Miércoles 26 de junio | Lección 13
EL JUICIO EN EL MILENIO
Lee Apocalipsis 20:4 al 6. ¿Qué harán los justos durante los mil años y por qué es importante?
Apo 20:4 Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.
Apo 20:5 Ésta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.
Apo 20:6 Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Durante el Milenio, los justos tendrán la oportunidad de observar de primera mano la justicia y el amor de Dios en la forma en que él resolvió el problema del pecado. ¿Quién no tiene preguntas que le gustaría hacer a Dios sobre muchas cosas? Ahora, durante el Milenio en el Cielo, los redimidos pueden plantearle esas preguntas. Si un ser querido o un amigo íntimo no está en el Cielo, los salvados tienen la oportunidad de comprender mejor las decisiones de Dios. De una manera nueva, con más fuerza que nunca, los redimidos captarán los poderosos intentos de Dios por salvar a cada persona que haya vivido alguna vez.
Nuevamente reconocerán que todo el que está perdido se ha perdido el Cielo a causa de su propio rechazo personal de Cristo. Solo entonces Dios traerá el Juicio Final –la segunda muerte, que es la destrucción eterna– sobre los perdidos.
Lee Apocalipsis 20:7 al 9. ¿Cómo concluyen los mil años? ¿Cuál es el destino de Satanás y sus seguidores?
Apo 20:7 Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión,
Apo 20:8 y saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra —a Gog y a Magog—, a fin de reunirlas para la batalla. Su número será como el de las arenas del mar.
Apo 20:9 Marcharán a lo largo y a lo ancho de la tierra, y rodearán el campamento del pueblo de Dios, la ciudad que él ama. Pero caerá fuego del cielo y los consumirá por completo.
Durante mil años, Satanás no ha tenido a nadie a quien tentar ni engañar. Él y sus ángeles han estado solos para reflexionar sobre las consecuencias mortales del pecado. Al final del Milenio, los impíos muertos resucitan para enfrentar el juicio y recibir su recompensa final (Apoc. 20:5).
Ahora Satanás tiene un vasto ejército de seguidores. Aunque Satanás ha sufrido derrota tras derrota en el Gran Conflicto, se siente animado al ver la enorme multitud de los perdidos. Aún no está dispuesto a terminar su rebelión, por lo que sale a engañar a estas “naciones”. Satanás los inspira a hacer un último gran esfuerzo para derrocar a Dios y establecer su propio reino. El término “Gog y Magog” se utiliza para describir a Satanás y a los inconversos de todas las edades. Satanás y sus seguidores rodean “el campamento de los santos y la ciudad amada” (Apoc. 20:9).
Al final del Milenio, no solo resucitarán todos los impíos, sino además la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén, descenderá del Cielo a la Tierra (Apoc. 21:2).
Los santos han estado viviendo y reinando con Cristo en la Nueva Jerusalén durante el Milenio. Ahora, al final de los mil años, la ciudad desciende a la Tierra junto con Dios, Jesús, los ángeles y todos los redimidos. Todos están presentes para la batalla final del Gran Conflicto. El pecado está a punto de ser erradicado de una vez por todas.
¿Qué dice el calendario del Juicio Final sobre el carácter de Dios?
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