1. Palabra de Jehová.
La repetición de esta
frase (ver com. cap. 6: 1) sugiere que había transcurrido otro período de
silencio, seguido ahora por una nueva comunicación profética. El tema de este
capítulo es la inminencia de los castigos ya predichos y la magnitud de la
destrucción. Este capítulo tiene forma más poética que los mensajes anteriores y
podría compararse con una endecha.
2. El
fin.
Sin duda esta frase se repite para dar mayor énfasis (vers. 6; cf.
cap. 12: 21-28). Esta es la nota tónica del cap. 7.
Los cuatro extremos.
Literalmente, "las cuatro alas". Esta expresión equivale a los cuatro
puntos cardinales: norte, sur, este, oeste (ver Isa. 11: 12; Apoc. 7: 1). Se
predice aquí el fin de Israel como nación.
3. Te juzgaré.
En los vers. 8-9 se repiten casi sin
modificaciones los vers. 3-4. Estos pasajes representan sin tipo de estribillo
en la endecha. Así se le da mayor fuerza a las acusaciones.
Según tus
caminos.
Cf. con Apoc. 22: 12. Algunos psicólogos han alegado que el
hombre no es totalmente responsable de sus acciones. Afirman que es víctima de
problemas glandulares, de un sistema nervioso inestable o de sin ambiente
inadecuado. Sin embargo, la religión de la Biblia afirma y demuestra que el
poder del Evangelio es mayor que toda tendencia hereditaria o cultivada hacia el
mal.
4. Ni tendré misericordia.
Es
decir, Dios no permitirá que su misericordia, la cual es atributo esencial de su
carácter, impida que se apliquen los castigos.
5. Un mal.
Quizá en el sentido de un "mal único" o un "mal
final". Es decir, un mal completo en sí mismo, que no necesita repetirse.
Mediante el cambio de una letra, varios manuscritos hebreos, así como los
tárgumes (paráfrasis en arameo de las Escrituras hebreas), dicen "mal tras mal".
El "mal" (Heb. ra'ah ) no sólo se refiere al mal moral, sino también a una
"calamidad" y a un "desastre". Este segundo significado es el más adecuado en
este caso. Judá había de sufrir calamidad tras calamidad.
6. Se ha despertado.
En el hebreo hay un juego de palabras
imposible de reproducir en la traducción. Dice el texto: haqets heqits , "el fin
ha despertado". El castigo predicho se está levantando a fin de cumplir su tarea
destructora.
7. Mañana.
Heb.
tsefirah , cuyo significado es incierto. Esta palabra sólo aparece aquí, en el
vers. 10 y en Isa. 28: 5, donde se traduce como "corona" . Viene de una raíz que
significa "trenzar", "entrelazar". Es posible que se refiere a la culminación,
la "corona" del "fin".
Alegría.
Heb. hed , palabra que sólo
aparece aquí en el AT. Es posible que en vez de hed debería leerse hedad , el
grito de alegría de quienes prensan las uvas (Jer 25: 30; 51: 14). 629 En lugar
de alegría habría un ruido discordante y aterrador de batalla y de guerra.
8. Te juzgaré.
En los vers. 8-9 se
repiten en buena parte las palabras de los vers. 3-4. La última frase es más
enfática: "Sabréis que yo soy Jehová el que castiga"."
10. Ha florecido la vara.
Por lo general, los intérpretes
judíos han entendido que la vara representa al conquistador caldeo, la vara de
la ira del Señor. Su poder crecía como un renuevo, dando indicios de vigorosa
vitalidad, y rápidamente tomando la forma que permitiría que el conquistador
golpeara fuertemente. La "soberbia" también puede aplicarse a los caldeos, o
quizá también a Israel, quien por su "insolencia" (BJ) estaba ganándose su
castigo.
11. La violencia se ha levantado.
La construcción literaria indica que el autor se sentía profundamente
afectado porque se expresa con oraciones cortas, omitiendo algunos verbos, lo
cual dificulta mucho la traducción. La traducción literal del pasaje es como
sigue: "La violencia se levantó para [ser] vara de maldad, no de ellos, no de su
multitud, y no de [?; no se sabe el significado de la palabra hebrea] y no [?;
"lamentación" según la traducción tradicional judía de noah ] en ellos". Uno de
los manuscritos de la LXX dice "ornamento" por noah . Si alguno hubiera estado
presente y hubiera escuchado la cadencia de la voz del profeta; si se hubiera
visto sus gestos y la expresión del rostro, indudablemente el sentido hubiera
sido claro. Si la tradición judía acerca de que en la última frase debe
entenderse "lamentación" es correcta, se entendería que no se habrían de
realizar los habituales ritos de sepelio.
12. El que compra, no se alegre.
Un elemento importante de
la actividad de los israelitas era la compra y venta de tierras. Según la ley
(Lev. 25: 14-16), la posesión de tierras compradas en ningún caso había de
extenderse más allá del año del jubileo, en cuyo tiempo todas las tierras habían
de volver a quienes las poseían por derecho de herencia. El que se vendiera
tierras a bajo costo naturalmente alegraría al comprador. Por otra parte, una
propiedad heredada se suele vender con tristeza porque se transfieren los
derechos a otros. Frente al inminente asedio, Ezequiel afirma que el comprador
no tendría de qué alegrarse, porque no gozaría de lo comprado. Pero el vendedor
no tendría razón para lamentarse por haber perdido su propiedad al venderla,
porque de todos modos, el cautiverio inminente lo privaría de sus propiedades.
13. No volverá.
El vendedor, sin
duda, tendría demasiada edad como para que tuviera la esperanza de vivir hasta
que se hubieran completado los 70 años del cautiverio. Tampoco le aprovecharía
en nada el año del jubileo mientras estuviera en el cautiverio.
14. No habrá quien vaya.
Un cuadro
de desmoralización, quizá debida a un sentimiento de culpabilidad que al fin los
ha llevado a comprender que no pueden esperar que Dios los ayude.
16. Como palomas.
Unos pocos
escaparían y hallarían refugio en las montañas, pero su condición sería
extremadamente precaria.
Gimiendo.
El verbo hamah es empleado
para designar el gruñido de los osos (Isa. 59: 11), el ladrido de los perros
(Sal. 59: 6, 14), el bramido de las naciones (Sal. 46: 6), el clamor del
salmista (Sal. 55: 17), el estruendo del mar (Isa. 17: 12). Con frecuencia,
cuando el pecado produce sus amargos resultados, se expresan acerbos pesares.
Desgraciadamente, esos "pesares" son ocasionados por las tristes consecuencias
del pecado y no porque el pecado haya deshonrado a Dios. Los hombres anhelan que
desaparezcan las consecuencias, mas no ser liberados de la culpa y del poder del
pecado; pero esto último debe preceder a lo anterior.
En la LXX, la
segunda parte del versículo reza: "A todos mataré, a cada uno en sus
injusticias". En siríaco dice: "todos ellos morirán", como si el manuscrito
hebreo del cual se tradujo hubiera tenido allí una forma del verbo muth ,
"morir", y no del verbo hamah , "gemir".
17. Débil como el agua.
Esta figura muestra la debilidad y
el desamparo de los fugitivos. No podían usar las manos que deberían haber sido
fuertes para portar armas de guerra y para construir fortificaciones. Y las
rodillas que deberían haber sido fuertes para resistir la batalla o para huir de
la espada desenvainada, se negaban a responder.
18. Cilicio.
En el antiguo Cercano Oriente el vestirse de
cilicio indicaba tristeza, humillación y dolor. El horror que sentirían, se
debería a que comprenderían que iban en aumento sus males, la vergüenza causada
por el chasco, el sentido de culpabilidad y la desilusión.
Cabezas...
rapadas.
Era costumbre raparse la cabeza en señal de profundo duelo
(Isa. 15: 2; Jer. 7: 29; 48: 37; Amós 8: 10).
19. Su plata.
Quizá se haga referencia a que al huir, la
gente arrojaría sus objetos de valor. También podría referirse a los ídolos, que
en el día de la calamidad demostraron que carecían de valor.
Será
desechado.
Mejor, "su oro se convertirá en basura" (BJ), en "cosa
asquerosa" (VM). La misma palabra se emplea en Lev. 15:19-33.
20. Su ornamento.
El ornamento de
ellos. El pueblo había empleado su riqueza, su plata y su oro para fabricarse
ídolos detestables, a los cuales Dios aborrecía.
Soberbia.
"El
objeto de su orgullo" (BJ). Es evidente que se refiere al santuario, lugar que
se guardaba celosamente de todo intruso, el centro de la vida religiosa y
nacional de Israel.
23. Cadena.
Heb. rattoq , palabra de sentido incierto. Se traduce como cadena por el
parecido que tiene con rethuqoth , que en Isa. 40: 19 se traduce como "cadenas"
. En la LXX la primera frase del versículo dice: "y harán desorden [gr. furmós
]". Si aquí correspondiera leer "cadena", el profeta estaría prediciendo
acontecimientos futuros mediante lecciones objetivas. Así como a Jeremías se le
ordenó hacerse coyundas y yugos (Jer. 27: 2), así también a Ezequiel podría
habérsele mandado que hiciera una cadena que simbolizara el cautiverio
inminente, cuando el rey y la población fueron llevados en cadenas a Babilonia
(2 Rey. 25: 7; Jer. 40: 1).
24. Los más
perversos de las naciones.
Es decir, los caldeos.
Sus
santuarios.
El empleo del adjetivo posesivo "sus" insinúa que Dios ya no
consideraba suyos a los israelitas. El plural podría referirse al templo y sus
diversos lugares santos. Es interesante notar en la Epístola a los Hebreos que
la palabra griega hágia , traducida como "santuario", es también una forma
plural (Heb. 8: 2). Algunos piensan que en este pasaje no se hace referencia al
templo sino a santuarios privados, levantados en los techos de las casas y en
los jardines.
25. Destrucción.
Heb.
qefadah , "angustia", "temblor" como de quien siente gran temor. Sin duda se
refiere al horror y al espanto que acompañan a los terribles castigos, tal como
el Señor lo describió tan claramente al referirse a los hombres que desfallecen
" "por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán" " (Luc. 21: 26).
26. Rumor.
Compárese esto con la
expresión "guerras y rumores de guerra" " (Mat. 24: 6; cf. Luc. 21: 9). Los
rumores que circulan en tiempos de invasión y de guerra intensifican la
angustia. Se dice que en este tiempo de angustia, era en vano recurrir a las
tres principales fuentes de instrucción: los profetas, los sacerdotes y los
ancianos (1 Sam. 28: 6; Jer. 5: 31; 6: 13; 23: 21-40; 28: 1-9; Lam. 2: 9; Amós
8: 11; Miq. 3: 6).
27. El rey se enlutará.
El rey, el príncipe (en ciertos pasajes equivale a "rey" , como en los
caps. 12:12; 19:1; aquí podría ser el heredero del trono), y la gente común:
todos habrían de sufrir por igual.
Sabrán.
Ver com. cap. 6: 7
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE EZEQUIEL CAPÍTULO 7
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