Lección 6 | Lunes 31 de julio
EL MISTERIO DEL EVANGELIO POR LARGO TIEMPO ESCONDIDO
¿Cuál es el misterio que se le confió a Pablo? Efesios 3:1–6.
Efe 3:1 Por esta razón, yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús[a] para bien de los que no sois judíos.
Efe 3:2 Pues sin duda ya sabéis que Dios, en su bondad, me ha confiado esta tarea en vuestro favor.
Efe 3:3 Dios me reveló su designio secreto: me lo dio a conocer, como ya os he escrito brevemente.
Efe 3:4 Leyendo mi carta podréis daros cuenta de que conozco el designio secreto de Cristo,
Efe
3:5 designio que no fue dado a conocer a nadie en otros tiempos, pero
que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio
de su Espíritu.
Efe 3:6 Tal designio secreto consiste en que los no
judíos reciben mediante el evangelio la misma herencia que los
judíos, pues son miembros del mismo cuerpo y tienen parte en la misma
promesa que Dios hizo en Cristo Jesús.
Al estudiar Efesios 3:1 al 6, ten en cuenta lo siguiente:
En primer lugar, Pablo escribe esta parte de la carta específicamente a los creyentes gentiles de los hogares-iglesias de Éfeso (Efe. 3:1).
En segundo lugar, Pablo dice ser el destinatario de algo que denomina “la administración de la gracia de Dios”, que se le concedió “para beneficio de ustedes”, los creyentes gentiles (Efe. 3:2). Esta administración, o este ministerio de gracia, es la forma en que Pablo describe la comisión que recibió de predicar el evangelio (“la gracia de Dios”) a los gentiles (comparar con Efe. 3:7, 8).
En tercer lugar, Pablo afirma que se le ha revelado un misterio, un tema sobre el que ya ha escrito en la carta (ver especialmente Efe. 1:9, 10; 2:11-22), el “misterio de Cristo” (Efe. 3:3, 4). Pablo no desea que se lo considere el inventor del evangelio, pero sí reivindica un ministerio dado por Dios para proclamarlo.
En cuarto lugar, Pablo no es el único que ha recibido una revelación avanzada sobre este misterio, ya que el Espíritu también se lo ha revelado a los “santos apóstoles y profetas” de Cristo de una manera que supera la revelación del plan de Dios a las generaciones anteriores (Efe. 3:5). El término profetas, aquí, probablemente se refiera a quienes poseían y ejercían el don de profecía entre los hogares-iglesias cristianos primitivos, no a los profetas del Antiguo Testamento. El misterio que en otro tiempo estuvo oculto ahora se ha convertido en lo que podríamos llamar un “secreto a voces”.
Finalmente, declara: “Ese misterio consiste en que los gentiles sean coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” (Efe. 3:6).
Pablo es un apasionado del evangelio y especialmente de la forma en que este se expresa en la iglesia, que está compuesta por judíos y gentiles. Estos dos grupos se han convertido en los bloques de construcción de la nueva comunidad de Dios, su nueva marca humana, la iglesia (ver Efe. 2:14–16). Podríamos decir que ahora han pasado de ser enemigos a ser “coherederos”, “cocuerpos” (incluidos en un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo) y “copartícipes” de la promesa del evangelio (ver Efe. 3:6).
¿Qué actitudes, incluso ocultas debajo de la superficie, podrías tener que contradigan la inclusividad que enseña el evangelio? ¿Cómo deshacerte de ellas?
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