Lección 12 | Martes 18 de junio
¿A QUIÉN ADORAMOS?
En los últimos días, el gran conflicto en torno a la adoración se desplegará de una manera dramática. ¿Adoramos al Creador o adoramos a la bestia y su imagen? No hay término medio. El primer ángel de Apocalipsis 14 insta a hombres y mujeres a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:7). Como apoyo adicional a este llamado celestial, el tercer ángel revela las terribles consecuencias de adorar a la bestia: “Beberá[n] del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira” (Apoc. 14:10). En cambio, los que adoran al Creador “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12).
La Creación es la base de la verdadera adoración (Apoc. 4:11). Puesto que Dios es “quien creó todas las cosas” (Efe. 3:9), Satanás odia al Creador y ha intentado por medio de poderes terrenales cambiar el sábado, el monumento conmemorativo de la Creación (Dan. 7:25). El conflicto venidero sobre la Ley de Dios se centra en la autoridad. Si Satanás puede erradicar la adoración del sábado, declarará que su autoridad es mayor que la autoridad de Dios. Para lograr esto, Satanás intentará convencer o coaccionar al mundo entero para que acepte un día de reposo falso.
Aunque ahora parezca difícil que esto pueda suceder, como hemos señalado antes, el mundo está cambiando dramáticamente. La crisis de la COVID-19 nos mostró que de la noche a la mañana nuestro mundo puede convertirse en un lugar diferente. Aunque no conocemos los detalles que conducen a la marca de la bestia, no es muy difícil de imaginar. El mundo es muy inestable y, por cierto, con la asombrosa tecnología que existe actualmente, lo que la Biblia advierte puede llegar a suceder más rápidamente de lo que ahora podríamos imaginar.
Lee Apocalipsis 13:13 al 17. ¿Qué castigos específicos se imponen a los que no reciben la marca de la bestia?
Apo 13:13 También hacía grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos.
Apo 13:14 Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Les ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió.
Apo 13:15 Se le permitió infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen.
Apo 13:16 Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,
Apo 13:17 de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre.
Quienes son fieles a Cristo en lugar de seguir a la bestia y su imagen se enfrentarán a sanciones económicas, así como a la amenaza de muerte. La humanidad todavía es lo que siempre ha sido: corrupta, sedienta de poder y violenta. Por más que todavía no sepamos exactamente cómo se desarrollarán los acontecimientos finales, no debería ser demasiado difícil prever la persecución del tiempo del fin. Aunque Juan escribió estas palabras en un contexto completamente distinto, lo dicen todo. En referencia a Jesús, Juan escribió que él “no necesitaba que nadie le dijera nada acerca de los hombres, porque él sabía lo que hay en el hombre” (Juan 2:25).
Piensa en la corrupción de la humanidad y en el mal que los seres humanos son capaces de hacer. ¿Por qué esto muestra la facilidad con que podrían producirse los acontecimientos finales? Y, aún más, ¿qué debería enseñarnos esta triste verdad sobre la protección de nuestro corazón?
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