Domingo 28 de noviembre | Lección 10
RECORDAR EL ARCO IRIS
Lee Génesis 9:8 al 17. ¿En qué contexto se utiliza la expresión “me acordaré”, aquí? ¿Qué podemos aprender de su uso, y cómo deberíamos recordar lo que Dios ha hecho por nosotros?
Gén 9:8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
Gén 9:9 He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;
Gén 9:10 y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
Gén 9:11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
Gén 9:12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
Gén 9:13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.
Gén 9:14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
Gén 9:15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
Gén 9:16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
Gén 9:17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.
Esta es la primera vez que la palabra “acordarse” aparece en la Biblia. Por supuesto, Dios no necesita el arco iris para recordar su promesa y su Pacto. Simplemente, se expresó en un lenguaje que los seres humanos pudieran entender. En todo caso, el arco iris es para nosotros, como seres humanos, para recordar la promesa y el pacto de Dios de no destruir el mundo con agua nuevamente. En otras palabras, el arco iris era para ayudar a la gente a recordar este pacto especial que Dios había hecho; cada vez que apareciera el arco iris, el pueblo de Dios no solo recordaría el juicio de Dios sobre el mundo por su pecado, sino también su amor por el mundo y su promesa de no volver a destruirlo con agua.
Por lo tanto, aquí vemos la importancia del concepto de recordar: recordar las promesas de Dios, recordar las advertencias de Dios, recordar la intervención de Dios en el mundo.
El arco iris en el cielo se vuelve aún más importante en la actualidad ya que, sobre la base de la continuidad de las leyes de la naturaleza, muchos científicos rechazan la idea de que alguna vez haya habido un diluvio mundial. Es fascinante que Elena de White haya escrito que, antes de que llegara el Diluvio, muchos tenían la misma idea de que la continuidad de las leyes de la naturaleza descartaba la posibilidad de que pudiera ocurrir un diluvio mundial. Ella precisó que los eruditos argumentaban que esas “leyes están tan firmemente establecidas que el mismo Dios no podría cambiarlas” (PP 84). Así que, antes del Diluvio, la gente aducía, sobre la base de las leyes de la naturaleza, que tal cosa no podría ocurrir. Actualmente –después del Diluvio–, la gente argumenta, sobre la base de las leyes de la naturaleza, que tal cosa nunca ocurrió.
Sin embargo, Dios en su Palabra nos habló sobre el Diluvio y le dio al mundo una señal, no solo del Diluvio, sino también de su promesa de que no habría otro más. Recordando, por tanto, lo que significa el arco iris, podremos tener la certeza, escrita en el cielo con hermosos colores, de que la Palabra de Dios es segura. Y si podemos confiar en su Palabra con esta promesa, ¿por qué no confiar también en todo lo demás que nos dice su Palabra?
La próxima vez que veas un arco iris, piensa en las promesas de Dios. ¿Cómo podemos aprender a confiar en todas esas promesas?
A veces necesitamos ver para creer, pienso que es por eso que el Señor muestra sus señales para que podamos tener confianza... Aunque la fe, es creer aunque no veamos.
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