Lección 5 | Domingo 24 de abril
LA MALDICIÓN DE CAM
Lee Génesis 9:18 al 27. ¿Cuál es el mensaje de esta extraña historia?
Gén 9:18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.
Gén 9:19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.
Gén 9:20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;
Gén 9:21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.
Gén 9:22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.
Gén 9:23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.
Gén 9:24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,
Gén 9:25 y dijo:
Maldito sea Canaán;
Siervo de siervos será a sus hermanos.
Gén 9:26 Dijo más:
Bendito por Jehová mi Dios sea Sem,
Y sea Canaán su siervo.
Gén 9:27 Engrandezca Dios a Jafet,
Y habite en las tiendas de Sem,
Y sea Canaán su siervo.
El acto de Noé en su viñedo nos recuerda a Adán en el Jardín del Edén. Las dos historias contienen temáticas en común: comer del fruto y terminar desnudos; luego algo para cubrirse, una maldición y una bendición. Noé se vuelve a conectar con sus raíces adámicas y, lamentablemente, reanuda esa historia fallida.
La fermentación de la fruta no era parte de la Creación original de Dios. Noé se dio a la bebida, luego perdió el dominio propio y se desnudó. El hecho de que Cam “vio” su desnudez hace alusión a Eva, quien también “vio” el árbol prohibido (Gén. 3:6). Este paralelismo sugiere que Cam no solo “vio” furtivamente, por accidente, la desnudez de su padre. Salió por ahí a contarlo, sin siquiera intentar atender el problema de su padre. En contraste, la reacción inmediata de sus hermanos de cubrir a su padre, mientras que Cam lo dejó desnudo, denunció implícitamente las acciones de Cam.
La cuestión en juego aquí tiene más que ver con el respeto a los padres. Deshonrar a los padres, que representan su pasado, afectará su futuro (Éxo. 20:12; comparar con Efe. 6:2). De allí la maldición, que influirá en el futuro de Cam y en el de su hijo Canaán.
Por supuesto, es un grave error teológico y una ofensa ética utilizar este pasaje para justificar teorías racistas contra cualquiera. La profecía se restringe estrictamente a Canaán, el hijo de Cam. El autor bíblico tiene en mente algunas de las prácticas corruptas de los cananeos (Gén. 19:5-7, 31-35).
Además, la maldición contiene una promesa de bendición, en un juego de palabras con el nombre “Canaán”, que deriva del verbo kaná‘, que significa “someter”. Es mediante el sometimiento de Canaán que el pueblo de Dios, los descendientes de Sem, entrará en la Tierra Prometida y preparará el camino para la venida del Mesías, quien engrandecerá a Jafet “en las tiendas de Sem” (Gén. 9:27). Esta es una alusión profética a la expansión del pacto de Dios hacia todas las naciones que aceptarán el mensaje de salvación de Israel para el mundo (Dan. 9:27; Isa. 66:18-20; Rom. 11:25). De hecho, la maldición de Cam será una bendición para todas las naciones, incluyendo a los descendientes de Cam y Canaán que acepten la salvación que les ofrece el Señor.
Noé, el “héroe” del Diluvio, ¿ebrio? ¿Qué debería decirnos esto acerca de cuán imperfectos somos todos y por qué necesitamos la gracia de Dios en cada momento de nuestra vida?

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