Ir al contenido principal

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DEL PROFETA HABACUC


INTRODUCCIÓN AL LIBRO DEL PROFETA HABACUC

CONTENIDO: 

  1. Título
  2. Paternidad literaria
  3. Marco histórico
  4. Tema 
  5. Bosquejo
1. Título.-

El título de este libro, como los de otros libros de los profetas menores, es simplemente el nombre del autor. Habacuc, Jabaqquq en hebreo, se deriva del verbo jabaq , "abrazar". Algunos han relacionado este nombre con la palabra acadia jambaququ , nombre de una planta hortense aromática. El nombre Habacuc no se halla en ninguna otra parte del AT.

2. Paternidad literaria.-

No se sabe más de Habacuc de lo que se registra en su libro. No se sabe si, como en el caso de Amós (ver com. Amós 7: 14), Habacuc fue llamado por Dios de alguna otra ocupación, o si fue especialmente preparado para su vocación en la escuela de los profetas.

Entre los famosos rollos hallados en Kirbet Qumrán (ver p. 128; t. I, pp. 36-37) hay un rollo que trata de Habacuc. Al examinarlo, se vio que era un antiguo midrash , o comentario, compuesto de pasajes cortos citados de Habacuc y seguidos por la interpretación que el escritor da a los pasajes. La escritura está bien conservada, pero desgraciadamente hay muchas lagunas o vacíos. El comentario consta de 13 columnas de escritura, y abarca sólo los dos primeros capítulos de Habacuc. Este manuscrito ha recibido la fecha de c. 100 a. C. Resulta contemporáneo de los dos rollos de Isaías (p. 129). El Comentario sobre Habacuc fue publicado en placas facsímiles, con un texto paralelo en caracteres hebreos modernos, junto con el rollo más completo de Isaías(rollo 1QIsa de los Manuscritos del Mar Muerto).

La importancia primordial del Comentario sobre Habacuc para la erudición bíblica, no consiste en los comentarios en sí, por interesantes que sean, sino en el mismo texto bíblico. Este texto, copiado por algún antiguo escriba sectario (probablemente esenio), es casi tan milenio más antiguo que los manuscritos más antiguos del texto masorético (ver t. I, pp. 38-39). Por lo tanto, su valor es inestimable para un estudio textual del libro de Habacuc. Ver com. cap. 1: 4, 17; 2: 1, 4-5, 15-16.

3. Marco histórico.-

Este libro parece haber sido escrito durante un tiempo de terrible apostasía (PR 285), quizá durante la última parte del reinado de Manasés, durante el reinado de Amón o durante la primera parte del reinado de Josías. Es muy probable que el ministerio de Habacuc siguiera más o menos de cerca al ministerio del profeta Nahúm. Esta opinión tiene a su favor el lugar en que está colocado el libro tanto en el canon hebreo como en el griego. En términos generales, los males que Habacuc atribuye a su pueblo y de los cuales se queja, también corresponden 1070 con este período. Por lo general, la fecha 630 a. C. ha sido asignada a su profecía por las razones que se hallan enumeradas en la p. 25. El profeta bien conocía la crisis que Babilonia pronto habría de provocar a su pueblo por causa de sus pecados, una crisis que finalmente resultaría en el cautiverio de Judá. Habacuc amonestó anticipadamente a la nación en cuanto a esa crisis, y también predijo el castigo divino sobre la Babilonia idólatra e inicua, el enemigo de Dios y de su pueblo.

4. Tema.-

Aunque Habacuc lamenta los pecados de Judá y sabe que su pueblo merece castigo, está preocupado por el resultado de las aflicciones de su pueblo. También se preocupa por el destino del instrumento que Dios usa para imponer ese castigo, los caldeos, que parecen ser bendecidos con una prosperidad siempre creciente. Dios responde a las cordiales preguntas de su siervo, y muestra a Habacuc que el castigo de los israelitas es para su bien final, mientras que la prosperidad material de los impíos, representados por Babilonia, se desvanecerá como resultado del castigo divino. Este libro llega a su apogeo en la "oración" del cap. 3, por medio de una descripción gráfica de la suerte de los impíos y el galardón triunfante de los justos.

En este contraste, Dios tiene el propósito de revelar al profeta cómo el creciente orgullo de los caldeos, y también el de todos los impíos, conduce a la muerte, mientras que conduce a la vida la confiada sumisión de los justos ante Dios por fe. En este énfasis sobre la santidad y la fe, Habacuc se une a Isaías como un profeta evangélico.

El libro de Habacuc proporciona una solución al problema de por qué Dios permite que prosperen los pecadores, comparable con la solución proporcionada por el libro de Job al problema de por qué Dios permite que sufran los santos (ver t. III, p. 494). Habacuc amaba sinceramente al Señor, y con ansia anhelaba el triunfo de la justicia, pero no podía entender por qué Dios aparentemente permitía que continuaran desenfrenados e impunes la apostasía y el crimen de Judá (Hab. 1: 1-4; cf. Jer. 12: 1). Dios le informa que tiene un plan para refrenar y castigar a Judá por su mala conducta, y que para eso va a utilizar a los caldeos como su instrumento (Hab. 1: 5-11; ver pp. 33-34; cf. Isa. 10: 5-16).

Esta explicación presenta otro problema en la mente de Habacuc: ¿Cómo puede usar Dios a una nación más impía que Judá para castigar a Judá? ¿Cómo se puede conciliar un plan tal con la justicia divina? (cap. 1: 12-17).

Temerariamente, y sin embargo con toda sinceridad e inocencia, Habacuc demanda una respuesta de Dios (cap. 2: 1). Pasando por alto temporalmente la temeridad de la pregunta de Habacuc, Dios asegura al profeta en cuanto a la certidumbre de su propósito respecto a Judá (vers. 2-3), y luego le muestra su propia necesidad de humildad y fe (vers. 4). Dios procede a enumerar los pecados de Babilonia (cap. 2: 5-19). Conoce muy bien la traición y la maldad de Babilonia y le asegura a Habacuc que él, Dios, aún rige los asuntos de la tierra. Por eso todos los hombres, incluso Habacuc, harían bien en callarse " "delante de él" (vers. 20). Es decir, no deben poner en duda la sabiduría de los caminos de Dios.

Dándose cuenta de que se había extralimitado atreviéndose a desafiar la sabiduría de Dios y su voluntad, Habacuc se arrepiente humildemente. Sin embargo, al mismo tiempo su fervorosa y celosa preocupación por Judá, como el instrumento escogido del plan divino en la tierra (ver pp. 28-29), lo induce a rogar que la justicia divina sea morigerada con misericordia (cap. 3: 1-2). Sigue a esta oración una revelación de la gloria y el poder divinos que presenta a Dios trabajando para la salvación de sus hijos fieles, y para la derrota de sus enemigos (vers. 3-16). Termina el libro con una afirmación de confianza de Habacuc en la sabiduría y éxito final del plan divino (vers. 17-19). 1071

5. Bosquejo.-

I. El problema: La paciencia divina para con Judá y Babilonia, 1: 1- 17.

A. Queja de Habacuc respecto a la iniquidad de Judá, 1: 1-4.
B. Plan de Dios para tratar con Judá, 1: 5-11.
C. Protesta de Habacuc contra el plan de Dios, 1: 12-17.

II. La solución: Confianza en la sabiduría y el éxito del plan de Dios, 2: 1-20.

A. Habacuc demanda una respuesta, 2: 1.
B. Dios recomienda confianza en la sabiduría y el éxito del plan divino, 2: 2-4, 20.
C. Dios enumera los pecados nacionales de Babilonia, 2: 5-19.

III. La respuesta de Habacuc, 3: 1-19.

A. Intercesión para que Dios actúe y tenga misericordia 3: 1-2.
B. Una visión de castigo y liberación, 3: 3-16.
C. Afirmación de la fe de Habacuc en Dios, 3: 17-19.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lección 11 LA CRISIS VENIDERA | Lunes 10 de junio

 Lunes 10 de junio | Lección 11 LA CRISIS VENIDERA La profecía de la marca de la bestia en Apocalipsis 13 nos habla de la peor etapa, la más feroz, de la guerra de Satanás contra Dios. Desde que Jesús murió en la Cruz, el enemigo sabe que ha sido derrotado, pero se ha resuelto a hundir junto con él a la mayor cantidad posible de personas. Su primera estrategia en esta campaña es el engaño. Cuando el engaño no funciona, recurre a la fuerza. En última instancia, él está detrás del decreto de que cualquiera que se niegue a adorar a la bestia o a recibir su marca será condenado a muerte. La persecución religiosa, por supuesto, no es nueva. Ha existido desde que Caín mató a Abel por obedecer el mandato de Dios. Jesús dijo que sucedería incluso entre los creyentes. Lee Juan 16:2; Mateo 10:22; 2 Timoteo 3:12; y 1 Pedro 4:12. ¿Qué experimentó la iglesia del Nuevo Testamento y cómo se aplica esto a la iglesia de Cristo del tiempo del fin?  Jua 16:2  Los expulsarán de las sinagogas; y hasta vien

Lección 1| PARA ESTUDIAR Y MEDITAR | Viernes 5 de Julio

  Viernes 5 de Julio | Lección 1 PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee el capítulo 10 de El Deseado de todas las gentes, de Elena de White, titulado “La voz en el desierto” (pp. 72-83), y el capítulo 17 de Los hechos de los apóstoles, de la misma autora, titulado “Heraldos del evangelio” (pp. 137-145). ¡Qué fascinante es el hecho de que el mensaje del primer ángel, en Apocalipsis 14:6 y 7, sea paralelo al mensaje evangélico de Jesús en Marcos 1:15! El mensaje del primer ángel trae el evangelio eterno al mundo en los últimos días en preparación para la Segunda Venida. Al igual que el mensaje de Jesús, el evangelio angélico del tiempo del fin contiene los mismos tres elementos, como ilustra la siguiente tabla: El mensaje del primer ángel anuncia el comienzo del juicio previo al regreso de Cristo predicho en la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14; este comenzó en 1844. El Juicio trae el Reino de Dios a su pueblo perseguido (Dan. 7:22). La exhortación del primer ángel a reverenciar, glorifica

Lección 3 | EL SEÑOR REINA | Lunes 15 de enero

Lunes 15 de enero | Lección 3 EL SEÑOR REINA Estrechamente ligado (mejor dicho, inseparablemente ligado) al concepto del Señor como Creador está el concepto del Señor como Soberano, como Gobernante. La declaración “El Señor reina” se proclama solemnemente en Salmos 93:1, 96:10, 97:1 y 99:1, pero sus ecos se escuchan en todo el libro de Salmos. El Señor está revestido de honor, majestad y fuerza (Sal. 93:1; 104:1). Está rodeado de nubes y tinieblas (Sal. 97:2), pero también se cubre “de luz como de un vestido” (Sal. 104:2). Estas metáforas exaltan el poder y el esplendor del Rey, y fueron cuidadosamente escogidas para expresar la grandeza única de Dios, que está más allá de la comprensión humana. Lee Salmo 97. ¿Qué caracteriza el reinado del Señor? (Sal. 97:2, 10). ¿Cuál es el dominio de su reinado? (Sal. 97:1, 5, 9). Sal 97:1   Jehová reina; regocíjese la tierra,   Alégrense las muchas costas.  Sal 97:2  Nubes y oscuridad alrededor de él;   Justicia y juicio son el cimiento de su trono