Lunes 10 de junio | Lección 11
LA CRISIS VENIDERA
La profecía de la marca de la bestia en Apocalipsis 13 nos habla de la peor etapa, la más feroz, de la guerra de Satanás contra Dios. Desde que Jesús murió en la Cruz, el enemigo sabe que ha sido derrotado, pero se ha resuelto a hundir junto con él a la mayor cantidad posible de personas. Su primera estrategia en esta campaña es el engaño. Cuando el engaño no funciona, recurre a la fuerza. En última instancia, él está detrás del decreto de que cualquiera que se niegue a adorar a la bestia o a recibir su marca será condenado a muerte.
La persecución religiosa, por supuesto, no es nueva. Ha existido desde que Caín mató a Abel por obedecer el mandato de Dios. Jesús dijo que sucedería incluso entre los creyentes.
Lee Juan 16:2; Mateo 10:22; 2 Timoteo 3:12; y 1 Pedro 4:12. ¿Qué experimentó la iglesia del Nuevo Testamento y cómo se aplica esto a la iglesia de Cristo del tiempo del fin?
Jua 16:2 Los expulsarán de las sinagogas; y hasta viene el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios.
Mat 10:22 Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
2Ti 3:12 Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús,
1Pe 4:12 Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito.
La profecía indica que la persecución comenzará con sanciones económicas: nadie podrá comprar ni vender a menos que tenga la marca. Cualquiera que se niegue a recibir la marca será finalmente condenado a muerte (Apoc. 13:15, 17).
El diablo ya está preparando a los profesos cristianos para que reciban la marca de la bestia cuando llegue la prueba final, animándolos a transigir en su vida. Cuando al parecer el mundo entero sigue a la bestia con admiración y asombro (Apoc. 13:3), de repente la escena cambia, y la cámara profética enfoca al pueblo de Dios. Apocalipsis 14:12 nos da esta imagen. “ ‘¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!’ ” El pueblo de Dios lleva una vida de obediencia piadosa. Por su gracia, se mantiene firme cuando a su alrededor todo tiembla. Mientras que el mundo sigue a la bestia, ellos “siguen al Cordero por dondequiera que va” (Apoc. 14:4). Por el poder de Cristo, triunfan sobre los poderes del infierno desplegados contra ellos.
Como vimos en la lección 9, el conflicto decisivo entre el bien y el mal gira en torno a la adoración. La bestia usa el engaño y, cuando eso falla, la fuerza y la coerción.
¿Con qué facilidad permites ahora que los aspectos económicos pongan en juego tu observancia del sábado?
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