1. El Espíritu.
Este es uno de los capítulos
más notables del libro de Isaías. Para todo cristiano, se trata claramente de
una profecía mesiánica, aplicada por Jesús a sí mismo en la aldea de su
infancia, Nazaret, (ver com. Luc. 4: 16-21). Aquí habla Cristo como Siervo de
Dios (ver com. Isa. 41: 8). El tema del cap. 61 está estrechamente vinculado con
el del cap. 60 (cf. cap. 61: 3 con cap. 60: 9, 15, 18, 20-21).
Los
antiguos comentadores judíos reconocían el significado mesiánico de este y de
muchos otros pasajes de Isaías. En los vers. 1-3 se presenta un cuadro gráfico
de lo que el Mesías habría de realizar en favor de su pueblo Israel, tanto para
cada individuo como para la nación. Por haber rechazado a Jesús como el Mesías
(ver pp. 32-35), la nación en su conjunto perdió el privilegio de beneficiarse
con el ministerio del Mesías.
Me ungió.
Heb. mashaj , de donde
deriva el sustantivo mashíaj , "ungido" o "Mesías" (ver com. Sal. 2: 2; Mat.
1:1; Luc. 4:18). Bien podría traducirse mashaj como "me hizo Mesías". En la
ceremonia del ungimiento, la persona era apartada para alguna función específica
o alguna misión especial. Aarón fue ungido por Moisés para que fuera sumo
sacerdote (Exo. 40:13). Tanto Saúl como David fueron ungidos por Samuel (1 Sam.
10: 1; 16:13). Elías debería ungir a Jehú como rey y a Eliseo por profeta (1
Rey. 19: 16). Cristo había de ser ungido por Dios el Padre (Sal. 45:7) por medio
del Espíritu Santo (Hech. 10: 38) en ocasión de su bautismo (Mar. 1:10; Luc. 3:
21-22).
A predicar.
La gran obra de Cristo en la tierra era la
predicación de las "buenas nuevas" de la salvación (ver com. Mar. 1:1). Después
de ser ungido, Cristo fue de lugar en lugar predicando su mensaje de perdón y
aceptación de parte de Dios (Luc. 4: 14-15, 21, 31, 43-44; 5: 32; 6: 20; 8: 1;
etc.).
Los abatidos.
Cuando se cita este pasaje en el NT, se
emplea la palabra "pobres" , en conformidad con la LXX (ver com. Luc. 4:18; cf.
Mat. 11: 5). El mensaje de Cristo era para los pobres y abatidos de espíritu
(Mat. 5: 3, 5). Jesús mismo era "manso y humilde de corazón" (Mat. 11: 29), y
los que vinieran a él debían asemejarse a él (cf. 1 Juan 3: 1-3).
A
vendar.
Jesús vino para aliviar el sufrimiento de los que están tristes
y fatigados por su carga de pecado (ver com. Mat. 5: 3; 11: 28-30; Luc. 4: 18).
Cristo es el gran Médico que vino a sanar los corazones y las almas de los
hombres.
A publicar libertad.
Los que se entregan al pecado se
convierten en sus cautivos y esclavos Juan 8: 34; Rom. 6: 16). Cristo vino a
libertar a los hombres de la esclavitud del pecado y para hacerlos libres en él
(Juan 8: 36; Rom. 6: 1-23; 8: 2,15,21). Tanto la frase como la idea que expresa
son tomadas de la proclama que se hacía al comienzo del año del jubileo (Lev.
25: 10; Jer. 34: 8; Eze. 46: 17). Ver com. Luc. 4: 18.
Apertura de la
cárcel.
La frase hebrea se refiere a la apertura de ojos, pues el verbo
paqaj nunca se refiere a la apertura de puertas sino a la devolución de la vista
a los ciegos y del oído a los sordos (Isa. 35: 5; 42: 7; etc.). En Luc. 4:18 se
cita este pasaje, y siguiendo la traducción de la LXX y el sentido del hebreo,
dice "y vista a los ciegos". " En el cap. 42: 1,7 se afirma que el Mesías, el
Siervo de Jehová, habría de realizar la misma obra que se predice aquí.
2. El año de la buena voluntad de Jehová.
Literalmente, el "año de gracia de Yahveh" (BJ). Esto se refiere a la
manifestación de la gracia salvadora de Dios, manifestada en la vida y en el
ministerio de nuestro Salvador (ver com. Luc. 4: 19).
El día de
venganza.
Se hace notar el contraste entre la "buena voluntad" para los
que aceptan al Mesías, y la "venganza" para quienes 356 lo rechazan. En la
sinagoga de Nazaret, Jesús concluyó su lectura del rollo de Isaías con la frase
que precede a ésta (ver com. Luc. 4: 18). En verdad, Jerusalén habría de ver
"día de venganza" (Luc. 21: 22), pero eso únicamente se debería a que los judíos
rechazaron a Cristo y su mensaje de salvación (Mat. 21: 43-44; 23: 36-38). La
destrucción de Jerusalén fue un símbolo del gran día final de la retribución
divina (ver com. Mat. 24: 3).
Todos los enlutados.
Es decir, los
que lloran por sus propios pecados (ver com. Mat. 5: 4) y los pecados de otros
(Sal. 119: 53, 136; Jer. 13: 17; Eze. 9: 4; 2 Cor. 2: 1; 12: 21; 2 Ped. 2: 8).
3. Los afligidos.
Ver com. vers. 2.
Gloria.
Mejor, "diadema en vez de ceniza" " (BJ). Se refiere a
la "corona" o "guirnalda" que llevaba el novio o el vencedor en una batalla. Una
diadema de gozo debía reemplazar a las cenizas que se habían esparcido sobre la
cabeza en señal de penitencia y dolor (cap. 58: 5).
Oleo de gozo.
Compárese con Sal. 45: 7, donde se emplea una frase similar en relación
con Cristo. Cuando hacían luto o ayunaban, los hebreos se abstenían de los
ungüentos (Dan. 10: 3; cf. Mat. 6: 17). Debía eliminarse toda indicación de
tristeza y el pueblo de Dios debía engalanarse como para una ocasión festiva y
de gozo. Sus vestimentas de luto debían ser trocadas por ropas de gala (Zac. 3:
3 -5; cf. Luc. 15: 22).
Espíritu angustiado.
"Espíritu abatido"
(BJ).
Árboles de justicia.
En el AT, muchas veces se representa
a las personas con la figura de árboles (ver com. Sal. 1: 3). En este pasaje,
los árboles son los redimidos de Dios. Serían justos porque se habrían vestido
con la semejanza divina y habrían sido recreados a la imagen de Dios (ver com.
Isa. 60: 1).
Plantío.
Ver com. cap. 60: 21.
Para gloria
suya.
Dios recibe la honra cuando sus hijos llevan frutos de justicia y
revelan en su vida los rasgos del carácter divino (Juan 15: 8; Gál. 5: 22-23).
4. Reedificarán las ruinas antiguas.
Ver com. cap. 58: 12.
5. Extranjeros.
Es decir, los gentiles (ver com. cap. 56:
6). Los que una vez habían sido enemigos de Israel, se convertirían en amigos.
Los que una vez habían devastado el país, cooperarían con Israel en su
restauración. Compárese con el cap. 14: 1-2. Israel dirigiría la obra de la
restauración, y los conversos gentiles ayudarían (ver com. cap. 14: 1-2; 56:
6-8; 60: 3-10).
6. Sacerdotes.
Los
hijos de Aarón habían sido consagrados al servicio de Jehová (Exo. 40: 13-15).
En este pasaje Isaías predice el ministerio de todo el pueblo de Dios, como
"reino de sacerdotes" , en la gran tarea de llevar a los gentiles al
conocimiento del verdadero Dios (Exo. 19: 6; 1 Ped. 2: 5-9; ver pp. 30-32).
Riquezas.
Ver com. cap. 60: 5; también Rom. 15: 27; 1 Cor. 9:11.
Con su gloria seréis sublimes.
Literalmente, "en gloria de ellos
os enorgulleceréis". Las riquezas de los gentiles harían que la causa de Dios
recibiera honra (ver com. Isa. 60: 5-6, 16; Apoc. 21: 24).
7. Doble.
Después de la aflicción
de Job, Dios lo recompensó con el doble de lo que había tenido antes (Job
42:10). Los hijos de Dios habían sufrido, según les parecía a ellos, el doble de
lo que habían merecido, pero Dios les daría una recompensa generosa (Isa. 40: 2;
Zac. 9: 12; cf. Jer. 16: 18; Apoc. 18: 6).
Confusión.
En vez de
confusión y oprobio, Dios les daría gozo. Se invertirían los papeles. Porque
habían sido oprimidos, ahora recibirían honra y serían ensalzados. En los vers.
7-9 Isaías habla de Israel en tercera persona, en vez de dirigirse a él en
segunda persona como lo había hecho en los vers. 5-6.
8. Aborrecedor del latrocinio.
Aquí Isaías parece volver
al tema del cap. 1: 11-17. Dios respeta la justicia, la misericordia y el amor
(Sal. 11: 7; Miq. 6: 8), pero rechaza por completo las meras formalidades del
culto (ver com. Isa. 1:11; 2 Tim. 3: 5; cf. Juan 4: 23-24). Sólo el que es
"limpio de manos y puro de corazón" , " "que anda en integridad y hace justicia,
y habla verdad en su corazón" " podrá habitar en el santo monte de Dios (Sal.
24: 35; 15:1-5; ver com. Mat. 7: 21-27).
Afirmaré en verdad su obra.
Mejor, "les daré el salario de su trabajo lealmente" " (BJ). Si bien la
palabra pe'ullah se refiere a la "obra", se relaciona más con la "recompensa" de
la obra, o el "salario'. Esta palabra se traduce como "salario" en Lev. 19: 13,
y como "trabajo" en Eze. 29: 20, pero en este último pasaje está claramente
indicada la idea del galardón. Dios recompensará estrictamente de acuerdo con el
mérito (ver com. Mat. 20:1-16).
Pacto.
Ver com. Isa. 55: 3; Jer.
31: 31,33.
9. Será conocida.
Es
decir, sería reconocida 357 favorablemente (Sal. 76: 1; Prov. 31: 23). Los
hombres habrán de reconocer que el pueblo de Dios ha recibido bendiciones y
favores especiales del cielo (Deut. 4: 6-8; 28:10 ; ver pp. 30-32).
10. Me gozaré.
Sión alaba a Dios y
le rinde gratitud por las maravillosas bendiciones que han sido derramadas sobre
ella. En su misericordia, Dios ha quitado su vergüenza y la ha hecho presentarse
gloriosa a los ojos del mundo (cap. 49:13-23; 54:1-8; ver com. cap. 54: 5-7; 61:
7).
Vestiduras de salvación.
Representan el carácter perfecto de
Cristo (1JT 479) que su pueblo ha de vestir, aun en esta vida (PVGM 259; ver
com. Mat. 22:1-14). Se traza una nítida distinción entre estos vestidos y
nuestros trapos " "de inmundicia" (ver com. Isa. 64: 6).
Como a novio me
atavió.
Mejor, "como el esposo se pone una diadema" (BJ); (ver com.
vers. 3).
Como a novia adornada.
Ver com. cap. 49: 18.
11. Su renuevo.
El pecado ha
asolado y devastado la tierra, pero ella no permanecerá siempre así. El
Evangelio de la gracia de Dios hará que los lugares desiertos florezcan y lleven
frutos de justicia para la gloria de Dios (ver com. Isa. 61: 3; Gál. 5: 22-23).
Compárese esto con la parábola de Isaías referente a la viña (cap. 5:1-7; cf.
cap. 32:15-16; 35:1-2; 41:18-19; 43:19-21; 44: 3-4; 55:12-13).
CBA T4
CBA - Libro de Isaías capítulo 61
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