1. Un vástago.
El capítulo anterior presenta un
cuadro de castigo tanto para Asiria como para Judá. Los hermosos y florecientes
árboles de Judá serían derribados por su iniquidad. Esta metáfora nos recuerda
la lección que se Presenta en Dan. 4: 10-26, en donde Nabucodonosor y su reino
son comparados con un árbol majestuoso que, por sentencia divina, es cortado y
sólo se deja su tronco. El Señor tenía grandes planes para la nación hebrea
cuando fue establecida. Tenía el propósito de que fuera mensajera de luz y
verdad para el mundo, y que su influencia benéfica aumentara hasta que abarcase
toda la tierra, trasmitiendo vida y paz a todos sus habitantes. Pero, por su
desobediencia, la nación sería humillada y llevada en cautiverio. En las pp.
27-40 se presentan los propósitos divinos con Israel.
A pesar de todo
esto, por medio de la descendencia de David se levantaría un Rey que llevaría a
cabo lo que David y sucesores en el trono de Judá no habían logrado hasta ese
momento. cuando la nación fuera cortada y no quedara mas que la cepa, de esas
raíces aparentemente sin vida brotaría un Retoño que crecería y florecería (Isa.
4: 2; 53: 2; Apoc. 5: 5; 22: 16). Se convertiría en "árbol" de justicia, y
finalmente llenaría toda la tierra, impartiendo paz y alegría a toda la
humanidad. El cuadro que aquí se presenta es el de la futura edad de oro, de
gozo esplendor 199 cuando toda la tierra se regocijará en la justicia y los
enemigos de la rectitud y la paz será completa y, eternamente destruidos. Vez
tras vez Isaías describe esta escena (cap. 35: 6-10; 65: 17- 25; 66: 22-23). La
figura de Jesús como el "Renuevo" de justicia también se encuentra en Jer. 23:
5- 6; 33: 15-17; Zac. 3: 8; 6: 12-13. Ver com. Deut. 18: 15, donde se analiza la
doble naturaleza de la promesa hecha a David.
2. El Espíritu de Jehová.
En los vers. 1-5 se bosqueja con
claridad la naturaleza y la misión del Mesías (cf. Isa. 61: 1-3; Mat. 3: 16-17;
Juan 1: 33; ver com. Luc. 4: 18-21).
De sabiduría y de inteligencia.
En cuanto a la distinción entre, jokmah , "sabiduría", y binah ,
"inteligencia", ver com. Prov. 1: 2. Con referencia al crecimiento de Jesús en
sabiduría, ver com. Luc. 2: 52; cf. Isa. 50: 4. Con respecto a la sabiduría que
se le impartió a Cristo para llevar a cabo su misión, ver com. Mar 1: 35; 3: 13.
La más excelsa sabiduría sólo puede proceder de Dios (Sal. 111: 10). Nadie puede
enseñarle sabiduría a Dios (Job 38: 4-41; Isa. 40: 13-14), porque él es
omnisapiente. Todo lo sabe, todo lo comprende. En todo lo que hace o dice, toma
en consideración todas las cosas, ya sean pasadas, presentes o futuras.
Conocimiento.
Heb. da'ath (ver com. Prov. 1: 2; cf. Job 28: 28;
Sal. 111: 10; Prov. 1: 7; Ecl. 12: 13). Cuando enseñó a los hombres el temor de
Jehová, a la vez que la necedad de los caminos de impiedad, y la sabiduría de la
justicia, Jesús presentó evidencias innegables de que era el Mesías (Mat. 13:
54; Juan 7: 15; ver como. Mar. 6: 2).
3. Le
hará entender diligente.
Mejor, " "le inspirará en el temor de Yahveh" "
(BJ). La LXX dice "lo llenará del temor del Señor"." Jesús se gozaría en hacer
la voluntad de Dios. Sus pensamientos serían los pensamientos divinos; su
voluntad sería la voluntad divina (Juan 10: 30; 14: 10). Reveló su divinidad y
vivió la justicia de Dios ante los hombres. En verdad, esta fue una de las
razones por las cuales vino al mundo (ver com. Mat. 1: 23; Luc. 2: 49).
La vista de sus ojos.
Los seres humanos tienen la tendencia a
juzgar por las apariencias, pero Cristo aconsejó que no se juzgara "según las
apariencias" sino "con justo juicio" (Juan 7: 24; ver com. 1 Sam. 16: 7). De
Jesús se dice que "conocía a todos" y "sabía lo que había en el hombre" (Juan 2:
24-25). Todo cristiano debería evitar juzgar conforme a la "vista de sus ojos" y
reprender a otros "por lo que oigan sus oídos". Muchos cristianos, que en todo
lo demás son ejemplares, se forman opiniones de otros cristianos en forma
apresurada y los critican sin verdaderos motivos.
4. Con justicia.
Los jueces eran corruptos y se
aprovechaban de los pobres y desvalidos, al paso que los ricos oprimían a las
viudas y los huérfanos (Isa. 1: 23; 10: 1-2; Jer. 5: 28; Amós 2: 6; 4: 1; 5:
10-11; 8: 4-6; Zac. 7: 10). Había un notable contraste entre el espíritu del
Mesías prometido Y el espíritu de aquella época. En la descripción del rey ideal
(Sal. 72: 2-3, 12-14) siempre se hace resaltar la justicia, la equidad, la
misericordia y la comprensiva consideración de las necesidades de los pobres y
oprimidos.
Argüirá.
Heb. yakaj , "fallar", "pedir cuentas",
"vindicar". La VM reza "faltará con rectitud por los mansos"."
Herirá la
tierra.
Isaías describe al Mesías que viene a la tierra para subyugar a
sus enemigos y para tomar el reino (Dan. 2: 43-44; Apoc. 19: 11-21; cf. Apoc.
12: 5; 14: 14-20). Cuando Cristo vuelva a la tierra "herirá" " a los impíos
gobernantes del mundo. Cuando establezca su reino "desmenuzará y consumirá" " a
todas las naciones de la tierra (Dan. 2: 44), las " "regirá con vara de hierro,
y serán quebradas como vaso de alfarero" " (Apoc. 2: 27; cf. Sal. 2: 8-9). En
Apoc. 1: 16 se presenta a Cristo como si tuviera una "espada aguda de dos filos"
en la boca, y 2 Tes. 2: 8 dice que destruirá al "inicuo" " con "el espíritu de
su boca" " (cf. Ose. 6: 5). Así como Cristo creó todas las cosas por la palabra
de su boca (Sal. 33: 6-9; Juan 1: 1-3), así también destruirá todo lo malo de la
misma manera.
5. Cinto de sus lomos.
Se presenta al Mesías vestido con ropas de justicia. Esta figura indica
la estricta atención a la justicia y la verdad, la integridad y la fidelidad. El
Mesías sería la encarnación misma de la justicia. En contraste se dice que el
inicuo obraría "con todo engaño de iniquidad" (2 Tes. 2: 10). Los seguidores de
Cristo han de llevar la misma vestidura de justicia que lleva él (ver com. Mat.
22: 11-12; cf. Isa. 61: 10; Apoc. 3: 18).
Cintura.
Las "ijadas",
entre costillas falsas y los huesos de las caderas. La palabra traducida como
"lomos" se refiere a las caderas y la parte baja de la espalda.
6. El lobo.
En el reino del Mesías
cambiará la conducta tanto en los animales como entre 200 los seres humanos. No
más crueldad ni derramamiento de sangre. Los instintos naturales de los animales
serán enteramente transformados. La ley del reino de Dios será la ley de vida y
amor. No se conocerá allí ninguna forma de muerte, enfermedad ni dolor.
7. Comerá paja.
En la tierra
renovada no habrá ningún animal carnívoro. Todos los animales vivirán en
perfecta amistad mutua y también con el hombre.
8. El niño de pecho.
Así como los animales pequeños no
temerán a aquellos animales que en este mundo son sus enemigos mortales, así
también en la tierra nueva, los niñitos no tendrán nada que temer. En la tierra
renovada se desconocerá toda enemistad y todo temor, ya sea entre animales o
seres humanos.
Víbora.
Heb. tsif 'oni , "serpiente venenosa",
ponzoñosa.
9. Mi santo monte.
Es
decir, el reino de Cristo que henchirá toda la tierra (Dan. 2: 35). Será santo
porque Dios es santo y porque sus habitantes compartirán la naturaleza divina.
Entonces "no habrán mal ni dañarán" porque los intereses de unos no estarán en
pugna con los de otros. El bienestar de unos será el bienestar de todos. El
egoísmo será cosa del pasado. El único pensamiento del hombre será hacer bien a
su prójimo y vivir para la gloria de Dios.
La tierra será llena.
Cf. Hab. 2: 14. La misma pulsación de armonía latirá en todo el vasto
universo (CS 736-737).
10. Raíz de Isaí.
Ver com. vers. 1.
Las gentes.
Esta es una profecía
acerca de Cristo y de la predicación del Evangelio a todo el mundo (pp. 30- 32).
En todas partes de la tierra se mostrará ante hombres y mujeres que Cristo, el
Mesías, es el medio para ser salvos del pecado. Los mensajeros de Cristo se
presentarán ante la gente como representantes de él, que señalan a Jesús como
portaestandarte para guiar a las gentes por el camino de la luz y la bendición.
Habitación.
Heb. menujah , "Lugar de descanso"," o "morada" "
(BJ, NC). Ver Juan 14: 23. Los que hallan a Cristo encuentran paz y descanso,
una paz que el mundo no puede dar y que los impíos nunca pueden conocer. La más
bienaventurada vivencia que el hombre puede disfrutar es la del "descanso" que
Cristo ofrece: descanso de las cuitas y las cargas del pecado (ver com. Mat. 11:
28). Así podrá el hombre encontrar en este mundo una breve y feliz anticipación
de la gloriosa paz del descanso del mundo eterno.
11. Otra vez.
Aquí se alude a la primera liberación, la de
Egipto. Los hebreos siempre recordaban con gozo su liberación de la esclavitud
egipcia y su entrada en la tierra prometida. Ocurriría otra liberación la del
cautiverio babilónico. Dios deseaba que cuando los judíos volvieran del
cautiverio, después de haber aprendido aquellas lecciones que él se propuso
enseñarles, rápidamente se pusieran a tono con el glorioso plan que tenía para
ellos como nación. Así la tierra pronto quedaría preparada para la venida del
Mesías y la proclamación del Evangelio (p. 32). Pero Israel fracasó de nuevo, y
la liberación prometida en este pasaje tendrá que realizarse al final de la
historia de este tierra, cuando Dios libre a su pueblo de este mundo impío y lo
lleve a la Canaán celestial (ver com. Apoc. 8: 4).
12. Israel . . . Judá.
En lo que se refiere a las naciones
literales de Israel y Judá, el cumplimiento literal de la promesa hecha aquí se
efectuó con la restauración después del cautiverio babilónico. Sin embargo,
puesto que no vivieron a la altura de los gloriosos privilegios que se les
concedió al volver del exilio, su rechazo como nación fue inevitable (ver com.
vers. 11). Por lo tanto, esta promesa ha de cumplirse en el Israel espiritual o
sea en la iglesia (pp. 31-32). Por otra parte, estas palabras se refieren a la
gran obra de la liberación del pecado que se está llevando a cabo ahora en todas
partes del mundo. Por doquiera hay hombres y mujeres que actúan como
portaestandartes o portaluces del cielo, guiando a otros al camino de la luz y
la verdad. La obra que ahora se está viendo es el cumplimiento de la profecía de
Isaías, pero también es prenda de mayores cosas en el futuro (ver com. Apoc. 18:
4).
Cuatro confines.
En el rollo 1QIsª de los Manuscritos del
Mar Muerto, no aparece la palabra "cuatro".
13. Envidia de Efraín.
La historia del pueblo de Dios fue
una historia de celos, envidia, dificultades, disensiones y guerras. La visión
de Isaías referente al futuro no habría sido perfecta ni completa, si no hubiera
incluido la curación de las viejas heridas y la reconciliación entre Israel y
Judá. Antes de la extinción final del reino del norte, Ezequías se esforzó al
máximo por fomentar un espíritu de reconciliación cuando instó a las tribus del
201 norte a que vinieran a Jerusalén a fin de celebrar la pascua nacional (2
Crón. 30).
14. Los filisteos.
Las
naciones aquí ennumeradas eran los enemigos tradicionales de Israel. Esta
profecía era condicional y se cumpliría si Israel era fiel a Dios (Jer. 18:
7-10). Como resultado de su persistente falta de cooperación con Dios, Israel
perdió la bendición divina y el Señor no pudo subyugar a sus enemigos como lo
habría hecho si su pueblo hubiera sido fiel (p. 33). Sin embargo, esta promesa
se cumplirá en esencia en la iglesia hoy, pues Dios vencerá a todos sus enemigos
(Dan. 7: 18; 12: 1; Apoc. 19: 2; ver com. Deut. 18: 15). Cuando sea establecido
el reino del Mesías, sus enemigos serán plenamente derrotados. Cuando Cristo
venga, el reino que él establezca (Mat. 25: 31) " "desmenuzará y consumirá a
todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre" " (Dan. 2: 44).
15. La lengua del mar de Egipto.
Lo
que ahora se conoce como golfo de Suez -un brazo del mar Rojo-, cuyas aguas otra
vez se secarían, quizá en forma figurada y no literal, para facilitar otra
milagrosa y maravillosa liberación del vago de Egipto.
El río.
Heb. hannáhar , término empleado con frecuencia en el AT para designar
al Eufrates (Gén. 15: 18; ver com. Gén. 24:10). El Eufrates se secaría para
permitir la liberación (del yugo de Babilonia. Las dos naciones que en la
antigüedad oprimieron más al pueblo hebreo fueron Egipto y Babilonia, y ambas
potencias fueron castigadas por el Señor para que su pueblo pudiera ser librado.
Egipto fue herido en el tiempo del éxodo, cuando el Señor secó las aguas del mar
Rojo. Babilonia fue asolada, ya cerca del fin de los 70 años de cautiverio
(futuros aún, en tiempos de Isaías), citando Ciro desvió el Eufrates de su cauce
a fin de poder tomar la ciudad de Babilonia (Isa. 44: 27-28; ver com. Jer. 51:
36). Después de tomar la ciudad de Babilonia (ver com. Esd. 1: 1) Ciro promulgó
el decreto que permitió que los judíos salieran de esta ciudad, volvieran a
Judea y reconstituyeran el templo (2 Crón. 36: 22-23; Esd. 1: 1-6). Así como
Dios libertó a los hebreos de manos de los egipcios y más tarde de los
babilonios, así también libertará a todo su pueblo fiel en los últimos días de
la historia del mundo.
16. Camino.
Y como Dios condujo a su pueblo a salvo a través del "terrible desierto"
(Deut. 1: 19), y mil años más tarde lo hizo regresar de Babilonia (Isa. 19:
23-25; 35: 8), así también conducirá con seguridad a su pueblo remanente a
través del terrible tiempo de angustia predicho por Daniel (ver com. Dan 12: 1;
cf. Jer. 30: 7).
Asiria.
Es decir, Mesopotamia, la patria de los
asirios. En los días de Isaías, Babilonia era una provincia de Asiria (t. II,
pp. 62-65; ver com. Esd. 6: 22).
De la manera que lo hubo.
El
maravilloso poder de Dios manifestado en Egipto y en el mar Rojo permanecía vivo
en el recuerdo del pueblo de Dios, pues de continuo rememoraban esos dramáticos
acontecimientos como una evidencia de que su Dios era el verdadero, y que ellos
eran su pueblo escogido.
CBA T4
Libro de Isaías capítulo 11
Comentarios
Publicar un comentario