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CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 9


 CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 9

1. ¡Oh, si mi cabeza!

Este versículo pertenece Lógicamente al cap. 8, en donde aparece en la Biblia hebrea. Se ha dicho con mucha razón que ésta es la poesía del sufrimiento (cf. Isa. 22: 4; 1; Lam. 2: 11; 3: 48). ¡La desesperada angustia de Judá conmovió tanto al profeta, que lloró amargamente! Sin duda, este 431 versículo explica por qué se llama a Jeremías el "profeta llorón". La profundidad de sus sentimientos y la ternura de sus palabras nos recuerda a Cristo, quien, seis siglos más tarde, lloró por los pecados y por la suerte de su pueblo condenado (Luc. 19: 41-44).

2. Albergue de caminantes.

La vida con los corruptos e impíos habitantes de Judá había llegado a ser tan intolerable para Jeremías, que anhelaba la paz y la tranquilidad de vivir alejado en algún lugar solitario y desolado (cf. Sal. 55: 6-8).

Adúlteros.

Cometían adulterio carnal y espiritual (ver com. cap. 2: 20; 3: 8-9; 5: 7-8).

3. Hicieron... como un arco.

En hebreo dice: "pisaron el arco". Entesaban los grandes arcos de guerra colocando un extremo en tierra y pisándolo, y los doblaban presionando sobre la parte superior para atar a sus extremos una cuerda de tripa de buey. A los que hacían este trabajo, literalmente se los llama en Jer. 50: 14, 29 "pisoteadores del arco".

Lengua.

La lengua es comparada con un arco entesado con la cual se lanzan flechas de mentiras contra sus prójimos (cf. Sal. 57: 4; 58: 7; 64: 3-4; Isa. 59: 4).

La verdad.

Ver com. cap. 5: 3; 7: 28. En la LXX, esta frase se traduce: "Mentira y no fidelidad se fortaleció en la tierra". La gente no se había enriquecido ni hecho poderosa debido a sus elevadas normas de honor y de integridad, sino mediante fraudes, engaños y estafas.

Tierra.

O sea el "país" (ver com. cap. 4: 20, 23).

De mal en mal.

La impiedad no se detiene. Los pecadores acentúan progresivamente su impiedad (2 Tim. 3: 13).

Me han desconocido.

Es decir, "no me han reconocido" (cf. 1 Sam. 2: 12; Job 18: 21; Ose. 4:1). Esta fue la raíz de todos los males de Judá.

4. Guárdese.

Cuando una nación se ha apartado de los principios básicos de la verdadera religión, ¿qué restricciones pueden imponerse al pueblo? El resultado es un colapso completo de la moralidad (Miq. 7: 5-6). Jeremías había aprendido por amarga experiencia que a nadie se le podía tener confianza, ni siquiera a los de su propia casa (Jer. 12: 6; cf. Mat. 10: 36).

Anda calumniando.

Es decir, "anda chismeando" (cap. 6: 28).

5. Engaña.

La gente del tiempo de Jeremías no sólo engañaba a sus enemigos, sino también a sus amigos.

Acostumbraron su lengua.

Su maldad no era natural sino adquirida. La lengua debe ser ejercitada para que pueda mentir con facilidad.

Se ocupan.

Sus ansias de hacer lo malo son superiores a su habilidad Para obrar impíamente.

6. Su morada.

El hebreo dice "tu morada". Podría ser la de Jeremías o la del pueblo. En la LXX el vers. 6 dice: " "Usura sobre usura, engaño sobre engaño; no quisieron conocerme". "

No quisieron.

El pueblo no conocía a Dios porque no. deseaba conocerlo (vers. 3; cap. 5: 4-5). La transgresión es voluntaria.

7. Jehová de los ejércitos.

Ver com. cap. 7: 3.

Los refinaré.

A fin de quitar la escoria, Dios los haría pasar por el horno de la aflicción (ver com. Jer. 6: 27-30; cf. Isa. 48:10). El propósito del castigo era purificarlos y no destruirlos (cf. Zac, 13: 9; Mal. 3: 3).

Probaré.

Heb. bajan , "probar", "examinar" (ver com. cap. 6: 27).

¿Qué más he de hacer?

Esta pregunta sirve para justificar el proceder divino (cf. Isa. 5: 4). En tales circunstancias, ¿de qué otro modo podría Dios tratarlos?

8. Saeta afilada.

Mejor "saeta mortífera" (BJ). En el vers. 3, se compara a la lengua con un arco; aquí , se la asemeja con una saeta mortífera.

9. Castigar.

Ver Sal. 8: 4; 59: 5.

10. Por.

"A causa de". En este versículo y en el siguiente se describe la triste desolación del país y de sus ciudades, y el destierro de sus habitantes.

Montes.

Las terrazas en las laderas de los cerros, una vez cultivadas y fértiles, se tornarían estériles.

Llanto.

Heb. qinah , "elegía", "endecha". Con referencia a las características poéticas de la qinah , ver t. III, p. 29. Se acostumbraba que las plañideras profesionales (vers. 17) entonaran tales lamentos.

Pastizales.

Aunque una vez estos campos de pastoreo hubieran rebosado de rebaños, quedarían tan completamente desiertos que ni las aves hallarían alimento en ellos.

Ganado.

Heb. miqneh , vocablo que se emplea en sentido genérico, para incluir a todos los animales domésticos: vacas, cabras, ovejas, caballos, asnos y camellos.

11. Montón de ruinas.

Ver cap. 51: 37.

12. ¿Quién es varón sabio?

Se desafía tanto al sabio como al profeta para que expliquen las causas de esta calamidad nacional (cap. 8: 8-9).

Esto.

Lo que se requiere es una explicación de las causas por las cuales la tierra ha quedado desolada.

13. Porque.

El Señor mismo responde la pregunta hecha en el vers. 12.

Ley.

Heb. torah , término más amplio que la voz castellana "ley". Torah significa "enseñanza", "instrucción", "estatutos". Puede también referirse a las enseñanzas de los profetas (Jer. 18: 18; 26: 4-5; ver com. Deut. 31: 9; Prov. 3: 1).

En ella.

Por el género femenino de los términos hebreos, es evidente que el antecedente de este pronombre es la "ley" y no "voz" (ver Deut. 28: 15).

14. Imaginación.

Heb. sheriruth , "dureza", "terquedad".

Baales.

En vez de enseñarles las leyes del Señor (Deut. 11: 19), sus padres les habían enseñado a seguir en pos de dioses tales como Baal de Peor (Deut. 4: 3), Baal-zebub de Ecrón (2 Rey. 1: 2), y el Baal de los fenicios (1 Rey. 16: 31-32). Ver com. Ose. 2 : 17, Jer. 2: 8, 23.

15. Jehová de los ejércitos

Ver com. cap. 7: 3.

Yo les daré.

Con mayor precisión, "les estoy haciendo comer". Se describe lo que va a suceder como si ya hubiera ocurrido.

Ajenjo.

Heb. ro`sh (ver com. cap. 8: 14). Se comparan las terribles vicisitudes por las cuales pasará el pueblo, con esta planta amarga y venenosa (Jer. 23: 15; cf. Deut. 29: 18; Lam. 3: 19).

16. Los esparciré.

Ver Jer. 16: 13; 17: 4; cf. Lev. 26: 33; Deut. 28: 36, 64.

Enviaré espada.

Ni aun en el exilio habría descanso ni seguridad (cap. 42: 16; 44: 27).

17. Jehová de los ejércitos.

Ver com. cap. 7: 3.

Considerad.

"Prestad atención"; "poned atención" (MV).

Plañideras.

Heb. meqonnoth , "mujeres que entonan una qinah [endecha]" (ver com. vers. 10). Cuando moría alguien, la familia contrataba plañideras para llorar su muerte. Además de lamentarse y llorar, acentuaban sus exclamaciones despeinándose y rasgándose la ropa, etc. (2 Crón. 35: 25; Ecl. 12: 5; Amós 5: 16; Mat. 9: 23; Mar. 5: 38). Jeremías describe esta catástrofe nacional como si ya hubiera ocurrido, y sugiere que se rindan los honores acostumbrados a los muertos.

Hábiles.

Literalmente "sabias", o sea "hábiles" en el arte de lamentarse. Enumeraban sutilmente las virtudes del difunto para tocar el corazón de los dolientes (ver cap. 22: 18).

19. Destruidos.

Heb. shadad , "devastar".

Abandonamos.

Había sido un abandono forzado, no voluntario.

20. Oh mujeres.

Es posible que estas mujeres sean las plañideras profesionales del vers. 17, aunque también podría dirigirse el mismo mensaje a las mujeres de todo el país.

Enseñad endechas a vuestras hijas.

La endecha corresponde a la qinah del vers. 10. Debido al gran aumento del número de muertos (vers. 21), no bastarían las plañideras profesionales. Sería necesario que éstas enseñaran sus habilidades a sus hijas y a sus vecinas.

Lamentación.

Heb. qinah , "endecha" (ver com. vers. 10).

22. Como estiércol.

Se destacan la indiferencia y el desdén con que serían tratados los cadáveres (Jer. 8: 2; 16: 4; 25: 33; cf. 2 Rey. 9: 37).

Como manojo tras el segador.

Así como los manejos de grano quedaban sobre la tierra después de que el segador los cortaba, así cubrirían el suelo las víctimas cosechadas por la muerte. Pero hay una gran diferencia: el grano sería recogido, mientras que los muertos serían dejados donde caían y serían pisoteados con desprecio.

23. No se alabe.

El profeta señala algunos motivos por los cuales la gente suele alabarse o jactarse. Aquello de lo cual la gente se enorgullecía de nada valdría en el día de la desolación.

Sabiduría.

La sabiduría de que se habla aquí es, sin duda, la sagacidad política y la amplitud de visión humana del estadista. Sin embargo, toda confianza depositada en la sabiduría humana es necedad, porque es parcial e insegura (Prov. 3: 5; 1 Cor. 13: 9- 10).

Valentía.

O "poder". Aquí se incluyen las proezas militares, los armamentos, la fuerza de los soldados, la fuerza material, etc. Todo esto tiene límites.

Riquezas.

La riqueza y las posesiones materiales no constituyen ningún motivo legítimo para jactarse. Las riquezas "se harán alas... y volarán al cielo" (Prov. 23: 5).

24. Alábese en esto.

Los sabios de verdad 433 sólo rinden loores a Dios y nunca se alaban a sí mismo (ver com. vers. 23). El conocimiento de Dios es la única y verdadera razón para gloriarse (1 Cor. 1: 31; 2 Cor. 10: 17). Sólo es sabio aquel en cuyo corazón está atesorado este conocimiento, porque en él hay vida eterna (Juan 17: 3). Este conocimiento tiene la capacidad intelectual necesaria para entender. La relación del hombre con Dios debe fundarse en la razón y la inteligencia. No es un discipulado ciego. El hombre ha de servir a Dios con toda la mente (Mat. 22: 37). Pero el conocer a Dios va más allá de un mero entendimiento teórico. Es un conocimiento experimental y práctico. Se manifiesta cuando la persona anda por los caminos de Dios (Job 22: 21; Jer. 22: 16).

Misericordia.

Heb. jésed , "amor divino" (ver Nota Adicional del Sal. 36). Dios desea que los hombres conozcan bien los atributos divinos.

Juicio.

Heb. mishpat (ver com. Jer. 5: 4; Sal. 119: 7).

Estas cosas quiero.

O "me complazco" (BJ). Dios se complace en manifestar estos atributos morales y en verlos reflejados en sus hijos (Miq. 6: 8; 7: 18).

25. A todo circuncidado y a todo circunciso.

Literalmente, "todo circuncidado en el prepucio". La declaración es enigmática. Puede equivaler a "circuncidado en incircuncisión" (ver com. cap. 4: 4). El significado sería que a pesar de haberse observado el rito de la circuncisión no había la correspondiente purificación del corazón. La señal externa de dedicación a Dios no era -ni es- en sí misma de valor alguno, a menos que el corazón también estuviese dedicado. "Pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión" (Rom. 2: 25-26, 29-30; Jer. 4: 4; cf. Deut. 10: 16; 30: 6; 1 Cor. 7: 19; Gál. 5: 6; 6: 15; Col. 2: 11).

26. A Egipto, y a Judá, a Edom.

El que se incluya a Judá con Egipto y Edom es una señal degradante.

Arrinconados en el postrer rincón.

Literalmente, "todos los cortados el borde", es decir, "los que se afeitan las sienes" (BJ). Algunos pueblos, como los de la tribu de Cedar, en el norte de Arabia (ver com. cap. 49: 28, 32), tenían la costumbre de raparse el cabello alrededor de las sienes. Esta práctica tenía un significado religioso, y por eso le estaba prohibida a los hebreos (Lev. 19: 27; 21: 5). Herodoto (iii. 8) dice de los árabes: "Dicen que se cortan el cabello como se lo cortaba Baco; pero se lo cortan en forma circular, alrededor de las sienes".

Todas las naciones.

Judá era incircunciso de corazón, por lo tanto, delante de Dios no tenía ninguna ventaja sobre los paganos, y bien podía esperar los castigos divinos.


COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4

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