Lección 9 Miércoles 25 de mayo
LA BENDICIÓN DE LA FAMILIA
Para Jacob, los últimos siete años de exilio fueron una carga, y con todo, también fueron los años más fructíferos. Jacob será el padre de once de los doce hijos que pasarán a ser los antepasados del pueblo de Dios.
Este segmento constituye el centro de la historia de Jacob (Gén. 25:19–35:26), y comienza y termina con la frase clave: Dios “abrió su matriz”, refiriéndose a Lea (Gén. 29:31, RVA) y a Raquel (Gén. 30:22, RVA). Cada vez que esta declaración va seguida de nacimientos, la evidencia es que estos nacimientos son el resultado de la acción milagrosa de Dios.
Lee Génesis 29:31 al 30:22. ¿Cómo debemos entender hoy el significado de lo que ocurre aquí?
Gén 29:31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.
Gén 29:32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén,[a] porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.
Gén 29:33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó[b] Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.
Gén 29:34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá[c] mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví.
Gén 29:35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré[d] a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.
Gén 30:1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
Gén 30:2 Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
Gén 30:3 Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.
Gén 30:4 Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella.
Gén 30:5 Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:6 Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.[a]
Gén 30:7 Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:8 Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido[b] con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.
Gén 30:9 Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.
Gén 30:10 Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:11 Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.[c]
Gén 30:12 Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob.
Gén 30:13 Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.[d]
Gén 30:14 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:15 Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:16 Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.
Gén 30:17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.
Gén 30:18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa,[e] por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.
Gén 30:19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20 Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará[f] conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.
Gén 30:21 Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.
Gén 30:22 Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.
Gén 30:23 Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;
Gén 30:24 y llamó su nombre José,[g] diciendo: Añádame Jehová otro hijo.
Dios abrió la matriz de Lea, y esta tuvo un hijo, Rubén, cuyo nombre contiene el verbo ra’á, que significa “ver”. Debido a que Dios “vio” que Jacob no la amaba (Gén. 29:31), este niño fue una compensación por su dolor y su sufrimiento. Además, ella le pone el nombre de Simeón, que contiene el verbo shamá‘, “oyó”, a su segundo hijo, porque Dios “oyó” (shamá‘) la profundidad y la humillación de su dolor y, por lo tanto, tuvo piedad de ella, así como había oído la aflicción de Agar (Gén. 29:33).
El hijo de Lea, “Simeón”, también resonará con el nombre del hijo de Agar, “Ismael”, que significa “Dios oye” (ver Gén. 16:11). Cuando Lea da a luz a su último hijo, lo llama Judá, que significa “alabanza”. Lea ya no vuelve a referirse a su dolor ni a su bendición. Ella solo se concentra en Dios y lo alaba por su gracia. Curiosamente, recién cuando Lea no puede volver a dar a luz, Dios “se acuerda” de Raquel y abre la matriz de Raquel (Gén. 30:22). Raquel, la esposa amada, tuvo que esperar siete años después de su matrimonio y catorce años después de su compromiso con Jacob, para tener su primer hijo (Gén. 29:18, 27; comparar con 30:25). Ella lo llamó “José”, para señalar que Dios había “quitado [’asaf] mi afrenta” y expresó: “añádame [iasaf] Jehová otro hijo” (Gén. 30:23, 24). Por muy equivocadas que fueran algunas de estas acciones, Dios todavía podía usar estas acciones, aunque no las aprobara, para crear una nación a partir de la simiente de Abraham.
¿De qué manera esta historia revela que los propósitos de Dios se cumplirán en el cielo y en la Tierra, a pesar de las debilidades y los errores humanos?

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