1. En el mismo año.
Lo que se relata en el cap.
28 ocurrió en el 4.º año del reinado de Sedequías (aproximadamente 593 a. C.),
poco después de lo que se relata en el cap. 27.
Hananías.
Parece
que éste fue uno de los más destacados opositores de Jeremías, y uno de los
caudillos del partido de la resistencia que procuraba hacer alianza con las
naciones vecinas en contra de Babilonia (cap. 27).
Gabaón.
Gabaón, como Anatot, era una de las ciudades de los sacerdotes (Jos. 21:
13, 17-18). Esto podría indicar que Hananías era sacerdote y "profeta" como
Jeremías. El "tabernáculo de Jehová" estuvo una vez en Gabaón (1 Rey. 3: 4; 1
Crón. 16: 39; 2 Crón. 1: 3). Esta ciudad se encuentra a unos 9 km. (5 1/2
millas) al noroeste de Jerusalén.
2. Quebranté el yugo.
Se refiere evidentemente al "yugo"
mencionado por Jeremías (cap. 27: 2). Hananías trataba de contradecir el mensaje
inspirado de Jeremías.
3. Dentro de dos
años.
Es posible que la alianza entre Judá y las naciones vecinas contra
Nabucodonosor (cap. 27: 1-8) ya estuviera en marcha y que Hananías tío dudaba de
su éxito.
Todos los utensilios.
Hananías predice atrevidamente
un gran acotamiento del lapso durante el cual, según predijo Jeremías, "los
utensilios de la casa de Jehová" debían permanecer en Babilonia (cap. 27: 22).
4. Jeconías.
Ver com. cap. 22: 24.
Sin duda muchos consideraban que Joaquín era aún el verdadero rey (ver t. II,
PP. 98-99), y esperaban que regresara para ocupar de nuevo su trono. Esto
equivalía a contradecir directamente la profecía de Jeremías de que Joaquín 488
no volvería a Judá, sino que moriría en un país extranjero (cap. 22: 24-26).
6. Amén.
Es posible que el profeta
quisiera decir con este "amén" que ojalá fuera así, que sería maravilloso. Pero
algunos afirman que Jeremías pronunció este "amén" sólo para concordar
irónicamente con la profecía de Hananías, y demostrar de esta manera más
enfáticamente su falsedad.
7. Con todo eso.
El Señor tenía algo que decir en cuanto a este asunto, pero sin tener en
cuenta los deseos o las predicciones del hombre.
9. Paz.
Ver com. cap. 6: 14.
Será conocido como el
profeta.
Para ganarse la simpatía de sus oyentes, el falso profeta
satisfizo al pueblo y lo engañó con promesas de segura prosperidad, en contra de
las predicciones de "guerra, aflicción y pestilencia" (vers. 8) pronunciadas por
el verdadero profeta (ver com. cap. 14: 13). Jeremías sabía que su misión como
profeta podía confiarla al principio del cumplimiento o incumplimiento de sus
vaticinios (cf. Deut. 18: 20-22).
10. Lo
quebró.
Esta experiencia del falso profeta Hananías y del verdadero
profeta Jeremías es similar a la de Sedequías y Micaías (1 Rey. 22: 8-25).
Hananías sin duda quería mostrar al pueblo que no permitiría que sufriera el
ultraje de ese odioso símbolo de servidumbre. Con la rotura del yugo deseaba dar
una garantía de que el poder babilonio sería destruido.
11. Dentro de dos años.
Ver com. vers. 3.
Siguió
Jeremías su camino.
El verdadero profeta no opuso resistencia ni pagó
con la misma moneda cuando Hananías empleó la fuerza física.
12. Vino palabra de Jehová.
Es
posible que esta "palabra" no viniera inmediatamente después del suceso del
vers. 11.
13. Yugos de hierro.
Ver
Deut. 28:48. Dios insiste en usar el símbolo del yugo para condenar todos los
intentos de resistir a Nabucodonosor su "siervo", a quien había escogido para
castigar a su pueblo (Jer. 25: 9), pero en esta ocasión lo hace con mayor fuerza
y énfasis: "yugos de hierro". Así advierte a los apóstatas que cualquier
resistencia sólo resultaría en la esclavitud más amarga y dolorosa.
14. Jehová de los ejércitos.
Ver
com. cap. 7: 3; 27: 4.
Las bestias del campo.
Ver cap. 27: 6.
16. Yo te quito.
"Yo te arrojo"
(BJ). Se emplea el mismo verbo hebreo traducido como "envió" (vers. 15), pero en
su forma intensiva.
Este año.
Literalmente, "el año", quizá
dentro del intervalo de un año, y no necesariamente durante el resto de ese año
de reinado, como los "dos años" de Hananías mencionados en los vers. 3, 11. Este
"mismo año", que se extendería hasta "el mes séptimo" (vers. 17), daría tiempo
para que Hananías se arrepintiera o que el pueblo comprobara la falsedad de sus
pretensiones. Su muerte es similar a la suerte de Ananías y de Elimas (Hech. 5:
4-5; 13: 6-11).
17. El mismo año.
Literalmente, "aquel año", o sea el "año" del vers. 16, y no
necesariamente el "cuarto año" del vers. l. A lo sumo transcurrió la sexta parte
del año (vers. l) hasta que se cumpliera la predicción de Jeremías, vers. 16. El
rápido cumplimiento de la predicción hecha por el profeta en el mes quinto
(vers. l) debería haber demostrado al pueblo que la vocación de Jeremías era
genuina, pero sin duda algunos se negaron aun a aceptar esto como una evidencia
en su favor.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 28
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