Libro de Eclesiastés capítulo 8
1. ¿Quién como el sabio?
En varias versiones
antiguas se lee: "¿Quién, pues, es sabio?"
El sabio.
Salomón
afirma que la sabiduría es superior a todas las otras posesiones.
¿Quién
como el que sabe?
El verdadero sabio sabe cómo interpretar las
experiencias de la vida. Daniel fue un noble ejemplo de esto (Dan. 5: 10- 29).
Los apóstoles Pablo (1 Cor. 2: 15) y Juan (1 Juan 2: 27) destacan la misma
verdad. La raíz aramea que se ha traducido "declaración" -explicación- se
encuentra 31 veces en el libro de Daniel.
Ilumina su rostro.
La
serenidad íntima y la sabiduría se reflejan en el rostro del que es
verdaderamente sabio (Job 29: 24; cf. Núm. 6: 25; Sal. 4: 6).
Tosquedad.
Heb. 'oz, que generalmente se traduce "fuerza". Aquí quizá signifique
"dureza", pues describe un rostro que carece de gentileza, de cultura y de las
virtudes más refinadas.
Se mudará.
La gracia de Dios que
transforma el corazón se reflejará en el rostro mediante una expresión de gozo
sereno.
2. Te aconsejo.
Esta
declaración no pertenece al texto original. La mayoría de las versiones
antiguas, en vez de la oración "que guardes el mandamiento del rey", traducen en
imperativo: "Guarda el mandamiento del rey". Esto parece estar más en armonía
con el contexto y la estructura de la oración.
Mandamiento.
Heb.
"boca"; de modo que, en sentido figurado, son órdenes verbales y escritas. Este
empleo es común en el AT (Exo. 17: 1; 38: 21; Núm. 3: 39; 10: 13; etc.).
Juramento de Dios.
Se consideraba al rey como el ungido de
Jehová, señalado por él para gobernar. El "juramento" se refiere al que se
repetía en obediencia al rey y se pronunciaba en el nombre de Dios (2 Crón. 36:
13; Eze. 17: 13-19). Compárese con la enseñanza de Pablo respecto a la
conciencia (Rom. 13: 5).
3. No te apresures
a irte.
El rey ejercía un poder absoluto. Por eso, nadie debía retirarle
su lealtad precipitadamente ni renunciar a su servicio. El poder absoluto del
monarca con frecuencia lo hacía dictatorial e irrazonable, por lo cual sus
siervos debían conservar la calma y el dominio propio.
Todo lo que
quiere.
El siervo podía tener razón, pero el poder del rey era supremo.
De ahí que fuera sabio no oponérsele innecesariamente.
4. ¿Qué haces?
Esta misma expresión se usa en relación con
Dios: Job 9: 12; Isa. 45: 9; cf. Job 34: 18; Dan. 4: 32.
5. Mandamiento.
Ver com. vers. 2. El término empleado aquí
es el que suele usarse para los mandamientos de Dios, mientras que en el vers. 2
se lo deriva de la palabra hebrea que significa "boca" " (ver com. vers. 2).
No experimentará mal.
Una sumisión inteligente a la ley del país
y a la ley de Dios es un requisito para disfrutar de paz y seguridad, 1109 tanto
aquí como en el más allá (ver CS 641, 642).
El tiempo y el juicio.
El "corazón" del sabio -vale decir, su mente- discierne el tiempo
adecuado de hablar y de callar. El sabio conoce los métodos y procedimientos
correctos, y los sigue. Reconoce las oportunidades y las aprovecha cuando se
presentan.
6. Todo lo que quisieras.
La raíz del verbo hebreo aquí significa "deleitarse en", y así se usa
más de 60 veces. El sustantivo quiere decir "deleite", "deseo", "placer", y
aparece como tal en más de 40 casos. Aquí significa que hay tiempo y proceder
adecuados para todo lo que es deseable.
Mal.
O, "dificultad".
Cada empresa exige una planificación cuidadosa y métodos apropiados, para que no
fracase y sobrevengan dificultades en vez de proporcionar bendiciones.
7. El cuándo.
Una de las
limitaciones humanas que causa una gran parte de nuestras ansiedades es que no
podamos predecir qué nos sobrevendrá (ver Isa. 47: 13).
8. Retener el espíritu.
La vida puede acabar en cualquier
momento (Job 21: 17, 18; 34: 14, 15).
No valen armas en tal guerra.
O, "no hay excepción en tal guerra". Así como los mercenarios no podían
conseguir una licencia para ausentarse de su deber durante la batalla, tampoco
el ser humano puede escapar de la muerte cuando ésta le sobreviene.
9. Todo esto he visto.
Salomón pasó
por muchas vicisitudes y aprendió mucho por observación.
Para mal suyo.
Algunos hacen "mal" a sus prójimos y otros se hacen "mal" a sí mismos.
Pero después de todo, el que hace mal a su prójimo se destruye a sí mismo.
10. He visto.
Ver Job 21: 30- 32.
Algunos impíos son sepultados con grandes honras (2 Crón. 16: 13, 14; cf. Jer.
22: 18, 19).
El lugar santo.
Esto es, el santuario (ver Lev. 7:
6). Algunos inconversos e impíos asisten a la iglesia, cumplen con los
requisitos externos de la religión, y cuando mueren se celebran costosos
funerales en su homenaje. Esto ha ocurrido en el caso de muchos reyes.
Olvido.
Muchos antiguos MSS hebreos, así como diversas versiones
antiguas, dicen "alabanza", lo que concuerda mejor con el contexto.
La
ciudad.
Quizá Jerusalén.
Con rectitud.
El hebreo de este
versículo es oscuro, quizás debido a problemas en la transmisión de los MSS.
Cualquier traducción exige interpretación y debe considerarse como precaria. "He
visto a gente mala llevada a la tumba". "También he visto que a gente malvada,
que se mantuvo alejada del lugar santo, la alaban el día de su entierro; y en la
ciudad donde cometió su maldad, nadie después lo recuerda" (VP). "Partieron del
Lugar Santo, y se dio al olvido en la ciudad que hubiesen obrado de aquel modo"
(BJ).
Estos perversos gobernaron a otros para su propio daño (vers. 9).
Vivieron impíamente y disfrutaron de las lisonjas -alabanzas insinceras- de sus
súbditos; pero apenas expiraron, cayeron en el olvido.
11. Luego.
La misma idea errónea acariciada por los impíos,
de que no tendrán que dar cuenta de sus actos, aparece en Sal. 10: 6; 50: 21
(cf. Isa. 26: 10; 2 Ped. 3: 4).
Sentencia.
Heb. pithgam,
"edicto", "decreto", de una antigua raíz persa. Se traduce en Est. 1: 20 como
"decreto"; " y aparece en las porciones arameas de Esdras y de Daniel traducida
de diversas formas: "respuesta", "carta", "palabra" y "asunto". Aquí se refiere
al juicio divino.
Está en ellos dispuesto.
Compárese con Sal.
73: 8- 11 y con las palabras de Cristo acerca del corazón del hombre (Mat. 15:
17- 20).
12. Cien veces.
Con
frecuencia el pecador hace lo malo y parece escapar al castigo correspondiente a
sus faltas (ver prov. 17: 10).
Prolongue.
"Días" es una palabra
añadida. Algunos se sienten molestos por una aparente demora en el juicio de los
impíos (Mal. 2: 17). Sin embargo, cuando Dios lo crea oportuno recibirán su
castigo (ver Isa. 3: 11; Mat. 16: 27; Apoc. 20: 11- 15).
Les irá bien.
Finalmente, todo irá bien para los que temen a Dios (Sal. 37: 11; Isa.
3: 10; Mal. 3: 16).
13. No le irá bien.
Compárese con Job 20: 4- 9; 22: 15, 16.
Sombra.
Ver la
enseñanza del salmista (Sal. 102: 11; 109: 23; 144: 4).
14. Vanidad.
A pesar de su convicción ya declarada en los
vers. 12, 13, a Salomón le angustian algunas paradojas aparentemente insolubles.
Justos.
El término hebreo que se traduce "justos" sugiere
hombres que practican rectitud. Job tuvo el mismo conflicto (Job 9: 22; cf. Ecl.
9: 2, 3; Eze. 21: 3, 4). 1110
Impíos.
Compárese con Job 21: 7;
Sal. 73: 3; Jer. 12: 1. No debiéramos permitir que las injusticias de esta vida
debiliten nuestra fe en la forma en que Dios procede. Se corregirán todos los
errores en el mundo eterno.
15. Alegría.
Es decir, vivir para el placer. Aquí se sugiere el eclipse de la fe de
Salomón debido a su enfoque materialista de las cosas.
Coma.
Las
actividades que aquí se presentan no son malas en sí. Dios dio al hombre la
facultad de comer, de beber y de disfrutar las cosas buenas que ofrece la vida.
No obstante, Salomón quiere decir que por causa de que el dominio propio y el
control del apetito aparentemente no le habían proporcionado ninguna recompensa,
llegó a pensar que era mejor vivir para satisfacer los sentidos, para
usufructuar al máximo las cosas materiales.
Esto le quede.
Salomón continúa con la descripción de los sentimientos que una vez lo
abrumaron.
16. Corazón.
Es decir,
"mente".
Faena.
El mismo vocablo hebreo se traduce "trabajo"
(cap. 1: 13; 3: 10; 5: 14), "ocupación" " (cap. 5: 3). Salomón se refiere a la
incesante rutina de los arduos esfuerzos humanos.
Sueño.
A
menudo se trabaja durante largas horas, pero el trabajo fue dado a la raza
humana para que fuera una bendición (ver com. Gén. 3: 19). Después de la caída
del hombre, con demasiada frecuencia la gente no usa inteligentemente su tiempo
libre. Las tareas diarias tienen el propósito de servir como disciplina y
edificación del carácter. Es dulce el descanso después de un día de arduo
trabajo (Prov. 3: 21- 24; cf. Jer. 31: 23- 26).
17. Las obras de Dios.
Es decir, el propósito eterno de
Dios y la forma en que él trata con los hombres (ver Rom. 11: 33- 36; cf. Job
11: 7, 8).
El sabio.
Cada individuo tiene el privilegio de
estudiar las obras de la creación de Dios y su Palabra revelada; pero debe
abstenerse de querer ser "sabio en su propia opinión" (Prov. 26: 5) y de creer
que es capaz de comprender las profundidades de la Divinidad (Job 11: 7). La
actitud correcta del hombre delante de Dios se presenta en el cuadro de los
redimidos que ofrece el apóstol Juan (Apoc. 15: 3, 4).
CBA T3
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