Lección 5 | Jueves 28 de enero
“ME HAS CONSOLADO” (ISA. 12:1–6)
Isaías 12 es un corto salmo (canto) de alabanza a Dios por su consuelo misericordioso y poderoso. El salmo, en boca de un miembro del remanente restaurado, compara la liberación prometida con la de los hebreos en el Éxodo de Egipto (ver Isa. 11:16); es como el cántico de Moisés y los israelitas cuando fueron salvados del ejército de Faraón en el Mar Rojo (ver Éxo. 15).
Compara este canto de Isaías 12 con Apocalipsis 15:2 al 4; y el cántico de Moisés y del Cordero. ¿Por qué ambos alaban a Dios?
Isa 12:1 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.
Isa 12:2 He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.
Isa 12:3 Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.
Isa 12:4 Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.
Isa 12:5 Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.
Isa 12:6 Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
Apo 15:2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
Apo 15:3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Apo 15:4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
Apo 15:5 Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio
Isaías 12:2 está a un paso de identificar al Libertador venidero como Jesús. Dice que “Dios es salvación mía” y “ha sido salvación para mí”. El nombre Jesús significa “el Señor es salvación” (comparar con Mat. 1:21).
¿Cuál es la relevancia de la idea que contiene el nombre de Jesús, de que el Señor es salvación?
El Señor no solo hace salvación (Isa. 12:2); él mismo es salvación. La presencia del Santo de Israel en nuestro medio (Isa. 12:6) lo es todo para nosotros. ¡Dios está con nosotros! Jesús no solo hizo milagros; “se hizo hombre y habitó entre nosotros” (Juan 1:14, énfasis añadido). No solo llevó nuestros pecados en la Cruz; se hizo pecado por nosotros (2 Cor. 5:21). No solo hace la paz; él es nuestra paz (Efe. 2:14).
No es de extrañar que “la raíz de Isaí se levantará como una señal para los pueblos” (Isa. 11:10, PDT). Cuando es levantado en la Cruz, ¡atrae a todos hacia sí mismo (Juan 12:32, 33)! ¡Un remanente volverá al “Dios fuerte” (Isa. 10:21,), que es el Niño que nos ha nacido, el “Príncipe de Paz” (9:6)!
Reflexiona sobre esta idea de que Jesús es nuestra salvación. Lee Romanos 3:24. Dice que la redención es en Jesús; la redención es algo que sucedió en él, y es a través de la gracia y la misericordia de Dios que también podemos tener una participación eterna en esa redención. En otras palabras, esa redención que estaba en él puede llegar a ser nuestra por la fe, y no por las obras, porque ninguna obra que hagamos es suficientemente buena como para redimirnos. Solo las obras que hizo Cristo, que nos acredita por fe, pueden producir la redención. Esta verdad ¿en qué medida te da esperanza y seguridad de salvación, especialmente cuando te sientes abrumado por tu propia sensación de indignidad?
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