Lección 10 | Lunes 29 de noviembre
ACERCA DE LOS TIEMPOS PASADOS
En Deuteronomio 4, hemos leído las maravillosas amonestaciones que el Señor le dio a su pueblo a través de Moisés sobre sus grandes privilegios como pueblo escogido por Dios. Los había redimido de Egipto “con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos” (Deut. 4:34). En otras palabras, Dios no solo hizo algo grandioso por ti, sino también lo hizo de una manera que debería ayudarte a recordar, y nunca olvidar, las grandes cosas que ha hecho por ti.
Lee Deuteronomio 4:32 al 39. ¿Qué cosas les pedía el Señor que recordaran, y por qué era tan importante hacerlo?
Deu 4:32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.
Deu 4:33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?
Deu 4:34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?
Deu 4:35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.(L)
Deu 4:36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.
Deu 4:37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder,
Deu 4:38 para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy.
Deu 4:39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.
Moisés hace un repaso a través de la historia, llegando a la misma Creación. Allí preguntará al pueblo, retóricamente, si alguna vez hubo en la historia algo similar a todo lo que hizo Dios por ellos. De hecho, les insiste que pregunten; es decir, que estudien por su cuenta y vean si antes sucedió algo como lo que ellos vivieron. Mediante algunas preguntas, Moisés trató de hacerles entender por sí mismos lo que el Señor había hecho por ellos y, en definitiva, cuán agradecidos debían estar con él por los poderosos actos realizados en su vida.
Un hecho fundamental era la liberación de Egipto y luego, quizá de alguna manera aún más asombrosa, cuando les habló en el Sinaí, lo que les permitió escuchar “sus palabras de en medio del fuego”.
Lee Deuteronomio 4:40. ¿Qué conclusión quería Moisés que el pueblo extrajera de estas palabras sobre lo que Dios había hecho por él?
Deu 4:40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
El Señor no hizo todas esas cosas sin ningún propósito. Él había redimido a su pueblo y cumplió su parte del pacto que estableció con él. Fueron liberados de Egipto, y estaban a punto de entrar en la Tierra Prometida. Dios hizo su parte; ahora se los llama a hacer la suya, que era, simplemente, obedecer.
¿Cómo representa este modelo el plan de salvación expresado en el Nuevo Testamento? ¿Qué hizo Jesús por nosotros y cómo responderemos a lo que hizo por nosotros? (Ver Apoc. 14:12.)
Apo 14:12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Nuestra parte es obedecer, pero prácticamente lo hacemos de labios para afuera.
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