Lección 10 | Lunes 1º de marzo
EL POEMA DEL SIERVO SUFRIENTE (ISA. 52:13–53:12)
Isaías 52:13 al 53:12, conocido como el “Poema del Siervo sufriente”, confirma la reputación de Isaías como “el profeta evangélico”. En armonía con la excelencia del evangelio, el poema se destaca por encima de otros escritos. Si bien es increíblemente corto, cada frase está repleta de un profundo significado que revela la esencia de la misión impensable de Dios para salvar a una raza inmersa en el pecado y perdida.
Esta no es la “leche” del mensaje de Isaías. Él preparó a su audiencia al presentar el tema mesiánico desde la primera parte de su libro. Al seguir el curso general de la vida del Mesías en la Tierra, el profeta comenzó con su concepción y nacimiento (Isa. 7:14); estableció su identidad como un rey davídico divino (Isa. 9:6, 7); explicó su obra de restauración para Israel (Isa. 11:1–16) y su ministerio silencioso de liberación de la injusticia y el sufrimiento (Isa. 42:1–7). A continuación, Isaías reveló que el gran drama del Mesías incluye el contraste de la tragedia antes de la exaltación (Isa. 49:1–12; 50:6–10). Ahora el Poema del Siervo sufriente sondea las profundidades de la tragedia.
Repasa los textos que se mencionan en el párrafo anterior y observa lo que nos dicen sobre el Mesías, Jesús. ¿Cómo nos ayudan a prepararnos para lo que vendrá en Isaías 52 y 53?
Isa 52:13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
Isa 52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,
Isa 52:15 así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.
Isa 53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Isa 53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Isa 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Isa 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isa 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isa 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isa 53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Isa 53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Isa 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Isa 53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
Isa 53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Isaías 52:13 a 53:1 presenta el poema con un adelanto que contiene un contraste sorprendente: el Siervo prosperará y será exaltado, pero su apariencia se verá desfigurada de manera tal que resultará irreconocible.
Isaías 53:2 y 3 inicia un doloroso descenso a partir del origen del Siervo y su aspecto normal hasta su aflicción y su rechazo.
Isaías 53:4 al 6 hace una pausa para explicar que su sufrimiento en realidad es nuestro castigo, que él soporta para sanarnos.
Isaías 53:7 al 9 continúa con el descenso del Siervo inocente hasta la tumba.
En Isaías 53:10 al 12, el Siervo asciende hasta la excelsa recompensa prevista al comienzo del poema que se inicia en Isaías 52:13, con la idea adicional de que su sacrificio para salvar a otros es la voluntad de Dios.
Compara este poema con la estructura de “valle” de Filipenses 2:5 al 11, donde Jesús comienza en forma de Dios pero desciende al vaciarse para asumir la esclavitud de la forma humana, humillándose hasta la muerte, y la muerte más baja de todas: la muerte en una cruz. Por lo tanto, Dios lo exalta sobremanera a fin de que todos lo reconozcan como Señor (comparar con Isa. 49:7).
Flp 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
Flp 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Flp 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Flp 2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Flp 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
Flp 2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
Flp 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Lee Isaías 52:13 a 53:12. Anota todo lo que el poema dice que Jesús ha hecho por nosotros. Reflexiona sobre lo que esas acciones en nuestro favor significan para nosotros.
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