Lección 1 | Jueves 1º de julio
“ERRANTE Y EXTRANJERO”
Lee Génesis 4:1 al 12. ¿Qué hizo de Caín un “errante y extranjero” (Gén. 4:12) en la Tierra?
Gén 4:1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido[a] varón.
Gén 4:2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
Gén 4:3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.
Gén 4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;(A)
Gén 4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Gén 4:6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
Gén 4:7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.[b]
Gén 4:8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.(B)
Gén 4:9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Gén 4:10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Gén 4:11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
Gén 4:12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
El texto bíblico no indica explícitamente por qué Dios aceptó a Abel y su ofrenda pero no “miró con agrado” a Caín ni su ofrenda (Gén. 4:4, 5). Pero nosotros sabemos por qué. “Caín se presentó a Dios con murmuración y escepticismo en el corazón tocante al sacrificio prometido y a la necesidad de ofrendas expiatorias. Su ofrenda no expresó arrepentimiento por el pecado. Sentía, como muchos sienten hoy, que seguir exactamente el plan indicado por Dios y confiar plenamente en la Expiación del Salvador prometido para su salvación sería reconocer su debilidad. Prefirió depender de sí mismo. Se presentaría confiando en sus propios méritos” (PP 59).
Cuando Dios dijo que Caín sería “errante y extranjero” en la Tierra, no es que Dios lo haya decidido así; más bien, eso sucedió como resultado de sus actos pecaminosos y su desobediencia. Al no encontrar descanso en Dios, Caín descubrió que no podía hallar verdadero descanso de ninguna otra forma.
La palabra hebrea traducida como “mirar con agrado” (Gén. 4:4) también podría traducirse como “mirar de cerca, considerar cuidadosamente”. El énfasis de la mirada cuidadosa y cercana de Dios no está tanto en la ofrenda sino, más bien, en la actitud del oferente. El rechazo de Dios a la ofrenda del fruto de Caín no es una reacción arbitraria de un Dios caprichoso. Más bien, describe el proceso de considerar y sopesar cuidadosamente el carácter, las actitudes y las motivaciones de quien trae la ofrenda. Este es un buen ejemplo de Juicio Investigador.
Lee Génesis 4:13 al 17 y describe la reacción de Caín al juicio de Dios.
Gén 4:13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.
Gén 4:14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
Gén 4:15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.
Gén 4:16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod,[c] al oriente de Edén.
Gén 4:17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.
Cuando tratamos de huir de la presencia de Dios, nos inquietamos. Tratamos de llenar el anhelo de la gracia divina con cosas, relaciones humanas o una vida demasiado ocupada. Caín comenzó a construir una dinastía y una ciudad. Ambos son grandes logros, y hablan de determinación y energía; pero, si se trata de una dinastía impía y una ciudad rebelde, en última instancia no llegarán a nada.
Incluso si terminamos sufriendo las consecuencias de nuestros pecados, como suele pasar, ¿cómo podemos aprender a aceptar el perdón que se nos ofrece mediante la Cruz?
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