Lección 5 | Jueves 1 de febrero
PARA QUE LOS JUSTOS NO SEAN TENTADOS
Lee Salmos 37:1 y 8; 49:5 al 7; 94:3 al 7; y 125:3. ¿A qué lucha se enfrenta el salmista?
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Sal 37:2 Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.
Sal 37:3 Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
Sal 37:4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Sal 37:5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Sal 37:6 Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.
Sal 37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
Sal 37:8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Lee Salmo 73:1 al 20 y 27. ¿Qué ayuda al salmista a superar la crisis? ¿Cuál es el fin de los que confían en cosas vanas? (Ver también 1 Ped. 1:17).
Para con los limpios de corazón.
Sal 73:2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
Sal 73:3 Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.
Sal 73:4 Porque no tienen congojas por su muerte,
Pues su vigor está entero.
Sal 73:5 No pasan trabajos como los otros mortales,
Ni son azotados como los demás hombres.
Sal 73:6 Por tanto, la soberbia los corona;
Se cubren de vestido de violencia.
Sal 73:7 Los ojos se les saltan de gordura;
Logran con creces los antojos del corazón.
Sal 73:8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;
Hablan con altanería.
Sal 73:9 Ponen su boca contra el cielo,
Y su lengua pasea la tierra.
Sal 73:10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí,
Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.
Sal 73:11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
Sal 73:12 He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
Sal 73:13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
Sal 73:14 Pues he sido azotado todo el día,
Y castigado todas las mañanas.
Sal 73:15 Si dijera yo: Hablaré como ellos,
He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.
Sal 73:16 Cuando pensé para saber esto,
Fue duro trabajo para mí,
Sal 73:17 Hasta que entrando en el santuario de Dios,
Comprendí el fin de ellos.
Sal 73:18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos;
En asolamientos los harás caer.
Sal 73:19 ¡Cómo han sido asolados de repente!
Perecieron, se consumieron de terrores.
Sal 73:20 Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.
Sal 73:27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
Sin embargo, Salmo 73 muestra que “estas cosas se burlan de los que ignoran el primer versículo de este salmo, que es el resumen de todo el salmo: ‘Dios es realmente bueno con Israel, con los limpios de corazón’ ” (Johannes Bugenhagen, Reformation Commentary on Scripture [Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2018], p. 11).
El salmista es conducido al Santuario, el lugar del gobierno soberano de Dios, y allí se le recordó que el “hoy” es solo una pieza del mosaico, y que debe considerar el “fin”, cuando los impíos enfrentarán el Juicio de Dios. El hecho de que el salmista comprendiera esta verdad en el Santuario y confesara su insensatez anterior demuestra que la realidad solo puede captarse con discernimiento espiritual y no mediante la lógica humana.
¿Te consuela la promesa del juicio de Dios sobre el mundo y sobre toda su maldad, cuando hoy tanta maldad queda impune?
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