió que la enemistad de Penina y sus burlas dejaban de herirla. Podía decir con su Salvador: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Luc. 23: 34).

Elí prestamente reconoció la mano de Dios, y fue inspirado por el Espíritu Santo para indicar la aprobación divina. Cristo ejemplificó el verdadero espíritu de amor y discernimiento, e impartirá ese mismo espíritu a los pastores que dependen de él. Pero ya sea que lo reciban o no, lo comuniquen o no a otros, nada puede impedir que la más humilde oveja del prado divino escuche la voz de Dios y lo siga. Ana no dependía de las circunstancias. Dejó su caso en manos de Dios, y la respuesta vino inmediatamente.

20. Samuel.
El nombre significa "oído por Dios", y como otros nombres personales de la Biblia estaba lleno de significado. "Samuel" fue un recordativo del pedido de Ana al Señor, un motivo de recuerdo de la promesa que hizo y un reconocimiento de la aprobación de Dios. El tiempo debía demostrar la verdad de todo esto. Desde su más tierna infancia, Samuel reconoció que era siervo del Señor.

22. Ana no subió.
Para su madre, Samuel no era tan sólo un niño sino una ofrenda dedicada a Dios. Por tanto, procuró educarlo para él desde sus primeros años. Con mucha solicitud y oración atendió las necesidades físicas de su hijo, y dirigió los pensamientos de él al Señor de los ejércitos apenas tuvo uso de razón. Para poder cumplir más acabadamente su misión, no visitó a Silo hasta después de haber destetado al niño. ¡Cuán abarcante es la influencia de una madre en Israel! Son sumamente preciosos sus momentos ya se trate de una exiliada y esclava, como Jocabed la madre de Moisés, ya de un miembro perseguido en el hogar de un levita de Canaán. Teniendo esto en cuenta, Ana comenzó a trabajar no sólo para un fin temporal, sino para la eternidad. Tenía la responsabilidad de imprimir en un alma humana la imagen divina. Tal fue también el caso de María, la madre de Jesús.

Más de una vez se ha confiado a una sierva del Señor la tarea de reavivar la decaída fe de un pueblo desanimado e inclinado al pecado, que había dejado de comprender que Dios usa lo necio del mundo para confundir a los sabios. Invitan a meditar la consagración de Jocabed a su tarea, la clara visión de Ana cuando trajo a Samuel al mundo, o el sentido de solemne responsabilidad de María cuando respondió al ángel: " "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra" " (Luc. 1: 38).

Pero aunque la madre tenga los propósitos más serios, también al hijo le toca hacer su propia elección en la vida. Tal fue, por ejemplo, el caso de Sansón. Aun después de un largo período en el que buscó su propia complacencia, Sansón percibió una visión de Dios que lo indujo a dar su vida sin esperar recompensa, una consagración que lo colocó en la gran galaxia de los que triunfaron por la fe, como se registra en el capítulo 11 de Hebreos. A veces precisamente a aquellos a quienes Dios se propone usar como sus instrumentos para una obra especial, Satanás trata de emplear para descarriar a otros.

Para siempre.
Ver com. Exo. 12: 14; 21: 6. Con las palabras "para siempre" Ana quiso decir que Samuel sería nazareo durante toda su vida (1 Sam. 1: 11; ver también com. Gén. 49: 26; Núm.6: 2 ). Un fragmento del libro de 1 Sam. encontrado en la cuarta caverna de Khirbet Qumrán , y publicado en 1954, declara específicainente que Samuel era nazareo.

23. Su marido le respondió.
Elcana consintió en el voto de su esposa (Núm. 30: 6, 7), y de acuerdo con 1 Sam. l: 21 lo hizo suyo (ver com. Núm. 30: 6).

Cumpla Jehová su palabra.
Es decir "¡realícese el plan del Señor para Samuel!" Dios ya había reconocido su parte en el cumplimiento de la oración y del voto de Ana. Elcana creía (1) que Dios ciertamente había hablado por medio de Elí (vers. 17); (2) que el nacimiento de Samuel confirmaba el origen divino de la promesa de Elí (vers. 20); y (3) que la promesa se cumpliría completamente en el ministerio de la vida de Samuel.

Mucho depende de la cooperación de los cónyuges en el hogar cristiano. Elcana estaba profundamente emocionado por la consagración de su esposa, y cordialmente se unió con ella en su deseo. Es un excelente ejemplo de la admonición de Pablo: " "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella" " (Efe. 5: 25). Elcana se responsabilizó por el voto de ella y lo tomó a pecho. Sin embargo, reconocía la libertad de elección de su esposa y deseaba que tuviera éxito la decisión que ella había hecho de consagrar su hijo a Dios. Su actitud ilustra el deseo cordial de Cristo de trabajar con cada persona de tal manera que pueda expresar su propia personalidad, y revele así al universo la belleza multiforme del carácter divino.

24. Tres becerros.
La LXX traduce: "Un becerro en su tercer año" . De acuerdo con el vers. 25, mataron "el becerro" . Abrahán, en su sacrificio de consagración utilizó una becerra de tres años (Gén. 15: 9). El sacrificio de Elcana ofrecido en cumplimiento del voto (vers. 11, 21) consistió en un novillo con su respectiva harina y libación (Núm. 15: 9,10). Puesto que Elcana y Ana trajeron una efa entero de harina, y la cantidad requerida para un novillo era tres décimas de un efa (Núm. 15: 8-10), es probable que el becerro mencionado en el vers. 25 fuera el holocausto con el cual el niño Samuel fue consagrado al Señor, y que los otros dos becerros fueran sacrificados como la ofrenda expiatoria acompañante y el sacrificio de paz, cada uno de los cuales requería tres décimas de un efa de harina. El hecho de que Elcana trajera un efa completo de harina, suficiente para tres becerros, implica que la LXX y las otras traducciones donde se lee "un becerro en su tercer año" " están equivocadas.

27. Este niño.
No se conoce la edad de Samuel cuando fue destetado. Es común en el Oriente que un niño siga siendo amamantado hasta que tenga tres años y, por ejemplo, es muy posible que Isaac pudiera haber tenido cinco años cuando Abrahán celebró la fiesta en la cual lo convirtió en su heredero (ver Gén. 21: 8). Puesto que Ana no había asistido a la fiesta desde el nacimiento de Samuel, probablemente Elí había olvidado el incidente.

De acuerdo con este versículo, Ana no había dicho a Elí la naturaleza de su pedido, pero entonces lo hizo con gran gozo. Al expresar su alegría se valió de la palabra hebrea sha'al , "pedir", usando diferentes formas del verbo. Traducido literalmente, este versículo reza: "Acerca de este niño, yo me interpuse, y el Señor me ha dado mi pedido que pedí de él, y también estoy constreñida a pedirlo para el Señor. Mientras él viva, es pedido para el Señor". Ana reconocía con gozo que su dádiva para Dios fue primero la dádiva de Dios para ella. Podía decir con David: "De lo recibido de tu mano te damos" (1 Crón. 29: 14). Fue un amor como éste el que indujo a Rut a exclamar: " "Así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos" " (Rut 1: 17), y movió a Pablo para que afirmara: "Para mí el vivir es Cristo" (Fil. 1: 21).

NOTA ADICIONAL AL CAPÍTULO 1

No se conoce la ubicación exacta de Ramataim de Zofim, el pueblo de donde procedía Samuel. Se han sugerido varias posibilidades: (1) Beit Rima , en Efraín, a 18 km. al oeste de Silo, donde las montañas de la Palestina central se achican y se convierten en las ondulantes colinas de la Sefela, o posiblemente en Rentis, 8 km. más hacia el oeste; (2) Er-Rám , en Benjamín, a 8,8 km. al norte de Jerusalén, en el camino a Siquem; (3) Ramallah en Efraín, a 14,4 km. al norte de Jerusalén, 19,2 km. al sur de Silo y a 2,8 km. al suroeste de Bet-el.

Beit Rima , a 18 km. al oeste de Silo, y Rentis , más lejos hacia el oeste, estaban a demasiada distancia de Gabaa de Saúl (en Benjamín) para que hubiera podido estar allí el hogar de Samuel (1 Sam. 9: 1 a 10: 9). Saúl no habría estado buscando las asnas de su padre a 40 ó 50 km de su casa dentro de los dos días siguientes a su pérdida, ni hubiera sido posible que él y su siervo buscaran en todas las colinas, valles y barrancas de ese terreno montañoso durante el tercer día. Otras ciudades, denominadas Ramá, en Aser (Jos. 19: 29), Neftalí (Jos. 19: 36), Simeón (Jos. 19: 8) y Manasés (Ramot en Galaad, Deut. 4: 43, cf. 2 Rey. 8: 29; 2 Crón. 22: 6), están aún más lejos y, por lo tanto, no se las puede tomar en cuenta.

El cúmulo de comprobaciones favorece a Ramallah, en las montañas de Efraín meridional, cerca de la frontera de Benjamín. Un pueblo ubicado en las proximidades reúne todas las especificaciones conocidas para ser considerado como la localidad de donde procedía Samuel. Ramá de Juec. 4: 5, en cuyas proximidades estaba la palmera de Débora, no estaba lejos de Bet-el. Como se hizo notar, Ramallah, a 2,8 km. al suroeste de Bet-el, no podría ser la Ramá de Benjamín, pues el que escribía entonces habría nombrado a cualquiera de las varias localidades más próximas a Ramá de Benjamín que Bet-el, en las montañas de Efraín.

Samuel nació en Ramá (1 Sam. 1: 1, 19, 20; PP 617). Fue aquí donde sirvió a Israel como sacerdote, profeta y juez, y donde estableció una de las dos primeras escuelas de los profetas (1 Sam. 7: 17; 8: 4; 15: 34; 19: 18-20; PP 654). Evidentemente éste es el pueblo cuyo nombre se omite, donde Saúl se encontró con Samuel por primera vez y fue ungido como rey (1 Sam. 9: 5, 6, 11, 14, 18; PP 658, 660). Aquí murió y fue sepultado Samuel (1 Sam. 25: 1; 28: 3).

La Ramá de Samuel también era conocida como Ramataim de Zofim (1 Sam. 1: 1, 19), en "la tierra de Zuf" (1 Sam. 9: 5; cf. PP 658, 660). Zuf era descendiente de Leví, del linaje de Coat y antepasado de Samuel en la quinta generación (1 Crón. 6: 33-38). Cuando se hizo la división de Canaán, se asignaron diversas ciudades a los levitas coatitas en varias tribus, que incluían Judá, Benjamín y Efraín (ver Jos. 21: 4, 5; 1 Crón. 6: 54-70). El distrito donde vivían los descendientes de Zuf -los zofitas- pudo ser conocido adecuadamente como "la tierra de Zuf" (1 Sam. l: l; 9: 5), y Ramá, su ciudad, como Ramataim de Zofim, literalmente "Ramataim de los zofitas".

Elcana, padre de Samuel, era del "monte de Efraín" , y quizá era efrateo como Zuf, su antepasado (1 Sam. 1: 1). Un efrateo residía en Belén (Rut 1: 2; 1 Sam. 17: 12) o en Efraín (1 Rey. 11: 26). Indudablemente, Elcana era efrateo en este último sentido. El monte de Efraín era tan sólo la región montañosa comprendida dentro de los límites del territorio asignado a Efraín y, en realidad, no incluía ninguna parte de las montañas de Benjamín (ver Juec. 18: 12, 13; 19: 13-16; 1 Sam. 9: 4). De ningún lugar de Benjamín se habla en la Biblia como que hubiera estado en el "monte de Efraín". Samuel recibió del Señor la descripción de Saúl como "un varón de la tierra de Benjamín" (1 Sam. 9: 16). Además, cuando Saúl salió de Ramá -el hogar de Samuel en el monte de Efraín-, cruzó la frontera de Benjamín a fin de llegar a su propio hogar en Gabaa de Benjamín (2 Sam. 10: 2-9; PP 658, 660).

Algunos han identificado con Belén a la ciudad cuyo nombre no se da en 1 Sam. 9: 1 a 10: 9. Esta identificación se basa en la afirmación de Gén. 35: 16-19, de que Raquel fue sepultada "en el camino de Efrata, la cual es Belén" , y en la referencia de 1 Sam. 10: 2 que dice que la tumba de Raquel estaba "en el territorio de Benjamín, en Selsa" . Pero, como en el caso de Ramá, no se conoce la ubicación exacta de la tumba de Raquel, la cual estaba en el camino entre Bet-el y Belén (Gén. 35: 16-19), a una distancia de unos 24 km. Pero en el original hebreo de Gén. 35: 16, la frase "en el camino de Efrata" dice literalmente, "a alguna distancia de Efrata", lo que implica a una distancia considerable (ver com. Gén. 35: 16).

La ubicación tradicional de la tumba de Raquel, a casi 2 km. al norte de Belén, estaría a 6,4 km. del límite de Benjamín. Pero según el original hebreo, la tumba de Raquel (1 Sam. 10: 2) estaba mucho más cerca del límite, quizá dentro del "territorio de Benjamín" . Sin embargo, si se entiende el límite septentrional y no el límite meridional de Benjamín, se armoniza el original hebreo correspondiente a Gén. 35: 16 y la ubicación de Selsa al norte de Jerusalén.

La mención que hace Jeremías de que la voz de "Raquel que lamenta por sus hijos" (Jer. 31: 15; cf. Gén. 35: 16-19) fue oída "en Ramá", implica que la tumba de Raquel no estaba lejos de Ramá, y esto concuerda con las instrucciones de Samuel a Saúl, que hallamos en 1 Sam. 10: 2. Pero el lugar que tradicionalmente se ubica cerca de Belén estaría a 14,4 km. de Ramá de Benjamín y a 20,8 km. de Ramallah de Efraín. La referencia de Jeremías a "Raquel que lamenta por sus hijos" se basa en el incidente histórico de la reunión de los cautivos judíos en Ramá al prepararse para ir a Babilonia (ver Jer. 31: 1-17; 40: l). La aplicación profético de la declaración de Jeremías está en Mat. 2: 18 (ver com. Deut. 18: 15). A menos que esta Ramá estuviera cerca de la tumba de Raquel, la referencia de Jeremías a Raquel que lamenta por sus hijos" sería bastante rara. Su referencia posterior a Samaria y al monte de Efraín (Jer. 31: 5, 6) parece exigir una Ramá cerca del límite de Benjamín y de Efraín, y esto corrobora la información dada en 1 Sam. 10: 2.

CBA 

Comentarios

Entradas populares de este blog

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE JUECES

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE JUECES CONTENIDO: Título Autor Marco histórico Tema Bosquejo INTRODUCCIÓN 1. Título.  El libro de los Jueces recibe su nombre de los títulos de quienes gobernaron a Israel después de la muerte de Josué. Moisés, al dar instrucciones respecto del gobierno de los israelitas después de su establecimiento en Canaán, había ordenado: " "Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus" " (Deut. 16: 18). Por lo tanto, cuando Moisés ya no vivía para ejercer las funciones legislativas, ni Josué para desempeñar las ejecutivas, se nombraron jueces que constituyeron la autoridad civil más encumbrada del país. El libro de los Jueces es la historia del período que siguió inmediatamente a la muerte de Josué. En ese período la autoridad gubernamental de Israel estuvo en manos de los jueces.  Las personas que dieron el nombre a este libro cumplieron una función mayor que las funciones civiles...

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE NÚMEROS

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE NÚMEROS CONTENIDO 1. Título 2. Autor 3. Marco histórico 4. Tema 5. Bosquejo 1.Título. Números es el cuarto libro del Pentateuco, que es el nombre que reciben los cinco libros de Moisés. El título "Números" se deriva del título Arithmói , de la Septuaginta, luego del latín Numeri , del cual se ha traducido "Números". Los hebreos llamaron al libro Bemidbar , "en el desierto". 2.Autor. La mayoría de los creyentes han aceptado, a través de todas las edades, que los libros del Pentateuco fueron obra de Moisés. En el Éxodo tenemos el relato de los primeros años de la vida de Moisés, seguidos por su llamamiento, con la comisión divina que le fue dada, y cómo fue aceptado por el pueblo como dirigente. En Números se lo presenta como un dirigente maduro. El esfuerzo y la tensión de las dificultades por las cuales pasó con su pueblo lo convirtieron en un instrumento especialmente adecuado para registrar la historia de esos suces...

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE LEVÍTICO

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE LEVÍTICO Contenido: Título Autor Marco histórico Tema Bosquejo 1. Título.  El libro de Levítico recibió su nombre porque trata mayormente del sacerdocio, oficio que pertenecía a la tribu de Leví. Antiguos eruditos hebreos lo llamaron Wayiqra' , que es la primera palabra del libro, y los judíos modernos han retenido el nombre. El Talmud lo llamó "La ley de los sacerdotes", o "La ley del sacrificio". El subtítulo, "Libro tercero de Moisés", no formaba parte del texto original hebreo, pero fue agregado siglos más tarde.  2. Autor.  No puede haber duda de que Moisés, el autor del Génesis, es también el autor de Levítico (véase la introducción al Génesis). Las teorías que descartan a Moisés como autor de los libros que llevan su nombre, son demasiado contradictorias como para ser consideradas aquí. Desde los tiempos más antiguos, tanto judíos como cristianos han creído que el Levítico fue escrito por Moisés, y ...