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CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 23


 CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 23

1. ¡Ay!

En el cap. 23 no se encuentra ninguna indicación de la fecha de este mensaje de angustia. Pero en vista de que esta profecía está entre un mensaje dado antes del cautiverio de Joaquín (cap. 22: 20- 30) y otro que fue dado inmediatamente después de ese cautiverio (cap. 24), parece razonable suponer que el mensaje del cap. 23 fue dado durante el año 597 a. C.

Pastores.

Los dirigentes civiles de Judá, los sacerdotes y los profetas (ver com., cap. 2: 8). Jeremías presenta (cap. 23: 1-8) el contraste entre estos falsos pastores y los verdaderos pastores que Dios levantaría. Es significativo que en este mismo tiempo, y en el país del exilio, Ezequiel presenta un contraste similar entre los falsos y los verdaderos pastores (Eze. 34).

Mi rebaño.

Se recuerda claramente a los dirigentes de Judá que el Señor es el verdadero Pastor de su rebaño (Sal. 23; 79: 13; 100: 3; Juan 10: 11-15).

2. Dispersasteis mis ovejas.

Esta acusación era real tanto literal como espiritualmente. Por causa del descuido, de la tiranía, de la debilidad y de la apostasía de sus dirigentes, los israelitas habían sido dispersados por Egipto, Asiria, Babilonia, etc.

Yo castigo.

Puesto que los pastores infieles no habían atendido la necesidad de las ovejas, Dios los castigaría por el mal cometido.

3. Yo mismo recogeré.

Aunque el castigo que habría de sobrevenir a los "pastores" o gobernantes era seguro y final, había esperanza para el "remanente" del rebaño. El profeta presentó estos mensajes de esperanza a Judá en el preciso momento cuando los ejércitos de Babilonia estaban desplegando su fuerza alrededor de Jerusalén (ver PR 315), quizá durante el tiempo cuando Joaquín fue asediado en a. 597 a. C. (ver com. vers. 1).

4. Las apacienten.

Los pastores impíos "se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas" (Eze. 34: 8). Dios anhelaba que los 473 pastores de la restauración fueran leales a su nombre y a su cometido, y que fueran fieles subpastores del "Príncipe de los pastores" (1 Ped. 5: 2-4).

5. Renuévo.

Ver com. Isa. 11: 1; Zac. 3: 8; 6: 12.

Reinará como Rey.

Cristo, el "renuevo" reinará con "juicio y justicia" sobre el reino de los redimidos (Isa. 9: 6-7; Dan. 7: 13-14; Apoc. 11: 15).

6. E Israel.

La promesa de restauración para los que fueran fieles fue dada a todo el pueblo, tanta la casa de Judá como a la de Israel (ver com. cap. 3: 18).

Jehová, justicia nuestra.

Este título realza el hecho de que la justicia sólo puede lograse mediante Cristo (Rom. 1: 6-17; 3: 1-25; 8: 1-4; 9: 30-33).

7. No dirán más.

"En los siglos venideros la liberación obrada en" favor del pueblo de Dios "excedería por su fama a la realizada para los hijos de Israel en tiempo del éxodo" (PR 315; ver com. Jer. 16: 14-15).

8. Tierra del norte.

Ver com. cap. 1: 14.

9. A causa de los profetas.

A partir de esta transición un tanto repentina, comienza una nueva porción del capítulo en la cual se condena la maldad de los falsos profetas.

10. Adúlteros.

En sentido literal, por la vida licenciosa de estos falsos profetas, y en sentido espiritual, por su adoración de otros dioses (ver com. cap. 5: 7).

La carrera.

Su manera de vivir.

Su valentía.

Mejor, "su fuerza"; fuerza de la cual se habían jactado en vez de gloriarse en la justicia.

11. Son impíos.

Esto es, "incrédulos" o "irreligiosos". Estos sacerdotes y profetas habían llegado a ser tan inicuos, que se habían atrevido a practicar su impiedad en el templo, "la casa de Jehová" (Jer. 7: 8-11" 32: 31-34; Eze. 8: 3-16).

13. Desatinos.

Heb. tiflah, lo que es insípido o está fuera de orden. Jeremías se refiere a la impiedad de los falsos profetas del reino del norte de Israel, para destacar la mayor condenación que descansa sobre los del reino del sur de Judá, por su condición apóstata (cap. 3: 6-10).

Profetizaban en nombre de Baal.

En otras palabras, daban instrucción religiosa en nombre de Baal (1 Rey. 18: 19; 22: 6-7).

14. Torpezas.

La hipócrita temeridad de los falsos profetas que los inducía a profetizar en el nombre del Señor mientras transgredían los mandamientos de Dios, era más horrible para Jeremías que el culto público a Baal. Debido a la misma naturaleza del pecado de hipocresía, hay más esperanza para el pecador descarado que para los hipócritas (ver 2JT 36).

Como Sodoma.

Aquellos dirigentes espirituales habían llegado a ser tan impíos, que Jeremías, así como lo había hecho Isaías, los compara a los "moradores" de las ciudades de la llanura (Isa. 1: 10; Gén. 13: 12).

15. Hiel.

Ver com. cap. 8: 14; 9: 15.

Hipocresía.

Esto es "impiedad", "ateísmo".

Ver com. vers. 11.

16. Jehová de los ejércitos.

Ver com. cap. 7: 3.

Os alimentan con vanas esperanzas.

Aquí se revela la diferencia entre los verdaderos y los falsos profetas. Aquellos reprendían al pueblo por sus pecados, amenazándole con los castigos de Dios si no se arrepentía; éstos calmaban al pueblo presentándole engañosas promesas de paz, las cuales no provenían "de la boca de Jehová" (ver com. cap. 14: 13).

17. Paz.

Ver com. cap. 6: 14.

Obstinación.

Las afirmaciones de los falsos profetas confirmaban a la gente en su iniquidad en vez de llevarla al arrepentimiento.

18. Estuvo en el secreto.

¿A cuál de los falsos profetas había permitido Dios que participara en sus planes y propósitos secretos? Ver com. Amós 3: 7.

19. Tempestad.

Una descripción apropiada del furor y de la fuerza de la ira de Dios contra los transgresores.

20. No se apartará.

Hasta que el propósito de Dios no se cumpliera, el "furor de Jehová" no se apaciguaría.

En los postreros días.

Después del cautiverio babilónico el pueblo de Dios entendería que todo había sido para su castigo y disciplina (cf. Eze. 14: 22-23).

21. Ellos corrían.

Los falsos profetas eran como mensajeros que se enviaban a sí mismos, que sin esperar la orden del rey salían precipitadamente de la corte real para anunciar al pueblo en el nombre del monarca lo que no habían recibido la orden de pregonar (cf. 2 Sam. 18: 22-29).

22. En mi secreto.

Ver com. vers. 18. El verdadero mensajero de Dios se conoce por sus buenos frutos (Mat. 7: 20- 21).

23. Dios de cerca.

Los verdaderos profetas desempeñaban su obra con la convicción de que Dios se encontraba cerca de ellos, tanto 474 en pensamiento como en acción (Sal. 73: 23-26; 139: 7-12), pero los falsos profetas actuaban como si Dios estuviera "muy lejos" y no se preocupara de los propósitos y las acciones de los hombres (Sal. 10: 11; 73: 11; 94: 7).

24. ¿Se ocultará alguno?

Una amonestación en cuanto a la omnipresencia de Dios (Sal. 139).

25. Soñé.

La pretensión común de los falsos profetas.

Se repite textualmente la afirmación para darle mayor énfasis.

27. Por Baal.

Ver como vers. 13.

28. ¿Qué tiene que ver la paja?

Dios hace notar el contraste entre la verdadera revelación que él da a los hombres y la que es falsa (vers. 32). No era ni es difícil saber cuál es "paja" y cuál es "trigo".

29. Fuego.

Cuando la palabra del Señor es pronunciada destruye lo malo, purifica lo bueno y consume como paja las palabras de los falsos profetas (Jer. 5: 14; 20: 9; Sal. 39: 3; 1 Cor. 3: 12-13).

Como martillo.

Otro símil o comparación de profundo significado (cf. Mat. 21: 44; Heb. 4: 12).

30. Hurtan mis palabras.

Los falsos profetas empleaban el lenguaje de los verdaderos profetas para disfrazar sus engañosos mensajes y provocar un engaño mayor en el pueblo.

31. Dice Jehová.

Mejor, "oráculo de Yahveh" (BJ), pues no se emplea la palabra del verbo "decir", sino la palabra ne'um . Los falsos profetas empleaban el término ne'um , lo cual destaca al máximo el atrevimiento de sus pretensiones fraudulentas.

32. Sus Lisonjas.

"Su presunción" (BJ); "vanas jactancias" (VM).

33. Profecía.

Heb. ma ŠŠ a , "profecía", "carga", "pronunciamiento" (ver com. Isa. 13: l).

¿Cuál es la profecía?

Sin duda los falsos profetas exigieron con arrogancia que se les dijera qué profecía tenía Jeremías para ellos. La repetición de la pregunta es irónica. Tanto la LXX como la Vulgata dan la respuesta: "Vosotros sois el pronunciamiento". Es decir, el mensaje atañe a vosotros y es para vosotros.

34. Profecía de Jehová.

El castigo especial de Dios caerá sobre el que con impiedad, descuido y jactancia pronuncie estas palabras.

35. ¿Qué ha respondido Jehová?

Evidentemente ésta es una protesta contra el uso atrevido e impío de las palabras "profecía de Jehová" (vers. 34). Jeremías rechaza esta enseñanza engañosa y exhorta al pueblo para que crea en las verdaderas expresiones de la voluntad divina, las cuales constituyen la única respuesta cierta para los problemas y las dificultades de Judá.

36. Jehová de los ejércitos.

Ver com. cap. 7: 3.

37. ¿Qué habló Jehová?

Se repite la pregunta para darle mayor énfasis (ver com. vers. 35).

39. Os echaré en olvido.

En hebreo la frase está construida en tal forma que expresa la idea con sumo énfasis. De esta manera se afirma que Dios castigaría a esos engañadores cuando el ejército invasor de Babilonia capturara y destruyera a Jerusalén y comenzara su cautiverio (2 Rey. 25: 1-2 l).


COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4

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