1. Palabras.
La explicación que sigue: "Que
profetizó acerca de Israel" , "visiones que tuvo acerca de Israel" (BJ),
demuestra que estas palabras provenían de Dios. El profeta recibió primero la
revelación divina, más tarde la registró (2 Sam. 23: 2).
Pastores.
O "criadores de ovejas". Amós pudo haber sido un modesto propietario de
980 ovejas o un campesino pobre (cap. 7: 14-15); por lo tanto, pertenecía a la
clase humilde.
Tecoa.
Pueblecito de Judá, situado en un distrito
rural arenoso y algo estéril, a unos 8 km al sur de Belén (2 Sam. 14: 2; 2 Crón.
11: 6; 20: 20; Jer. 6: 1). Todavía lleva el nombre bíblico.
Acerca de
Israel.
El ministerio de Amós, como el de Oseas, fue especialmente para
Israel, el reino hebreo del norte, aunque Amós no siempre restringe el término
Israel al reino del norte, sino que ocasionalmente incluye a Judá, el reino del
sur.
Antes del terremoto.
La historia secular aún no ha aclarado
este suceso. Sin embargo, mucho tiempo después el profeta Zacarías menciona este
terremoto (cap. 14: 5). Sin duda fue tan grave que dejó una profunda impresión
en las generaciones posteriores. Josefo afirma que este terremoto se produjo
cuando el rey Uzías entró atrevidamente en el templo para quemar incienso (
Antigüedades i x. 10. 4; cf. 2 Crón. 26: 16-2 1).
2. Jehová rugirá.
Compárese con la misma figura utilizada
en Joel 3: 16.
Jerusalén.
Esta referencia a Jerusalén como la
morada de la presencia del Señor es, sin duda, para destacar que Dios no mora en
Dan ni en Bet-el, escenarios del culto idólatra dedicado a los becerros (1 Rey.
12: 25-33).
Campos de los pastores.
Amós era pastor, por lo
tanto resultaba perfectamente natural que empleara este lenguaje para expresar
el pensamiento de que todo el país experimentaría la venganza de Dios.
Carmelo.
Es decir, el monte Carmelo que es, en realidad, una
cadena montañosa más que una cumbre aislada. Era conocido por su abundante
Fertilidad (Isa. 33: 9; 35: 2; Jer. 50: 19).
3. Así ha dicho Jehová.
Antes de ocuparse de Israel, Amós
pronunció juicios contra algunas naciones paganas vecinas, porque habían
perseguido al pueblo de Dios. Si los paganos merecían castigo, Israel no podía
escapar pues tenía una luz mucho mayor.
Tres pecados.
Cf. vers.
6, 9, 11, 13; cap. 2: 1, 4, 6. Las cifras no deben tomarse literalmente, como
que indicaran un número exacto de ofensas en cada caso. Sirven sólo para indicar
un gran número; "el cuarto" se añade para significar una medida plena, completa
(ver com. Job 5: 19; 33: 29; Ecl. 11: 2). La enumeración era una antigua forma
poética que también se ha encontrado en la literatura cananea de Ugarit. El
siguiente es un ejemplo ugarítico: "Baal odia dos sacrificios, sí tres, el que
cabalga en las nubes, el sacrificio de vergüenza y el sacrificio vil, y el
sacrificio del abuso a las doncellas".
"Tres pecados" quizá eran
suficientes para probar que un mal era intencional e incurable. Pero todas las
naciones mencionadas en los cap. 1-2 se habían excedido aun de este límite. El
pecado persistente da como resultado una culpabilidad acumulada. Dios es muy
paciente con los impíos; pero finalmente éstos cruzan el límite de la tolerancia
divina.
Damasco.
Esta ciudad era la capital del fuerte reino
sirio y representaba a toda Siria. Era una de las ciudades más antiguas del
mundo, hermosa por su posición geográfica, próspera y bien fortificada. Desde
que Rezín se levantó contra Salomón (1 Rey. 11: 23-25) y se apoderó de Damasco,
ciudad que había sido tributario de David (2 Sam. 8: 5-6), Damasco estuvo
periódicamente en lucha con Israel. Como resultado hubo una guerra intermitente
entre los dos (1 Rey. 15: 16-20; 20: 22; 2 Rey. 7; 10: 32; 12: 17-18; 13: 3-5).
Jeroboam II de Israel, durante cuyo reinado Amós llevó a cabo su ministerio,
derrotó otra vez a Damasco y la sometió a tributo (2 Rey. 14: 28).
Galaad.
La altiplanicie de campos de pastoreo al este del
Jordán. El nombre aquí implica todo el territorio al este del Jordán que fue
dado a Gad, Rubén y la media tribu de Manasés (Jos. 22: 1-4, 9).
Trillos.
Rastras o carros hechos de pesados tablones unidos
entre sí, debajo de los cuales se insertaban piedras afiladas o puntas de
hierro. Cargados con una piedra pesada o con el conductor, esos instrumentos
eran arrastrados por bueyes sobre los granos (Isa. 28: 27; 41: 15). La LXX
traduce así la última cláusula de Amós 1: 3: " "Porque serrucharon con serruchos
de hierro a las mujeres galaaditas con niños" " (ver 2 Rey. 8: 12).
4. Prenderé fuego.
Según parece
este fuego era verdadero, aunque debe reconocerse que el fuego se usa para
simbolizar la guerra y sus males (Sal. 78: 62-63; Jer. 48: 45-46; 49: 26-27).
Ben-adad. Literalmente, "hijo de [dios] Adad". Ben-adad III fue hijo de
Hazael (2 Rey. 13: 3). Estos nombres pueden significar la dinastía de Hazael y
la misma Damasco con sus magníficos palacios reales. Esta orgullosa 981 ciudad
recibiría una justa retribución por sus pecados.
5. Quebraré los cerrojos.
Se usaban cerrojos para asegurar
las puertas de la ciudad (1 Rey. 4: 13; Jer. 51: 30; Nah. 3: 13); por lo tanto,
al romperse los cerrojos la ciudad quedaba abierta al enemigo.
Valle de
Avén.
Se desconoce su ubicación exacta. En vez de "valle de Avén", la
LXX traduce "la planicie de On"." La palabra común griega para On es Heliópolis,
o sea "ciudad del sol"; y esto ha inducido a algunos eruditos a identificar la
planicie de On con la planicie entre los montes Líbano y Antilíbano donde estaba
el famoso santuario de Baal-bek, que también era llamado Heliópolis.
Bet-edén.
Literalmente, "casa de delicia". Algunos han
identificado a Bet-edén con una región de Mesopotamia, la cual se piensa que es
la asiria Bit-Adini a orillas del río Eufrates (ver com. 2 Rey. 19: 12).
Kir.
Su localización geográfica no es segura. Era la región de
la cual emigraron originalmente los sirios (arameos) (cap. 9: 7). Algunos años
después de que se diera esta profecía, muchos habitantes de Siria fueron
llevados cautivos cuando Tiglat-pileser III mató a Rezín y saqueó a Damasco (2
Rey. 16: 7-9).
6. Gaza.
En los
vers. 6-8 se pronuncia juicio contra Filistea, cuyos habitantes eran enemigos
tradicionales de Israel. De las cinco principales ciudades de Filistea, Gaza era
la que estaba más al sur, y por su importancia se la menciona como representante
de toda la nación, así como se usa a Damasco para representar a toda Siria (ver
com. vers. 3). En el vers. 8 se nombran otras tres ciudades filisteas: Asdod,
Ascalón y Ecrón. No se menciona a Gat porque quizá, había dejado de ser
importante, o porque había sido destruida (ver 2 Crón. 26: 6), o porque pudo
haber estado incluida en la expresión "resto de los filisteos" (Amós 1: 8).
7. Fuego.
Gaza fue posteriormente
conquistada por el rey de Egipto (Jer. 47: 1), por Alejandro Magno, quien la
sitió durante más de dos meses (Josefo, Antigüedades x i. 8. 4), y también por
otros invasores.
8. Asdod.
La
ciudad es llamada Azoto en la LXX y en Hech, 8: 40. Estaba a unos 30 km al
noreste de Gaza y a unos pocos kilómetros del mar. Asdod fue capturada por Uzías
(2 Crón. 26: 6), por Sargón, rey de Asiria (Isa. 20: 1), y por Psamético, rey de
Egipto.
Ascalón.
Esta era la única ciudad filistea importante
situada a la orilla del mar. Estaba emplazada en una colina semicircular que le
daba un aspecto muy imponente desde el mar. Aunque su puerto era pequeño e
incómodo, tenía un activo comercio, que era su principal fuente de poder e
importancia.
Volveré mi mano.
Es decir, otra vez castigaré a
Ecrón (ver com. Isa. 1: 25).
Ecrón.
Esta ciudad estaba a unos 17
km al noreste de Asdod. Cada una de las cinco ciudades de Filistea tenía su
propio rey; pero juntas formaban una especie de confederación para consultarse
mutuamente en un caso dado, y colaborar (ver com. Juec. 3: 3; cf. Juec. 16: 5,
8, 18; 1 Crón. 12: 19).
9. Tiro.
En
los vers. 9-10 se pronuncia un juicio contra Tiro, la principal ciudad de los
fenicios.
Entregaron.
Tiro, la orgullosa y gran ciudad mercantil
de aquellos días, cooperó con los filisteos contra los hebreos (Sal. 83: 7).
Amós no acusa a Tiro de que hubiera llevado los cautivos, sino de entregarlos a
los edomitas, olvidando así el pacto hecho con David y Salomón (2 Sam. 5: 11; 1
Rey. 5: 1, 7-1l; 9: 11 14; 2 Crón. 2: 11-16). Como los fenicios habían vendido a
las personas a los edomitas, eran responsables de las crueldades que sufrieron
los judíos. Delante de Dios una persona es tan culpable por el crimen que
instiga como por el que ella misma comete.
10. Fuego.
El territorio continental de Tiro fue tomado por
Senaquerib y más tarde por Asurbanipal. La isla fue sitiada por Esarhadón y
Asurbanipal, y les pagó tributo. Más tarde fue capturada y destruida por
Alejandro Magno (ver com. Eze. 26: 3-4).
11. Su hermano.
Amós ahora procede a condenar a las tres
naciones consanguíneas de Israel: Edom, Amón y Moab. Edom, descendiente de Esaú,
era la más íntimamente relacionada y también la más hostil. El proceder poco
hermanable de Edom contra los descendientes de Jacob desde el tiempo de Esaú
hasta los días de Amós, es, antes que cualquier otro hecho específico, lo que
condena el profeta (Núm. 20: 14-21; cf. Deut. 2: 2-8; 23: 7; 2 Rey. 8: 20-22; 2
Crón. 28: 16-17). Toda la profecía de Abdías es contra Edom (cf. Eze. 25: 12-14;
35; Joel 3: 19). Es malo odiar a un enemigo; peor odiar a un amigo, y aún peor
odiar a un hermano.
12. Temán.
O un
nombre para Edom, o una región de Edom habitada por una tribu 982 descendiente
de Esaú (ver com. Gén. 36: 11, 34; Jer. 49: 7).
Bosra.
Importante ciudad de Edom, situada en un cerro, a unos 38 km al sureste
del mar Muerto, y a unos 48 km al norte de la ciudad de Petra.
13. Amón.
En los vers. 13-15 el
profeta declara el castigo que vendría sobre Amón. Amón estaba emparentado con
Israel por medio de Lot. En el harén de Salomón había muchas mujeres amonitas (1
Rey. 11: 1,7). Aunque originalmente los amonitas parecen haber sido un pueblo
agresivo y nómada, la abundancia de ruinas que se hallan en su país muestran que
posteriormente se radicaron y se hicieron sedentarios.
Para ensanchar
sus tierras.
Los amonitas reclamaban los territorios que los israelitas
habían tomado de Sehón, y trataron de apropiarse de ellos en los días de Jefté
(Juec. 11). Posteriormente se apoderaron del territorio de Gad, lo que les
atrajo una dura condenación del profeta Jeremías (Jer. 49: 1-6).
Abrieron.
En 1 Sam. 11: 1-3; 2 Sam. 10: 15; 2 Crón. 20; Eh. 2:
10, 19; 4: 1-3, hay ejemplos de la hostilidad de los amonitas contra Israel. La
envidia, los celos y el temor unieron a amonitas y moabitas, y contrataron a
Balaam para que maldijera a Israel (Deut. 23: 2-4). Aunque no tenemos otro
registro de las atrocidades cometidas por los amonitas contra los galaaditas que
las que aquí se consignan, Hazael de Siria cometió estas mismas barbaridades; y
es muy posible que los amonitas lo hubieran imitado en estos salvajes crímenes
(cf. 2 Rey. 8: 12; Ose. 13: 16).
14. Rabá.
Literalmente, "grande", es decir "la capital". Rabá, o Rabá de los hijos
de Amón, era la capital de Amón, ubicada al este del Jordán en el brazo sudeste
del río Jaboc, y era la única ciudad importante del distrito. Fue tomada por
David (2 Sam. 11: 1; 12: 26-31). Según Josefa, Amón fue tomada por Nabucodonosor
(Jer. 27: 1-7) durante su campaña egipcia ( Antigüedades x. 9. 7). El nombre
moderno de Rabá es Ammán (nótese su parecido con "Amón"), la capital del actual
reino de Jordania.
Con estruendo.
Referencia a los gritos de
combate de la hueste enemiga que aumentaba el horror de la carnicería (cf. Job
39: 25).
Con tempestad.
Expresión que indica la ira de Dios
contra la ciudad (Jer. 23: 19).
15. Su rey.
Heb. malkam, que acertadamente puede traducirse como "rey de ellos", o
puede también tomarse como nombre propio, Milcom (ver com. 2 Sam. 12: 30; 1 Rey.
11: 5), dios mejor conocido como Moloc, la principal deidad de los amonitas (ver
com. 1 Rey. 11: 7; Jer. 49: 1; Sof. 1: 5). Concordaba perfectamente con el
espíritu de la época que se creyera que la deidad o deidades locales compartían
los terrores de la guerra con sus adoradores (ver Isa. 46: 1-2). Bien pudo haber
anunciado Amós que tanto el rey como el dios de los amonitas serían llevados en
cautiverio como una evidencia de la completa derrota de esa nación.
En
cautiverio.
En el caso de Israel, el cautiverio tenía el propósito de
que se llevara a cabo una reforma; y en el caso de las naciones paganas,
juzgadas aquí por Dios debido a sus crímenes, el cautiverio marcaría la
terminación de su tiempo de gracia.
COMENTARIOS DE ELENA G.
DE WHITE T4
CBA LIBRO DE AMÓS CAPÍTULO 1
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