1. Por segunda vez.
Sin reproche alguno por la
defección anterior de Jonás, el Señor repite la orden de predicar a los
ninivitas. Y esta vez, sin claudicar ante las inclinaciones humanas, Jonás
obedece prestamente la orden celestial y sin más demoras parte para Nínive.
2. Levántate.
Debido a la
repetición de esta palabra (cf. cap. 1: 2), algunos eruditos bíblicos creen que
es posible que cuando Jonás fue liberado del "gran pez" fue a Jerusalén a
ofrecer " "sacrificios" y a cumplir con los votos aludidos en su oración de
agradecimiento (cap. 2: 9). Esta es una mera conjetura.
En la
antigüedad, un barco que fuera de 1029 Jope a Tarsis tal vez seguiría la línea
costera de Palestina hacia el norte. Si lo que sucedió con el acaeció en los
comienzos del viaje, Jonás puede haber estado mucho más cerca de Nínive que
cuando se embarcó (ver com. cap. 1: 13; ver el mapa de la p. 1018).
Proclama.
Heb. qara' , la palabra traducida "pregona" en cap. 1:
2.
Que yo te diré.
El mensaje confiado a Jonás es el mismo que
se da a cada predicador de la Palabra. Tan sólo la Palabra de Dios debe ser
proclamada desde el púlpito, y no las palabras humanas (2 Tim. 4: 1-2). En
nuestro perturbado mundo de hoy hay almas ansiosas y perplejas que anhelan
recibir el consejo de Dios y no los inciertos vanos razonamientos y las
filosofías de hombres tan falibles como ellas. Prefieren un "Así dice Jehová"
antes que un "Así dice un hombre".
3. Se
levantó Jonás.
El profeta estaba ahora tan dispuesto a cumplir la
comisión que Dios le había dado como antes estuvo inclinado a eludirla.
En extremo.
"Grandísima" (BJ). Heb. le'lohim , literalmente
"para Dios". Expresión idiomática para indicar suma grandeza. En cuanto al
tamaño de la ciudad, ver la Nota Adicional del cap. 1.
4. Camino de un día.
No es preciso deducir que Jonás
caminó durante todo un día antes de que comenzara a predicar. Quizá la
declaración registre el primer día de predicación. Sin duda poco después de
haber entrado en la ciudad, Jonás comenzó su mensaje de amonestación.
De
aquí a cuarenta días.
No debe suponerse que estas palabras constituían
todo el texto del mensaje de Jonás. Sin embargo, eran la nota clave de su
amonestación.
Destruida.
Heb. hafak , la palabra usada en Gén.
19: 21, 25, 29 para describir la destrucción de Sodoma.
5. Creyeron a Dios.
O, "creyeron en Dios" (BJ). En cuanto
a los posibles antecedentes que, según algunos, contribuyeron al éxito de la
predicación de Jonás, ver PP. 1019-1020.
Cilicio.
Vestimentas de
burdo material oscuro, tejidas con pelo de cabra, que se usaban en ocasiones de
duelo y calamidad (cf. Dan. 9: 3; Mat. 11: 21; Luc. 10: 13).
6. El rey.
Quizá Adad-nirari III
(ver pp. 1019-1020). El sentimiento de contrición y arrepentimiento parece haber
surgido espontáneamente del pueblo sin ninguna orden oficial (vers. 5). Notable
espectáculo ver al rey del más poderoso imperio de sus días humillarse "sobre
ceniza" ante la predicación de un profeta extranjero. ¡Qué reproche para los
orgullosos gobernantes y el pueblo de Israel que persistentemente rehusaban
humillarse de corazón ante el impacto de un más extenso y continuo ministerio
profético! (cf. 2 Rey. 17: 7-18).
7. Proclamar.
Cuando la ola de penitencia y humildad que
comenzó con el pueblo llegó hasta el rey, él confirmó el ayuno mediante un
decreto oficial. Sus nobles se le unieron en la promulgación de ese decreto, lo
que indica que su espíritu coincidía con el del rey en esa crisis.
Y
animales.
Extraño decreto, pero recuérdese que procedía de un rey pagano
que sólo había recibido parte de la luz. Un hecho similar se refiere en el libro
apócrifo de Judit, tal vez escrito en el siglo II a. C.: " "Todos los hombres de
Israel clamaron a Dios con gran fervor, y con gran fervor se humillaron; y
ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ganados, los forasteros residentes, los
jornaleros y los esclavos, se ciñeron de saco" " (Judit 4: 9-10, BJ). Herodoto
informa que en una oportunidad los persas se cortaron el cabello y también el
pelo (crines y colas) de sus caballos y bestias de carga en una ocasión de duelo
general (ix. 24). Pero no sabemos hasta qué punto esas prácticas pueden haber
reflejado las costumbres asirias.
8. Conviértase.
Es decir, los hombres. Los actos
religiosos externos no tienen valor espiritual a menos que estén acompañados por
una sincera reforma interior del carácter.
Rapiña.
"Violencia"
(BJ). Cf. Amós 3: 10.
9. ¿Quién sabe?.
Es dudoso que Jonás diera seguridad alguna de una posible revocación del
decreto divino. Su ira cuando la ciudad fue perdonada (cap. 4: 1) indica que no
lo había hecho. Sin embargo, comprendía bien el carácter misericordioso de Dios
(cap. 4: 2).
10. Se convirtieron.
Cf. Mat. 12: 41; ver PR 268.
Se arrepintió.
Las
circunstancias son las que cambian y no Dios (Jer. 18: 7-10; Eze. 33: 13-16). En
realidad, sus anuncios de castigos con frecuencia son profecías condicionales
(ver com. Eze. 25: 1). En cuanto a la forma en que Dios se arrepiente, ver com.
Gén. 6: 6; 1 Sam. 15: 11. Dios habla a los hombres en un lenguaje humano. 1030
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JONÁS CAPÍTULO 3
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