El sábado enseñaré…
RESEÑA
Para muchos, el título de la lección de
esta semana puede parecer un poco extraño. ¿Cómo puedes hallar descanso en los
lazos familiares, si tu familia es disfuncional? ¿Qué sucede si tienes un padre
autoritario y dominante? ¿Quizá tienes poca o ninguna relación con tu madre? Y ¿Qué ocurre si hay intensas rivalidades entre hermanos? Por supuesto, hay
muchas familias con estrechos lazos afectivos. El hogar es un lugar de apoyo
donde el amor se expresa abiertamente. Pero esto no es siempre así.
Podemos cobrar ánimo con la experiencia de
José. Rechazado por sus hermanos celosos, vendido como esclavo, separado de su
familia, condenado injustamente y encarcelado, aún mantuvo su fe. Las pruebas
que vivió no lo amargaron; lo llevaron a confiar más en Dios. Mediante estas
pruebas, Dios estaba moldeando su carácter y preparándolo para una posición de
honor en el reino egipcio. Un día, como consejero de confianza y supervisor de
vastos recursos, se sentaría con el faraón en el trono de Egipto.
La lección de esta semana se centra en dos
verdades eternas. En primer lugar, el hecho de que atravesemos pruebas y
enfrentemos dificultades no significa de ninguna manera que Dios nos haya
abandonado o que nos ame menos. El amor de Dios nos llega donde estamos sin
importar lo que la vida nos depare. En segundo lugar, los desafíos que
enfrentamos a menudo nos preparan para algo mucho más grande de lo que podemos
imaginar. Dios tiene un plan a pesar de todo, y está obrando para lograr su
propósito final en nuestra vida. La historia de José es la historia de un joven
que fue fiel a Dios en medio de una relación familiar disfuncional, pero Dios
finalmente lo usó para salvar a su familia y restaurar la relación perdida.
COMENTARIO
El revolucionario estudio titulado Cunas
de eminencia analiza las experiencias de la infancia de más de cuatrocientas
personas consideradas “eminentes” por los autores Víctor y Mildred George
Goertzel, ambos psicólogos. Eminente se define como superior o que logra la
excelencia en su esfera, en contraposición a tener talentos naturales. Estos
son científicos, políticos, estrellas de cine, empresarios, autores,
dramaturgos y héroes deportivos. La pregunta que plantearon los Goertzel fue:
¿Qué experiencias de la primera infancia dieron forma a la vida futura de estas
personas destacadas?
Lo que descubrieron los sorprendió. Muchas
de estas personas experimentaron traumas infantiles. Algunos tenían poca salud,
otros se criaron en familias disfuncionales y otros sufrieron heridas
importantes en la infancia. Varios de estos niños que alcanzaron la excelencia
fueron criados en familias amorosas y comprensivas. La impactante verdad de
Cunas de eminencia es que nuestras decisiones fundamentales y el descubrimiento
de nuestro verdadero propósito en la vida son más importantes que nuestro
entorno o la genética para determinar las alturas que alcanzamos y las
contribuciones que hacemos a la sociedad.
Esto, sin duda, fue así en la historia de
José. Piensa en su origen genético por un momento. Provenía del linaje de
Abraham, Isaac y Jacob, que estaba manchado por el pecado. Había mentirosos y
ladrones en su árbol genealógico. Su hogar paterno estaba marcado por la
disfunción. El favoritismo de su padre enfureció a sus hermanos; estos
exhibieron celos, codicia y amargura. La solución: deshacerse de José. Piensa
en el viaje de José, y recuerda su genética y su entorno familiar disfuncional.
Los desafíos de José
José fue vendido como esclavo cuando tenía
17 años (Gén. 37:2). En Egipto, después de servir fielmente en la casa de
Potifar, José fue injustamente condenado y erróneamente encarcelado. Incluso
después de interpretar con éxito los sueños del panadero y el mayordomo
(después de tres días, como predijo José, el mayordomo fue liberado y volvió a
asumir su puesto al servicio del faraón), José quedó languideciendo en prisión
durante dos años más. Cuando el faraón soñó con las siete vacas gordas y las
siete vacas flacas, y con las siete espigas llenas de trigo y las siete espigas
vacías, el mayordomo se acordó de José. Según Génesis 41:46, José tenía
ahora treinta años. Habían pasado trece difíciles años. Durante todo este
tiempo, José había permanecido fiel a Dios. Su fe inquebrantable, su integridad
admirable y su sabiduría previsora lo colocaron en una posición ventajosa con
el faraón y se convirtió en la segunda autoridad del Imperio Egipcio.
La fidelidad de José/Las bendiciones de Dios
Las experiencias de los últimos trece años
habían preparado a José para el momento actual. Trece años antes, en la casa de
Potifar, la Escritura declara: “Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que
todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano” (39:3). El pasado
de José no determinó su presente. Fue fiel a Dios y recibió el favor de Dios,
incluso en las circunstancias más difíciles. Cuando la esposa de Potifar
continuamente le hacía insinuaciones no deseadas a José, él huía. Sus palabras
en respuesta a ella son clásicas: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y
pecaría contra Dios?” (39:9). Cuando lo encarcelaron injustamente, su capacidad
de liderazgo y su reputación inmaculada impresionaron al carcelero. Una vez
más, José ascendió a una posición de liderazgo. Dios lo favoreció. El relato
dice: “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio
gracia en los ojos del jefe de la cárcel” (Gén. 39:21). Después de interpretar
los sueños del mayordomo y del panadero, José no se puso demasiado ansioso por
su encarcelamiento; se propuso confiar en Dios y hacer lo mejor en la tarea que
tenía más a mano. Cuando finalmente lo llamaron para interpretar el sueño del
faraón, no se atribuyó ningún mérito. Simplemente, dijo: “No está en mí; Dios
será el que dé respuesta propicia a Faraón” (41:16). Cuando el faraón entendió
el sueño y su significado, eligió a José para que construyera los graneros a
fin de conservar el grano durante los siete años de abundancia, porque el
“Espíritu de Dios” estaba en él y José era “entendido” y “sabio” (41:38, 39).
Ni la genética ni el entorno de José
determinaron su futuro, sino su decisión de confiar en Dios. Su fe trascendió
su entorno. Esta cita de Aristóteles habla del valor de las decisiones
positivas sin importar nuestra situación o entorno: “La excelencia nunca es un
accidente. Siempre es el resultado de una elevada intención, un esfuerzo
sincero y una ejecución inteligente; representa la sabia elección de muchas
alternativas: la decisión, no el azar, determina tu destino”
(www.keepinspiringme/Aristotle-quotes, consultado el 6/2/2020).
Las pruebas de José lo prepararon para el éxito
El factor más importante en la fidelidad
de José a Dios fue haber reconocido que las circunstancias de su vida no
determinaban su relación con Dios. Dios lo cuidó, lo amó y lo fortaleció en
cada circunstancia de la vida. Sus difíciles circunstancias no reflejaban la
preocupación de Dios por él. Precisamente era todo lo contrario. Como dice tan
poderosamente Elena de White:
“Las pruebas y los obstáculos son los
métodos de disciplina que el Señor escoge y las condiciones que señala para
el éxito. El que lee los corazones de los hombres conoce sus caracteres mejor
que ellos mismos. […]
“El hecho de que somos llamados a soportar
pruebas demuestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo precioso que desea
desarrollar. Si no viera en nosotros nada con lo cual glorificar su nombre, no perdería
tiempo en refinarnos. No echa piedras inútiles en su hornillo. Lo que él
refina es mineral precioso. El herrero coloca el hierro y el acero en el fuego
para saber qué clase de metal son. El Señor permite que sus escogidos pasen
por el horno de la aflicción para probar su temperamento y saber si pueden ser
amoldados para su obra” (MC 373, 374).
Tardó trece años muy desafiantes, pero
Dios estaba preparando a José para algo mucho más grande. José no tenía idea de
cuáles eran los planes de Dios. Difícilmente podía imaginar que pasaría del
pozo a la prisión, y de allí al palacio. En su sabiduría previsora, Dios estaba
obrando para el bien de José. A través de este hombre, Dios salvaría a una
nación. La estadía de José en Egipto no solo preservó al país en una época de
hambruna; también salvó a Israel del hambre.
José nunca se olvidó de que Dios tenía un
plan eterno para su vida. Como Isaías escribió siglos después: “Pero ahora, así
dice el SEÑOR, que te creó, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: ‘Ahora, así
dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas,
porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas,
yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el
fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti’ ” (Isa. 43:1, 2). La eterna
promesa de Dios para José y cada uno de sus seguidores es que somos “de gran
estima […] honorable[s]” y amados” (Isa. 43:4). Él nunca nos dejará ni nos
desamparará (Heb. 13:5). Más allá de nuestro origen, nuestro entorno, nuestra
situación familiar, él está allí para animarnos y apoyarnos. Él está allí para
levantar nuestra vista de lo que es a lo que será, por su gracia. Él está allí
para inspirarnos con sus planes más amplios para nuestra vida.
APLICACIÓN A LA VIDA
Algunos, en nuestra clase de Escuela
Sabática, vienen de hogares maravillosos y piadosos. Otros provienen de hogares
destruidos o donde las condiciones eran, o son, poco deseables. No importa cómo
sea (o haya sido) nuestra vida familiar, cada uno de nosotros (al igual que
José) pasará por algunas experiencias difíciles en la vida. La lección de
Escuela Sabática de esta semana realmente tiene un pensamiento central: Dios no
nos abandona cuando enfrentamos los desafíos de la vida. Si, como José,
elegimos ser fieles a Dios en los tiempos difíciles, él nos preparará para algo
mucho más grande de lo que podamos imaginar.
Lean el Salmo 139:17 y 18 en
clase, y pide a tu clase que comparta la diferencia que marca este pasaje al
atravesar por tiempos difíciles.
Efesios 2:19 y 20 describe a una
familia comprensiva, de la que somos parte en Cristo. Dedica un momento en
clase a leer personalmente este pasaje y lo que significa para ti
personalmente. Reflexiona en la idea de que, a través de Cristo, eres miembro
de la “familia de Dios”. ¿Qué significa eso para ti en términos prácticos?
Durante esta semana, recuerda la
experiencia de José. Él fue fiel a Dios durante trece largos y difíciles años.
Durante todo este tiempo, la bendición de Dios estuvo sobre su vida. La
fidelidad en el presente y la confianza en Dios hoy te prepararán y te abrirán
las puertas para un futuro más allá de tu imaginación.
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