1. Jonás.
En cuanto a la identidad de Jonás,
ver la p. 1019.
Amitai.
Este nombre se deriva del Heb. 'émeth ,
que significa "fidelidad" o "verdad". Se menciona a Amitai sólo aquí y en 2 Rey.
14: 25.
2. Ha subido.
Esta
expresión, o alguna similar a ella, se usa para los pecados del mundo
antediluviano (Gén. 6: 5, 11) y de los habitantes de Sodoma y Gomorra (Gén. 18:
20-21). En ambos casos el tiempo de gracia estaba por terminar. Quizá esto
también sucedía en Nínive (ver com. Dan. 4: 17).
Su maldad.
Nahúm llama a Nínive " "ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de
rapiña" " (Nah. 3: 1; cf. vers. 19). Sin embargo, la ciudad no estaba
desahuciada. "No estaba completamente entregada al mal" (PR 198).
Delante de mí.
Cf. Gén. 18: 20-21. Dios lleva cuentas con las
naciones. Cada una tiene su período de prueba. Dios procura obtener la
obediencia de todos los hombres y de conseguir la cooperación de las naciones
para llevar a cabo el programa divino.
3. Se levantó.
Jonás no se levantó para obedecer a Dios
sino para desobedecerle. Como el joven rico, no estaba dispuesto a someter su
voluntad a la de Dios (Mat. 19: 21-22). Como "muchos" de los "discípulos" del
Señor, Jonás halló que la orden de Dios era demasiado "dura" para ser cumplida,
y por eso -como ellos- creyó que por lo menos en ese caso no caminaría "con él"
" (Juan 6: 60, 66). El profeta no comprendió que cuando Dios coloca una misión
sobre los hombres para que la cumplan de acuerdo con la voluntad divina, los
fortalece para que la lleven. Con cada orden divina viene el poder para
cumplirla. El profeta cometió el error de no poner "primeramente el reino de
Dios y su justicia" (Mat. 6: 33). Debido a que le desagradaba la misión que le
había sido dada, estuvo dispuesto a separarse del servicio de Dios hasta el
punto de que -si no hubiese sido porque intervino la gracia de Dios- podría
haber perdido su alma.
De la presencia.
Literalmente, "de
delante del rostro de Jehová"." ¡Empresa imposible! (Sal. 139: 7-12).
Tarsis.
Generalmente se acepta que Tarsis era la clásica
Tartesos, en la costa sur de España. Era proverbial por su riqueza y mantenía un
activo comercio con la ciudad fenicia de Tiro y con otros países, a los que
exportaba plata, hierro, estaño y plomo (Eze. 27: 12). En ese distante y activo
lugar Jonás esperaba huir de su deber y acallar la voz de su conciencia.
A Jope.
El actual puerto marítimo de Jaffa, a unos 54 km al
noroeste de Jerusalén, y una de las ciudades más antiguas del mundo. Era el
único puerto de alguna importancia que pertenecía a los judíos. Por Jope se
trajo a Jerusalén la madera para la construcción del templo de Salomón (2 Crón.
2: 16) y también para su restauración (Esd. 3: 7).
4. Un gran viento.
El Señor no abandonó a Jonás aunque el
profeta trataba de huir de él. "Mediante una serie de pruebas y providencias
extrañas" procuró que hubiera un cambio en la voluntad de Jonás y en su conducta
(ver PR 198-199).
Es de hacer notar los instrumentos sencillos y
naturales mediante los cuales Dios realizó su voluntad: viento (cap. 1: 4), un
gran pez (cap. 1: 17), un dolor (cap. 2: 10), una calabacera (cap. 4: 6), un
gusano (cap. 4: 7), viento y sol (cap. 4: 8).
Que se partía.
La
sentencia podría traducirse, "y el barco pensó romperse". Si se acepta esta
traducción, hay una vívida figura de personificación.
5. A su dios.
No se especifican la nacionalidad ni la
religión de los marineros. Probablemente algunos eran fenicios, otros tal vez de
diversas naciones, lo que representaría una variedad de religiones.
Enseres.
Heb. keli , "utensilio", "receptáculo", "equipo". No es
seguro si tanto la carga como los avíos de la nave fueron tirados por la borda.
Interior.
"Fondo" (BJ). Heb. yarkah , "el lado de atrás". Con
frecuencia se usa en el sentido de la parte más remota.
Se había echado
a dormir.
"Dormía profundamente" (BJ). Heb. radam, "roncar", 1023 "estar
entregado a un sueño profundo". No se da el origen del profundo sueño de Jonás.
6. Patrón de la nave.
Literalmente,
"marinero principal". La palabra para "marinero" proviene de una raíz que
significa "atar", de la cual se deriva el sustantivo "cuerda". Aunque no se
dice, se da por sentado que Jonás respondió al pedido.
7. Echemos suertes.
Los marineros pensaron que alguien
había provocado la ira de los dioses. El Señor intervino en el método para
determinar quién era el culpable, de modo que "la suerte cayó sobre Jonás".
Acerca de la pregunta de si es correcto o no echar suertes, ver com.
Eze. 21: 21.
8. Decláranos.
Esta
serie de cortas preguntas pinta un vívido cuadro de la excitación que había a
bordo de ese maltrecho barco.
9. Hebreo.
Nombre con el cual con frecuencia eran designados los israelitas por los
que no pertenecían a su raza (Gén. 39: 14; 40: 15; 41: 12; Exo. 1: 16; 2: 7; 3:
18; 1 Sam. 4: 6). En cuanto al origen del nombre, ver com. Gén. 14: 13.
Jehová.
"Yahveh" (BJ). Nombre personal de Dios (ver t. I, pp.
180-181). Los términos "Dios" (Heb. 'Elohim ) y "Señor" (Heb. 'Adonai ) son
nombres generales que designan la deidad. La palabra 'elohim se usa con
frecuencia para los dioses falsos (Exo. 18: 11; etc.). De modo que el nombre
Yahweh designa específicamente al Dios verdadero.
Dios de los cielos.
Cf. Gén. 24: 7; Dan. 2: 37, 44.
Que hizo.
Una de las
características distintivas, presentada para mostrar la superioridad del Dios
verdadero (Jer. 10: 10-12).
No sabemos si los marineros estaban
familiarizados con el poder del Dios de Jonás mediante un conocimiento previo de
él (ver Exo. 15: 13-16; Jos. 5: 1; 1 Sam. 4: 5-9). Pero en esas circunstancias
estando amenazados por una muerte inminente y, sin duda, interpretando el
carácter de Jehová de acuerdo con sus conceptos paganos, quedaron aterrorizados.
10. ¿Por qué has hecho esto?
Es más
una exclamación que una pregunta.
11. ¿Qué
haremos?
Creían que quizá Jonás era el único que conocía a Jehová y que
sabía cuál era el medio para expiar su pecado.
El mar se iba
embraveciendo.
"Seguía encrespándose" " (BJ). La forma idiomática hebrea
aquí empleada muestra que estaba aumentando el furor de la tempestad.
12. Echadme.
No es claro si Jonás
habla aquí por inspiración divina. Sea como fuere, su proceder fue varonil.
Prefirió no arrastrar a otros en su desgracia. Aunque Jonás carecía
absolutamente de valor moral (vers. 2-3), no le faltaba valor físico.
13. Aquellos hombres trabajaron.
"Se pusieron a remar con ánimo" (BJ). Quizá había alguna duda de que el
Dios de Jonás requiriera una medida tan extrema.
A tierra.
En
los viajes por mar, los antiguos tenían la costumbre de navegar a lo largo de la
línea de la costa, de modo que el barco no estaba lejos de la tierra.
14. Te rogamos.
Los marineros
temían ofender más a Jehová haciendo morir a uno de sus adoradores. Sus
oraciones fueron dirigidas a Jehová y no a sus dioses.
15. El mar se aquietó.
Cf. Mat. 8: 26. La calma vino
súbitamente, por lo cual los navegantes reconocieron que era un acto de
intervención divina.
16. Temieron... a
Jehová.
Tan manifiesto fue el poder de Jehová sobre la naturaleza en
este episodio y tan notable había sido el cumplimiento de las palabras de Jonás
(vers. 12), que no es de admirarse que los marineros reaccionaran de esa forma.
Ofrecieron sacrificio.
Los hombres hicieron lo que, en su
limitado conocimiento, pensaron que era lo más apropiado.
17. Tenía preparado.
Heb. manah ,
"señalar". La palabra se ha traducido "señaló" en Dan. 1: 5, 10.
Un gran
pez.
El relato no dice si el pez fue creado para esa ocasión o si el
Señor empleó una variedad que ya existía, que era capaz de tragarse a un hombre.
Son vanas las especulaciones en cuanto a este punto, pues no se identifica la
clase de pez. En hebreo se usa el término genérico para "pez". Al hacer
referencia a este caso en el NT, en Mat. 12: 40, se designa al pez con el Gr.
k'tos, que tan sólo denota un "monstruo marino", y que se ha traducido como
"ballena" " (RVA), "gran pez" (BJ). La LXX dice k'tos en Jon. 1: 17.
Tres días y tres noches.
El lapso implicado en esta expresión ha
sido muy debatido porque Jesús declaró: " "Porque como estuvo Jonás en el
vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en
el corazón de la tierra tres días y tres noches" " (Mat. 12: 40). Puede
demostrarse fácilmente que de acuerdo con la modalidad hebrea la expresión no
significa necesariamente tres 1024 días completos de 24 horas cada uno, lo que
da en total 72 horas. Para un estudio de este problema, ver com. Mat. 12: 40.
En hebreo, en la LXX y en la BJ el vers. 17 es el primer versículo del
cap. 2.
NOTA ADICIONAL DEL CAPÍTULO 1
Nínive, la asiria Ninua , fue una de las más antiguas ciudades
asirias. Según el relato bíblico fue fundada por Nimrod (ver com. Gén. 10: 11).
La evidencia arqueológica también atestigua de su gran antigüedad. En su
historia de muchos siglos, Nínive fue varias veces la capital del reino asirio.
Alcanzó su máxima importancia durante el período imperial, entre los siglos IX a
VII a. C., especialmente durante el reinado de Senaquerib, que la convirtió en
la ciudad más gloriosa de su tiempo. Por las descripciones que hace Senaquerib
de su trazado general y de los palacios de la ciudad, se dispone de un claro
cuadro de la antigua metrópoli. Desde 612 a. C., cuando los babilonios y los
medos destruyeron completamente a Nínive, la ciudad ha yacido en ruinas. Aun su
ubicación fue olvidada hasta que fue descubierta de nuevo a mediados del siglo
XIX (ver t. I, pp. 116-117).
Nínive estaba en la margen oriental del río
Tigris frente a la actual ciudad de Mosul. Antiguamente el río corría a lo largo
del muro occidental de la ciudad y así formaba una protección adicional por ese
lado. Desde entonces ha cambiado su curso, y ahora corre a unos 1.200 m al oeste
de su antiguo lecho.
Dos montículos de ruinas dentro de la zona de
Nínive cubren los palacios principales y templos de la antigua ciudad. Uno de
ellos es Nebi Yunus, bajo el cual está enterrado el palacio de Esar-hadón. El
otro montículo, Kuyunyik, contiene las ruinas de los palacios de Senaquerib y
Asurbanipal. Nebi Yunus apenas ha sido tocado por la pala. Hay en este sitio una
aldea así como la tumba tradicional musulmana del profeta Jonás, lo que hace
imposible que los arqueólogos perturben este montículo. Por otra parte, varias
expediciones han trabajado en Kuyunyik. Botta comenzó el trabajo en este
montículo en 1840. Desde entonces se han desenterrado partes de los palacios de
Senaquerib y de Asurbanipal. Layard y Rassam encontraron en el palacio de
Asurbanipal una biblioteca real de unas 20.000 tablillas que ahora es uno de los
principales tesoros del Museo Británico. Esos textos han proporcionado valiosa
información concerniente a la historia, la cultura y la religión de los pueblos
antiguos de la Mesopotamia.
El tamaño de la antigua Nínive se puede
establecer con bastante exactitud debido a que las murallas de la ciudad todavía
son claramente visibles aun en su estado ruinoso. Esas murallas se pueden ver
desde una gran distancia en forma de montículos extendidos, interrumpidas por
brechas donde estaban las puertas. Su perímetro alcanza a unos 12 km, y tiene
una superficie de 663 hectáreas, que en el mapa aparece como un rectángulo
irregular y alargado (ver p. 1026).
Un prisma octagonal de arcilla, de
Senaquerib, que describe las construcciones del rey, nombra 15 puertas de la
ciudad, de las cuales 7 estaban en las murallas del sur y del este, 3 en la
muralla del norte y 5 en la del oeste. Durante sus excavaciones, Henry Layard
encontró una de las puertas del norte relativamente bien conservada. A cada lado
de la puerta había enormes toros que él dejó en su posición original. Los
visitantes todavía pueden verlos allí. Dos montículos en la muralla, encima de
dos atalayas, alcanzan una altura de unos 20 m. La muralla del este, ligeramente
curva, tenía unos 5 km de longitud, la del oeste 4 km, la del norte 2 km y la
del sur casi 1 km. De acuerdo con la descripción de Senaquerib, la muralla tenía
unos 12 m de espesor y unos 20 m de altura. Desde el este, Nínive no sólo estaba
protegida por sus murallas sino además por varios terraplenes paralelos, cuyos
restos son todavía visibles.
Algunos calculan que la población total de
la ciudad amurallada podría estimarse en 160.000. No se sabe cuánta gente vivía
fuera de la ciudad. Muchos comentadores han interpretado la referencia de Jon.
4:11 a las 120.000 personas que no podían discernir entre su mano derecha y su
izquierda como que sólo se aplica a niños pequeños. Por lo tanto, han calculado
que la población total de Nínive debe haber estado entre 600.000 y 2.000.000 de
habitantes. Puesto que una población tan grande no podía haber vivido dentro de
Nínive, han pensado que ciudades 1025 como la ciudad de Sargón", ahora Jorsabad,
a unos 20 km al noreste de Nínive, y Cala, ahora llamada Nimrud, en la
confluencia del gran Zab y el Tigris a unos 30 km al sur de Nínive, estaban
incluidas en la Nínive de Jonás. Sin embargo, esas ciudades, aunque pertenecían
a Asiria, eran unidades separadas con sus propios muros protectores y su
administración, y nunca se incluyen en Nínive en los antiguos registros
históricos.
Por lo tanto, algunos comentadores modernos, que creen que
las "ciento veinte mil personas" " (cap. 4: 11) sólo se refieren a los niños, y
que el autor de este libro las ubica en la Nínive propiamente dicha, afirman que
el libro es ficticio. Considerando el tamaño real de la ciudad, sería mejor
interpretar que el cap. 4: 11 se refiere a personas que no podían distinguir
entre el bien y el mal (ver allí el comentario). Si 120.000 fuera
aproximadamente la población total de la ciudad propiamente dicha, ésa sería una
cifra razonable pues la moderna Mosul -que sólo es un poco más grande- tiene más
del doble de esa población.
La declaración de que " "era Nínive ciudad
grande en extremo, de tres días de camino" " (cap. 3: 3) quizá significa que un
hombre hubiera necesitado tres días para recorrer todo su territorio recorriendo
sus calles si quería alcanzar a toda la población que vivía dentro de sus
murallas.
También la declaración de que " "comenzó Jonás a entrar por la
ciudad, camino de un día, y predicaba" " (cap. 3: 4) difícilmente puede
significar que caminó durante todo un día hasta que llegó a un lugar en la
ciudad donde comenzó su obra de amonestación. Este texto puede entenderse como
que se refiere al comienzo de la obra de Jonás y a la proclamación de su mensaje
durante el primer día con el resultado de que "los hombres de Nínive creyeron a
Dios" " (cap. 3: 5).
Debiera además recordarse que para un israelita
palestino, Nínive era una ciudad que no podía compararse en tamaño con ninguna
otra ciudad del Asia occidental conocida por él. Samaria, la capital del reino
de Israel, tan sólo abarcaba unas 8 hectáreas, y ninguna otra ciudad de
Palestina era más grande, con la excepción de Jerusalén (ver la Nota Adicional
de Neh. 3). Para la gente que venía de ese país, Nínive, con sus 660 hectáreas,
era "una ciudad grande en extremo".
COMENTARIOS DE ELENA G.
DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JONÁS CAPÍTULO 1
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