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CBA LIBRO DE OSEAS CAPÍTULO 10


CBA LIBRO DE OSEAS CAPÍTULO 10

1. Frondosa viña.

El pueblo de Dios frecuentemente es comparado en las Escrituras con una viña (Sal. 80: 8; Isa. 5: 1-7; Jer. 2: 21; Mat. 21: 33-41).La viña que aquí se describe lleva fruto, pero el fruto producido es para sí misma. Desde el punto de vista del propietario, la viña resulta inútil, porque no recibe ningún fruto de ella. Así sucedió en el caso de Israel. El Señor no recibió el fruto que le correspondía de la nación por la que había hecho tanto (ver com. Isa. 5: 1-7).

Da abundante fruto.

Si bien es cierto que nominalmente, y por la profesión de fe que el pueblo de Israel hacía, era el pueblo de Dios, en la práctica no dio frutos de justicia. Mereció la misma condenación que Jesús 941 pronunció sobre la higuera estéril (Mat. 21: 18-19).

Para sí mismo.

Son pocos los que pueden soportar la prosperidad. En vez de ser conducidos por la bondad de Dios y por sus privilegios, a un arrepentimiento sincero del pecado y a una comunión más íntima con su Hacedor, son propensos a olvidarlo. Los frutos de sus bendiciones son egoístamente guardados para sí mismos y no son entregados al Señor. De esta manera, Dios con frecuencia es defraudado por los hombres con los frutos que le deben dar. Es un gran abuso de la bondad de Dios el negarse a compartir nuestras bendiciones con otros. Ver pp. 34-35.

Multiplicó también los altares.

La palabra hebrea que se traduce "multiplicó", deriva de la misma raíz de la palabra que se traduce abundancia. El pensamiento es que precisamente a medida que aumentaban sus bendiciones, aumentaba también su apostasía. En realidad, esto presenta lo que se acaba de mostrar en forma de símbolos: el gran aumento de la apostasía de Israel. El incremento de la población y la prosperidad material (ver com. cap. 2: 8; PR 214) dio como resultado que se multiplicara el número de los altares idólatras.

Ídolos.

"Más hermosas hacía las estelas" " (BJ). Heb. matstsebah, "columnas", o "estelas" (ver. com. Ose. 3: 4; cf. 1 Rey. 14: 23).

2. Dividido.

O, "doble", "lisonjero".

Su corazón.

Israel añadió el culto a los ídolos al del Señor (2 Rey. 17: 32-33, 41), y Dios no podía tolerar ese culto a medias (cf. Mat. 6: 24). Sólo cuando nos volvemos a Dios de todo nuestro corazón, él puede hacer por nosotros lo que desea (Prov. 23: 26; Jer. 29: 11-14).

Demolerá.

En hebreo es una palabra que significa literalmente "quebrantar el cuello" , palabra que se usa comúnmente en un sentido ritual (Exo. 13: 13; 34: 20; Deut. 21: 4, 6). Oseas declara con estas palabras que los instrumentos del pecado serían quitados de los transgresores y serían destruidos; sus altares demolidos, y sus ídolos, destruidos. El hebreo destaca en este versículo que Jehová mismo demolería sus altares.

3. Ahora.

O cuando el pueblo viera la destrucción ante sus mismos ojos, o cuando estuviera en el cautiverio.

No tenemos rey.

Por haber rechazado a Jehová y haber menospreciado los castigos consiguientes, Israel se vería en la necesidad de ver y comprender que los reyes impuestos por su propia voluntad (ver com. cap. 8: 4) serían incapaces de protegerlo o darle ayuda (ver com. cap. 3: 4).

Esto también podría referirse a que Israel rechazó al Señor en su doble condición de Dios y de Rey. Este rechazo, que en cierta medida comenzó cuando Saúl fue elegido rey (1 Sam. 8: 7), al fin terminó en desastre espiritual y angustia material, y culminó en completa ruina.

4. Jurando en vano.

La infidelidad de Israel en los días de Oseas se acentuó en varios sentidos: (1) Cuando abandonó al Señor por la idolatría; (2) por deslealtad a su soberanía, y (3) por falsedad e infamia en el trato con sus prójimos en general. Después de firmar un convenio con Salmanasar V, rey de Asiria, en secreto hicieron un pacto con So, rey de Egipto (2 Rey. 17: 4). De esta manera violaron pactos y también desobedecieron la orden de Dios, que prohibía celebrar alianzas con extranjeros (Exo. 23: 32; 34: 12; Deut. 7: 2). De modo que fueron desleales a los hombres y a Dios.

Juicio florecerá.

También, "justicia brotará". Algunos sugieren que "juicio" se refiere al castigo que Dios iba a enviar a la impía nación, castigo que sería tan amargo y mortífero como el ajenjo. Sin embargo, el contexto parece indicar que "juicio" se refiere aquí a esa "justicia" oficial del país, que era una perversión y una caricatura de la verdadera justicia (Amós 5: 7; 6: 12). Ese juicio pervertido es como la hierba amarga que brota tan fácil y abundantemente.

Ajenjo.

Heb. ro*sh , "una hierba amarga y venenosa" " (ver com. Sal. 69: 21). También se usa esta palabra para referirse al veneno de las serpientes (Deut. 32: 33; Job 20: 16).

5. Becerras.

Heb. 'eglah , "vaquillas" o "novillas". En otros pasajes de Oseas los becerros objetos de idolatría son designados con la forma hebrea masculina. Se ha sugerido que se emplea el género femenino en señal de desprecio o para hacer resaltar la debilidad de los becerros que no podían ayudar a los israelitas. Tanto en la LXX como en la BJ está en singular: "becerro", lo cual concuerda mejor con el singular "a causa del becerro" " y " "será él llevado" (vers. 5-6).

Bet-avén.

Literalmente, "casa de engaño" o "casa de impiedad" (ver com. cap. 4: 15). Bet-el, "la casa de Dios", que una vez fuera 942 un lugar de sagrada memoria debido a su relación con el patriarca Jacob, más tarde se convirtió en uno de los dos centros del culto idólatra de los becerros (1 Rey. 12: 26-33).

Samaria.

La capital y principal ciudad del reino del norte.

Sacerdotes.

Heb. komer , palabra que sólo aparece en otros dos lugares del AT. En 2 Rey. 23: 5, traducida allí como "sacerdotes idólatras" , y en Sof. 1: 4, donde se ha traducido como "sacerdotes paganos" (BJ).

6. Será él llevado.

Este versículo explica el anterior. El dios nacional de Israel, el becerro, sería llevado a Asiria como uno de los despojos de guerra. En la antigüedad, una victoria sobre tina nación se catalogaba como una victoria sobre sus dioses (1 Rey. 20: 23, 28; 2 Rey. 18: 28-35).

Rey Jareb.

Ver com. cap. 5: 13. No hay ninguna referencia específica del cumplimiento de esta profecía: el becerro de oro llevado a Asiria. Pero podemos estar seguros de que los asirios no hubieran dejado un objeto de tanto valor en Bet-el.

Consejo.

Quizá una referencia a la mala política de Jeroboam I, que tenía el propósito de separar a Israel de Judá (1 Rey. 12: 26-30).

7. Espuma.

"Paja" " (VM). Heb. qétsef , "una rama desgajada" (cf. Mat. 15: 13). La LXX traduce: "ramita". La figura recalca la liviandad, inestabilidad e impotencia del rey en quien confiaba el pueblo.

8. Avén.

Lo más probable es que debe entenderse como Bet-avén, quizá Bet-el (ver com. cap. 4: 15). Sin embargo, algunos creen que esos lugares altos de "Avén" significan lugares altos "de impiedad (el Heb. 'awen significa impiedad), donde se ofrecían sacrificios ilícitos ante dioses extraños. El pueblo comenzó a apartarse de Dios ofreciendo sacrificios a Jehová en esos lugares altos, en vez de hacerlo en Jerusalén, el único lugar para servicios religiosos de acuerdo con la ley (Deut. 12: 1-14). Posteriormente y debido a la creciente apostasía, esos lugares altos fueron testigos de las más abominables idolatrías y vergonzosas prácticas pecaminosas (ver com. Ose. 4: 13).

Espino.

Vívida figura de desolación total.

Cubridnos.

Tan abrumadores serían la angustia y el espanto del pueblo, que en su desesperación desearía una muerte rápida. Preferiría ser sepultado bajo montañas o montes, antes que contemplar más escenas tan desgarradoras, antes que soportar más tales calamidades.

Es significativo que nuestro Señor usara palabras similares al predecir las calamidades relacionadas con la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 d. C. (Luc. 23: 30), y que también las empleara Juan para describir la desesperación de los hombres en el fin del mundo (Apoc. 6: 16-17). ¿Acaso no es infinitamente mejor orar a Jesús ahora que "cubra" nuestras transgresiones con la sangre de su expiación, que tener que clamar, por causa de nuestro descuido, que las montañas y los cerros caigan sobre nosotros para "cubrirnos"? Nuestras sinceras oraciones a Jesús "ahora", serán oídas con toda seguridad; pero serán en vano las oraciones a las montañas y a los cerros.

9. Gabaa.

Ver com. cap. 9: 9. Este pecado de Gabaa había llegado a ser proverbial.

10. Los castigaré.

En cuanto al propósito del cautiverio, ver las pp. 32-33, 598-599.

Se juntarán.

Los instrumentos del castigo de Dios serían los invasores extranjeros (ver com. Isa. 7: 20). Así como las otras tribus se juntaron en Gabaa contra la tribu de Benjamín para destruirla, así también ahora, contra las diez tribus se juntarían diversos pueblos y naciones para destruir a Israel. El número de los que se reunieran contra Israel sería tan abrumador como lo fue el de todas las tribus reunidas contra la pequeña tribu de Benjamín (Juec. 20).

Doble crimen.

Posiblemente se refiera al crimen de Gabaa y a la adoración de los becerros. Podría también referirse sencillamente a la enormidad de los crímenes cometidos en Israel.

El castigo de Israel sería el resultado inevitable de sus transgresiones y, como animales sujetos al yugo, el pueblo tendría que arrastrar ese castigo. El pueblo de Dios había despreciado el yugo fácil y liviano de Dios (ver com. Mat. 11: 29-30), y quedó atado con los lazos de su pecado. La destrucción le sobrevendría estando en ese pecado.

11. Novilla.

Heb. 'eglah (ver com. vers. 5). Efraín es comparado aquí con una novilla domesticada para trillar grano. Los bueyes eran utilizados antiguamente, y aún los utilizan, para trillar el grano, ya fuera con las pezuñas o arrastrando una rastra de trillar sobre los granos. No se les ponía bozales (Deut. 25: 4) para que quedaran en libertad de tomar de vez en cuando un bocado de cerca. Tal fue la historia de Israel. Había sido colocado 943 en la tierra prometida en condiciones fáciles y cómodas, como una novilla que trillaba, pero a la que se le permitía comer a voluntad. Sin embargo, estas comodidades materiales que debieran haberlo acercado a su Creador, trágicamente hicieron que tuviera una confianza propia pecaminosa y fuera rebelde (ver com. Deut. 32: 15).

Lozana cerviz.

Ha sobrevenido un cambio. El yugo asirio está por ser colocado sobre la lozana cerviz de Israel.

Haré llevar yugo a Efraín.

O, " "unciré al carro a Efraín" " (BJ).

Arará.

Se le impondría ahora una cansadora y desagradable labor. Judá, debido a sus pecados, también debería compartir la faena teniendo que hacer el duro trabajo de arar; y Jacob, que quizá aquí representa a las diez tribus del norte, quebraría los terrones. Efraín había sido una vez libre; pero ahora está subyugado y tiene que llevar el yugo del duro servicio.

12. Sembrad... en justicia.

O, "para justicia" " (VM). Israel debe sembrar semillas que broten justicia. La admonición dada aquí refleja otra vez el significado del nombre Jezreel (ver com. cap. 1: 4; 2: 23).

Segad.

La novilla (vers. 11) ilustra la condición a que había llegado Israel debido al pecado. El profeta describe aquí lo que el Señor anhela que sea Israel mediante la obediencia por la fe. Oseas usa comparaciones tomadas de la vida agraria (vers. 12-13), y presenta una exhortación a la reforma que produce el verdadero arrepentimiento. Dios asegura a su pueblo que si amolda su vida a la voluntad divina y trata con justicia a sus prójimos, recibirá su recompensa (cf. Sal. 19: 11; Prov. 11: 18), una recompensa mucho mayor que todas las buenas obras que pueda hacer, así como el agricultor que siembra un quintal de trigo cosecha muchos más quintales (cf. Mar. 10: 28-30). Aunque quizá sembremos con lágrimas la semilla de justicia, permanece la reconfortante promesa de que segaremos con regocijo (Sal. 126: 5-6).

Misericordia.

Heb. jésed (ver Nota Adicional al Salmo 36, t. III, p. 727). Compárese con el significado del nombre Lo-ruhama (ver com. Ose. 1: 6; 2: 23).

Haced para vosotros barbecho.

Este es un ruego divino para que haya una reforma en la vida, para que se desarraiguen las malezas del pecado a medida que el agricultor pasa su arado sobre el barbecho, el campo sin cultivar, y lo ara para que el terreno quede listo para la siembra. En esta forma se insta a Israel para que elimine toda apostasía del culto, toda iniquidad en la manera de vivir, y que se vuelva al Señor con sincero corazón. La tierra de Efraín estuvo demasiado tiempo desolada y sin cultivar debido al pecado. Esto debe dar lugar ahora al cultivo divino desarraigando las cizañas y las raíces de los males nacionales, sociales e individuales. Son imperativas una renovación espiritual y una reforma religiosa radical.

Esta ferviente exhortación indica que aún estaba abierta la puerta de la misericordia para un posible arrepentimiento de Israel. Sin embargo, persistía el triste hecho de que la nación en general estaba tan endurecida en el pecado, que esta exhortación sería en vano (ver com. cap. 4: 17). No obstante, los mensajes directos de Oseas no fueron del todo sin resultados, pues ayudaron individualmente a muchas almas para que fueran fieles en ese tiempo de crisis (PR 218).

Buscar a Jehová.

Si así lo hacían, Dios nuevamente los recibiría como a su pueblo (ver com. cap. 1: 9; 2: 23).

Enseñe justicia.

"Hasta que venga a lloveros justicia" (BJ). Ver com. Isa. 45: 8.

13. Habéis arado impiedad.

Se usa aquí en el sentido de "habéis sembrado impiedad". La conducta anterior del pueblo de Israel había sido contraria a lo que ahora se le exhorta que haga (vers. 12). El mal que sembraron ya había dado la inevitable cosecha de iniquidad (cf. Job 4: 8; Prov. 22: 8). La confianza que tenían en la sabiduría de su propio proceder los condujo al desastre y a la guerra (cf. Prov. 14: 12).

Fruto de mentira.

Israel había mentido a Dios con su hipocresía e idolatría. Ahora el fruto de esa falta de veracidad sería una desilusión, el humo y las cenizas de un fracaso completo y un vacío absoluto.

En tu camino.

Israel abandonó el camino de la rectitud de Dios para seguir sus propios caminos de iniquidad. Confió en la vana ayuda de Egipto y Asiria; se apoyó en el brazo carnal, y así se apartó de Jehová (ver com. Jer. 17: 5).

14. Alboroto.

La cosecha estaba lista, el alboroto de la guerra y la destrucción estaba en camino.

Salmán.

Este nombre se interpreta en tres diferentes maneras: que es una forma abreviada de Salmanasar V, rey de Asiria; que se 944 refiere a Salum, el que asesinó a Zacarías el hijo de Jeroboam II, y gobernó a Israel sólo un mes y luego fue asesinado por su sucesor (2 Rey. 15: 8-15); o que se alude a Salmanu, un rey moabita de tiempos de Tiglat-pileser III (745-727 a. C.).

Bet-arbel.

Heb. beth 'arebe'l , "la casa de Arebel". Podría haber sido Arbela (la moderna Irbid) en Galilea, en la tribu de Neftalí, mencionada en 1 Mac. 9: 2; o podría haber sido otra Irbid al este del Jordán. Es interesante observar que la LXX traduce: "la casa de Jeroboam" , lo que sería una referencia al asesinato de Zacarías perpetrado por Salum, que puso fin a la familia de Jeroboam II.

Destrozada.

Los asirios eran reconocidos como excesivamente crueles en la guerra (ver com. cap. 9: 13).

15. Bet-el.

Ver com. cap. 4: 15. El inminente cautiverio podía atribuirse a las iniquidades del pueblo. Bet-el era el principal lugar del culto al becerro, y su pecado era la razón de muchas de las calamidades que se acercaban.

Mañana.

Así como la mañana rápidamente despeja las estrellas que brillan en la noche, así el rey (probablemente Oseas, último rey de Israel) sería en poco tiempo eliminado y el reino del norte rápidamente llegaría a su fin.


COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4  

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