Aunque comparte temas comunes con Daniel 7, la visión de Daniel 8 emplea símbolos e idioma distintos. A diferencia de las bestias inmundas y salvajes de Daniel 7, la visión de Daniel 8 presenta animales limpios y domésticos, un carnero y un macho cabrío. Además, en lugar del idioma arameo de los capítulos previos, el hebreo llega a ser el lenguaje de esta visión y sigue siendo así hasta el final del libro. Este cambio de símbolos y de idioma no es accidental, sino parece ser una estrategia intencional para reforzar el contenido de la visión. De hecho, la visión pinta un ataque al Santuario y su posterior purificación en el Día de la Expiación. Por lo tanto, apropiadamente emplea símbolos derivados del servicio ritual y usa el lenguaje del Santuario. Además, es digno de notar que, en los servicios rituales del Santuario, un carnero y un macho cabrío aparecían juntos solo en el Día de la Expiación. De este modo, por su uso específico de símbolos y palabras, la visión se enfoca en el Día de la Expiación.
Recuerde que Daniel 8 recapitula Daniel 7, añadiendo nuevos detalles y perspectivas. Ambas visiones se complementan e iluminan mutuamente. La siguiente discusion esta dividida en tres secciones principales. Primera, nay un examen superficial del conflicto entre los poderes representados por el carnero y el macho cabrio. Segunda, hay un repaso de la naturaleza y las actividades del cuerno pequeño. Y finalmente, se mira más cuidadosamente la purificación del Santuario como se presenta en el pasaje. Este aspecto de la visión de Daniel 8 es el tema de la creencia más distintiva del adventismo del séptimo dia.
El carnero y el macho cabrío
La visión está vinculada con la de Daniel 7: "En el año tercero del reinado del rey Belsasar [...] después de aquella que había tenido antes" (Dan. 8:1). Al desarrollarse la visión, Daniel se encuentra en Susa, que más tarde llegó a ser la capital del Imperio Persa. A diferencia de la de Daniel 7, esta visión comienza con Medopersia, lo que indica que Babilonia está a punto de dar lugar a un poder mundial nuevo. La descripción del carnero con dos cuernos desparejos tiene su paralelo en el oso con un lado levantado de la visión previa (y de la plata de Daniel 2). Es interesante, el tercer año de Belsasar puede fecharse aproximadamente en el año 551 a.C., que es cerca del tiempo cuando Ciro derrotó a Astiages, lo que unió a los medos y los persas para conquistar finalmente a Babilonia. Del mismo modo, los avances del carnero hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur corresponden a las tres costillas en la boca del oso, que representan las tres mayores conquistas del Imperio Medopersa: Lidia, Babilonia y Egipto. En la interpretación, Gabriel aclara que el carnero de dos cuernos representa los reyes de Media y de Persia (vers. 20).
Luego, un macho cabrío volador, con un solo cuerno (que corresponde al leopardo de Daniel 7 y al bronce de Daniel 2) viene del oeste, y ataca y derrota al carnero. En la cúspide de su poder, el gran cuerno del macho cabrío se quiebra y en su lugar salen cuatro cuernos hacia los cuatro vientos del cielo. Más tarde, Gabriel identifica a este macho cabrío con Grecia, al cuerno grande con su primer rey, y a los cuatro cuernos posteriores con los cuatro reinos menos poderosos que surgirían de él (Dan. 8:21,22). La historia confirma con precisión extraordinaria el cumplimiento profético del simbolismo mostrado en la visión. El macho cabrío volador retrata los veloces avances militares y la naturaleza amplia de las conquistas de Alejandro. Él invadió el Imperio Persa en 334 a.C. Después de una serie de batallas importantes, rápidamente derrotó los ejércitos de Persia, tomó el control de la costa mediterránea hasta Egipto y marchó al interior de Asia. En un lapso de doce años, Alejandro había tomado todo el ámbito persa, estableciendo el "mayor imperio que el Cercano Oriente había conocido hasta ese momento" (Pfandl, The Seer of Babylon, p. 51). De acuerdo con una fuente, el imperio de Alejandro, en su máximo, "tenía una extensión de 2 millones de millas cuadradas [unos 5 millones de km2] y se extendía desde Grecia hasta la India".1
Como predijo la profecía, él murió en la culminación de su poder, y el imperio se dividió entre sus cuatro generales. Casandro tomó Macedonia, Lisímaco heredó Tracia y Asia Menor noroccidental, Seleuco I Nicator se estableció en Siria y Babilonia, y Tolomeo tomó posesión de Egipto. Finalmente, los seléucidas y los tolomeos surgieron como las dinastías dominantes y rivales, cuyas actividades militares y políticas aparecen en la profecía de Daniel 11.
El cuerno pequeño
Al llegar la visión a su climax, aparece un cuerno pequeño. Crece rápidamente, y después de una expansión horizontal dirige sus ataques hacia el cielo. A fin de comprender la importancia de este símbolo, debemos determinar su origen, identificar actividades.
Origen:Uno de los Problemas difíciles con respecto al cuerno pequeño se refiere a su punto de origen. La versión Reina-Valera de 1995 capta bien la ambigüedad del lenguaje original: De uno de ellos salió un cuerno pequeño que creció mucho hacia el sur y el oriente, y hacia la tierra gloriosa (Dan. 8:9). La mayoría de los comentadores sostienen que el cuerno surgió de uno de los cuatro cuernos, que identificaría el cuerno con el generalmente sostenido concepto antioqueno del pasaje.
Pero, un estudio más cuidadoso presenta una idea más plausible. Las secciones relevantes de los versículos 8 y 9 dicen lo siguiente: "En su lugar [del cuerno grande] salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. De uno de ellos salió un cuerno pequeño" (Dan. 8:8, 9). El antecedente inmediato de "de uno de ellos" muestra que el "cuerno pequeño" salió de uno de los cuatro vientos del cielo, como se nota en la tabla que sigue:2
Concordancia de género/número en Daniel 8:8 y 9
Vers. 8 hacia los cuatro vientos (fem.) del cielo (mase.)
Vers. 9 y de uno (fem.) de ellos (mase.)
Así, desde el paralelismo sintáctico que combina el género de las palabras, llega a ser claro que el cuerno pequeño debe provenir de uno de los cuatro cuadrantes de la brújula. Se puede levantar la objeción de que el cuerno debe crecer de otro cuerno o de la cabeza de un animal. Pero esto puede explicarse de una de dos maneras. Zacarías describe los poderes que condujeron al pueblo de Dios al exilio como cuernos, que aparentemente están por sí solos (Zac. 1:18-21), mostrando que un cuerno simbólico
Recuerde que Daniel 8 recapitula Daniel 7, añadiendo nuevos detalles y perspectivas. Ambas visiones se complementan e iluminan mutuamente. La siguiente discusion esta dividida en tres secciones principales. Primera, nay un examen superficial del conflicto entre los poderes representados por el carnero y el macho cabrio. Segunda, hay un repaso de la naturaleza y las actividades del cuerno pequeño. Y finalmente, se mira más cuidadosamente la purificación del Santuario como se presenta en el pasaje. Este aspecto de la visión de Daniel 8 es el tema de la creencia más distintiva del adventismo del séptimo dia.
El carnero y el macho cabrío
La visión está vinculada con la de Daniel 7: "En el año tercero del reinado del rey Belsasar [...] después de aquella que había tenido antes" (Dan. 8:1). Al desarrollarse la visión, Daniel se encuentra en Susa, que más tarde llegó a ser la capital del Imperio Persa. A diferencia de la de Daniel 7, esta visión comienza con Medopersia, lo que indica que Babilonia está a punto de dar lugar a un poder mundial nuevo. La descripción del carnero con dos cuernos desparejos tiene su paralelo en el oso con un lado levantado de la visión previa (y de la plata de Daniel 2). Es interesante, el tercer año de Belsasar puede fecharse aproximadamente en el año 551 a.C., que es cerca del tiempo cuando Ciro derrotó a Astiages, lo que unió a los medos y los persas para conquistar finalmente a Babilonia. Del mismo modo, los avances del carnero hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur corresponden a las tres costillas en la boca del oso, que representan las tres mayores conquistas del Imperio Medopersa: Lidia, Babilonia y Egipto. En la interpretación, Gabriel aclara que el carnero de dos cuernos representa los reyes de Media y de Persia (vers. 20).
Luego, un macho cabrío volador, con un solo cuerno (que corresponde al leopardo de Daniel 7 y al bronce de Daniel 2) viene del oeste, y ataca y derrota al carnero. En la cúspide de su poder, el gran cuerno del macho cabrío se quiebra y en su lugar salen cuatro cuernos hacia los cuatro vientos del cielo. Más tarde, Gabriel identifica a este macho cabrío con Grecia, al cuerno grande con su primer rey, y a los cuatro cuernos posteriores con los cuatro reinos menos poderosos que surgirían de él (Dan. 8:21,22). La historia confirma con precisión extraordinaria el cumplimiento profético del simbolismo mostrado en la visión. El macho cabrío volador retrata los veloces avances militares y la naturaleza amplia de las conquistas de Alejandro. Él invadió el Imperio Persa en 334 a.C. Después de una serie de batallas importantes, rápidamente derrotó los ejércitos de Persia, tomó el control de la costa mediterránea hasta Egipto y marchó al interior de Asia. En un lapso de doce años, Alejandro había tomado todo el ámbito persa, estableciendo el "mayor imperio que el Cercano Oriente había conocido hasta ese momento" (Pfandl, The Seer of Babylon, p. 51). De acuerdo con una fuente, el imperio de Alejandro, en su máximo, "tenía una extensión de 2 millones de millas cuadradas [unos 5 millones de km2] y se extendía desde Grecia hasta la India".1
Como predijo la profecía, él murió en la culminación de su poder, y el imperio se dividió entre sus cuatro generales. Casandro tomó Macedonia, Lisímaco heredó Tracia y Asia Menor noroccidental, Seleuco I Nicator se estableció en Siria y Babilonia, y Tolomeo tomó posesión de Egipto. Finalmente, los seléucidas y los tolomeos surgieron como las dinastías dominantes y rivales, cuyas actividades militares y políticas aparecen en la profecía de Daniel 11.
El cuerno pequeño
Al llegar la visión a su climax, aparece un cuerno pequeño. Crece rápidamente, y después de una expansión horizontal dirige sus ataques hacia el cielo. A fin de comprender la importancia de este símbolo, debemos determinar su origen, identificar actividades.
Origen:Uno de los Problemas difíciles con respecto al cuerno pequeño se refiere a su punto de origen. La versión Reina-Valera de 1995 capta bien la ambigüedad del lenguaje original: De uno de ellos salió un cuerno pequeño que creció mucho hacia el sur y el oriente, y hacia la tierra gloriosa (Dan. 8:9). La mayoría de los comentadores sostienen que el cuerno surgió de uno de los cuatro cuernos, que identificaría el cuerno con el generalmente sostenido concepto antioqueno del pasaje.
Pero, un estudio más cuidadoso presenta una idea más plausible. Las secciones relevantes de los versículos 8 y 9 dicen lo siguiente: "En su lugar [del cuerno grande] salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. De uno de ellos salió un cuerno pequeño" (Dan. 8:8, 9). El antecedente inmediato de "de uno de ellos" muestra que el "cuerno pequeño" salió de uno de los cuatro vientos del cielo, como se nota en la tabla que sigue:2
Concordancia de género/número en Daniel 8:8 y 9
Vers. 8 hacia los cuatro vientos (fem.) del cielo (mase.)
Vers. 9 y de uno (fem.) de ellos (mase.)
Así, desde el paralelismo sintáctico que combina el género de las palabras, llega a ser claro que el cuerno pequeño debe provenir de uno de los cuatro cuadrantes de la brújula. Se puede levantar la objeción de que el cuerno debe crecer de otro cuerno o de la cabeza de un animal. Pero esto puede explicarse de una de dos maneras. Zacarías describe los poderes que condujeron al pueblo de Dios al exilio como cuernos, que aparentemente están por sí solos (Zac. 1:18-21), mostrando que un cuerno simbólico
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