1. Miré.
Reaparece la visión descrita en el
cap. 1: 15-28. En la expansión del firmamento de nuevo se ve algo que se asemeja
a un trono de zafiro. Ezequiel no menciona un ser que ocupe el trono. Su
presencia está insinuada por la forma verbal "habló" que aparece en el versículo
siguiente.
Querubines.
Los querubines ( kerubim ) del cap. 10
corresponden con los "seres vivientes" del cap. 1. En la teología hebrea, un
querubín era un ser de naturaleza sublime y celestial, de forma humana, pero con
alas. Los querubines guardaron la puerta del paraíso (Gén. 3: 24). Las figuras
que estaban encima del propiciatorio, tanto en el tabernáculo como en el templo
de Salomón, son denominadas querubines (Exo. 25: 18; 1 Rey. 6: 23; cf. 1 Sam. 4:
4; 2 Sam. 22: 11). En contraste con la posición erguida de los querubines
descritos por Ezequiel, los querubines babilonios, llamado karubu o karibu -lo
cual significa "intercesores"- tenían mayormente forma de animales, tales como
toros o leones, con cabeza de hombre. Los querubines egipcios tienen forma
humana.
2. Al varón.
El capitán de
los seis administradores de justicia (cap. 9: 2) recibe la orden de llenarse las
manos con brasas del fuego y esparcirlas sobre la ciudad. Esto simboliza la
inminente destrucción de la ciudad. No puede afirmarse con seguridad que esta
figura represente la manera en la cual la ciudad sería destruida (2 Crón. 36:
19). El templo y la ciudad fueron incendiados por los caldeos (2 Rey. 25: 9).
Compárese con Apoc. 8: 5.
4. Querubín.
Aquí se emplea el singular, pero en sentido colectivo. En la LXX se
retiene la forma plural. Los movimientos de la gloria del Señor parecen haber
simbolizado la presencia divina que se aprestaba a abandonar el templo.
5. El estruendo.
El movimiento de
las alas sugiere que los querubines se estaban preparando para abandonar el
templo (cap. 1: 24).
Dios Omnipotente.
Heb. 'El-shaddai . Título
que se aplica con frecuencia a Dios. Shaddai aparece muchas veces sin 'El
(Dios), sobre todo en el libro de Job, donde aparece así 31 veces. No se conoce
con precisión el sentido básico de Shaddai . Los eruditos han propuesto varias
soluciones, pero ninguna de ellas resulta satisfactoria (t. I , p. 179).
6. Toma fuego.
Estos movimientos
representan la estrecha conexión entre el cielo y los acontecimientos
terrenales. El curso de la historia no es el resultado de la operación de
fuerzas ciegas, sino que detrás de la complicada trama de los acontecimientos
humanos, Dios está realizando sus propósitos (ver com. cap. 1: 19).
8. Una mano de hombre.
La mano
representa la mano del Omnipotente que sostiene y guía a los seres celestiales.
Estos, a su vez, impulsaban las ruedas, lo que representa la mano de Dios que
interviene en los asuntos terrenales (PR 393).
9. Cuatro ruedas junto a los querubines.
En los vers. 9-17
se repite en buena medida la descripción presentada en la visión del cap. 1 (ver
los comentarios allí). Hay sin embargo, algunas variantes. La repetición no es
accidental, pues aquí se presentan los movimientos en relación con el progreso
de la narración, y se maestra a Dios como relacionado directamente con los
acontecimientos que llevan a la caída de Jerusalén. La visión de los seres
vivientes presentada en el Quebar era general. Mostraba la mano de Dios a través
de toda la historia. La visión de Jerusalén fue específica, y mostró la mano
divina interviniendo en un acontecimiento importante. Entre las variantes está
la mención de la abundancia de ojos (cap. 10: 12) que cubren todo el cuerpo de
los querubines, como también 639 los aros de las ruedas (cap. 1: 18). Estos ojos
sin duda son símbolo de vigilancia e inteligencia. Muestran que nada puede
escapar a la vista de Dios, pues " "todas las cosas están desnudas y abiertas a
los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" " (Heb. 4: 13). En Eze. 10:
14, donde se describen los cuatro rostros, el "rostro de querubín" reemplaza a
la "cara de buey" (cap. 1: 10). En este capítulo, la frase dice literalmente
"rostro del querubín", por lo cual algunos han pensado que la palabra querubín
originalmente significaba "buey" (ver com. vers. 1). El vers. 14 no aparece en
la LXX, lo que no facilita la determinación del sentido exacto del texto.
19. Se levantaron.
En el vers. 3,
los querubines habían estado a la "derecha de la casa" . Su desplazamiento hasta
la puerta oriental es preludio de su partida definitiva.
Se pararon.
El texto hebreo dice "se paró", pero la LXX y las versiones siríacas
dicen "se pararon".
20. Estos eran los
mismos.
El profeta identifica con precisión lo que había visto en las
dos visiones.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE EZEQUIEL CAPÍTULO 10
Comentarios
Publicar un comentario