Lección 2 | Miércoles 5 de julio
VIVIR PARA ALABAR SU GLORIA
“En él hemos obtenido también una herencia, habiendo sido predestinados conforme al plan del que hace todo según el propósito de su voluntad, para que nosotros, que fuimos los primeros en Cristo, seamos para alabanza de su gloria” (Efe. 1:11, 12).
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efe 1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
Los creyentes de Éfeso parecen haber perdido el sentido claro de quiénes son como cristianos, han “desmayado” (ver Efe. 3:13). En consonancia con lo que afirmó anteriormente (Efe. 1:3-5), Pablo desea volver a reforzar su identidad como cristianos. Los creyentes no son víctimas de decisiones fortuitas ni arbitrarias de diversas deidades o poderes astrales. Son hijos de Dios (Efe. 1:5) y tienen acceso a muchas bendiciones por medio de Cristo, basadas en los profundos consejos y en las eternas decisiones de Dios. Es el propósito, el consejo y la voluntad de Dios (Efe. 1:11) lo que se está llevando a cabo en su vida según el plan aún más amplio de Dios de unir todas las cosas en Cristo (Efe. 1:10). Pueden tener una confianza inquebrantable en su reputación ante Dios y en la eficacia de las bendiciones que él ofrece. Su vida debe exaltar el mensaje de Efesios 1:3 al 14: ¡Bendito sea Dios, nuestro Padre, y el Señor Jesucristo!
Compara los usos de la idea de “herencia” en Efesios 1:11, 14 y 18. ¿Por qué crees que esta idea es importante para Pablo?
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Efe 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
¿Alguna vez recibiste una herencia como resultado de la muerte de alguien? Quizás un familiar te haya dejado un tesoro valioso o una suma considerable de dinero. Según Pablo, en virtud de la muerte de Jesús, los cristianos han recibido una herencia de parte de Dios (Efe. 1:14) y se han convertido en una “herencia” para Dios (Efe. 1:18).
En el Antiguo Testamento, a veces se considera que el pueblo de Dios es su “herencia”, o “heredad” (Deut. 9:29; 32:9; Zac. 2:12). Este sentido de ser (o de llegar a ser) la herencia de Dios es claro en Efesios 1:18, y también es el significado probable del término en Efesios 1:11 (que luego se tradujo como: “En él somos hechos una herencia” [traducción del autor]). Como elemento central de su identidad cristiana, Pablo desea que los creyentes conozcan su valor para Dios. No solo poseen una herencia de Dios (Efe. 1:14; 3:6; comparar con Efe. 5:5), sino además son la herencia de Dios.
¿Cuál es la diferencia entre trabajar para obtener algo y heredarlo? ¿Cómo nos ayuda esta idea a entender lo que hemos recibido en Jesús?
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