1. Merodac-baladán.
Ver com. 2 Rey. 20: 12;
también t. II, p. 89. Este nombre es común en las inscripciones asirias de
Sargón y Senaquerib. Merodac-baladán, originalmente rey de Bit-Yakin, un pequeño
Estado al norte del golfo Pérsico, reinó en Babilonia desde el año 721 hasta el
709, y más tarde por un corto tiempo, en el año 703. Cuando se enfermó Ezequías
y fueron enviados los mensajeros, era un rey exiliado. Como Ezequías había
resistido tan decididamente a Senaquerib, Merodac-baladán consideraba que el rey
de Judá podría serle un valioso aliado.
A primera vista parecía que los
enviados venían a felicitar a Ezequías por su restablecimiento, pero es muy
probable que también quisieran conseguir su ayuda en la dura lucha que sostenían
para impedir que Asiria dominara todo el Cercano Oriente.
2. Se regocijó con ellos Ezequías.
Esta atención
inesperada de un rey de Babilonia tocó su vanidad, y se alegró de que otros
también quisieran resistir a Asiria. Por lo tanto, Ezequías recibió a los
mensajeros babilonios como aliados y amigos, sin imaginarse que dentro de poco
tiempo Babilonia reemplazaría a Asiria como gran potencia en el Cercano Oriente
y que uno de sus reyes conquistaría a Judá.
Le mostró la casa.
Ver com. 2 Rey. 20: 13 en cuanto a la insensatez de Ezequías al haber
hecho esto.
3. El profeta Isaías vino.
Compárese este mensaje con lo que Isaías había presentado antes en
cuanto a las alianzas con países extranjeros (cap. 8: 9-13; 30: 1-7; 31: 1-5).
4. ¿Qué han visto?
Ver com. 2 Rey.
20:15. Salomón había previsto el tiempo cuando vendrían personas de tierras
distantes para aprender del Dios de Israel (1 Rey. 8: 41-43; también pp. 30-31).
Al no aprovechar Ezequías esta oportunidad para testificar del Dios verdadero,
demostró que no sentía verdadera gratitud por la bendición de la salud que le
había sido devuelta (Isa. 38: 1, 9).
6. Será llevado a Babilonia.
Ver com. 2 Rey. 20: 17.
7. Tus hijos.
Ver com. 2 Rey. 20:
18.
8. La palabra . . .es buena.
Esta actitud refleja el egoísmo del rey (ver com. 2 Rey. 20: 19).
Paz y seguridad.
Ver com. 2 Rey. 20: 19. Ezequías se consoló con
la idea que Dios le concedería la gracia de demorar el castigo. Muchas veces
Dios ha postergado la ejecución de una sentencia cuando los hombres se han
arrepentido y se han mostrado sumisos al Señor (1 Rey. 21: 28-29; 2 Rey. 22:
18-20).
CBA T4
CBA, Libro de Isaías capítulo 39
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