1. Temor.
Los vers. 1-8 de este capítulo
muestran por qué Efraín (el reino del norte de Israel) se perdió por su propia
culpa (vers. 9). Se dan los detalles de los pecados de la nación con el castigo
consiguiente, como resultado de esas transgresiones.
Pecó.
Indudablemente se refiere al culto a Baal (para el cual sin duda el
culto al becerro preparó el camino) que había sido introducido en Israel por
Acab por instigación de la reina Jezabel (1 Rey. 16: 29-33). Mas mediante los
esfuerzos de Elías (1 Rey. 18) y del rey Jehú (2 Rey. 9; 10) fue contrarrestado
este mal; pero no fue erradicado y, con frecuencia, surgía de nuevo.
Murió.
La idolatría de Efraín dio como resultado la degradación
nacional y la muerte política. Perdió su encumbrada y excelsa posición y su
honor quedó por el polvo. Se convirtió en un muerto espiritual, listo para ser
sepultado de inmediato (cf. Efe. 2: 1). Apartarse de Dios y jugar con el pecado
siempre trae el mismo resultado seguro: la muerte (Eze. 33: 10-11; Rom. 6: 23).
El profeta contrasta la prosperidad de Efraín y su destrucción, y muestra que la
prosperidad de Efraín se debía a la misericordia inmerecida de Dios, quien lo
bendijo por causa de José (Gén. 49: 22). Pero su destrucción la causó su propio
pecado.
2. Y ahora.
Estas palabras
señalan claramente la transición del tiempo cuando se introdujo el culto a Baal
(ver com. vers. 1) a las condiciones existentes en los días de Óseas. Era una
cosa abominable fabricar y adorar una imagen tallada como una representación
material del Dios verdadero, como lo hizo 953 Jeroboam I (1 Rey. 12: 25-33), con
lo que violó el segundo mandamiento y descuidó la solemne instrucción de que el
culto a Dios debe ser espiritual y no material (Exo. 20: 4-6; Juan 4: 24). Pero
era doblemente abominable introducir otros dioses, como el Baal fenicio, en
violación directa al primer mandamiento que exige el culto exclusivo a Jehová
(Exo. 20: 3). Y ahora, en los días de Oseas, habían continuado todas las formas
de idolatría, añadiendo "a su pecado", hasta que la nación se saturó
completamente con esas falsas religiones.
Obra de artífice.
Estas imágenes e ídolos no tenían poder físico ni espiritual por cuanto
eran la obra de las manos de hombres (Isa. 44: 9-20; Hab. 2: 18-19).
Besen los becerros.
Los adoradores de ídolos tenían la costumbre
de besar el objeto de su adoración (1 Rey. 19: 18). Si no se podía llegar hasta
la imagen, como en el caso de la luna, los adoradores le enviaban sus besos
besándose la mano (ver com. Job. 31: 27).
3. Niebla de la mañana.
La prosperidad de Efraín sería
fugaz (cf. Sal. 37: 35-36). Su apostasía le propinaría un castigo rápido y
seguro. Los cuatro símiles: la niebla de la mañana, el rocío de la madrugada, el
tamo y el humo, denotan muy expresivamente la naturaleza pasajera de la
existencia nacional de Israel. La Biblia abunda en comparaciones que representan
la transitoriedad de la vida humana (Isa. 40: 6-8; Sant. 4: 14; etc.).
4. Tierra de Egipto.
En los vers.
4-5 se muestra que el castigo divino que cayó sobre Efraín no podía,
razonablemente, ser considerado como demasiado severo en vista de la bondad de
Dios para con el ingrato Israel. El Señor había prodigado su favor a su pueblo
desde que estaba en Egipto; pero desvergonzadamente Israel lo olvidó todo. Los
profetas tenían la costumbre de referirse a la historia pasada de la gracia
salvadora de Dios al tratar con su pueblo, como el motivo de una exhortación al
arrepentimiento por los pecados presentes y como un incentivo para buscar la
aprobación y la aceptación divinas.
Ni otro salvador.
Oseas se
refiere aquí a Dios como el único Dios verdadero. Todos los otros dioses son
fraudes (cf. Isa. 43: 10-12; 45: 20-21). Cuando Israel fue liberado de Egipto se
desplegó en forma impresionante el poder de Dios.
5. En el desierto.
Dios conocía a su pueblo y lo cuidaba,
por lo tanto, éste debería haber conservado el conocimiento del Señor (ver com.
cap. 4: 6) manteniendo el culto divino (Deut. 32: 9-14).
6. Se saciaron.
Su pueblo se sació en los ricos pastos del
amor y la bondad de Dios. Efraín es como un animal doméstico de trabajo (ver
com. cap. 10: 11), el cual en un pasto demasiado suculento se vuelve indómito e
ingobernable.
Se olvidaron de mí.
En vez de recordar con
gratitud a Dios y de amoldar sus vidas de acuerdo con los abundantes favores
recibidos, el pueblo se llenó de orgullo y se olvidó de su Hacedor. Mientras más
se buscan y cotizan los bienes de este mundo, más y más se olvida a Dios, el
Dador de todo bien. Este fue el agravante del pecado de Israel, al cual el
profeta muy a menudo llamó la atención del pueblo (cap. 2: 5; 4: 7; 10: 1).
7. Como león.
Una comparación que
adecuadamente describe la destrucción que inevitablemente seguiría al pecado de
Israel. Las bestias feroces mencionadas: el león con su ferocidad y el leopardo
con su agilidad, simbolizan la pronta invasión de los asirios que pondría fin al
reino del norte (2 Rey. 17: 6). La oveja engordado en sus suculentos pastos
(Ose. 13: 6) pronto se convertiría en la presa de los devoradores. En la LXX la
última frase dice: "como leopardo por el camino de los asirios"."
8. Como osa.
Pocos animales son más
feroces que la osa cuando le arrebatan sus cachorros o cuando está muy
hambrienta. Las tres bestias feroces mencionadas: el león, el leopardo y la osa,
describen acertadamente el poder de la ira de Dios y la furia de su cólera. Si
el pecador escapaba del león, lo atraparía el leopardo; si escapaba del
leopardo, se enfrentaría a la osa salvaje. Parece como si Oseas estuviera
esforzándose por presentar a su pueblo, con mayor y mayor intensidad la
comprensión de lo que significa el azote de la ira divina. El profeta utiliza
aquí los mismos símbolos aterradores, tomados del mundo animal, que con
frecuencia se usan en otros pasajes para simbolizar a las naciones que Satanás
usa para oponerse al pueblo de Dios y para devorarlo (cf.. Jer. 4: 7; 50: 17,
44; Eze. 32: 2; Dan. 7: 4-7).
Fibras de su corazón.
Heb., "lo
que encierra su corazón"; es decir, el pericardio, la membrana que rodea el
corazón. Israel había cerrado su corazón contra Dios. El castigo 954 divino
aparece aquí descrito gráficamente, comparándoselo con un feroz león que rompe o
abre ese corazón cerrado. El profeta presenta un paralelo gráfico e
impresionante con el día del Juicio, cuando todos los corazones quedarán
abiertos delante de Dios (Heb. 4: 13;10: 30-31).
9. Te perdiste, oh Israel.
Heb., "te destruyó". Israel se
destruyó con las armas del orgullo, la idolatría, la sensualidad y la anarquía.
El pecado es siempre un suicidio (Prov. 8: 36; Eze. 18: 20; 33: 10-11; 1JT 160).
Tu ayuda.
Si Israel así lo deseaba, su necesidad podría ser para
él la oportunidad de Dios (cf. Isa. 49: 14-16; Heb. 13: 5). El versículo es al
mismo tiempo un trágico fin y un consolador comienzo; la seguridad de que si
bien la ruina de Israel era causada por su propio proceder, aún estaba a su
alcance la oportunidad de volver al Señor. Si bien es cierto que a lo largo de
todo el transcurso de la historia humana la ira y la ruina son la justa
retribución del hombre pecaminoso, no es menos cierto que la bondad y la
misericordia son concedidas por la gracia de Dios, que es justo y amoroso.
10. Tu rey.
Las preguntas de este
versículo muestran claramente que los reyes que eligió Israel por su propia
cuenta (ver com. cap. 8: 4), no pudieron ayudar a la nación. La razón que
presentaron los israelitas para pedir rey fue: " " Nuestro rey nos gobernará, y
saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras" " (1 Sam. 8: 19-20). Su
temor de lo que pudieran hacerles las naciones hostiles representó una crisis
que pensaron que sólo un rey podría resolver adecuadamente. Pero en la gran
crisis que ahora tienen delante de ellos -la amenaza de una invasión asiria- el
Señor les pregunta: "¿Dónde está ahora el rey que te guiará en la defensa de
todas tus ciudades y tus fortalezas, y que te dé la victoria? ¿Dónde están los
jueces y los príncipes que te liberarán del peligro?" Por supuesto, la respuesta
es que no se han de encontrar esos poderosos libertadores.
Si
restringimos el significado de las palabras "tu rey" al reino del norte, se hace
referencia al momento cuando Israel eligió a Jeroboam I para librarse de la
presión de los impuestos de Roboam (1 Rey. 12: 12-20). Sin embargo, el uso del
término "Jueces" y la redacción del pedido del pueblo sugieren que este pasaje
se refiere al error de Israel cuando pidió primero un rey (1 Sam. 8: 5), y no
cuando el reino del norte rechazó a Roboam y eligió a Jeroboam.
11. Te di rey.
Sin duda se trata de
Saúl (1 Sam. 8: 4-7; 9: 22 a 10: 1). Se dice que Agustín declaró: " "Muchas
veces cuando Dios da, está airado; y cuando niega, es misericordioso" " (cf.
Núm. 11; Sal. 78: 18, 27-31, 38-39; 106: 14-15, 43-46). Es un pensamiento muy
solemne que Dios pueda castigar a los hombres concediéndoles sus deseos.
12. Atada.
Así como un hombre, de
acuerdo con la costumbre, envuelve el dinero en una bolsita y lo esconde en
algún lugar secreto para que quede seguro, así también Dios había guardado
cuidadosamente los pecados de Efraín (Deut. 32: 34-35; Job 14: 17). Pero había
llegado el día del ajuste de cuentas con Efraín. Pablo usa la misma ilustración
acerca de la suerte del pecador (Rom. 2: 4-6). En vez de ocultar nuestros
pecados debemos presentarlos ante la luz plena del arrepentimiento y la
confesión, si esperamos que sean perdonados (Job 31: 33).
13. Dolores.
El castigo con que
Dios amenaza es comparado con las violentas, súbitas e irresistibles angustias
de una mujer que está por dar a luz (ver 1 Tes. 5: 3). La iniquidad de Israel
causaría graves sufrimientos y muchos dolores. Sin embargo esos dolores según el
mundo pueden, por la gracia divina, convertirse en los dolores divinos del
arrepentimiento. Entonces, y sólo entonces, podrá comenzarse un nuevo y más
feliz período en la existencia.
14. Los
redimiré.
"Los libraré" (BJ). Los comentadores disienten en cuanto a la
aplicación de este pasaje. Tomado aisladamente parece que fuera una bella
promesa de la resurrección y de la aniquilación final de la muerte y del she'ol
[sepulcro]. Sin embargo, tal interpretación no cuadra bien dentro del contexto.
Los vers. 12-13 hablan de que es inevitable el juicio venidero. El tema continúa
en el vers. 15. Además, la declaración "la compasión será escondida de mi
vista", no armoniza en forma natural con las declaraciones precedentes. Esta
consideración ha hecho que muchos expositores busquen un significado que
concuerde completamente con el contexto. Destacan que traduciendo el pasaje como
una serie de preguntas y no como una serie de afirmaciones, se logra una
completa armonía. La traducción siguiente responde a estas consideraciones:
"¿Los "955 res " cataré del poder del Seol? ¿Los redimiré de la muerte? Oh
muerte, ¿dónde están tus plagas? Oh Seol, ¿dónde está tu destrucción? La
compasión está oculta de mis ojos" " (RSV). De esta manera el pasaje advierte
que puesto que "atada está la maldad de Efraín", Dios no rescatará al pueblo de
la muerte; que, en realidad, está exhortando a la muerte y al Seol para que
hagan su obra; y que la compasión estará lejos de él mientras hace lo que para
él es una "extraña operación" " (Isa. 28: 21).
Los que sostienen que
este pasaje es una promesa de la resurrección, hacen destacar que estas palabras
pueden ser una súbita exclamación del profeta frente a la gloriosa perspectiva
futura, y por eso parecen estar fuera del contexto. Interpretan el pasaje "la
compasión será escondida de mi vista", como si afirmara que los misericordiosos
propósitos de Dios para su pueblo no serán cambiados.
La triunfante
exclamación de Pablo en 1 Cor. 15: 55: " "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" " , es quizá una alusión a Ose. 13: 14. Las
palabras del apóstol se parecen más a la LXX que al hebreo. El pasaje que
corresponde en la LXX dice así: "¿Dónde está tu castigo, oh muerte? ¿Dónde está
tu aguijón, oh Hades?
15. Fructifique.
Quizá se trate de un juego de palabras. Etimológicamente, el nombre de
Efraín deriva de una raíz que significa "ser fructífero" (cf. Gén. 49: 22). El
nombre Efraín se usa muchas veces en el AT para designar a la parte norte del
reino dividido, porque Efraín era la mayor y más influyente de las tribus del
norte; y el reino del sur generalmente se conocía como Judá, que era la más
numerosa y más influyente de las tribus del sur.
El solano.
Era
el viento oriental de Palestina, que procedía del desierto. Tendía a ser cálido
y agostador (ver com. Jer. 18: 17). Esta figura es un símbolo de los poderosos
ejércitos de Asiria.
Él saqueará.
Es decir, el viento solano,
aunque hay una brusca transición de la figura a la realidad. Se trata del
conquistador asirio que viene del este como un viento oriental devastador que
asolaría y saquearía a Israel.
16. Samaria.
La ciudad de Samaria era la capital del reino del norte.
Será
asolada.
Heb. 'asham , "ser tenido como culpable" ( "rea de castigo es
Samaria" , BJ). La traducción "será asolada" requiere un cambio de la palabra
hebrea. La LXX traduce: "Será hecha desaparecer" , o "será destruida" . En el
hebreo y en la LXX el vers. 16 es el vers. 1 del cap. 14.
Serán
estrellados.
En cuanto a las bárbaras costumbres de las guerras
antiguas, ver com. Juec. 1: 6; 2 Rey. 8: 12; cf. 2 Crón. 25: 12.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE OSEAS CAPÍTULO 13
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