Lección 2 | Lunes 3 de enero
JESÚS ES NUESTRO MEDIADOR
Un concepto interesante de la teología del Antiguo Testamento es que el Rey davídico prometido representaría a la nación ante Dios.
Compara Éxodo 4:22 y 23 con 2 Samuel 7:12 al 14; Deuteronomio 12:8 al 10 con 2 Samuel 7:9 al 11; y Deuteronomio 12:13 y 14 con Salmo 132:1 al 5 y 11 al 14. ¿Qué promesas a Israel se cumplirían a través del Rey davídico prometido?
Éxo 4:22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Éxo 4:23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.
2Sa 7:12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
2Sa 7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
2Sa 7:14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.(A) Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;
Deu 12:8 No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece,
Deu 12:9 porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios.
Deu 12:10 Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.
2Sa 7:9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
2Sa 7:10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,
2Sa 7:11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.
Deu 12:13 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres;
Deu 12:14 sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
Sal 132:1 Acuérdate, oh Jehová, de David,
Y de toda su aflicción;
Sal 132:2 De cómo juró a Jehová,
Y prometió al Fuerte de Jacob:
Sal 132:3 No entraré en la morada de mi casa,
Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
Sal 132:4 No daré sueño a mis ojos,
Ni a mis párpados adormecimiento,
Sal 132:5 Hasta que halle lugar para Jehová,
Morada para el Fuerte de Jacob.
Sal 132:11 En verdad juró Jehová a David,
Y no se retractará de ello:
De tu descendencia pondré sobre tu trono.
Sal 132:12 Si tus hijos guardaren mi pacto,
Y mi testimonio que yo les enseñaré,
Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
Sal 132:13 Porque Jehová ha elegido a Sion;
La quiso por habitación para sí.
Sal 132:14 Este es para siempre el lugar de mi reposo;
Aquí habitaré, porque la he querido.
Israel era el hijo de Dios, y Dios le daría un lugar donde descansar de sus enemigos. Dios también elegiría un lugar entre ellos donde habitaría su nombre. Estas promesas para Israel se transfirieron al Rey davídico prometido. Sería adoptado como hijo de Dios, Dios le daría descanso de sus enemigos y construiría un templo para Dios en Sion, donde moraría el nombre de Dios. Esto significa que Dios cumpliría sus promesas hechas a Israel a través del Rey davídico prometido. El Rey davídico representaría a Israel ante Dios.
La inserción de un representante en la relación entre Dios e Israel hizo posible la perpetuación de su relación de pacto. El pacto mosaico requería la fidelidad de todo Israel para recibir la protección y las bendiciones de Dios (ver Jos. 7:1–13). Sin embargo, el pacto davídico garantizaba las bendiciones del Pacto de Dios sobre Israel mediante la fidelidad de una persona, el Rey davídico.
Desgraciadamente, la mayor parte de los reyes davídicos no fueron fieles, y Dios no pudo bendecir a Israel como quería. El Antiguo Testamento está lleno de relatos de cuán infieles realmente fueron muchos de esos reyes.
Lo bueno es que Dios envió a su Hijo a nacer como el Hijo de David, y él fue perfectamente fiel. Por lo tanto, Dios puede cumplir en él todas las promesas que le hizo a su pueblo. Cuando Dios bendice al rey, todo su pueblo comparte los beneficios. Por eso Jesús es el Mediador de la bendición de Dios para nosotros. Él es el Mediador en el sentido de que es el canal a través del cual fluye la bendición de Dios. Nuestra máxima esperanza de salvación se encuentra solo en Jesús y en lo que él hizo por nosotros.
Piensa cuántas veces has sido infiel a tu parte del Pacto. ¿Qué nos enseña esto? ¿Cuánto debemos confiar solo en Jesús para la salvación?
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